NACIONALES
Van tres marchas contra el régimen de la 4T: La marcha rosa, realidades, farsas y excesos

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //
El domingo 18 de febrero, se llevó a cabo la gran marcha rosa dizque para defender la democracia y el voto libre, anunciada con bombo y platillo por los seguidores de Claudio X. González Guajardo, el incansable impugnador del gobierno de la Cuarta Transformación (4T) que son algo así como 250 organismos -membretes- que alardean representar la sociedad civil. Esos organizadores, advirtieron que para nada participaban los partidos integrantes de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, aunque allí estaban solazadas las dirigencias y sobrados cuadros relevantes.
Este movimiento, viene a ser el tercero a partir del primeri, efectuado en 13 de noviembre de 2022, cuando al grito de “El INE no se toca”, casi llenaron el espacio entre el Ángel de la Independencia y el Monumento a la Revolución de la capital mexicana: entonces propalaron que habían sido 200 mil asistentes, aunque el gobierno del antiguo DF afirmó que solo fueron 10 mil, y otros observadores aceptaron cifras entre 50 y 60 mil partícipes.
El orador estrella fue José Woldenberg, quien en suma llamó para que los mexicanos expresaran rotundo, “no al autoritarismo, … sí a un México democrático”. (Expansión Política, 13-XI-2022). A la arenga, correspondieron nutridos aplausos y vítores de los dirigentes (por sus apodos, Markitito, Alito y Chucho) de la entonces alianza del PRI, PAN y PRD, llamada Frente Amplio por México (FAM).
La segunda gran marcha rosa auspiciada por Claudio X. González y sus subalternos de la sociedad civil (¿?), fue en febrero 26 de 2023: la organización “Unidos por México 2024″, que aseguró integrar a más de 60 asociaciones, convocó también a protestar en más de 82 ciudades del territorio nacional y el extranjero. La concentración llevó el nombre de “Mi voto no se toca”, focalizándose contra el Plan B electoral del presidente; la máxima protesta fue el zócalo de la Ciudad de México, a las 11:00 horas, donde se colocó un templete para que algunos de los representantes de las ahora -dijeron- 117 organizaciones convocantes, brindaran discursos y argumentos en contra de la reforma al INE.
El orador estelar fue el exministro José Ramón Cossío, adalid de los recursos jurídicos contra la 4T, quien llamó a los ministros de la Corte para reprobar las leyes electorales del plan B. También habló la iracunda periodista Beatriz Pagés, -exdiputada priista- quien aseveró que con las reformas que contemplaba el antedicho Plan, Amlo y seguidores “pretenden dar paso a una dictadura electoral”. (Baruc Mayen, en Infobae, 27-II-2023). Excitados, los integrantes del todavía FAM, batían las palmas y multiplicaban vivas.
Ahora pues, se llevaba a cabo la tercera gran marcha de las oposiciones, enmascaradas -como lo prueban los hechos- de sociedad civil. En la plataforma erigida en el centro de la capital azteca, tres personajes de reconocido color antiobradorista: Fernando Belaunzarán, rabioso experredista ahora panista; Amado Avendaño V., activista del Frente Cívico Nacional que juzga a Morena como enemiga de la democracia, y la panista fundadora del membrete Sociedad Civil México, Ana Lucía Medina Galindo, quien califica al presidente de sádico mediático, arengaban a la muchedumbre abigarrada, que ellos proclamaban como impresionante y que Enrique Krause, concurrente al acto vestido de paisano y cachucha, calificó como similar a las de 1968 (¡vaya figuración!, semejante a sus ideas); este afamado ingeniero-empresario de la historia- claramente indicó que el peligro de perder la democracia y la libertad, valores conquistados con sangre, y “que no permitiremos nos los quiten”, tiene su principal riesgo, en “el autoritarismo del presidente, el despotismo del presidente, la tiranía del presidente” y rubricó, que esa concentración sí era un evento político, pero como no veía banderas del PAN, el PRI ni el PRD, “los ciudadanos son los protagonistas de esta marcha”. (X antes twitter, de Reforma, 18-II-2024).
