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OPINIÓN

Vender quimeras

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Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //

La esperanza no es ni realidad ni quimera. Lu Xun

Un partido se asumió como la esperanza de México y un gran número de mexicanos decidió creerlo aun cuando el mensaje fuera así de difuso, amplio y sugerente. No fue difícil que el público creyera, acostumbrado como estaba a los vaivenes sexenales del priato, mismos que fueron cancelados por 18 años de continuidad de políticas económicas y sociales implementadas por un régimen que entrego certezas, pero ralentizó el proceso contra la desigualdad y la búsqueda del equilibrio social, y con ello, mantuvo cerrada la ventana de la promesa de cambio sexenal, es decir, ofertaba más de lo mismo, más de lo que la sociedad estaba dispuesta a aguantar.

En la tranquilidad que otorga la estabilidad macroeconómica, las estructuras políticas propiciaron el arribo de oportunistas ávidos de enriquecimiento cínicamente ostentado y con ello, aunado a la pobreza ideológica e intelectual de los partidos, fue fácil creer en un discurso fundamentado en la exhibición de los excesos, difuso y exacerbante del mal humor social.

El régimen resultante ha resultado igual de difuso que el discurso que lo llevó al gobierno. Profuso en acciones, escaso en realizaciones y muy enfocado en el apoderamiento de las estructuras del poder. Es una lástima que el gobierno que llegó y mantiene un indiscutible respaldo popular, esté intentando sostener su aprobación con políticas clientelares, agotando las arcas públicas para mitigar la presión social y no para fortalecer o crear esquemas distintos para la redistribución de la riqueza nacional.

Regalar dinero es un recurso temporal que no habrá de sacar a nadie de la pobreza, no reducirá la inequidad en el ingreso ni la brecha que marca la desigualdad social.

Las acciones y proyectos que ha iniciado esta administración, para que en México se genere riqueza y ésta pueda ser distribuida, a dos años y meses de ejercicio, son símbolos de poder más que muestras de políticas para el crecimiento. Mucho se ha criticado el ejercicio vertical del poder, el autoritarismo que priva como causa de la inmovilidad o inutilidad del gabinete, pero sobre todo, la falta de un proyecto claro de desarrollo que explique cómo es que, fortaleciendo a las empresas productivas del estado, Pemex y CFE, altamente endeudadas, con excesiva carga financiera por ineficiencias operativas y pasivos laborales y de pensiones habremos de mejorar el ingreso familiar.

Al gobierno le falta explicar con claridad porqué es mejor un aeropuerto modesto con restricciones de circulación aérea y dificultades en sus enlaces terrestres y accesos, que una terminal aérea con capacidad para convertirse en centro internacional de intercambio; o porqué una refinería para vender gasolina cuando en 10 años el mercado automotriz será dominado por los autos eléctricos, o porqué la CFE no puede generar electricidad con energías limpias.

Los proyectos insignia de esta administración, parecen diseñados y ordenados más por intuición y ocurrencia que por un razonado y técnico proceso de planeación. Son por lo mostrado hasta hoy, más quimera que realidad. Un Tren Maya que no cuenta con estudios de rentabilidad pero se tiene la esperanza que los turistas llegarán y las empresas harán rentable el traslado de mercancías, y un Tren Transoceánico en el Istmo de Tehuantepec, que lleva gastados casi 7 mil millones de pesos y se planea gastar 20 mil en un proyecto que apenas en octubre de 2020 licitó el estudio de rentabilidad del corredor transoceánico.

Es un proyecto que fue motivo del tratado Mclane – Ocampo en 1859, que ha sido motivo de reconsideración en virtualmente todas las administraciones del Siglo XX, y ha sido rechazado por todas ellas por razones de lógica económica. “Para que el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec compita con el canal de Panamá se requiere que por lo menos transiten 200 trenes diarios entre los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, por lo que este proyecto, que lleva poco más de 100 años en el tintero, es una quimera, señalan especialistas en el sector ferroviario y naviero. https://www.milenio.com/negocios/plan-corredor-transistmico-quimera-alertan-expertos

A la dificultad logística se agrega también que el proyecto incluye la creación de 10 parques industriales en comunidades ubicadas en el trayecto, en las cuales no existen servicios esenciales para la instalación de empresas y encima, no se tiene definido que empresas se pretende atraer.

Con estos ejemplos, es innegable que la voluntad presidencial es trascender y ayudar a los ubicados en los lugares más bajos de la pirámide económica, pero también es evidente que sus acciones no llevarán al país en una lógica de crecimiento y bienestar general por la generación de oportunidades. El estado paternalista y centralizador que prefigura no puede seguir con el proyecto de asistencia social subsidiada, si antes no se generan mayores ingresos al erario vía la inversión productiva. Sin mayores ingresos su capacidad institucional seguirá reduciéndose en perjuicio de los que ahora intenta ayudar y al término del sexenio seguirá el discurso de la esperanza, que ni es realidad ni quimera, pero que les permitirá seguir en el poder.

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