MUNDO
OPEC reacciona a presiones del G7 y Unión Europea: Control occidental de precios por cualquier medio o escusa

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Con la presión económica que están sufriendo millones de personas en todos los países del mundo, en especial las que padece la clase media de occidente misma que está en extinción, los gobiernos del G7 de manera colectiva e individual imponen el control de precios a mercancías locales e internacionales como un “ave maría dame puntería”, encaminado a frenar la inflación galopante y la inminente recesión consecuente.
Es decir que no solo en México los políticos hablan y tratan de aplicar un control de precios, es algo que desde Washington hasta Berlín y Bruselas están pensando y de una u otra forma aplicando.
Los causantes de esta crisis son, desde mi punto de vista, los propios que ahora quieren combatirla con medidas ineficientes, lo he dicho antes y lo reitero ahora, cinco de esos siete países (EUA, Alemania, Canadá, Francia y Reino Unido), se dedicaron a imprimir dinero a lo loco para repartirlo y al tiempo frenar la producción de bienes de todo tipo desde el 2020 y hasta inicios del 2022.
De lo anterior ya hemos dado ejemplos por lo que no los repetiremos, pero ahora esos países que generaron está crisis se ven aterrados por la guerra de Rusia vs Ucrania y culpan a la misma de todo lo que está sucediendo. Es obvio que la guerra ha traído consecuencias económicas, pero muchas de las mismas consecuencias son producto de la política que se ha seguido para tratar de frenar esa guerra, por lo que nuevamente debemos ver a los mismos cinco países antes mencionados que le echan petróleo a la hoguera.
PETRO PRECIOS CONTROLADOS PROPONEN LA UE Y EL G7
Por un lado, las potencias occidentales nos dicen que el libre mercado es la política de las democracias y de gobiernos que permiten la libre empresa y el libre flujo de mercancías. Pero ahora resulta que esas potencias dicen que hay que limitar la producción de petróleo y de gas natural en sus propios países como lo hizo EUA desde el 2021, causando inflación, mientras que proponen poner un límite artificial al precio al petróleo que se importa de otras fuentes como Rusia para combatir la guerra, es decir ellos ven una doble ventaja en limitar los precios del petróleo y del gas ruso al generar de manera artificial una disminución de los recursos monetarios a favor de Rusia y buscar reducir el precio de los energéticos que los europeos y norteamericanos pagan por los mismos, siendo esta medida una herramienta en el combate a la inflación más que una medida de combate a la guerra.
Pero, ¿no sería más fácil pedir a EUA que aumente su producción al menos a los niveles de autoconsumo? Con lo anterior EUA no competiría en el mercado de la compra internacional de energéticos fósiles bajando la presión a los demás países.
La doble moral es evidente, la guerra de Rusia debe ser detenida pero esta guerra en realidad está siendo usada como pretexto por todos para adoptar medidas económicas que tratan de encubrir sus propias pifias cometidas previas y durante la guerra. La guerra también es un gran negocio de $50 mil millones de dólares para la poderosa industria militar de los EEUU quien había perdido el negocio de la guerra en Afganistán pero ya se recuperó.
A inicios de septiembre pasado, el G7 y la Unión Europea informaron que estaban por concluir un marco para imponer un tope o un descuento al precio del petróleo y gas rusos con la idea de que este fuese comprado pero a precios inferiores a los del mercado, es decir que por la guerra de Rusia los europeos y los norteamericanos se verían beneficiados al pagar un precio menor al comprar los energéticos del invasor. ¡Qué cinismo! Así es, dicho mecanismo de control de precios daría a los clientes de EUA y de la UE un mecanismo para acceder al petróleo de Putin pero barato.
Estas declaraciones fueron hechas por el propio subsecretario del tesoro de EUA Ben Harris el 9 de septiembre. Ellos tienen pensado iniciar esta limitante a partir del 5 de diciembre del 2022, pero para que este mecanismo sea efectivo deben contar con los dos mercados de consumo oriental más grandes que son China e India.
Según el mismo funcionario norteamericano se busca que esos dos países participen al menos aceptando un 30% o 40% del descuento que Europa y EUA aplicarían, es decir que si EUA y UE acuerdan descontar $10 dólares al precio de cada barril que venga de Rusia, se consideraría un éxito si China e India descuentan $3 o $4 dólares. Pero hasta el momento no se ve que China e India vayan a romper su alianza con Putin, pero esta será una prueba de fuego ya que dinero llama a dinero y China e India serían directamente beneficiadas por este pacto si es que deciden sumarse en detrimento de la OPEC y de Rusia.
