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OPINIÓN

Opinión: Brevísimo plantón

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Por Benjamín Mora Gómez //

El ejercicio de la política es una caja de sorpresas, buenas y malas, que nadie puede prever. Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a los diputados no sesionar para dar lugar al diálogo con los maestros que habían tomado el Palacio de San Lázaro me pareció grave: El Estado mexicano declinaba el Estado de Derecho a caprichos gremieales, me dije. Hoy, que los maestros dialogaron y conformes y esperanzados se regresaron a sus estados, le doy la razón al presidente y reconozco a Esteban Moctezuma Barragán, secretario de Educación, sus capacidades políticas.

Andrés Manuel –el candidato- se comprometió a abrogar la Reforma Educativa del presidente Enrique Peña Nieto; hoy, el presidente López Obrador podrá cumplir su promesa de campaña. Enrique Peña tuvo seis años para consolidar su reforma y no lo logró. Al parecer, hubo afasia en el gobierno que se fue pues no tuvo las habilidades de comunicación ni con los maestros, ni con los padres y madres de familia, ni con la mayoría social. Se negó a entender de razones y se cayó en una evidente rigidez cognitiva que le impidió ajustar su reforma a los pareceres gremiales. La soberbia de los secretarios de Educación peñista jamás quisieron salirse de su zona de confort y ahora todo lo perderá.

De siempre he criticado a quién, desde el poder político, toma decisiones unipersonales sin considerar al pueblo de quien dimana el poder mismo. Quizá fueron buenas las intenciones de Enrique Peña Nieto pero no así los métodos y actitudes de sus secretarios de Educación. Quizá Enrique Peña sí quiso hacer de nuestros niños y niñas ciudadanos universales, exitosos y felices, que tuvieran las habilidades y los conocimientos que les elevara a las posiciones de definiciones globales. Quizá, quizá, quizá, pero no lo supo concretar ni se preocupó por ganarse al pueblo para que su proyecto de nación continuara. Creyó que todo seguiría como lo dejó.

La Reforma Educativa de Peña Nieto partió de un propósito mal planteado y peor ofertado: Evaluar a los maestros para que, quienes no aprobaran en una segunda oportunidad, dejaran el aula y se fuera a hacer trabajos de oficina. ¿Quién le vendió tal imposible? La Reforma Educativa de Andrés Manuel López Obrador y Esteban Moctezuma Barragán también considera hacer evaluaciones a los maestros, pero éstas no serán punitivas.

Ayer, preguntaba a uno de mis nietos si él estaría de acuerdo en que no se le hicieran exámenes y todos, en su grupo, pasaran de grado. Me dijo: “Abu, eso estaría muy loco”. Así que ¿cómo saber el grado de las fortalezas y debilidades para la vida de los alumnos y alumnas si no se les evalúa, o cómo ayudarles si no conocemos en qué lo requieren, o cómo puede un alumno o alumna agradecer si no conoce los cambios positivos que han construido gracias al esfuerzo suyo, de sus padres y maestros, o cómo puede mirar con optimismo su futuro si no sabe con qué habilidades cuentan para la vida, o cómo podrá crecer en sus trabajos si jamás supo cómo crecer en la escuela, o cómo entenderá su bienestar laboral si jamás se preocupó por su bienestar educativo, o cómo logrará su bienestar financiero si jamás tuvo orden ni disciplina alguna, o cómo regalarse una mejor forma de vida si confundió el pensamiento crítico y disruptivo con la oposición sistémica a todo cambio, o cómo encontrar un propósito en sus vidas si todo se le regaló?

Hay, pues, mucho por hacer.

En la resistencia al cambio se descubren muchos de los males que perpetúan la pobreza: permanencia de las rutinas, enfoque de corto plazo, dependencia emocional a un líder que se perpetúa y enriquece a costa de sus “defendidos”, incapacidad para crear más de una alternativa de solución de vida así como pérdida de las habilidades de comunicación. En la inflexibilidad para pensar y aceptar lo nuevo resulta imposible la realización plena del ser humano.

