JALISCO
Miles de mujeres toman calles de la perla tapatía: Desde la rabia, lucha y resistencia exigen justicia y alto a la impunidad
Por Diego Morales Heredia //
Desde la rabia, lucha y resistencia, es el lema con el cual acudieron a la cita en la Minerva, monumento histórico y corazón de la perla tapatía, envueltas en lienzos morados, otros verdes, simbolismos de sus ideales, cartulinas en donde manifiestan sus exigencias, peticiones, o donde recalcan alguna historia de su vida, entonando cantos de protesta, exigencias sociales, casos desgarradores. Algunas lo hacen por lo que ya ha pasado, otras porque nunca vuelva a pasar.
Minutos antes de las cinco de la tarde, al ritmo de batucada, comenzó a caminar el contingente convocado por la Red “YoVoy8M”, encabezado por psicólogas feministas. En la marcha, se percibe tranquilidad, pero, en el fondo, todas tienen la misma lucha, hacer visibles los casos de impunidad e injusticia que han sido víctimas las mujeres en Jalisco, en todo el país, y en el mundo.
Entre todas las presentes para la marcha, son diversos colectivos presentes; van acompañadas de familias que tienen personas desaparecidas, avanzan al son de las protestas y exigencias, relacionadas con la igualdad de género, con desapariciones, con injusticias, recuerdan los cientos de miles de denuncias que han quedado impunes, con la indolencia de las autoridades, comparten sus tragedias, las de sus amigas, las de sus familiares, todo eso que ha manchado de luto a cientos de personas.
No hay edades, son niñas, adolescentes, adultas y mujeres de la tercera edad, la unión hace la fuerza, según los datos de Protección Civil, fueron más de 38 mil mujeres que se dieron cita. “Vivas nos queremos”, “Ni una más”, “Alzamos la voz por las que ya no están”, “Gobierno cuéntenos bien”, son algunas de sus consignas al paso por todo Avenida Vallarta hacia el centro de la ciudad.
En su paso, algunos colectivos hacen pintas en la ciudad, otras marchan en silencio, otras con gritos de apoyo, de auxilio, de una guerra que no tiene ganador ni vencedor. Así, con el crepúsculo como testigo, se unen al resto del contingente que partió desde la Glorieta de las y los Desaparecidos en el centro de Guadalajara, para posicionarse en la Plaza de la Liberación, en donde se expresarían en conjunto todas.
Con el puño en alto y repitiendo lo que el sonido exclamaba, dijeron su pronunciamiento en el corazón de la metrópoli: “Desde la rabia, lucha y esperanza, nos encontramos un año más, unidas juntas, porque la violencia no ha cesado, nos siguen faltando muchas, porque mientras intentan silenciarnos más fuerte gritamos, porque mientras intentan dividirnos más tejemos redes. Hoy nuestra rabia se convierte en fuerza colectiva, hoy la resistencia se transforma en oposición”.
Algunas con lágrimas en los ojos lo gritan más fuerte, muestran sus insignias, sus pancartas, sus luchas. Y el pronunciamiento continúa: “Seguimos creando esperanza desde la furia, hoy alzamos la voz por las que no pueden hacerlo, por quienes fueron silenciadas, desplazadas y desaparecidas, por las que enfrentan violencias en todas sus formas, las que emigran, las que viven en guerra, las que sobreviven trabajos forzados, las que son institucionalizadas, encarceladas y abusadas, por las que no tienen acceso a la educación, a la salud ni a decidir sobre su propio cuerpo, por todas las mujeres y mujeres de lucha en cualquier rincón del mundo. Alzamos nuestros puños”.
Agregan en conjunto: “Alzamos nuestras voces en solidaridad, con las que enfrentan la opresión sin importar la geografía y el idioma. Hoy y siempre protegemos nuestras redes, sostenemos la lucha y caminamos juntas, por nosotras, por las que vendrán, por las que hoy no pueden marchar. Nunca más una lucha sin todas”.
Así terminó una edición más de la Marcha 8M en Guadalajara, que es de mujeres para mujeres, por su lucha, por solidaridad, sororidad, con la esperanza de que en un año se bajen los índices de violencia e injusticia, que los mismos rostros vuelvan a compartir la caminata, en donde las autoridades trabajen por la construcción de un futuro libre, seguro y sin miedo para todas.
Las calles de Guadalajara se vistieron de morado y verde, recordando que existe una lucha real y tangible, en donde cientos de mujeres desde la rabia, lucha y esperanza mostraron a la sociedad que mientras siga faltando una de ellas, habrá motivos para seguir movilizándose.
