CULTURA
Carlos Cortés y su realismo crudo de cruda realidad: Una obra rica en simbolismos e interpretaciones
Conciencia en el arte, por Héctor Díaz (*)
Entrevista exclusiva para Conciencia Pública
“Mi obra es rica en símbolos e interpretaciones, requiere de recovecos, misterios y sombras, las semióticas implícitas no son rígidas ni anuncian augurio en específico, son flexibles de interpretación”.
Considera que su estilo “es un Realismo Intenso, una decodificación del entorno y realidad, pasado por el tamiz del drama y el simbolismo personal”.
“No pretendo dejar un mensaje en específico, mi obra como mi persona es cambiante, galopa en muchas direcciones hasta incluso llegar a extraviarse en ocasiones”.
Así se expresa Carlos Cortés, artista tapatío (nacido en 25 de noviembre 1977 Guadalajara), quien dice ser “un ente torcido en permanente búsqueda de la belleza”.
La mayor dificultad con su obra considera que ha sido la apertura del público, toda vez que las personas no son muy dadas a aventurarse por senderos que no son tersos y pavimentados, no solo individuos sino instituciones públicas y privadas.
“La cultura de la inmediatez permea la psique del individuo y conglomerado social, veo una adoración a lo lineal, lo digerido, lo correcto, el arte descafeinado, cursi y alegórico. Después de 22 años de trayectoria sigo encontrándome con la misma problemática una y otra vez, es como un loop infinito”.
LA ENTREVISTA
¿Cómo fue tu infancia?
Desgraciadamente tengo muy pocos recuerdos infantiles, por alguna razón me cuesta mucho ligar la memoria con mi infancia, tengo flashes vividos con gente muy querida, pero no tengo muy chispeante esa parte de mi vida, sin embargo intuyo que fue regular desde una perspectiva agreste ya que nací y crecí en el barrio de San Juan Bosco, ahí la vida es dinámica, casi por necesidad uno debe estar atento y con el ojo picudo, nace uno con retrovisor incluido, así crecí, educado a martillazos y banquetazos, aprendí a torear y en este sentido termina uno convertido en escapista, una especie de Harry Houdini de alcantarilla.
¿Qué estudiaste?
No terminé la secundaria, me expulsaron y me negué a reiniciar, desde entonces supe que la vida no se desenvolvía desde el derrotero académico, al menos no la mía…. Tiempo después inicié la carrera técnica en Artes Plásticas del Cabañas, entré a la tierna edad de 17 años; también realicé diplomados y talleres de cine y literatura. En realidad he aprendido más por la vía libre, in situ, y en los libros más que en la academia. Soy Honoris Causa por parte de la vida.
¿Cuáles son tus pasatiempos?
Veo mucho cine y leo de todo, también me gusta salir a oxigenarme, también me entretiene de sobremanera observar a la distancia el comportamiento humano… aunque para ser honesto, a mi edad el mejor pasatiempo es la siesta.
¿Por qué decidiste ser artista?
No es algo que se decide, es algo que se encuentra; poca idea tenía yo de lo que quería, a todo he llegado y todo me ha llegado de manera providencial, lo que sí sé es que decidí optar por las artes plásticas como canal de expresión cuando no me pude dedicar al cine.
Si no fueras artista ¿a qué te hubieras dedicado?
Francamente no tengo idea, no me veo haciendo algo que no tenga que ver con el arte o la creatividad como canal o cable a tierra, me puedo ver en otra área, pero siempre dentro del arte… me habría gustado dar continuidad a mis inquietudes cinematográficas. Igualmente cualquier oficio dignifica.
¿Quién o qué te inspira?
Soy una especie de vampiro, exprimo lo que me inquieta y conmueve, hasta secarlo… Hay autores -en muchas áreas- que he estudiado hasta la nausea, por tanto han ejercido influencia.
¿Cuál es el estilo que te caracteriza y por qué éste?
Considero es un Realismo Intenso, una decodificación del entorno y realidad, pasado por el tamiz del drama y el simbolismo personal.
¿Qué mensaje quieres dar con tu arte?
No pretendo dejar un mensaje en específico, mi obra como mi persona es cambiante, galopa en muchas direcciones hasta incluso llegar a extraviarse en ocasiones. Mi obra es rica en símbolos e interpretaciones, requiere de recovecos, misterios y sombras, las semióticas implícitas no son rígidas ni anuncian augurio en específico, son flexibles de interpretación.
Si no fueras tú y vieras tu obra ¿qué pensarías?
Estaría embobado, como me sucede con toda cosa que me gusta, admiro e interesa… la vería por horas tratando de dilucidar el universo del autor para encontrar un eco en el mío.
¿Cuál ha sido tu mayor dificultad en la industria del arte y cómo lograste superarla?
La apertura del público hacia mi obra, las personas no son muy dadas a aventurarse por senderos que no son tersos y pavimentados, no solo individuos sino instituciones públicas y privadas… la cultura de la inmediatez permea la psique del individuo y conglomerado social, veo una adoración a lo lineal, lo digerido, lo correcto, el arte descafeinado, cursi y alegórico. Después de 22 años de trayectoria sigo encontrándome con la misma problemática una y otra vez, es como un loop infinito.
¿Cuál ha sido tu mayor satisfacción en la industria del arte?
Vivir y hacer vivir a los míos de lo que hago, contra todo pronóstico, siempre es motivante. Encontrar espíritus afines que entienden, comparten, se ven reflejados y hasta compran tus engendros, es una gloriosa satisfacción.
¿Cuál es tu meta como artista?
No existe un largo plazo, por lo tanto no hay meta; a corto plazo es hacer mi mejor pieza cada que inicio la siguiente. Es inexistente un blanco para el dardo envenenado del arte, la pintura es una granada de fragmentación que te estalla en la mano, no es controlable en medidas estándares.
¿Por qué tu trabajo aporta algo nuevo al arte?
No estoy seguro de aportar algo nuevo, lo que sí sé es que mi trabajo está hecho desde adentro, desde lo individual, resulta imposible que sea igual que otro… paradójicamente esto lo vuelve universal.
¿Por qué el arte es importante en nuestra vida?
Ofrece perspectiva ante ese gran galimatías que es la existencia.
¿Un artista hace una obra o una obra hace a un artista?
El ejercicio artístico requiere de la materia prima que es la inteligencia, sin esta no existe. El hecho de que un individuo genere una pintura no lo convierte en artista, ni a su producto en arte.
¿Se requiere locura para ser artista?
No es requisito, sin embargo no conozco artista que valga, cuerdo… en realidad no conozco adulto cuerdo, punto.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere ser artista?
Que no lo haga, pero si se aferra, que lleve casco.
¿Cuál consideras que será tu legado?
Mi obra, no en un sentido técnico, sino en el lenguaje y poética acuñada en ella.
¿Cómo te gustaría ser recordado?
Como un ser que llegó de ninguna parte, y aún así, se las arregló para conmoverlos.
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(*) Por Héctor Díaz, Fundador y Director de HECTOR DIAZ Gallery.