Según los críticos de López Obrador, el problema de la contrarreforma educativa de su gobierno es que no toma en cuenta la realidad global que circunda a México ni se anticipa al futuro que aguarda a nuestros hijos e hijas. Si así fuere, ¿acaso será que no se entiende que la vida es siempre imprevisible por lo que exige las más grandes capacidades de improvisación, mismas que no se desarrollan en las escuelas públicas de hoy en día?

En el Tao Te King de Lao Tsé se lee: “Lo duro y lo rígido son propiedades de la muerte / Lo blando y flexible son propiedades de la vida”. Cuando el Kung Fu fue parte de mi juventud, nuestro maestro nos insistía en no oponer resistencia sino en dejar pasar como una espiga al viento.

Esteban Moctezuma, secretario de Educación, a quien conozco desde la escuela pues fui compañero de Javier, su hermano, debería tomar en cuenta, en su modelo de educación, qué caracteriza a las personas exitosas en el deporte, en la empresa, en la ciencia, en el arte: a) Saben adaptarse al cambio desde una mente abierta a las nuevas opciones y circunstancias, reconociendo que existen “otros mundos”; b) Se conocen a sí mismos, identifican sus fortalezas y debilidades y aprovechan todas las oportunidades desde una mejora continua gracias a sus ganas de triunfo, su motivación, su esfuerzo y sus habilidades; c) Aceptan lo que ocurre en su entorno y trabajan en mejorarlo; d) Aceptan lo que han hecho mal sin imponer excusas ni explicaciones vacuas.

En años recientes, la Educación en México se ha adherido a una idea equivocada de las experiencias traumáticas de ser reprobado como causa de la infelicidad de alumnos y alumnas; no parece entenderse que las evaluaciones también pueden generar emociones positivas en quienes sí se prepararon a profundidad y sentirse muy satisfechos de sus propios logros, encontrando el verdadero sentido de la vida.

En la educación, lo subjetivo y lo intrasubjetivo son más importantes que lo objetivo. Saber a detalle el nombre de todas las capitales del mundo es interesante, pero, sin duda, menos importante que la apropiación de virtudes, valores y principios humanos. Bien por una nueva Reforma Educativa si ésta mira a México y a sus niños y niñas como líderes en el concierto de las naciones de hoy y mañana.

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Deportes

Casos de la vida real en la Liga MX: Los ricos también lloran, el dinero no significa éxito en el futbol

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Miscelánea Deportiva, por Esteban Trelles Meza //

Apreciados lectores no se equivocaron de sección, en este caso de nuestra crónica deportiva, pues el título de nuestra columna no es novelesco, es la triste realidad de un futbol mexicano mal estructurado y planificado que no todos se compra con el poder de la plata.

Pero si adquiere voluntades y conciencias en una burbuja fantasiosa de espejitos venidos del extranjero que nos acostumbramos al yugo opresor y de conquista de los españoles, que ahora los son futbolísticamente con los argentinos y brasileños principalmente.

Los directivos dueños se dejan pisotear por los argentinos de una retórica y lenguaje diferente, “apantalla-bobos”, con su acento, pretendiendo imitar a los grandes poetas cantautores, Facundo Cabral y Alberto Cortez, como grandes conversadores. Es un deleite escucharlos (en videos), con esa profundidad de ver la vida en un enfoque filosófico de nuestra realidad existente como parte fundamental de la creación humana.

La industria futbolera, como toda empresa, requiere de grandes inversiones con la materia prima que son los jugadores y el cuerpo técnico, en un apoyo que se enfoca desde siempre del mercado extranjero, para bien o para mal el equipo América es el que mejor invierte.

Los futbolistas mexicanos muchos de ellos los “resucita” y rescata de la medianía brindándose al máximo, la filosofía y el ADN son en este equipo de máximas exigencias que difícilmente fracasan tanto jugadores como su cuerpo técnico, que sus necesidades económicas están cubiertas, que aunado a lo mediático de sus incondicionales comentaristas televisivos, los “apapachan y cobijan” de buena manera, que como siempre exageran la nota resaltando los éxitos en demasía y minimizando lo negativo, como un equipo inmaculado.

