MUNDO
El lado oscuro de la política y el poder: ¿Biden y Trudeau vs AMLO?
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
En el 2016 mi ex compañero Idelfonso Guajardo y sus plumas y seguidores decían que quienes pensaban que Trump podía ganar la Presidencia, no conocían la política norteamericana, eran digamos, ignorantes y poco sofisticados en la política internacional. Así de simple nuestros políticos y muchas veces nuestros analistas dicen lo que quieren escuchar y ni siquiera se dan a la tarea de analizar. Viven en su burbuja y de ahí juzgan al mundo. Lo mismo pasa con la derecha que con la izquierda. Aunque de los políticos es clásico que digan rollos sin fundamento, no debe o no debiera ser así con los analistas y medios. Porque de lo contrario la gente pierde confianza o toma malas decisiones.
AMLO MOLESTO CON LOS DEL NORTE
AMLO le cantó el favor en público a Justin Trudeau sobre el TMEC recordándole que, si no fuera por él, Trump le habría dejado fuera de la primera etapa del nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Esto creo que es muy probable. Obviamente Trump habría sumado a Canadá después de hacer sentir a Trudeau su ira, pero la relación de Donald Trump con el premier canadiense es pésima.
AMLO está molesto porque México ha aceptado algunos puntos solicitados por la nueva izquierda global en materia migratoria y de drogas que ahora nos echan en cara. Pero en particular AMLO está molesto porque él sabe que la nueva izquierda en EUA y Canadá tiene mucha influencia sobre los medios y las notas internacionales y cree que los ataques o las denuncias como usted quiera verlas son fuego amigo desde las agencias en control de sus contrapartes del TMEC o de menos son notas que podrían haber ayudado a cubrir o desmentir.
Eso siente él porque en la historia reciente cuando ha habido historias de corrupción o de sensibilidad política en contra de Biden o de Trudeau, en esos países el gobierno ha operado con sus amigos directivos o dueños de medios de comunicación y de redes sociales para disminuir la difusión de notas hostiles con el pretexto de “fake news” o de menos lo han controlado con los programas de computadora que utilizan para bajar o subir la difusión de notas según les convenga. En ese sentido AMLO se siente abandonado y expuesto en año electoral. Sea verdad o sea mentira él sabe que los gobernantes y sobre todo los dueños del poder en esos dos países pueden controlar la información y si a eso se suma el tema de visas pues ya ni qué decir.
¿LOS DEL NORTE MOLESTOS CON AMLO?
Por su lado Justin y Biden que además saben guardar rencores, pero saben que AMLO es muy popular con las clases populares de mexicanos en EUA y Canadá. Saben que AMLO apoyó a Trump en la campaña del 2020 y saben que tardó meses en “regularizar” la relación con Biden cuando ganó la elección del 2020. Pero por si fuera poco saben que la frase de “abrazos y no balazos” y que las organizaciones criminales han hecho mucho ruido en las noticias internacionales y en este año en el que Joe Biden se juega el pellejo y en el que Trudeau prepara su reelección no pueden arriesgarse a un escándalo. Le apuestan a que gané quien gane en México les deba el favor y de paso usar eso para ganar votos en sus países. Así las cosas, AMLO pide algo difícil de conceder, pero le apuesta su resto para lograrlo.
El anuncio de las visas no es accidental. La fecha es clara y mata dos pájaros de un tiro. Por un lado, responde a México sobre las críticas de AMLO y los medios en esos países y por otro atiende un poco la demanda nacionalista en medio de una crisis de popularidad que enfrentan tanto Biden como Trudeau.
LA POLÍTICA DE NECESIDADES, VALORES Y APARIENCIAS
La verdad es que el partido de Justin Trudeau está en aprietos y en un año hay elecciones. El gobierno de Canadá dijo que la razón más importante para pedirnos visa era la migración y solicitud de asilos de miles de mexicanos que buscaban mejores oportunidades económicas en ese país. Es decir que se iban como turistas y llegando allá pedían asilo con lo que cargaban gastos al presupuesto de apoyo social que utilizan todos los canadienses. Es decir que Trudeau dijo lo mismo que dice Trump, pero lo dijo de manera bonita y poniendo visas ya que al no ser países continuos pues no tiene necesidad de hacer muro. Las encuestas en Canadá del mes de febrero, en donde se tomó la decisión de poner visas a los mexicanos nos pueden ayudar a entender.
Según las encuestas, el partido de Trudeau y su coalición parlamentaria está 15% por debajo de las preferencias de la alianza opositora. Peor aún, el 50% de los canadienses dicen estar viviendo de quincena en quincena sin poder ahorrar nada. La misma encuesta dice que dos terceras partes de los encuestados están descontentos con el actual gobierno y el 42% están muy descontentos.
El primer ministro es galán y sigue manteniendo una pequeña ventaja entre las electoras de sexo femenino, pero ha bajado mucho en comparación con los últimos tres años y de hecho en una encuesta sobre candidatos a primer ministro para el 2025 está 10% por debajo de su contrincante de la alianza conservadora.
Según otra encuesta el 55% de los canadienses dicen tener miedo de perder su trabajo en los próximos 12 meses, este miedo y pobreza se asientan especialmente en los menores a 35 años que son una parte o eran una parte importante de la alianza que ha mantenido a Trudeau en el poder los últimos 10 años como Primer Ministro. Puede ser que el PM de Canadá esté molesto con AMLO por muchas cosas, pero la verdad es que la razón para poner visas a los mexicanos es de supervivencia política, así como fue la visita de Biden al muro fronterizo el mismo día que Donal Trump el jueves pasado.