Por cierto, como no estaba la gigantesca bandera del zócalo, Leo Zuckerman (notorio antilopezobradorista) aseveró que “era una canallada y pinta de cuerpo entero a López Obrador”; junto a este comentarista, Héctor Aguilar Camín, encrespado explicó ese detalle: el mensaje siniestro del presidente fue, a los manifestantes, “yo estoy blindado aquí, (en palacio) contra ustedes que no son mexicanos y no están bajo el amparo de su bandera”. (Es la hora de opinar, Foro TV, 19-II-2024).
Haciendo un recorrido entre los miles de asistentes vestidos con indumentarias rositas, la mayoría de buena presencia física, tez blanca y porte garboso, todo observador se podía dar cuenta del talante de ellos. Me da mucho miedo -dice Mari Carmen, señora que porta una pancarta que rotula “El diálogo democrático construye puentes, el autoritarismo levanta muros”- y exterioriza: “me da pavor que el próximo sexenio gane MORENA”; cuando la interroga un youtubero, declara que asiste a la marcha porque tiene pesadilla que los de Morena “Quieran quitar la propiedad privada.” Por ello, considera que “Xóchitl es la mejor opción por el momento”. (Manuel Pedrero, desde el zócalo, 18-II-2024).
En la plancha del zócalo del antiguo DF, en medio de gritos de “voto libre” y pancartas que repiten “Democracia si, dictadura no”, un furibundo pancartista, ostenta en su cartel: “Basta de pejendejadas o nos lleva la shienbada” y entrevistado, no revela como llamarse pero manifiesta que asiste al acaecimiento porque está totalmente en contra “del loco” López Obrador, quien pretende perpetuarse en el poder a través de Sheinbaum; en cambio, Xóchitl es “una gran mujer, bien abusada”, aunque eso sí, todos los partidos le parecen corruptos, y él votará por el que sea menos. Otro individuo, quien manifestó ser Manuel Torres, despliega una placa con solo letras grandes (4T-VT- ALV), afirma que AMLO es un político que “no está preparado para ser gobernante, …desgraciadamente lo llevó el pueblo, pero el pueblo lo va a quitar”; de ahí que votará contra quien sea, pero en contra de la 4T.
El mosaico de leyendas que esgrimían las personas que concurrieron a la manifestación del domingo 18 de febrero, eran variadísimas; muchas aludían a las encuestas conocidas hasta la fecha (favorables ampliamente en pro de Claudia Sheinbaum), tildándolas de pagadas, por lo que, reprobándolas, clamaban “sí al voto informado”. Otros asistentes, sobre todo mujeres, manifestaban su temor por el comunismo, que podría imponerse con el lopezobradorismo, o bien otros repudiaban que México -con la 4T- pudiera ser una Cuba o Venezuela. En manos de un grupo, se podía leer un acróstico, que con el nombre Andrés, construían las palabras: A-bsurdo, N-ecio, D-emagogo, R-esentido, E-squizofrénico, S-invergüenza.
Otros cartelones esgrimían la leyenda: La Suprema Corte de Justicia no se toca, o la de “Basta del financiamiento del narco”. Muchos otros letreros, la verdad más que injuriosos al presidente del país, eran irreverencias a la moral y el lenguaje, por sus obscenidades, lo cual desmerece mucho a quienes los portaban, en general güeritos con matiz de fifí, de esas clases que ordinariamente se afrentan de las palabrotas, siempre que las pronuncien necesitados, prietitos o chairos. Como reza un viejo refrán: Lo que en el rico es alegría, en el pobre es borrachera.
“En defensa de la democracia”, fue el título de la marcha del 18 de febrero. Las organizaciones convocantes presentaron un “manifiesto ciudadano” en el que se pidió al gobierno (federal, estatales y municipales) “no meter las manos en las elecciones”, y se acusó a la administración nacional de promover “encuestas falsas para que creas que este arroz ya se coció y que la elección está definida”.