Este es el modelo de equipo americanista y los de la Sultana del Norte se contagiaron como “las carteras más rápidas del oeste”, rodeándose de vivales como directivos (director deportivo). Gastan en serio millonadas que no son propiamente sinónimo de éxito, cuando no se invierte adecuadamente en su cuerpo técnico y jugadores nacionales y extranjeros, que lamentablemente para ellos no dan nunca “el do de pecho”.

Sí bien los Tigres de la UANL representan una universidad es una empresa que los maneja (CEMEX) y para nada son universitarios, son quienes en la última década fueron exitosos bajo el mando del brasileño Ricardo “Tuca” Ferretti, que se distingue por su carácter iracundo, que incluso a la prensa deportiva local (de Monterrey) en las ruedas de prensa, los ofendía y ninguneaba burlándose de ellos, que todo le festejaban.

Por lo visto el mexicano le gusta la mala vida, el otro pedante “cantinflesco” de retórica barata y dormilona que dice mucho y no dice nada, ahora son comentaristas deportivos con un Ricardo La Volpe, vividor, que lo tienen encumbrado soportándole no solo sus caprichos, sino que incluso dejaron que le hiciera la vida imposible a Cuauhtémoc Blanco y Hugo Sánchez, ídolo indiscutible el primero y el segundo el mejor jugador de todos los tiempos (gracias a “Joserra” en ESPN), que ahora lo tiene Televisa.

Lo del Monterrey es patético, estos equipos invierten más que nadie y aquí sí cabe la palabra mediocridad que los resultados así lo demuestran, Duilio Davino y ahora “Tato” Noriega gastaron en “refuerzos” millonadas, que insistimos en los argentinos como Martin Demichelis que culpaba cobardemente a sus jugadores y jamás realizó una autocrítica justificando lo indefendible.

Independientemente de los desaciertos, las formas cuentan y las declaraciones del técnico más, con la eliminación en la Concacaf. Lo absurdo de jugar un encuentro con ventaja numérica en Liguilla (expulsión de jugador Toluca) no tiene justificación alguna; que te eliminen con esa ventaja con más de 70 minutos que bajo ningún concepto puedes perder.

Esta situación desnuda al técnico argentino como un fraude y es un fracaso rotundo no solo de él sino del “Tato” Noriega que fue el responsable directo de su contratación, que debieron despedirlo en su eliminación por Vancouver en Concacaf, junto Noriega como director deportivo.

Ahora bien, el pandillero de la cancha que “descuenta” sin balón, que seguramente sus tatuajes dignos de un “mara salvatrucha”, que ojalá Bukele no lo descubra que sin baranda lo alojaría en las mazmorras de su país como huésped distinguido, que seguramente amedrenta a sus contrincantes aparte de “la leña” y artimañas que tiene, que al propio “Chicharito” lo “levantó” sin necesidad “atropellándolo” que antes del encuentro los besos y abrazos eran su postura.

Sergio Ramos campeón mundial y con el Real Madrid un baluarte, en México es un fraude mayúsculo que solo vino a cobrar para no escribir robar, los cuatro millones de dólares anuales no los vale y mucho menos los desquita, seguimos siendo tierra de conquista con jugadores y técnicos que son petardos auténticos, a pesar de su palmarés que en el caso del español es un veterano que poco o nada puede dejar escuela entre los mexicanos.

Esteban Andrada es malísimo, un guardameta con más de 1.90 de estatura jamás en un centro de esquina, le rematan en el área chica e incluso agacharse para hacerlo el delantero es imperdonable, cobra como estrella, German Berterame, goleador argentino nacionalizado por México no es mejor que los goleadores mexicanos, que seguramente “El Vasco” pensó en él en una de sus borracheras pues no le vemos un lugar para el próximo mundial tripartita México, USA y Canadá 2026.

La defensa regia es verdaderamente una coladera, parecen “hostess” de eventos dejando pasar a todos los delanteros, un equipo sin ángel, que todos cobran en serio como si fueran de verdad en una de las nóminas más costosas del fútbol mexicano.

Regresando con los “Tigres” de la UANL es un equipo que se estancó en esa transición de veteranos, con los jóvenes que no dan el estirón, y al abuelito Gignac no le quedó ni “el rebuznido”, pero toda la prensa lo cataloga como un fuera de serie.

