JALISCO
La fuerza de Mery Pozos: El día en el que los nombres se juntaron
Opinión, por Amaury Sánchez G.
Hay tardes que parecen dibujadas con la tinta de los acontecimientos que no se repetirán.
Tardes que empiezan antes de que el sol decida ponerse, porque la historia —esa vieja maestra— no consulta relojes para manifestarse.
La tarde del informe de Merilyn Gómez Pozos fue una de ellas.
El patio central de la CANACO Guadalajara no amaneció aquel viernes como un simple recinto empresarial: amaneció como una plaza pública sin cielo, una especie de ágora donde Jalisco reunió, sin convocatorias impresas, a sus voces más diversas.
Diputados federales. Diputados locales. Alcaldes. Regidores. Líderes sociales. Empresarios de peso. Académicos. Militantes. Ciudadanos de pie.
Una multitud no convocada por obligación, sino por reconocimiento.
Quien estuvo ahí lo sabe: no era el lleno habitual.
Era un lleno denso, humano, vibrante, como si la política hubiera recuperado por unas horas la dignidad que a veces se le extravía.
Las bancas estaban repletas, los pasillos respiraban gente y hasta las paredes parecían prestar oído. Era evidente que la diputada no llegaba sola: llegaba acompañada por todo un estado que decidió, por voluntad propia, formar parte de su palabra.
Cuando el maestro de ceremonias anunció al primer orador, el murmullo se replegó como marea ante la luna.
Y entonces apareció Ricardo Monreal.
MONREAL: LA VOZ QUE ABRE EL TELÓN
Monreal caminó hacia el escenario con la lenta solemnidad de quien ha aprendido a no apresurar la historia.
Su voz, siempre calculada, sonó distinta ese día. No era el político: era el hombre que reconoce en otra persona una virtud que el poder casi nunca concede.
“Merilyn honró la política”, dijo.
Y el patio, lleno hasta los bordes, se inclinó ligeramente hacia adelante.
Mencionó su inteligencia, su disciplina, su capacidad, pero volvió una y otra vez a la palabra que separa a los que se asoman al poder de los que lo merecen: honradez.
El veterano legislador advirtió que si preside la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública —la más compleja, la más estratégica, la más vigilada de todas— es porque la presidenta Claudia Sheinbaum vio en ella lo que pocos consiguen mostrar sin decirlo: rectitud, serenidad y un conocimiento que nace del deber, no de la ambición.
Las pantallas proyectaron luego el mensaje de Pedro Haces: contundente, elogioso, franco.
Era como si la política nacional, por un momento, hubiera puesto sus diferencias al margen para coincidir en un solo punto: el liderazgo de Merilyn Gómez Pozos ya es un hecho, no una expectativa.
LA DIPUTADA TOMA LA PALABRA
Y LA PALABRA TOMA AL PÚBLICO
Cuando la diputada habló, el ambiente dejó de ser sala y se volvió territorio.
Sus palabras llegaron no como discurso, sino como viento que trae un rumor de país.
México: un país que despierta con rostro de mujer.
“México vive un momento histórico”, comenzó.
Y la frase, pronunciada sin grandilocuencia, adquirió la fuerza de una verdad que recorre la piel.
Habló del segundo piso de la Cuarta Transformación, esa etapa que construye futuro mientras honra el pasado.
Habló de la primera presidenta en la historia, Claudia Sheinbaum, y lo hizo con una sinceridad que no nace del aplauso, sino de la convicción de que el país ha decidido cambiar la forma de caminar.
POLÍTICA DESDE ABAJO
(el oficio humilde y difícil de escuchar)
Describió su labor en Jalisco con la voz de quien ha hecho del territorio su escuela y su mandato. La “política desde abajo”, dijo, no es una frase; es el polvo en los zapatos, el sudor en la frente, la mirada directa al ciudadano que pide, exige, agradece o reclama.
Y ahí, muchos de los líderes sociales presentes —los que conocen el peso de la calle— asintieron sin ruido.
LA COMISIÓN DE PRESUPUESTO
El corazón que late en silencio
Merilyn convirtió el presupuesto en poesía política:
“El presupuesto no es un cálculo: es un acto moral”.
Habló de los Presupuestos 2025 y 2026 como un artesano describe su obra: con precisión y respeto.
Mencionó la salida de casi 14 millones de mexicanos de la pobreza, no como logro, sino como punto de partida.
Prometió fortalecer programas sociales, invertir en infraestructura, abrir caminos para MIPYMES, sostener regiones olvidadas y procurar desarrollo desde el humanismo, no desde el escritorio.
En aquel instante, varios empresarios presentes —esos que rara vez aplauden en informes— lo hicieron.
NOMBRAR PARA SANAR
Legislar para los invisibles
La diputada habló de sus iniciativas con un temblor sereno que solo se percibe en quienes no legislan para estadísticas, sino para heridas reales.
Habló de mujeres violentadas.
Habló de niñas y niños sin protección.
Habló de personas con discapacidad, de víctimas de trata, de violencia digital, de acoso.
Habló de animales de compañía que por fin tienen un espacio legal para respirar dignidad.
“Nombrar es transformar”, dijo.
Y muchos sintieron que esa frase servía para resumir su trabajo entero.
LAS REFORMAS QUE REESCRIBEN LA PIEL DEL PAÍS
Enumeró las reformas constitucionales con elegancia:
• Democratización del Poder Judicial.
• Blindaje de los programas sociales.
• Reconocimiento del bienestar animal.
• Protección de energía, litio y recursos estratégicos.
• Declaración del maíz nativo como patrimonio nacional.
Ahí, los diputados presentes —de todos los colores— escucharon sin parpadear.
JALISCO: RAÍZ, HORIZONTE Y CASA
Cuando habló de su distrito, la voz se le volvió más íntima.
Describió su Casa de Enlace, su presencia en territorio, la participación histórica del Distrito 11 en la elección del nuevo Poder Judicial.
Defendió que Jalisco sí recibe recursos federales.
Y prometió, con la firmeza de quien no promete por cumplir, la reparación de todas las carreteras federales del estado y el avance en el saneamiento del río Santiago.
Fue entonces cuando varios presidentes municipales se levantaron a aplaudir.
El país posible —ese que late en las manos de quien no se rinde— apareció en su discurso: innovación, emprendimiento, consumo interno, responsabilidad empresarial y justicia social.
Todo en un mismo párrafo, como si Jalisco pudiera convertirse en un laboratorio de país.
UN AÑO QUE SERÁ MEMORIA E INICIO
“El pueblo volvió a hablar”, dijo.
Y el público entendió que aquel año legislativo no fue un trámite: fue una refundación silenciosa, un cimiento que los años tendrán que respetar.
EL CIERRE QUE ABRIÓ CAMINOS
Cuando terminó, el aplauso no estalló: se elevó.
Era un aplauso que envolvía.
Un aplauso que reconocía.
Un aplauso que decía, sin decirlo:
Aquí hay liderazgo. Aquí hay proyecto. Aquí hay alguien que no espera el futuro: lo construye.
Y mientras la tarde se cerraba sobre el patio de la CANACO —entre luces templadas y conversaciones que aún ardían— se sintió algo que pocas veces se percibe en la política:
La sensación de haber presenciado el inicio de una figura.
De esas que ya no se detienen.