¿OPEC VILLANA O CAUTA?
En julio pasado Biden en persona solicitó, casi le rogó a la OPEC aumentar su producción diaria de petróleo, pero por otro lado se dice que se aplicará una medida de control de precios en su perjuicio, al tiempo que se ha declarado una guerra en contra de los combustibles fósiles. No suena muy buena la diplomacia. A final de cuentas los países productores y exportadores de petróleo buscarán ganar más por sus mercancías y los consumidores tratarán de pagar menos. La pregunta es, ¿cómo lograr que ambos estén satisfechos? Para Biden el precio del petróleo en el 2022 es muy importante ya que en noviembre se renovará casi la totalidad del Congreso de ese país.
El pasado jueves la OPEC reaccionó de manera preventiva a este descuento decembrino de la UE y el G7 por lo que disminuyó su producción diaria en 2 millones de barriles de petróleo. La mayoría de las notas mundiales indicaron que dicha disminución era una bofetada a Biden quien hace un par de meses fue a rogarles el aumentar su producción para bajar la inflación que afecta a los EUA misma que como hemos dicho fue autogenerada más que provocada por el exterior.
Pero será que la OPEC desairó la petición de Biden o será que como lo indicamos antes, la organización reaccionó a la medida de control de precios propuesta por el G7 y por la EUA que entraría en vigor en un par de meses para tratar de disminuir los mismos de manera artificial.
La Casa Blanca se quejó por el recorte de la OPEC acusando a la organización de países productores de petróleo por alinearse con Rusia al favorecer a Putin con el alza de precios. ¿Será? Insisto, Washington se olvida de que el G7 declaró la guerra a los combustibles fósiles en el 2021 y EUA ha bloqueado su propio desarrollo y aumento de producción. Más aun, como usted recordará, en 2021 Washington aplicó presión a los bancos del mundo para que dejasen de financiar proyectos de energías fósiles, incluso suspendió la construcción del oleoducto de Canadá a Texas y de Israel a Italia por lo que hoy está tratando de esconder la mano después de haber tirado la piedra.
Las medidas de control de precios en distintas mercancías desde los alimentos hasta los energéticos están siendo sugeridas o aplicadas en todo el mundo, ya sea en gobiernos de izquierda o de derecha, pero como sabemos estas medidas nunca han sido sostenibles y de hecho además de escasez también generan inflación posterior y mercados negros.
Nuestro país y nuestra economía, como la de muchos otros está en medio de una guerra y no me refiero a la de Ucrania, sino a una guerra económica en la que se juega el nuevo orden mundial. Una guerra que puede pasar el control mundial a China y que al mismo tiempo ha decidido acelerar la transición de energías fósiles a renovables todo en un triple salto mortal sin red de seguridad.
El ejemplo de esto es Europa quien está viendo -padeciendo- por la decisión que tomó y ha estado aplicando durante los últimos 10 años al cerrar sus principales fuentes de energía para depender casi al 100% del petróleo y gas rusos, orientales y norteamericanos.
Nuestra economía está íntimamente ligada a la de EUA y por eso es que las decisiones malas o buenas que se tomen en Washington nos afectan de igual manera, por lo tanto, debemos estar atentos a las mismas y como individuos, como empresas y como gobiernos para tomar con tiempo las medidas necesarias.
MUNDO
Reunión Putin-Trump en Alaska termina sin avances concretos sobre Ucrania

– Por Redacción Conciencia Pública
La cumbre en Alaska entre los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump concluyó tras dos horas y 45 minutos sin acuerdos sobre un alto el fuego en Ucrania ni sobre las sanciones adicionales prometidas por Trump si continuaban las hostilidades.
Ambos líderes calificaron el encuentro como “productivo” y “útil”, pero no ofrecieron detalles sustanciales.
La conferencia de prensa decepcionó a los periodistas, ya que no hubo respuestas a preguntas ni explicaciones sobre la cancelación de la reunión con comitivas y el almuerzo de trabajo, ya que redujeron drásticamente la duración prevista de seis a siete horas.
Según el portavoz de Putin, Dimitri Peskov, el programa cambió, sin aclarar razones.
Aunque ambos hablaron de “progresos”, no especificaron cuáles. Trump mencionó “avances” pero señaló que aún faltan acuerdos en puntos clave, sin entrar en detalles.
Es incierto si ocultan entendimientos para consultar con aliados europeos y Ucrania, o si estos no son relevantes aún.
Putin elogió los esfuerzos de Trump por resolver el conflicto, al que llamó “tragedia y dolor” para el “hermano pueblo ucranio”.