Incomparable con el mejor jugador de todos los tiempos Evanibaldo Castro “Cabinho”, el paraguayo Saturnino Cardozo, Humberto Suazo, Salvador Cabañas entre paréntesis olvidado y abandonado por el América dejándolo a su suerte víctima de la violencia en México tras recibir un disparo en la cabeza en un antro acompañado de su esposa, que su millonario equipo nunca lo indemnizó y mucho menos apoyó en su recuperación siendo jugador activo en ese momento.

En síntesis, los equipos regios están sobrevalorados con un estatus de equipos grandes que no lo son a pesar de que Tigres es el mejor en los últimos tiempos con varios campeonatos.

En esta Liguilla el tormentoso y vendido del “Gato” Ortiz el árbitro de la polémica, al no marcar faltas en la jugada del gol fuera de tiempo, dejando en la orilla al Necaxa, que demostró tener hombres y no nombres que le robaron por el cobarde árbitro en cuestión que los perjudico y le pesó la localía del Volcán.

Finalmente, los grandes Guadalajara y UNAM se quedaron con esa etiqueta ganada a pulso que poco o nada hacen para mantenerse en esa jetatura, vegetando como equipos del montón perdiéndose y navegando en la mediocridad, dejando el cariño y la ilusión de sus fanáticos.

Principalmente “El Rebaño Sagrado” con millones de seguidores en el mundo con un legado que jamás nunca supera los 7 títulos de Liga de 9 disputados de manera consecutiva de un año de competición con cuatro seguidos y el quinto se lo arrebató el Oro de Guadalajara (subcampeón) y seguidamente 3 más que nadie igualará y mucho menos superará con solo jugadores mexicanos.

América, con los campeonatos semestrales, le faltan otros 4 si es que llega al tetracampeonato, si Pitágoras no miente, serían 8 consecutivos. En estos tiempos actuales, de manera globalizada, ningún equipo puede lograrlo, ni siquiera en el reino de Burundanga en África y eso que en su liga compiten con dos equipos solamente. Así que mis cremosos fanáticos, bájenle a su egocentrismo y dejen de autopromocionarse con todo el ejército mediático de la prensa deportiva por decreto.

Por otro lado, es una pena que Necaxa lo dejen fuera porque le tiemblan las piernas a un pusilánime del sistema corrupto arbitral, el engreído y soberbio “Gato” Ortiz, que le queda bien el mote “Gato”, pero de los poderosos. Los árbitros de Concacaf son superiores a los nuestros. César Ramos que dicen es el mejor, no tiene la “pinta”, como dicen, de árbitro, carece de personalidad, debería implementarse arbitraje extranjero (neutral) en Liguilla y que gane el mejor.

E-mail: etrememodelos@hotmail.com

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MUNDO

La sorpresa de León XIV: El espíritu santo y las bolas de cristal

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

Mi primo Gabriel Ibarra Félix me escribió tras la elección del Papa León XIV, con su típico humor: “¿Qué tal los vaticanólogos y sus bolas de cristal? ¡Está más difícil adivinarle al Espíritu Santo que a una elección mexicana!” Y no le falta razón. La elección del cardenal Robert Francis Prevost, estadounidense y peruano, como nuevo pontífice el 8 de mayo de 2025, dejó a todos con la boca abierta. Ni los expertos más sesudos ni las casas de apuestas, que ya hacen negocio con los cónclaves, tuvieron al nuevo Papa en sus quinielas.

La elección sorprendió porque los pronósticos subestimaron la opacidad del cónclave, se centraron en candidatos de alto perfil, ignoraron la viabilidad de un candidato de consenso como Prevost y no anticiparon cómo los cardenales priorizarían estabilidad y continuidad sobre narrativas regionales o mediáticas

Los vaticanólogos, con sus listas de “papabili”, apostaban por nombres como Parolin, Tagle, Erdő o Schönborn, figuras de alto perfil que encajaban en narrativas previsibles: un Papa asiático, un europeo moderado o un progresista carismático. Pero Prevost, un agustino de 69 años con trayectoria misionera en Perú y un perfil discreto como prefecto del Dicasterio para los Obispos, no estaba en el radar. ¿Por qué? Porque el cónclave, con sus 129 cardenales electores, es un enigma sellado por el secreto y guiado por dinámicas internas que escapan a las especulaciones externas.