El evento llegó al cenit cuando arribó al templete el orador oficial de la manifestación, Lorenzo Córdova Vianello, precedido por José Woldenberg, santón del ramo electoral; José Ramón Cossío, quien fue ministro gracias a Fox y ahora está en retiro y la abogada Ma. Del Carmen Alanís Figueroa, expresidenta del Tribunal Electoral Federal: todos con el común denominador de tener ligas entre sí, además de jugosa pensión o ingresos elevadísimos, lo que los hace actuar con la tranquilidad de quien ve llover y no se moja. El “seudocaudillo de la democracia”, Córdova, expresó: “nos reunimos en las plazas del país para defender a la democracia y a las libertades y derechos que hoy pretenden arrebatarnos”. Desde luego que se refiere al “dictador” AMLO (¿?).
Entre alaridos de “fuera López” que se repitieron constantemente mientras hablaba el ex presidente del INE, señalando “no se vale destruir» las circunstancias, normas, y a las autoridades que validaron la renovación pacífica, apuntando: “No se vale exigir reglas de equidad, siendo oposición, y violarlas sistemáticamente, siendo gobierno, esa deslealtad hoy pone en peligro a nuestra democracia”. Y eso que el orador afirmó: “no estamos aquí para criticar a ningún gobierno”. (¡!)
También el señor Córdoba, rebatió las iniciativas del presidente, ahora tramitándose en el Congreso, prediciendo que, así como se detuvo el Plan A y el Plan B, de reformas electorales, las correspondientes a las propuestas del pasado 5 de febrero, no volverán a pasar por ser un “intento de arrebatarnos o debilitar nuestra democracia”. Eso sí, enfatizó: “las instituciones si se tocan, claro que sí, pero sólo si es para mejorarlas”, jamás para destazarlas, porque sería “robarnos la esperanza del futuro para regresar a un pasado autoritario que con mucho esfuerzo dejamos atrás”. A la par del discurso, atronaban las exclamaciones de “las instituciones no se tocan” y otra vez “fuera López”. Y se agotó el discurso, más o menos a la media hora de su inicio.
Variadas han sido las opiniones sobre esa multicitada movilidad. El mismísimo orador central (Córdova) dijo: “La democracia tiene quien la defienda. Somos muchas y muchos. ¿Está en riesgo la democracia ¿? Claro que no, quien eche a tocar las campanas como réquiem para la democracia, nomás no entiende lo que está pasando.” (Lorenzo Córdoba, testimonio en video de YouTube al terminar la marcha). A propósito de asistentes, estos no llegaron a los 700 mil que presumieron las oposiciones, ni los 90 mil que apreciaron las autoridades; el zócalo mide en total 46,800 metros cuadrados y estaba pleno, con las salvedades frente a Palacio Nacional, al lado de catedral, los corredores para desplazarse y las naturales separaciones entre persona y persona, por lo que, considerando un promedio de 6 personas por metro, dan un total de 280,800 concurrentes. Los números no tienen color y esa es la cifra real.
Xóchitl Gálvez, quien ya quisiera para su proyección una marcha como esa del 18 de febrero, declaró en un video: “Mientras México tenga ciudadanos y ciudadanas que salgan a manifestarse para defender su democracia, que ejerzan su derecho a la libre expresión de ideas, no habrá tentación autoritaria que pueda mandar al diablo a nuestras instituciones” (X, antes twitter, 18-II-24). Eso lo repitió en su registro ante el INE como candidata presidencial, el 20 del mes que corre, dedicando sus palabras centrales para atacar al presidente y “su candidata”: es decir, utilizando improperios en lugar de conceptos.
