ENTREVISTAS
La convocatoria es para todos: El Centro de Conciliación Laboral de Jalisco en un punto de inflexión
Por Francisco Junco //
El Centro de Conciliación Laboral del Estado de Jalisco (CCLJ) enfrenta un momento definitorio en su joven historia, al acercarse el fin del ciclo de su primera generación de conciliadores, tras casi tres años de operación desde su creación en 2022 bajo la Reforma Laboral de 2019.
Con 52 conciliadores que han atendido miles de conflictos laborales, esta institución se diseñó para resolver disputas entre trabajadores y empleadores mediante diálogo y mediación, evitando largos procesos judiciales. Su objetivo es claro: ofrecer soluciones rápidas, justas y accesibles que fortalezcan las relaciones laborales en Jalisco.
Sin embargo, la decisión de renovar 22 plazas a través de una convocatoria pública, abierta desde abril y con cierre de recepción de documentos el 23 de mayo de 2025, ha generado tensiones entre los conciliadores actuales y la dirección, liderada por Elke Tepper García, en un proceso que pone a prueba el compromiso del CCLJ con la transparencia y la profesionalización.
En octubre de 2025, 22 conciliadores del CCLJ, con salarios superiores a 30 mil pesos, finalizarán su periodo. Deben elegir entre dejar el cargo o competir en la nueva convocatoria. La demanda de 650-800 personas diarias resalta la necesidad de continuidad.
Los conciliadores han manejado casos complejos, desde despidos injustificados hasta conflictos por prestaciones, acumulando experiencia práctica que los distingue. Sin embargo, la falta de un mecanismo de ratificación ha generado un debate sobre cómo valorar esta experiencia sin caer en prácticas discrecionales.
La directora general, Elke Tepper García, quien asumió el cargo en diciembre de 2024, en entrevista con Conciencia Pública defiende la convocatoria como un paso hacia la equidad y la meritocracia. “Todo el mundo puede entrar, sin excluir a nadie, ni siquiera a los conciliadores actuales,” afirma, destacando que el proceso está abierto a cualquier persona con preparación adecuada, no solo abogados, aunque el dominio de la Ley Federal del Trabajo es esencial.
La convocatoria busca integrar nuevos talentos mientras permite a los conciliadores actuales demostrar su idoneidad, fomentando una competencia basada en méritos. Este enfoque refleja el compromiso del CCLJ con erradicar las prácticas opacas asociadas al sindicalismo mexicano, como el favoritismo o el “dedazo”, que dañaron la credibilidad de las antiguas juntas de conciliación.
La decisión ha generado inconformidad entre los conciliadores actuales, quienes esperaban una ratificación automática tras tres años de trabajo. Según reportes de Conciencia Pública (edición 791), los trabajadores, cuyos contratos terminan en octubre, consideran que la convocatoria busca reemplazarlos sin valorar su capacitación y experiencia, vulnerando sus derechos laborales y contraviniendo la Ley de los Servidores Públicos.
Argumentan que su labor diaria, respaldada por cursos continuos y un proceso de selección previo, justifica su continuidad. Algunos aluden a una “promesa tácita” de permanencia, una expectativa que Tepper refuta con firmeza: “Una promesa debe ser clara; si la inferiste, es diferente.” La directora señala que cualquier ratificación sin evaluaciones sería arbitraria, un riesgo que la Junta de Gobierno, donde ella tiene voz pero no voto, decidió evitar al optar por un “piso parejo”.
La ausencia de un mecanismo de ratificación y de un sistema de evaluación permanente es el núcleo del conflicto. Tepper explica que, al asumir la dirección, preguntó por un proceso de ratificación y le confirmaron que “no hay absolutamente nada.” Ella propuso conservar buenos perfiles, pero la Junta de Gobierno, tras debatir el tema, concluyó que la falta de evaluaciones técnicas impedía justificar la continuidad.
“Mi conocimiento de los conciliadores es de cuatro meses; ¿con qué nos vamos a basar para ratificar?” le cuestionaron. Esta limitación llevó a la decisión de abrir una convocatoria pública, asegurando que el CCLJ no quede desprotegido cuando los nombramientos terminen. La alta demanda del Centro, que atiende conflictos laborales críticos para trabajadores y empresas, refuerza la necesidad de planificar con antelación para evitar interrupciones en el servicio.
Para garantizar la transparencia, el CCLJ delegó la gestión de la convocatoria al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), una institución reconocida por su prestigio. El ITESO diseñará exámenes y casos prácticos, utilizando herramientas como inteligencia artificial para generar evaluaciones únicas y evitar irregularidades, como el presunto intercambio de respuestas en convocatorias anteriores.
Elke Tepper García, directora del CCLJ, detalla que el ITESO diseñará exámenes únicos a partir de un banco de preguntas para garantizar imparcialidad en la selección de 22 conciliadores, sin intervención del Centro. El proceso incluye cuatro etapas: recepción de documentos (cerrada el 23 de mayo de 2025), evaluación escrita, casos prácticos y entrevistas. Con 117 aspirantes, la competencia es intensa, pero los conciliadores actuales tienen ventaja por su experiencia, capacitación y conocimiento de la Ley Federal del Trabajo.
La convocatoria marca un punto de inflexión para el CCLJ, una institución joven que aspira a consolidarse como referente en justicia laboral. La apuesta por la meritocracia busca fortalecer la profesionalización de los conciliadores, asegurando que sean capaces de manejar la complejidad de las relaciones laborales con responsabilidad.
Tepper enfatiza su compromiso personal: “Creo en esta institución; si la echamos a perder, repetiremos los errores de la Junta de Conciliación.” Sin embargo, el desafío es doble: integrar nuevos talentos sin desestimar la experiencia de los conciliadores actuales, cuya labor ha sido crucial para el éxito inicial del Centro. La inconformidad de los trabajadores refleja una tensión más amplia sobre cómo equilibrar renovación y reconocimiento en un sistema que busca modernizarse.
La Reforma Laboral de 2019 impulsa la conciliación previa a juicios. En Jalisco, con alta actividad económica y conflictos laborales, el CCLJ protege derechos de trabajadores y fortalece la confianza empresarial, consolidando su rol estratégico en la transformación del sistema laboral mexicano.
La renovación de los conciliadores debe garantizar que las disputas se resuelvan con equidad y prontitud, evitando que escalen a tribunales y generen costos económicos y sociales. La intervención del ITESO, como árbitro independiente, es un paso hacia la construcción de un sistema transparente, pero su éxito dependerá de la capacidad del CCLJ para comunicar los beneficios de este enfoque y mitigar las tensiones internas.