La elección de León XIV demuestra que el Espíritu Santo no sigue guiones mediáticos. Los cardenales, moldeados por el legado de Francisco, buscaron un candidato de consenso: alguien que uniera al Norte y al Sur global, que continuara las reformas sinodales y que ofreciera estabilidad en una Iglesia herida por escándalos. Prevost, con su doble identidad y su experiencia en periferias, emergió como esa figura inesperada, recordándonos que los cónclaves no son elecciones políticas, sino actos de fe y discernimiento.

La elección de un nuevo Papa, tras la muerte de Francisco, ha dejado en evidencia, una vez más, que el poder —incluso en su dimensión espiritual— no se somete fácilmente a las quinielas de los expertos. Los autodenominados «vaticanólogos» y analistas, con sus elaboradas proyecciones basadas en tendencias geopolíticas, perfiles ideológicos y supuestas señales del cónclave, han fallado estrepitosamente en predecir al sucesor de Jorge Mario Bergoglio.

¿Por qué se equivocaron? La respuesta no está en la falta de información, sino en la incapacidad de comprender la complejidad de una institución milenaria que opera en un terreno donde lo humano y lo divino se entrelazan de formas impredecibles.

Primero, los vaticanólogos cayeron en la trampa de proyectar sus propios prejuicios y agendas. Muchos apostaron por un Papa que reflejara las prioridades de la modernidad: un líder progresista para continuar el legado de Francisco, un conservador para «corregir el rumbo» o incluso un outsider de África o Asia para simbolizar una Iglesia global.

Sin embargo, olvidaron que el Colegio Cardenalicio no es un parlamento ni una junta corporativa. Sus decisiones no se rigen por encuestas o corrientes mediáticas, sino por un delicado equilibrio de poder, fe y, en muchos casos, inspiración impredecible. La elección de un Papa no es solo política; es un acto que los cardenales creen guiado por el Espíritu Santo, un factor que ningún algoritmo o análisis puede prever.

Segundo, los analistas subestimaron la opacidad del cónclave. A pesar de los avances en la era de la información, el Vaticano sigue siendo un bastión de secretismo. Las filtraciones son mínimas, y las verdaderas negociaciones entre cardenales —si es que las hay— ocurren en susurros, no en titulares.

Los vaticanólogos, confiados en sus fuentes y en la lógica de las facciones, construyeron castillos en el aire. Creyeron que los cardenales votarían como bloques predecibles: los europeos contra los latinoamericanos, los progresistas contra los tradicionalistas. Pero la historia del cónclave nos enseña que las alianzas son fluidas y las sorpresas, frecuentes. Recordemos que el propio Bergoglio, en 2013, no estaba en las listas de los favoritos.

Tercero, muchos se dejaron llevar por profecías sensacionalistas, como las de Nostradamus, que hablaban de un «Papa Negro» o el fin del catolicismo. Estas narrativas, amplificadas por medios en busca de clics, distorsionaron el análisis serio. En lugar de estudiar la composición del Colegio Cardenalicio o las prioridades teológicas de la Iglesia, algunos analistas se perdieron en especulaciones esotéricas, alimentando un circo mediático que poco tenía que ver con la realidad. Como escribí alguna vez sobre la política mexicana, «las sorpresas de la vida son más dinámicas e impredecibles de lo que los expertos quieren admitir» (Conciencia Pública, 2022). Lo mismo aplica al Vaticano.

Finalmente, los vaticanólogos olvidaron que la Iglesia no opera con la lógica del mundo secular. Mientras los analistas buscaban un Papa que respondiera a las demandas de la opinión pública —diversidad, inclusión, cambio climático—, los cardenales priorizaron la misión espiritual y la estabilidad institucional. La elección del nuevo Papa, cuya identidad ha desafiado las expectativas, refleja una decisión que trasciende las categorías de izquierda o derecha, Norte o Sur. Es un recordatorio de que la Iglesia, con sus contradicciones y misterios, no se deja encasillar.