Sin embargo, insistió en eliminar las “causas originarias” del conflicto y abordar las preocupaciones de seguridad de Rusia, reiterando su postura de exigir la capitulación incondicional de Ucrania sin ceder terreno.
La falta de resultados concretos y la brevedad del encuentro dejaron más preguntas que respuestas, reflejando la complejidad de las negociaciones y las posturas inflexibles de ambos líderes.
MUNDO
Trump y Putin se citan en Alaska: la cumbre que podría redibujar el mapa de Ucrania

– Por Redacción Conciencia Pública
En un movimiento que ha sorprendido a aliados y adversarios, Donald Trump y Vladimir Putin se reunirán este viernes 15 de agosto en la base militar Joint Base Elmendorf-Richardson, en Anchorage, Alaska, con el objetivo de buscar un alto el fuego en la guerra de Ucrania.
La cita, que incluirá un encuentro privado, un almuerzo bilateral y una conferencia de prensa conjunta, ha despertado expectativas y temores a partes iguales. El Kremlin ha adelantado que además de la paz, en la mesa estará el “enorme potencial” para la cooperación económica entre ambas potencias.
El punto más delicado de la agenda es la exigencia rusa de que cualquier acuerdo reconozca su control sobre territorios de Ucrania como Donetsk, Lugansk y Crimea. Trump ha dejado entrever la posibilidad de un “intercambio de territorio” como salida negociada, una idea que ha sido rechazada tajantemente por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien advierte que “todo lo que se decida sin Ucrania es una decisión contra la paz”.
La reunión llega en un contexto de desconfianza internacional. Diplomáticos europeos han expresado preocupación de que un pacto apresurado pueda ser visto como una victoria para Putin y debilite la posición de Occidente.
Analistas apuntan que, más allá de Ucrania, Trump podría usar la cumbre para impulsar proyectos conjuntos en energía y recursos naturales, así como para abrir la puerta a nuevas negociaciones sobre armamento nuclear.
El encuentro en Alaska no solo es estratégico por su aislamiento y alta seguridad —en un enclave cercano al estrecho de Bering—, sino también logístico: la ubicación permite vuelos directos desde Rusia y reduce riesgos políticos para Putin, quien enfrenta órdenes de arresto internacionales.
Aun así, la organización ha sido exprés; la alcaldesa de Anchorage confesó haberse enterado por redes sociales, y ante la saturación hotelera se han habilitado dormitorios universitarios para alojar a las delegaciones y periodistas de medios de comunicación de todo el mundo.
Todo apunta a que esta cita podría marcar un antes y un después en el tablero geopolítico. Para Trump, representa una oportunidad de proyectar su imagen como negociador capaz de poner fin a una guerra que lleva más de tres años. Para Putin, podría ser la vía de consolidar su control territorial.
Para el resto del mundo, la incógnita es si de Alaska saldrá un acuerdo que traiga paz… o que reconfigure las reglas del juego internacional a favor de Moscú.
Medioambiente
“Avalanchas de hielo” aceleran el retroceso de glaciares en Groenlandia y otras regiones del mundo

– Por Redacción Conciencia Pública
Un hallazgo revela que cada desprendimiento de iceberg desata un efecto en cadena que derrite el hielo más rápido de lo que se pensaba.
En el sur de Groenlandia, cada vez que un bloque de hielo del tamaño de un edificio se desprende de un glaciar y cae al mar, no solo se pierde ese pedazo de hielo: se activa un mecanismo que acelera aún más el retroceso glaciar.
Así lo revela un estudio publicado en la revista Nature, que utilizó tecnología avanzada para escuchar y medir lo que ocurre bajo el agua después de estos gigantescos derrumbes de hielo, conocidos como “calving”. La capa de hielo de la isla ha perdido 5,091 kilómetros cuadrados de superficie entre 1985 y 2022, de acuerdo al estudio de la revista científica.
Los científicos descubrieron que, tras el estruendo del desprendimiento, se forman enormes olas que viajan bajo la superficie —tan altas como un rascacielos— y agitan el agua del fiordo durante horas. Esta agitación lleva agua más cálida desde el fondo hasta la base del glaciar, derritiéndolo desde abajo y debilitándolo para provocar el siguiente colapso. Es un círculo vicioso: cada caída de hielo prepara el terreno para la siguiente.
El hallazgo es importante porque Groenlandia pierde en promedio 279 mil millones de toneladas de hielo al año, y una parte significativa proviene justamente de estos desprendimientos. Si toda su capa de hielo llegara a derretirse, el nivel del mar en todo el planeta subiría unos siete metros, afectando a millones de personas en zonas costeras, incluidas ciudades mexicanas como Veracruz, Mazatlán o Cancún (tanto en el Atlántico como en el Pacífico y todos los océanos).