DEL NORTE NOS LLEGAN MENSAJES MEZCLADOS.
México es señalado como culpable de la migración a Canadá y EUA por Trudeau y Biden. Pero la verdad sea dicha es evidente que ambos líderes querían que la migración creciera para compararse y contrastarse con Trump, así como para mantener mano de obra barata, esto es fácil de comprobar, basta ver videos de las campañas del 2020 y 2021 de esos países.
En Canadá y en EUA solo faltó que pagaran los aviones para que del mundo llegaran a México y desde aquí pudieran entrar sin visa a EUA o con papeles mexicanos a Canadá. Esa es la verdad, pero ahora nos dicen que impondrán más dificultades a los mexicanos para ir a esos países cuando si uno paga a un coyote pude ir sin problema gracias a las políticas que ellos dos han impulsado.
Lo dije en enero, tengo un familiar que se fue a Canadá con toda su familia y desde allá para mi pena, presume cínicamente que vive como clase media con lo que el gobierno da a los refugiados por cada hijo y familia. Una mentada de madre ese abuso, pero también lo es que los que fomentan esas conductas como el alcalde de New York en EUA que anunció dar hasta $10 mil dólares por migrante en tarjetas de débito, diga que eso no es una llamada para atraer a gente de todos lados si al mismo tiempo les pagan hoteles o rentan departamentos.
El mejor negocio de los cárteles parece ser el tráfico de personas generado por las políticas migratorias de EUA y Canadá, pero como Trudeau y Biden están en aprietos electorales hay que buscar a quien cargarle el muertito y como nuestro presidente trae asuntos electorales locales pues se da la oportunidad de la tormenta perfecta.
Intromisión extranjera puede ser el apoyo o el ataque al proceso electoral. ¿A cuál se refiere AMLO? Poco se recuerda que algunos de los exaliados de AMLO y claro, varios de sus opositores tienen aliados, socios, negocios y hasta presuntos cómplices importantes en EUA. Yo no creo que las visas sean un tema originado en las declaraciones de AMLO, en todo caso un mensaje, pero esto trae más fondo.
Aunque AMLO de tres años para acá ha hecho en general lo que Biden a través de Kamala pide y en consecuencia siente que por esto y lo del TMEC, Trudeau lo debería de apoyar y tratar a México mejor. Pero el viernes pasado a través de una comparecencia en el Congreso de EUA nos recordaron que Don Carlos Slim es amigo cercano a la familia Biden y hasta -según el propio Jim Biden hermano de Joe- le ha hecho ganar mucha lana en México tanta como para comprar casas lujosas y vivir bien.
Y aunque el hermano incómodo de Biden no dijo porqué los empresarios mexicanos le dieron a ganar millones de dólares en el 2014-2015, el negocio al que se refiere Jim Biden con Slim se dio en los últimos años de la vicepresidencia de Biden con Obama. Curiosamente, en esa época Slim también necesitó el apoyo de la Casa Blanca para poder obtener el control del famoso periódico The New York Times. Así las cosas, el mexicano obtuvo luz verde para hacerse del control del poderoso e influyente medio que apoyó a Hilary y que trae a AMLO de bajada como antes trajo a Calderón y a Peña -sin ser de Slim-. Adicionalmente y como sucede en todo el mundo, 12, ¡claro que hay plumas en los medios de EUA y de Canadá que son mensajeras de particulares y del gobierno por lo que los grupos de AMLO y anti AMLO!, quienes se pelearán en México y en Norte América el poder y el dinero en juego durante este 2024.
EN MÉXICO, EN EUA Y CANADÁ LA LUCHA ELECTORAL EN EL AIRE
En nuestro caso cualquiera de las dos candidatas puede ganar. Lo importante es empezar a ver si al ganar van a cambiar al país para bien o solo mantener los problemas con nuevos colores. Tanto Claudia Sheinbaum como Xóchitl Gálvez tienen gente de bien en sus equipos, pero ambas tienen a personajes que se la han jugado por décadas en contra de México.
En Canadá y en EUA las cosas están muy apretadas, con economías en problemas, con electores molestos y con guerras por todo el mundo parece que los líderes de Izquierda están preocupados porque la derecha está creciendo y en muchos lugares ya tienen números para ganar las reelecciones de Biden y de Trudeau. Así las cosas, los tres líderes del TMEC quieren garantizar que su partido se mantenga en el poder y para eso los dimes y diretes y claro las acciones de política internacional serán parte del día a día por meses sin fin.
En EUA en Canadá y en México los líderes y en algunos casos hasta los candidatos piensan que de perder la elección pueden no solo acabar sin trabajo sino en la cárcel porque Trump no es el único de ellos que tiene problemas legales o amenazas, ya que de Alaska a Chiapas cuando menos tres de los aspirantes tienen nubes de tormenta y riesgos de cárcel sobre su cabeza.
MUNDO
El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?
Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //
La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.
Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.
Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.
En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.
El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.
La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.
El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.
E-mail: samcg2002@gmail.com
MUNDO
Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto
Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.
Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.
Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.
Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.
El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.
La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.
En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.
Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.
Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.
Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.
Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.
Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.
MUNDO
En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.
La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.
LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN
La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.
Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.
El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.
DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA
El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.
La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.
En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.
FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN
La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.
Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.
La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.
RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.
Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.
El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.
El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE
El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.
El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.
En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.
El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.
Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.
Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.
El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.
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