En conclusión, los vaticanólogos erraron porque confiaron demasiado en sus herramientas terrenales: contactos, tendencias y narrativas prefabricadas. Subestimaron la profundidad de una institución que, aunque anclada en el mundo, se rige por reglas propias.

LO QUE ESPERA EL MUNDO DE LEÓN XIV

León XIV hereda las reformas sinodales de Francisco y el reto de los escándalos de abusos. Los fieles esperan que impulse la sinodalidad, incluya a los laicos y restaure la credibilidad eclesial, con claridad en la inclusión femenina y la respuesta a víctimas. Su pragmatismo como prefecto del Dicasterio para los Obispos es un activo, pero su pasado en Perú será escrutado.

Globalmente, se anticipa un liderazgo en cambio climático, siguiendo Laudato Si’, y en derechos humanos, por su experiencia en Perú durante la represión. Líderes como Petro lo ven como defensor de migrantes y pobres, aunque deberá sortear tensiones geopolíticas entre EE.UU. y otras potencias para mantener la neutralidad vaticana.

León XIV es esperado como un unificador en un mundo dividido. Su humildad y formación agustina le permiten dialogar con diversas culturas y religiones. Con gestos proféticos y misericordiosos, tiene la oportunidad de guiar a la humanidad hacia la reconciliación, consolidándose como pastor global.

 

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JALISCO

Institucionalidad que se desangra: Teocaltiche, la república del abandono

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Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //

En la madrugada del 9 de mayo, Teocaltiche se quedó sin enfermera, sin regidora… y sin consuelo. Bastaron dos disparos y una entrada libre al hospital comunitario para recordarnos que en este municipio jalisciense la muerte no pide permiso: entra por urgencias, ejecuta y se va. La víctima, Cecilia Rubalcava, no era una funcionaria cualquiera: jefa de enfermeras, regidora del Ayuntamiento y, sobre todo, rostro visible del servicio público en un municipio que hace tiempo perdió el gobierno, pero no la tragedia.

El crimen fue quirúrgico. Eran alrededor de la 1:50 a.m. cuando un grupo armado irrumpió en el hospital. Ningún enfrentamiento, ningún aviso. Entraron como se entra en su casa. Porque eso es Teocaltiche hoy: territorio sin puertas, sin ley, sin quien pregunte “¿a dónde van?”. Dos disparos bastaron. En la escena: dos casquillos. En el fondo: el eco de una institucionalidad que se desangra.

Tras el asesinato, el hospital cerró. Como se cierran las esperanzas, como se cierran las bocas por miedo. Afuera, trabajadores de salud sin destino. Adentro, forenses y ministeriales que llegan como quien intenta explicar lo inexplicable. Porque aquí, la muerte no es sorpresa; es estadística. Es rutina. Es lo cotidiano. “Está todo resguardado”, dice un enfermero, más por consuelo que por certeza. Pero en Teocaltiche, ni el resguardo resguarda.

Hay municipios en Jalisco que se parecen más a un parte de guerra que a una entidad federativa. Uno de ellos es Teocaltiche. En ese rincón de los Altos Norte, donde la patria flaquea y el Estado abdica, la violencia no sólo es rutina, sino método. Porque aquí, el crimen no sólo mata: gobierna.

La muerte de Cecilia Rubalcava no es un hecho aislado. Es un eslabón más de una cadena de asesinatos que ha teñido de sangre la gestión pública en lo que va de 2025. Nueve funcionarios han sido ejecutados. Nueve. Un hecho violento con servidores públicos involucrados por mes, en los últimos cuatro meses. Como si alguien llevara una agenda criminal que administra cadáveres con puntualidad quirúrgica. Porque esto no es caos: es método.

El 2 de febrero, la agente vial Sugeli Areli Guzmán cayó en una emboscada. Más de treinta casquillos quedaron como testigos mudos de una ejecución planificada. Dos compañeros heridos, una comunidad enmudecida. El mensaje era claro: ni las vialidades son seguras, ni portar uniforme te salva.