El historiador y maestro emérito, Lorenzo Meyer, explicó: En general, yo veo esto más positivo que negativo, pues lo que prueba es que existe real competición de ideas, reunión y democracia: el pluralismo está vivo. La derecha se inventa un demonio en Palacio para sentirse heroica: la oposición afirma que hay una dictadura, y el hecho es que tienen abierto el campo para presentar su proyecto, que a la mera hora no han mostrado. Ayer prevaleció lo que ya es natural para la derecha, decir “no se toca”: la democracia, la Constitución, el voto, el INE, los organismos autónomos, etc. O sea, quieren que el estatus quo que rige, exigen que continúe, lo cual contradice el discurso de Córdova, quien enfatizó no hubiese inmovilismo. (Los Periodistas, Sin Embargo, 19-II-024).
Entre los asistentes connotados, enemigos declarados de la Cuatro T, se vio: al hijo del padre del neoliberalismo mexicano, Enrique de la Madrid, -vástago del expresidente Miguel de igual apellido-, personaje central de la campaña de Xóchitl Gálvez; a Minerva Hernández Ramos, senadora del Partido Acción Nacional (PAN). Otros más fueron Mauricio Tabe, alcalde blanquiazul de Miguel Hidalgo; Marko Cortés, presidente nacional del PAN; Carlos Alazraki, espinoso publicista cercano a los partidos de oposición y Margarita Zavala de Calderón, diputada federal por el PAN y excandidata independiente -fallida- a la presidencia.
Asimismo, se encontraban Tania Larios, secretaria general del PRI de la Ciudad de México y su correligionaria Mariana Moguel Robles, expresidenta del PRI en la capital y aspirante a diputada local; Rosario Robles Berlanga, extitular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) hoy Secretaría del Bienestar, acusada de la cuantiosa “Estafa maestra”. Y desde luego, el singular impulsor del movimiento, el magnate Claudio X. González, cabecilla de organizaciones adversarias de la administración federal, quien, en su cuenta de X, escribió: “La marcha ciudadana por la democracia es una jornada electoral anticipada. Puede ser, debe ser, presagio del 2 de junio en el que México irá a las urnas para defender su derecho a ser libre y dueño de su destino.”
Innegablemente, el acto que comentamos se registró en muchas ciudades de la república y fue una marcha político-electoral. Los tres partidos -PRI, PAN Y PRD- de “Fuerza y Corazón por México” con su virtual padrino empresarial, azuzaron y buscaron sacar ganancia del movimiento: los portavoces s de la marcha mentían al decirse que no iban contra o a favor de nadie, empero embistieron a la aspirante de Morena y aliados, detractaron al primer mandatario y escarnecieron su investidura. Por lo tanto, la marcha fue amasijo de realidades, farsas y excesos
Concluyendo: entre los mexicanos hay diversidad, derecho a disentir, concientización y multipartidismo; la marcha fue provechosa porque al llevarse a cabo desmiente lo que la oposición pregona: que hay dictadura, carencia de libertad, ataques a la democracia, etc. En una tiranía, la marcha y los agravios infamantes jamás serían posible, en cambio, la oposición los realiza y sin recato recurre a la mentira (esencia de la antidemocracia), incentivando la polarización a la vez que desplegando “fake news” día a día, incitando incalificable guerra sucia que mancilla y degrada el noble oficio de la política. Esta actitud sórdida, aun cuando no lo crean los auspiciadores de ese movimiento, podrá resultarles contraproducente en las urnas, cuando los votantes, en uso de sus atributos, decidirán quién tiene la razón.
Por lo antedicho y de una vez por todas, entiéndase bien: la democracia mexicana, está más viva que nunca y el venidero dos de junio, pondrá a cada segmento participante en su lugar. El que tenga ojos que vea, y quien posea entendimiento que entienda.
