NACIONALES
Vacío legal en materia de bioterrorismo: México, sin preparación para un conflicto de bioseguridad grave

Por Omar Becerra Partida //
Ahora con todas las teorías conspirativas del COVID 19, de ¿que si es o no un acto bioterrorista?, sería interesante analizar el vacío legal tan riesgoso que tenemos en el país…
En este manuscrito, abordaremos un vacío legal muy importante en México, que se refiere a la creación de una ley en anti-bioterrorismo, nos enfocaremos en la necesidad de crear un marco juridico, como protección de derechos humanos y así encontrar una protección juridico-bioético de esta nueva forma de genocidio
Sabemos que México en temas de Bioderecho es nuevo, así como también no existe, el interés ni por parte del gobierno, ni de los legisladores, sobre la investigación de dichos temas.
El término bioética según V.R. Potter, tiene un origen etimológico bien conocido: BIOS–ethos, comúnmente traducido por ética de la vida, que si la materializáramos en materia legislativa sería una integralidad jurídica de equilibrios para la sociedad mexicana.
Está demás dar una explicación amplia de lo que se vive en México, pero si es importante hacer este tipo de investigaciones para que sean el inicio de una carrera larga tanto académica como gubernamental para dichos temas de interés mundial.
El desarrollo de las Biotecnologías, y el interés por el poder por parte de las naciones, ha sido en gran medida, la principal causa de la creación de armas biológicas y por qué no del soldado perfecto como lo podría ser un virus.
La creación de células zombies por parte de Universidad de Nuevo México, en conjunto con los Sandia National Laboratories de Albuquerque, nos hace pensar que ya no estamos tan lejos de lo que vemos en películas de ciencia ficción.
El marco Jurídico mexicano brilla en su ausencia, sobre estos temas, y es donde observamos que el derecho mexicano ha sido rebasado por la ciencia, en donde al abogado, se le da una formación de intérprete de la ley mas no de racionalizarla como tal, y por ende el marco jurídico se convierte en un lienzo mil veces pintado del mismo color, sin aportar algo que favorezca a la sociedad mexicana.
Entendemos que el Bioterrorismo consiste en el uso intencionado de un patógeno o producto biológico para producir daño a personas, animales, plantas u otros organismos para influir sobre la conducta de los gobiernos o intimidar a la población civil.
Las armas biológicas, consisten en virus, bacterias u otros gérmenes que normalmente se encuentran en la naturaleza pero que en ocasiones han sido modificados en laboratorio para aumentar su capacidad de dispersión, de resistir los tratamientos médicos o ser más dañinos.
Recordemos que el primer Bioterrorista que tuvimos en Mexico fue Hernán Cortez, al envenenar las aguas de Tlatelolco, con cadáveres para poder entrar a la misma.
LAS PANDEMIAS EN MÉXICO
¿Cuánta pandemias se han sufrido en México?
Según documentos como el libro Ensayos sobre la historia de las epidemias en México del Instituto Mexicano del Seguro Social, 1982, compilado por Enrique Florescano y Elsa Malvido, el boletín de Epidemiología de la Secretaría de Salud, se puede consultar en la página electrónica de la Dirección Dineral Adjunta de Epidemiología (www.dgepi.salud.gob.mx) , el libro de la Visión de los vencidos Miguel León-Portilla y así como el artículo de la Jornada llamado, El catarro pestilencial, primer gran epidemia que azotó México encontrado en https://www.jornada.com.mx/2009/04/25/ciencias/a02n1cie
Daremos un historial de las pandemias en nuestro país:
1450-1456. Una epidemia de influenza o gripa.
1528. Epidemia caracterizada por la aparición de tos y granos ardientes, según redacta el antropólogo e historiador Miguel León-Portilla en su libro La Visión de los Vencidos.
1540. Epidemia de tifoidea.
En 1576. Epidemia que no adquirió nombre y que era una combinación de viruela y tifoidea.
1813 epidemia de tifoidea y cólera.
1902. Epidemia Peste bubónica.
1918. Epidemia influenza española.
1940. Epidemia la malaria o paludismo.
1948-1955 Epidemia de poliomielitis.
2009. Epidemia de influenza.
2020. Epidemia de COVID 19
PLAN CONTRA ATAQUE BIOTERRORISTA
En este contexto tenemos un plan nacional en contra de un ataque bioterrorista, realizado en el sexenio de Felipe Calderón, pero el solo actuar con un plan es insuficiente para las instituciones de seguridad social, ya que no se dan abasto por sí solas con padecimientos comunes.
México, no está preparado, para un conflicto de bioseguridad tan grave.
Existe un plan nacional sobre bioterrorismo mas no existe un marco legal especial, quizá solo la creación de una ley por si sola podría ayudarnos en un cien por ciento, pero sí podría dar en ese contexto la capacidad de crear instituciones adecuadas para subsanar esta situación y complementar con las instituciones del estado con las que ya se cuentan.
Las leyes internacionales prohíben el uso de agentes biológicos en los conflictos armados, como lo vemos en el Protocolo de Ginebra y después, en 1969.
La Asamblea General de las Naciones Unidas emitió una resolución que hace recomendaciones a dicho Protocolo. Adicionalmente, se desarrolló la Convención Mundial de Armas Biológicas y Toxinas en 1972, que fue revisada en 1975, 1980, 1986, 1991 y 1996.
Esta convención está en contra del desarrollo, producción, adquisición y acúmulo de microorganismos y sus productos, excepto para fines pacíficos.
Pero si con el COVID 19 que según los expertos es un virus no mutado en laboratorio, ¿Qué pasaría con uno que si fue mutado con el fin de perjudicar a la población?
El Dr. Omar Becerra Partida es Presidente del Colegio de Bioética y Terapia de Jalisco AC.
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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