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NACIONALES

Representar algo para representar a alguien

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Opinión, por Miguel Anaya //

La historia política moderna de México tiene mucha tela de donde cortar, pues posterior a la Revolución, democratizar al país no fue tarea sencilla. Para que esto fuera una realidad se pasó de la creación de un partido casi totalitario, hasta la aparición de muchos mini partidos que apenas perduraron en el escenario político, además de que las expresiones políticas locales generalmente eran absorbidas por el partido en el poder.

Entre los partidos políticos que han existido en México y que se han extinguido, encontramos además del PRD, el Partido Conservador, el Partido Nueva Alianza, Fuerza por México, Partido Liberal Mexicano, Redes Sociales Progresistas, Partido Popular, Partido Progresista, entre muchos otros. La mayoría de estos institutos dejaron de existir porque no resultaban atractivos para una sociedad que no se identificaba con ellos.

Pasaron los años y solo dos partidos lograron sobrevivir por más de 5 décadas: El Revolucionario Institucional -que representaba a obreros, campesinos y comerciantes- y Acción Nacional -que abanderaba a la clase media, empresarios y religiosos-. Tanto el PRI como el PAN perduraron a través de los años porque tenían muy claro lo que representaban y entonces los ciudadanos de manera consciente o inconsciente adoptaban sus ideologías y de esta manera para los ciudadanos era un orgullo decir que eran rojos o azules, porque esos colores y esas siglas representaban algo, así entonces los partidos podían abanderar a cientos, a miles y a millones de ciudadanos.

Al comenzar el nuevo milenio vino un cambio en la vida democrática del país, después de años y años de intentarlo, por fin Acción Nacional logró posicionar a uno de los suyos en la presidencia y los hizo un personaje que claramente los representaba: Vicente Fox. Fox provenía de la iniciativa privada, de un estado con alto arraigo católico y que caía bien entre las clases medias y altas.

Pasó el tiempo y volvió el Revolucionario Institucional, pero ya no era el partido de las bases, era un PRI tecnócrata que dio esperanza a algunos y que para otros significaba alejar al “partidazo” de sus raíces, y mientras el PAN se perdía entre señalamientos de iniciar una crisis de violencia en el país, en el PRI recaían señalamientos de corrupción en algunos de sus altos funcionarios. En ese vaivén surgió la figura de López Obrador.

El actual presidente entendió que no solo debía llegar a la silla presidencial, para mantener su movimiento debía mantener un discurso, una historia y una ideología cargada de frases y símbolos. Esto le llevó a crear un partido que al menos en el discurso, representa a las bases del país, que les ayuda y les tiende la mano, como toda historia bien contada hay un protagonista y un antagonista, este comenzó por ser el PRI y pasaron a ser los “conservadores” en general.

La oposición al verse rebasada intentó aliarse, sin embargo, sus problemas son de forma y fondo. El discurso que llegaba a las bases le fue arrebatado al PRI y ahora lo dirige Morena, el PRI no sabe que es ni que representa y por lo tanto no hay quien se sienta representado bajo sus siglas, además su actual dirigencia se empeña en administrar la derrota más que en buscar hacer un partido competitivo, esto lo coloca en vías de extinción.

Por su parte, el PAN con una ideología menos trastocada, se unió a una alianza que más que beneficios le dejó una crisis política interna pues un partido de derecha se alió con su contrincante histórico y con un PRD que ya representaba nada, tan así que hoy ha desaparecido.

Más allá de filias o fobias, México necesita una oposición responsable, un contrapeso que sirva como paraguas ante algunas decisiones irracionales que comienzan a ser totalitarias; el mismo Morena necesita una oposición fuerte para tener una brújula moral, un tope, pues el poder absoluto solo destruye, a quien lo posee y a quienes lo sufren.

La oposición se debilita cada vez más y solo va a resurgir cuando representen algo, cuando se vuelva a las raíces, cuando ser opositor represente algo más que simplemente denostar al presidente o criticar cualquier esquema del nuevo gobierno. La oposición tiene que representar algo para entonces sí, aspirar a representar a alguien.

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1 Comment

1 Comments

  1. Paty

    2 de septiembre de 2024 at 10:24 AM

    Desolación en la sensación que me invade al pensar que falta mucho aun para tener un sistema político de contrapesos, con intereses honestos que representen a los diversos sectores de la población.
    A esa tarea vamos tarde. Tenemos que empezar con la formación de lideres juveniles de ferreos principios, blindados a cualquier tentación del poder absoluto.
    Debemos empezar ya!!!

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