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Lo que está en juego para tu vejez: Conoce lo mejor de dos mundos, Ley 73 vs Ley 97

– Consejos para tu jubilación, por Arturo Pérez Díaz
La jubilación es una etapa inevitable, pero su calidad depende en gran medida de las decisiones que se tomen desde hoy. O te informas sobre tu ahorro en la Afore y los esquemas de pensión que aplican a tu caso, o te expones a vivir una vejez llena de complicaciones financieras.
Quienes llegan a la tercera edad sin ingresos estables enfrentan limitaciones graves para cubrir necesidades básicas de salud, dado que la tercera edad requiere muchos cuidados y los costos de un hospital privado pueden dejar en la bancarrota una familia.
De ahí la importancia de conocer cómo funciona el sistema de pensiones en México y cuáles son las alternativas que ofrece, dependiendo del año en que cada trabajador inició su vida laboral.
EL SISTEMA DE PENSIONES EN MÉXICO
México cuenta actualmente con dos regímenes principales de pensión: la Ley del Seguro Social de 1973 (Ley 73) y la Ley del Seguro Social de 1997 (Ley 97). La diferencia fundamental entre ambos es la forma en que se determina la pensión.
La Ley 73 garantiza un beneficio definido; es decir, el monto de la pensión depende principalmente de las semanas cotizadas, la edad y el salario base promedio de cotización en los últimos cinco años. En contraste, la Ley 97 funciona bajo un esquema de cuentas individuales: la pensión se calcula con base en el ahorro acumulado en la Afore, los rendimientos generados y, las semanas cotizadas.
Este año 2025, los trabajadores nacidos en 1965, ya cumplieron 60 años, por lo que se encuentran en un momento crucial, ya pueden jubilarse bajo el régimen de la Ley 73, que sigue ofreciendo ventajas notables frente a la Ley 97.
LOS BENEFICIOS DE JUBILARSE BAJO LA LEY 73
El primer gran beneficio de la Ley 73 es la cantidad mínima de semanas necesarias para pensionarse: solo 500 semanas, equivalentes a 9 años con 7 meses de trabajo. Esto representa una oportunidad invaluable para miles de trabajadores que, aunque no tuvieron largas trayectorias laborales, sí lograron acumular años de cotización.
De tal forma que una persona de 55 años que solo trabajó afiliado al IMSS de los 20 a los 30 años de edad, 25 años después, puede retomar su expediente del Seguro Social, reactivarse e ir por una pensión, aunque sea del mínimo garantizado. Muchos lo dicen a tarifas de este año 2025, una pensión mínima de 9,400 pesos, ¿dónde estaban?
Además, bajo este régimen es posible incrementar la pensión a través de aportaciones voluntarias, que pueden llegar hasta el equivalente a 25 veces la UMA. Esto abre la posibilidad de alcanzar pensiones mucho más elevadas, incluso superiores a los 80 mil pesos mensuales, en casos de personas que lograron cotizar durante más de 35 años y aprovecharon esquemas de incorporación voluntaria, en sus modalidades 10 y 40.
LA AVALANCHA DE LA GENERACIÓN LEY 97
Actualmente, son pocas las personas que buscan jubilarse bajo la Ley 97. La generación de trabajadores que nació en 1979 es la que, en términos generales, se enfrentará de lleno al nuevo esquema. Quienes nacieron ese año y comenzaron a trabajar desde los 18 años, lo hicieron bajo la Ley de 1997. Hoy tienen 46 años de edad, y les faltan aproximadamente 14 años para alcanzar la edad mínima de retiro.
Esto significa que será en el año 2039 cuando el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) enfrente un colapso administrativo, al recibir un mar de solicitudes de pensión bajo la Ley 97. México entrará entonces, en la frontera del año 2040, con una profunda transformación del sistema de pensiones dado que ese grupo poblacional es enorme.
Entonces, las jubilaciones representarán una carga muy elevada, lo que obligará a los trabajadores a depender de rentas vitalicias contratadas con instituciones privadas, así como de planes personales de retiro. Estos planes, ofrecidos hoy como una “maravilla de jubilación”, prometen pagos atractivos, siempre y cuando los trabajadores ahorren con disciplina. Por ejemplo, un plan de 4 mil pesos mensuales de ahorro durante 20 años puede traducirse en pensiones complementarias significativas.