Para obtener estas mediciones inéditas, un equipo internacional tendió un cable de fibra óptica de 10 kilómetros en el fondo de un fiordo y lo convirtió en un gigantesco “micrófono submarino”. Así pudieron registrar con precisión las vibraciones y movimientos causados por cada desprendimiento, revelando un mecanismo que hasta ahora solo se intuía.
Los expertos advierten que este efecto en cadena deberá incluirse en los modelos que proyectan el aumento del nivel del mar, y también podría servir para desarrollar sistemas de alerta temprana frente a las olas que provocan estos derrumbes, capaces de poner en riesgo a embarcaciones y comunidades cercanas.
Los glaciares de Groenlandia son más susceptibles a los cambios estacionales, es decir, que se expanden en invierno y retroceden en verano, son también los más sensibles al impacto del calentamiento global y han experimentado su retroceso más significativo desde 1985.
La fusión de la vasta capa de hielo de Groenlandia, la segunda más grande del mundo después de la Antártida, se estima que ha contribuido en más del 20% al aumento observado del nivel del mar desde 2002.
Más allá de la ciencia, el estudio es un recordatorio de que el cambio climático no solo derrite el hielo lentamente, sino que también lo empuja a colapsar en episodios dramáticos que aceleran su desaparición. Y, en Groenlandia, cada “avalancha de hielo” es un golpe que acerca un poco más el mar a nuestras puertas.
ALERTA MUNDIAL: ESTO SUCEDE TAMBIÉN EN OTRAS PARTES DEL PLANETA
El desprendimiento de grandes bloques de hielo desde un glaciar hacia el mar o un lago (calving) no es exclusivo de Groenlandia; también ocurre en muchos lugares del planeta donde los glaciares terminan en agua.
Lo que cambia de región a región es la escala, la frecuencia y la fuerza del impacto que tiene en el retroceso glaciar. Te lo detallo por zonas:
1. Antártida (Polo Sur)
- Aquí el calving es enorme y natural: las plataformas de hielo (ice shelves) se desprenden en grandes tablones de decenas o cientos de kilómetros cuadrados.
- El cambio climático está acelerando este proceso, porque el agua oceánica más cálida erosiona la base de estas plataformas y las hace colapsar antes de tiempo. Ejemplos recientes: el desprendimiento del iceberg A-76 en 2021 y el colapso de la plataforma Larsen B en 2002.
- Igual que en Groenlandia, el calving antártico puede desestabilizar glaciares interiores, haciendo que fluyan más rápido hacia el mar.
2. Glaciares de montaña en Alaska, Canadá, Noruega y Svalbard (Ártico y Europa)
- Muchos de estos glaciares terminan en fiordos y también sufren calving.
- En lugares como Svalbard, el retroceso se acelera en verano cuando el hielo marino desaparece y el frente glaciar queda expuesto a olas y aguas más cálidas.
- El mecanismo de “olas internas” que describió el estudio en Groenlandia probablemente también ocurre aquí, aunque con menos documentación directa.
3. Sudamérica (Patagonia, Chile y Argentina)
- Los glaciares patagónicos que desembocan en lagos, como el Perito Moreno o el Grey, también tienen calving, pero el agua de lagos dulces es menos densa y menos cálida que la del mar, así que la fusión submarina es menor.
- Aun así, el desprendimiento contribuye al retroceso, sobre todo cuando el nivel del lago es alto y el hielo queda flotando, lo que reduce su estabilidad.
4. Asia (Himalaya, Karakórum, Alaska-Asia y Kamchatka)
- El calving se da en glaciares que terminan en lagos proglaciares, cada vez más frecuentes por el derretimiento acelerado.
- Estos desprendimientos pueden generar olas peligrosas (tsunamis en lagos) que amenazan poblaciones aguas abajo.
- El impacto en el retroceso es importante a nivel local, pero el volumen de hielo involucrado es mucho menor que en Groenlandia o la Antártida.
En resumen:
- El calving ocurre en todas partes del mundo donde un glaciar termina en agua (mar o lago).
- El proceso básico (desprendimiento → olas → agitación → posible fusión adicional) es universal, pero el impacto global es mayor en Groenlandia y la Antártida porque ahí la masa de hielo es gigantesca y conecta con océanos profundos y cálidos.
- En glaciares de montaña, el calving también contribuye al retroceso, aunque su influencia en el aumento del nivel del mar es más limitada.