PERSONALIDADES
La vida de un luchador, Iovany Manuel Román, presidente de Gardenias Tapatías: «Tenemos que ser humanos y ver el dolor ajeno»
Por Diego Morales Heredia //
Quienes lo conocen, afirman que tiene un gran corazón. Al saberlo, se le corta la voz y se le hace un nudo en la garganta, considera que no merece tanta generosidad de quienes con el paso de los años convirtió en su familia. Se trata de Iovany Manuel Román, presidente de la asociación civil Gardenias Tapatías, activista con más de 30 años de trayectoria y reconocido por su labor en pro de los sectores vulnerables.
“Tengo 30 años de activista, presido cinco asociaciones civiles, la que más está trabajando con los grupos vulnerables y con la comunidad en situación de calle, así como con los migrantes es Gardenias Tapatías. Empecé viendo la necesidad de los grupos, hace 30 años no había mucha ayuda para nuestra gente vulnerable, empezamos a trabajar repartiendo lo poco que teníamos en casa como era ropa y comida, mucha gente se fue sumando a la causa, somos un equipo bastante grande trabajando en pro de la comunidad”.
El panorama actual es completamente diferente a cuando empezó en el activismo. La sociedad se ha involucrado en los temas de interés de los grupos vulnerables. Con orgullo, Iovany Manuel Román destaca que en Gardenias Tapatías no obtiene recursos del erario público, pues todas sus labores son con la generosidad de amigos y familia que se han hecho en el camino.
“Con el gobierno federal que tenemos que nos quitó todo el apoyo, desde hace 3 años no contamos con apoyo para la gente en situación vulnerable. Trabajamos con los gobiernos municipales, con el Gobierno de Jalisco, con los amigos que conocen la labor, con empresarios que saben lo que hacemos. Gardenias Tapatías en los 30 años que tiene, no ha bajado recursos nunca. ¿Han escuchado la palabra amistad?, tenemos grandes amigos y amigas, diputados, regidores, presidentes municipales, activistas, una mujer llamada Idolina Cosio Gaona, Juan Carlos de la Torre, Verónica Martínez, Alma Chávez Guth, así podría mencionar un gran equipo que confían en lo que hacemos, nos ayudan para ayudar a la gente. Hemos trabajado de la mano con el Cardenal Francisco, que nos está apoyando para lo que estamos haciendo a nivel nacional e internacional”.
AGRADECIDO CON DIOS Y LA VIDA
Para el presidente de Gardenias Tapatías, lo mejor que le ha pasado en la vida ha sido el poder formar parte de la familia que eligió por decisión y que de la mano con ellas se puedan generar mejores condiciones para los grupos vulnerables. Por ello, se describe como un ser humano bendecido y agradecido con Dios y la vida por todo lo que tiene día con día.
“Estoy agradecido con Dios por la vida que me dio, por lo que soy, pero ante todo por la familia que permitió escoger, no la de sangre, sino la familia por decisión, por la dicha de escogerla y decirle gracias por aceptarme y permitirme ser parte de ustedes, mucha gente que ha confiado y me siento parte de la familia por los años que tenemos trabajando en pro de la gente. Le doy gracias a la vida por permitirme a mis 55 años seguir trabajando, poder dejar un granito de arena en nuestra sociedad”.
Entre todas las vivencias, hubo una en especial la cual le marcó su vida. Ese momento donde entendió que si toda la sociedad aporta su granito de arena, Guadalajara sería una mejor ciudad.
“Unos niños migrantes me dejaron marcado de por vida, les llevamos de comer y ellos no querían comida, querían leche porque tenían seis días de camino sin probar un vaso de leche, nosotros no traíamos dinero, un compañero fue a vender su reloj que le regaló su papá para poder comprar leche, el de la tienda vio lo que estábamos haciendo, nos regaló un galón de leche y ocho panes para los niños. Me ha marcado que tenemos mucha gente que aunque tiene el poder y ayudar, no son humanos, tenemos que ser humanos, ver el dolor ajeno. Guadalajara es una urbe donde hay de todo, si todos ponemos un granito de arena podemos ser un gran ejemplo para México”.
“EL QUE NO AYUDA, A QUÉ FREGADOS VINO”
Su filosofía de vida es clara: el que vino a este mundo y no vino a ayudar, a qué fregados vino. Eso lo mueve día con día, generar una red de ayuda más amplia para abarcar un universo más grande y los grupos vulnerables puedan tener la mano de una sociedad que los ve y no los abandona.
“El que viene a este mundo y no vino a ayudar, a qué fregados vino. Tenemos que darle la mano en la gente, tenemos que confiar en el ser humano, empezar a dejarnos de estereotipos y ayudar a nuestra gente. Me motiva el día a día, dar gracias a Dios que me permita estar un día a la vez para seguir adelante, le agradezco a Dios que me permita seguir viviendo, más con esta pandemia, me permite amanecer bien, poder tener para darle a la gente medicamentos, ropa, comida, despensa, ayudar con todo lo que tenemos a la mano para solventarles un poco lo que viven día a día los grupos vulnerados”.
Desde hace años lucha contra una enfermedad, pero eso no lo ha detenido en su causa. Tampoco lo detiene el dinero, pues considera que tiene ángeles a su alrededor que le brindan la mano para seguir apoyando a los migrantes, a los niños de la calle, a los ancianos desprotegidos y a todo aquél ser humano que necesite una mano en los peores momentos.
“He estado enfermo, pero aún así me levanto a apoyar. Hay gente que necesitaba cobijas, fuimos a entregar despensas, vamos al Hospital Civil a apoyar a las personas. Cada día es algo diferente, a veces no contamos con un peso en la bolsa, pero agarramos el teléfono y hay ángeles que están con nosotros, yo les llamo familia, me regañan cuando les llevo la nota, porque ante todo debes ser honrado, debes tener honestidad. Dios me tiene con vida, le doy gracias a Dios que me permite día con día seguir ayudando a los demás”.
Sus allegados afirman que Iovany es un ser humano con un gran corazón. Esto le emociona, un aliciente en una gran lucha genuina por la construcción de sociedad más justa y con menos desigualdad.
“No me lo merezco, soy un ser humano común y corriente, más corriente que común, pero doy lo que tengo, a veces un poquito más. Creo que, si todos ponemos un granito de más para nuestros niños de crucero, para nuestros ancianos que andan en calle, para nuestros grupos vulnerables, vamos a tener una sociedad mejor. Para mí solo importa el día de mañana, hasta que Dios me permita amanecer y tener la fuerza para seguir ayudando a la gente”, puntualizó.