EL MOMENTO DE DECIDIR ES HOY
El llamado más urgente es para quienes hoy tienen 55 años de edad. Este grupo tiene aproximadamente 250 semanas por delante para planear una jubilación estratégica.
Existen mecanismos dentro del propio IMSS que permiten elevar el salario base de cotización, por ejemplo, a través de la Modalidad 40 (Continuación Voluntaria en el Régimen Obligatorio). Esto significa que una persona que en su vida laboral activa cotizó con un sueldo promedio de tres salarios mínimos puede alcanzar una cotización mucho más alta, incluso hasta 25 UMA.
LO QUE ESTÁ EN JUEGO PARA TU VEJEZ
La diferencia entre vivir una vejez digna y tranquila o enfrentar carencias permanentes, radica en atender la jubilación a tiempo, cinco años previos es lo adecuado, porque toma en cuenta que el sistema de salud público se encuentra colapsado ya, y los costos médicos en instituciones privadas aumentan cada año y un tratamiento en cualquier hospital privado puede dejar a la familia en banca rota.
La buena noticia es que todavía hay margen para actuar, siempre que se tomen decisiones informadas: revisar tu estado de cuenta en la Afore, consultar tu número de semanas cotizadas en el IMSS, revisar si tienes conservación de derechos, evaluar si calificas para el régimen de la Ley 73, y en su caso, aprovechar las oportunidades de aumentar tu pensión mediante aportaciones voluntarias o mecanismos de incorporación.
INFÓRMATE Y ACTÚA
El panorama de las pensiones en México refleja un futuro complejo: la transición de la Ley 73 a la Ley 97 marcará un antes y un después en la seguridad social del país. Quienes hoy pueden jubilarse bajo la Ley 73 deben valorar las ventajas de este régimen, mientras que las generaciones más jóvenes tienen que asumir que su retiro dependerá principalmente de su propio ahorro y de la disciplina con que administren su vida laboral.
Si tienes entre 55 y 60 años, aún estás a tiempo de diseñar una estrategia que te permita mejorar tu pensión y asegurar un ingreso digno en tu vejez.
Si necesitas orientación personalizada sobre tu situación en materia de seguridad social, busca asesoría profesional. Con información correcta y una planeación adecuada, es posible transformar la incertidumbre en certeza.
E-mail: amper61@hotmail.com
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Arturo Pérez Díaz, es periodista independiente, ha sido docente de Política, Opinión Pública y Mercadotecnia Política, así como asesor profesional de Comunicación Pública.
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Reformas laborales en México

– Luchas Sociales, por Mónica Ortiz
México es uno de los países latinoamericanos que están en el ranking para reducir las jornadas laborales. Esta medida, que busca mejorar la salud, la calidad de vida y la dignificación de los trabajadores, aún no se ha consolidado debido al intenso debate que ha generado. Sin embargo, se comenta en los pasillos que la iniciativa será aprobada antes de que finalice este año legislativo y que su implementación será gradual, como ya ha ocurrido en países como Brasil, Ecuador y Colombia.
La mayoría de estos países son miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un organismo que promueve políticas para mejorar el bienestar económico y social de las personas en todo el mundo.
Esta nueva iniciativa de ley sobre la jornada laboral, registrada a inicios de septiembre de 2025, fue presentada por el Congreso de Baja California ante la Cámara de Diputados. Es el número trece, y su diferencia con las anteriores es que anexa una prima sabatina del 25% del salario diario para los empleados que sean requeridos los días sábado.
También propone la desaparición de las jornadas diurna, nocturna y mixta, contempladas en la Ley Federal del Trabajo, para que las jornadas sean modalidades pactadas de forma flexible por el empleador y el empleado bajo un contrato laboral. La mayoría de las iniciativas buscan que la transición de esta nueva reforma laboral sea gradual, con etapas de adaptación, a fin de contribuir a que los empleadores puedan acomodar al personal según su giro o actividad y a la reducción de la jornada laboral.