El 18 de febrero desaparecieron ocho policías. Al día siguiente, doce bolsas con restos humanos aparecieron en la carretera a Villa Hidalgo. Cuatro cuerpos identificados. Cuatro familias quebradas. El resto, silencio. ¿Y el gobierno? “Investigamos”, dijeron. Pero la investigación en Jalisco es un ejercicio de fe: se cree en ella como en los milagros, sin pruebas.

El 9 de abril, el oficial Luis Ernesto Chávez fue asesinado en su casa. Estaba de descanso. Creyó que la violencia tenía horario. Se equivocó. Lo mataron en su día franco, como a Ramón Grande Moncada, el comisario municipal, ejecutado seis días después, el 15 de abril, mientras conducía. Ya ni los policías pueden conducir tranquilos. Ni dormir. Ni vivir.

El 28 de abril, el secretario general del Ayuntamiento, José Luis Pereira, fue asesinado en un restaurante. Porque en Teocaltiche no hay lugares seguros. Porque aquí te matan comiendo, durmiendo, curando, patrullando. Porque el crimen no necesita pretextos. Le basta con tener permiso.

Y ese permiso se lo ha dado el Estado. O, mejor dicho, la ausencia del Estado. Porque desde el 19 de febrero la policía municipal fue intervenida. “Intervenida”, dicen. Como si la sustitución del mando resolviera el abandono. Desde entonces, la Policía Estatal asumió el control. Pero ¿cuál control? El hospital está cerrado, los funcionarios muertos, los pobladores atemorizados y los sicarios siguen entrando por donde quieren, a la hora que quieren.

La seguridad en Teocaltiche es un simulacro. Una escenografía de retenes, uniformes y declaraciones vacías. El gobernador Pablo Lemus, como sus antecesores, habla de “reforzamientos”, “coordinación” y “compromiso”. Pero la sangre no se limpia con discursos. Y la violencia no se combate con ruedas de prensa.

La verdadera política de seguridad es la omisión. El crimen avanza porque el Estado retrocede. Porque los gobiernos, municipales, estatales y federales han cedido el control por miedo, por incapacidad o por complicidad. Porque cuando una región acumula nueve asesinatos de servidores públicos en cuatro meses y no hay una sola renuncia, una sola sanción, una sola condena judicial, entonces estamos ante un régimen de impunidad estructural, no ante un problema de violencia.

¿Dónde están los legisladores locales? ¿Dónde está el Congreso de Jalisco? ¿Dónde la Fiscalía General de la República? ¿Dónde el Ejército? ¿Dónde está la Guardia Nacional? Ausentes. O peor: presentes de cuerpo, pero no de acción. Se pasean en convoy, saludan en eventos, pero no detienen a nadie. Y mientras tanto, el narco organiza, impone, ejecuta.

Teocaltiche es hoy el laboratorio más cruel del fracaso institucional. Un municipio tomado, no por insurgentes, sino por criminales que hacen del asesinato una forma de gobierno. Matan policías para neutralizar el orden. Matan funcionarios para controlar el poder. Matan enfermeras para sembrar terror. Y lo logran. Porque nadie los detiene. Porque nadie responde.

El hospital seguirá cerrado hasta nuevo aviso. Las consultas, suspendidas. Las urgencias, negadas. El municipio, en pausa. Como si la vida pudiera esperar. Como si los enfermos no enfermaran más. Como si la población no mereciera ser atendida. Y lo más doloroso es que ya ni siquiera se protesta. Porque en Teocaltiche, levantar la voz puede ser una sentencia.

A los políticos de Jalisco, a sus operadores, a sus voceros y asesores, habría que recordarles que el poder no se ejerce sólo en las capitales, ni se valida en las encuestas. Se construye —o se desmorona— en lugares como Teocaltiche. Y cuando el miedo se convierte en normalidad, el colapso del Estado es sólo cuestión de tiempo.

Así se descompone un país. No en grandes cataclismos, sino en asesinatos pequeños que se acumulan hasta formar un cementerio institucional. Así se muere la república: municipio por municipio, servidor por servidor, silencio tras silencio.

En X @DEPACHECOS

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Tendencias

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