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CULTURA

Tropiezo sorpresivo ante Toluca: América demostró su ADN de soberbia y vanidad

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Miscelánea Deportiva, por Esteban Trelles Meza //

En la victoria como en la derrota se debe tener un equilibrio mesurado principalmente de ética y valores, que en el caso deportivo debe ser a los contrincantes o adversarios de una justa deportiva.

El equipo América en los tiempos modernos (Emilio Azcárraga – Guillermo Cañedo), desde siempre ha forjado un imperio que nace del poder por el poder, en una planificación de soberbia y opulencia pretendiendo comprar no solo los mejores futbolistas y entrenadores, sino también la voluntad de algunos llámese árbitros y la propia FEMEXFUT.

El ADN americanista proviene de sus dueños, creando una atmósfera de prepotencia y vanidad que paulatinamente como reguero de pólvora fue permeando, primeramente en casa con los directivos de pantalón largo, después sus futbolistas y cuerpo técnico, teniendo la maquinaria de mercadotecnia de su empresa TELEVISA, creando a sus incondicionales comentaristas serviles deportivos, que se desviven en elogios y alabanzas.

“Los millonetas del América”, fue por mucho tiempo la nómina más elevada del futbol nacional teniendo en “Panchito” Hernández, el mejor Director Deportivo de todos los tiempos, un personaje contrario a la personalidad de todos, que se manejaba con humildad y profundo conocimiento de causa, que en los años 70’s importó entre muchos jugadores generacionales al jugador más destacado y emblemático y de todos, el chileno Carlos Reynoso que se hizo prácticamente en el futbol mexicano, campeón como futbolista y entrenador de un solo equipo, quien era también seleccionado mundialista de su país con un equipo de respeto con los internacionales centrales Elías Figueroa, quien fue catalogado en su época como el mejor jugador de Brasil en su campeonato local (Palmeiras), con otro extraordinario jugador haciendo dupla en Alberto Quintano campeón con Cruz Azul, con Raúl Cárdenas ex jugador mundialista y técnico nacional (1970).

A la mayoría de jugadores que destacaban en sus respectivos equipos nacionales o extranjeros América los compraba de inmediato, propiciando la inflación de las cartas de transferencia en millones sin escatimar un solo centavo, preocupado y ocupado en campeonar siempre, que precisamente el majestuoso Estadio Azteca con capacidad de 100 mil espectadores, una obra arquitectónica relevante en su época que aún perdura con algunas modificaciones, para quedar con capacidad para albergar a 80 mil espectadores actualmente, que es su casa propia, arrendando el inmueble hacia algunos equipos capitalinos en diferentes épocas: Necaxa, Atlante, Atlético Español y actualmente Cruz Azul.

Paralelamente en esa aura de prepotencia con el equipo América contagió a su afición con las llamadas “porras”, que tenían seguidores por todo el país gracias a la magia de la televisión que transmitían sus encuentros en los más recónditos lugares, en una penetración masiva enajenada de aquel entonces con cobertura nacional en el Canal 2 de la CDMX sin ninguna competencia, apareciendo después la Televisora de Estado Canal 13 Imevision, lo que es ahora Tv Azteca de propiedad privada, con el único equipo de la UNAM que empezaba el canal a querer competir no solo en sus transmisiones sino en la lucha por los derechos televisivos de los equipos de primera división acaparados en monopolio por TELEVISA y la FEMEXFUT.

Generacionalmente y de manera silenciosa todo lo existente en torno al equipo América es de prepotencia y vanidad que destaca en sus incondicionales, enajenados, fanáticos y desadaptados que se dedican a ofender verbalmente a los equipos contrarios, que la porra universitaria no se queda atrás (UNAM), que en coro con mentadas de madre reciben a los equipos y porras contrarias, que lamentablemente la importación de “barras”, fue peor con broncas descomunales fuera y dentro de la cancha.

El episodio más vergonzoso en una bronca descomunal fue la que protagonizaron América y Guadalajara (1983), en una semifinal en el estadio Azteca en una batalla campal entre jugadores, cuerpo técnico, guaruras, colados y demás tras eliminar el Rebaño Sagrado a su acérrimo rival por marcador global de 3 – 1, que por supuesto la provocó el América con el pretexto de tomar como burla el festejo del jugador Roberto Gómez Junco, que como resorte, la banca del América agredió a los jugadores que obviamente respondieron los tapatíos, que precisamente demuestra la falta de ecuanimidad y criterio entre todos los actores involucrados, máxime que en esa época el equipo América tenía un plantel de respeto lo que se diría un “equipazo”, que viene a colación precisamente por la prepotencia y el ADN que mencionamos donde faltó la prudencia , ética y sentido de responsabilidad en quienes iniciaron la bronca y participaron en ella.

Emilio Diez Barroso quien fuera presidente del América (1995), en la misma tesitura de prepotencia le ordenó al técnico holandés Leo Beenhakker alinear un jugador por capricho, lo cual el estratega no accedió, que como berrinche a su desacato le pidió la renuncia a través de su vicepresidente Giusseppe Rubulotta, que ni siquiera tuvo la decencia de pedírselo personalmente, truncando un campeonato, que de hecho marchaba en primer lugar con una compenetración técnico – equipo que lo catalogaron como el más espectacular de todos los tiempos, perdiendo el campeonato por culpa de directivos sin escrúpulos.

Tener el superliderato con 38 puntos, 12 partidos ganados, 2 empatados y 3 derrotas y 38 goles a favor es nada perdiendo semifinal.

Lo más patético de todo son los comentaristas serviles americanistas que tenían títulos como “Un equipo histórico” , “Álvaro Fidalgo el mejor jugador del torneo” , “La nueva era del campeonísimo” , “América el animal de liguillas” , “El equipo de las proezas” etc, etc ; todas estas aseveraciones quedaron en la nada, aún con la estrepitosa y humillante goleada al equipo de la franja con marcador global de 11 goles a 2 en inicio de liguilla, cuando la realidad triste y lamentablemente fue nada, Toluca terminó con sus sueños guajiros.

Lo más absurdo es la transmisión del encuentro (TUDN) de los incondicionales serviles, el argentino – ruso Zamogilny, Andrés Vaca (El más descarado), Moisés Muñoz, Raúl Pérez excelente narrador, que lo encumbraron como el mejor y no se cansaban de repetirlo, cuando en nuestro gusto personal es un insulto para el propio Emilio Fernando Alonso de su propia empresa, que es el mejor de todos en los últimos tiempos, solo faltó ponerse la camiseta y entrar a jugar, perdiendo todo sentido analítico futbolístico en una transmisión desaseada con tintes amarillistas y parciales.

El responsable directo es el técnico argentino Fernando “Tano” Ortiz que no supo manejar un plantel exquisito en nombre y hombres que en dos encuentros no pudo derrotar al Toluca.

Email: etrememodelos@hotmail.com

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