En este contexto, habrá que analizar de manera minuciosa si la reducción de la jornada laboral en México surtirá los efectos por los que se lucha a nivel mundial: que los trabajadores disfruten de forma digna su tiempo no laboral, a sus familias, y aprecien sus fuentes de trabajo a través del descanso. De esta manera, su energía será invertida en su familia, su salud, su entretenimiento y su descanso. La reducción de la jornada laboral tiene como objetivos disminuir el estrés, ampliar las oportunidades de empleo y mejorar la salud mental, así como el entorno familiar y laboral. Todo esto es consecuencia de una jornada que evita la saturación de las actividades de trabajo.
Sin embargo, el contexto social de nuestro país, con la explotación laboral y las malas prácticas del sector empresarial (que al final se traducen en corrupción de sindicatos y autoridades laborales), dificultará en gran medida que estos cambios sociales se conviertan a corto plazo en beneficios reales. A esto se suma que muchos de los cambios obedecen a la necesidad de integrarse a las tendencias globales, lo que resulta conveniente para quienes gobiernan, ya que produce en la clase trabajadora una percepción de que se piensa realmente en ellos, cuando en realidad puede ser solo un efecto de populismo conveniente para tiempos electorales.
Tendrá que pasar un mínimo de cinco años para que sindicatos, sectores empresariales, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, los gobiernos de las entidades federativas y los tribunales laborales se acostumbren a la defensa y divulgación de la jornada reducida, y para que existan sanciones contra la simulación. Se han visto cambios significativos en la Ley Federal del Trabajo en México, impulsados por reformas laborales, presiones internacionales y nuevas realidades sociales y tecnológicas. Entre las más importantes, la Reforma Laboral de 2019 desapareció las Juntas de Conciliación y Arbitraje para dar paso a la conciliación y los tribunales laborales.
En 2021, se prohibió el outsourcing de personal. Ese mismo año se reguló el teletrabajo o «home office», una modalidad que se consolidó ante la realidad impuesta por la pandemia. A partir de 2023 entraron en vigor las Vacaciones Dignas y se implementaron aumentos al Salario Mínimo. Actualmente, el país está a la espera de la aprobación de la reforma para la reducción de la jornada laboral.
La vida laboral ha cambiado significativamente en los últimos años, impulsada por las nuevas generaciones, la tecnología, la globalización de los derechos humanos y la digitalización. Esto ha obligado al país a modernizarse en materia laboral y a ser congruente con las tendencias mundiales.
La pandemia también aceleró este cambio, fomentando un mayor respeto por los derechos y la justicia laboral. Esto ha llevado a las empresas a entender que la transparencia y las buenas prácticas no solo aumentan la productividad, sino que también reducen los riesgos legales.
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Política y políticos

– Opinión, por Luis Manuel Robles Naya
El día 4 de septiembre en el diario Milenio, Héctor Aguilar Camín, historiador y analista político escribió: “Históricamente hablando, los políticos son la élite definitoria de los desastres y los logros en México.” Y añadió líneas adelante: “próceres, militares, caudillos, dictadores, presidentes han tenido una autonomía enorme respecto de su sociedad”.
No han tenido contrapesos en grandes empresarios, grandes científicos, grandes innovadores tecnológicos, grandes innovadores educativos o grandes organizadores sociales.
No hay mucho que oponer a esa definición del papel de los políticos en la historia nacional, en la cual encontramos figuras notables y políticas públicas que hicieron posible el país en el cual vivimos. Con aciertos y retrocesos, errores, abusos del poder y todo lo que podemos contar sobre las épocas de construcción del país, hemos caminado siempre montados en el ejercicio del poder político al cual se han subordinado capitales y fuerzas sociales.
A partir de la década de los setenta del siglo pasado, la sociedad, los partidos, las organizaciones sociales, y políticos de a de veras, lograron crear instituciones que acotaban el ejercicio arbitrario del poder político, ya fuera que el abuso proviniera del poder ejecutivo, sus funcionarios y dependencias, o del poder legislativo, siempre tentado a ejercer funciones distintas.
Para ello se le dieron al Poder Judicial las atribuciones de independencia y autonomía para que pudiera fungir como garante de la constitucionalidad y la vigencia plena del Estado de derecho.
También se crearon instituciones que divorciaran las decisiones técnicas del gobierno de la política y que se pudiera dar un seguimiento transexenal a políticas públicas sin que su vigencia estuviera supeditada a la voluntad política del gobernante.
Con esta apretada e insuficiente mención de los avances democráticos, en la que no he incluido los procesos electorales, también arrancados del control gubernamental, trato de evidenciar lo que se había avanzado en los límites al poder político para poder construir un proyecto nacional incluyente para todos los mexicanos y que desafortunadamente se ha perdido en tan solo siete años.
Un político sin ninguna base técnica, sin conocimiento de normas y procedimientos, basado en prejuicios, dogmas y conceptos feudales del poder, transformó, por vendetta y agravios personales, un país de leyes e instituciones en un territorio donde impera la violencia de grupos criminales, en el que la impunidad, la corrupción, la mentira, la descalificación, el insulto a los que piensan diferente es el uso cotidiano.
El uso arrogante del poder ha contagiado a la clase gobernante y al partido en el gobierno. La hipocresía los lleva a convocar a sus huestes a conducirse con austeridad; se sanciona la indiscreción, no la indecencia, ordenando que se oculte lo evidente sin sancionar el origen de la riqueza ostentada.
La embriaguez que produce su artificial mayoría legislativa y el dominio innegable que tienen sobre tribunales, jueces y magistrados los lleva sin pudor a condenar la crítica y silenciar periodistas o a la inversa, acomodando las leyes y sentencias a como quiera el político denunciante. Pueden parecer casos aislados, pero la soberbia campea y la exhiben sin pudor.
Cierto es como dice Aguilar Camín, que han sido los políticos los que han definido la actualidad de nuestro México, pero resaltan ahora más las diferencias entre los políticos que construían Estado y nación y los que ahora quieren edificar una hegemonía aún a costa de perder el país.
Decir que se abate la pobreza con dádivas paternalistas con una hacienda y presupuesto deficitario, equivale a afirmar que sacaste de pobre a alguien que recibe una tarjeta de crédito, no hay sustentabilidad en esa visión utilitarista del combate a la pobreza y la desigualdad, hay rentabilidad electoral y eso habrá de permitir que oportunistas y vividores metidos a políticos sigan medrando el presupuesto oficial.
Siendo cierta la aseveración de Aguilar Camín, el pesimismo es inevitable. Poco puede esperar México de los políticos que hoy ocupan la palestra nacional. La rupestre conducta de Fernández Noroña, el hipócrita llamado a esconder la opulencia de Luisa Alcalde, el autoritarismo de Layda Sansores, el contubernio evidente de Rocha Moya y otros con el narco; la lacayuna conducta de magistrados electorales para sacar sentencias al gusto oficial.
El cinismo con el que se asumen los ministros y magistrados electos del Poder Judicial desestimando los acordeones; la desvergüenza de quien asume responsabilidades sin estar preparada para ello como la ministra del pueblo o del exministro que hoy niega hasta sus propias resoluciones y criterios, nos lleva a pensar que somos un pueblo tan pobre como la pobreza moral de nuestros políticos.
Y esto no solo atañe a la clase gobernante y su partido; la ética, el oficio político que hace posible la concertación y los consensos están ausentes, al igual que la decencia y la honestidad, y esto permea en todas las fuerzas políticas. Las excepciones solo confirman la regla.