Connect with us

JALISCO

El Estado en el limbo político: Jalisco y la desconexión del poder federal

Publicado

el

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //

Es un mediodía caluroso en la Perla Tapatía. Las voces de los transeúntes se mezclan con el bullicio de la ciudad, pero en el aire se percibe una tensión sutil, casi imperceptible para quien no está atento.

En las oficinas del gobierno estatal, el ambiente es distinto, cargado de preocupación y expectación. El gobernador de Jalisco, visiblemente preocupado, pero aun controlado, se prepara para lo que prometen ser las semanas más complejas de su administración.

Desde hace meses, la relación entre Jalisco y el gobierno federal ha sido cualquier cosa menos armoniosa. Las elecciones pasaron, los resultados se dieron a conocer, pero las aguas no se calmaron. Al contrario, se agitaron más. Pablo Lemus, gobernador electo, se encuentra en el ojo del huracán, mientras que el actual gobernador observa cómo su Estado parece estar en una especie de limbo político.

Lo que no quiero es seguir abonando a toda esta narrativa absurda que han querido construir quienes fueron candidatos al Gobierno del Estado y a Guadalajara por Morena, es absurdo”, dice el gobernador, con un tono que mezcla frustración y molestia. Para él, las acusaciones de fraude que han salido de los rincones morenistas no son más que intentos desesperados por desacreditar un proceso que, desde su perspectiva, fue claro y contundente.

Pero detrás de estas palabras se esconde una molestia mucho más profunda. El gobernador no está tan preocupado por lo que se dice en las conferencias de prensa o en los medios de comunicación. Lo que realmente le quita el sueño es el silencio. Un silencio atronador que viene de la capital del país. No ha habido comunicación con Claudia Sheinbaum, la presidenta electa, y esa falta de diálogo empieza a sentirse como un frío que cala hondo en los pasillos del poder jalisciense.

No es una mala señal, gobernador”, se le pregunta, en una entrevista banquetera el viernes pasado, casi como buscando arrancar una respuesta que desvele algo más por parte de la experimentada reportera, algo que permita entender lo que realmente está pasando tras bambalinas. El gobernador suspira, se limpia el sudor de su frente y cara, luego en una parte de su respuesta dice: “Lo que sí es preocupante es que, por esa situación política, los proyectos que tiene el Gobernador electo Pablo Lemus no fueran a ser considerados en el presupuesto de egresos”.

La respuesta, aunque cuidadosa, es clara. El peligro no reside solo en los juegos políticos que siempre acompañan a un cambio de administración. Lo que realmente está en juego es el futuro de Jalisco, su capacidad de seguir creciendo y desarrollándose a pesar de los vientos adversos que soplan desde el centro del país.

La conversación gira hacia un tema que, aunque cotidiano, resume perfectamente la situación. “Las carreteras del Estado están hechas pedazos”, dice el gobernador, dejando entrever una mezcla de indignación y desesperanza. La lista es larga: la carretera federal de Ojuelos a Lagos, la carretera 80 hacia Autlán, la 200 de la costa, y tantas otras, todas sufriendo el mismo abandono.

Estos caminos, que deberían ser arterias de desarrollo, se han convertido en símbolos de la desconexión que se está gestando entre Jalisco y el gobierno federal. No se trata solo de asfalto y cemento, sino de lo que representan: la falta de inversión, de interés, de compromiso. “Si hay un tema de carácter electoral que se arregle en la cancha electoral. Pero el tema de la inversión del Gobierno federal en Jalisco no puede estar sujeta a esto”, subraya el gobernador.

Las palabras resuenan en la calle, pero no llegan hasta las oficinas de los responsables de concluir con el compás de espera, que prolonga el juego político de un proceso electoral ya realizado hace más dos meses. En las calles de Jalisco, la gente sigue con su día a día, pero la falta de mantenimiento en las carreteras federales es un recordatorio constante de que algo no está bien. Y lo que no está bien es la falta de comunicación, el silencio que se ha instalado entre Jalisco y la federación.

El próximo sábado es una fecha marcada en rojo en la agenda del gobernador. El presidente de la República tiene programada una visita al estado, y el gobernador tiene dos temas en su lista de prioridades: la Línea Cuatro del Tren Ligero y, cómo no, las carreteras federales. “Espero que se confirme su visita el sábado”, dice, dejando claro que este encuentro podría ser determinante para el futuro inmediato de Jalisco o podría no darse.

No es solo una cuestión de infraestructura. La visita presidencial será una oportunidad para medir la temperatura real de la relación entre Jalisco y el gobierno federal. Será el momento de saber si las preocupaciones del gobernador son infundadas o si, por el contrario, Jalisco realmente está siendo relegado en las prioridades de la administración federal.

A medida que la conversación avanza, queda claro que lo que el gobernador realmente está molesto por la falta de diálogo con Claudia Sheinbaum. La presidenta electa aún no ha establecido comunicación, y aunque el gobernador intenta no darle demasiada importancia, es evidente que esta falta de contacto empieza a generar incomodidad.

Yo confío en que las cosas regresarán a la normalidad pronto”, dice, como queriendo convencerse a sí mismo. Pero la realidad es que el tiempo corre y Jalisco no puede esperar indefinidamente. La incertidumbre política tiene un costo, y ese costo lo están empezando a pagar los ciudadanos que transitan por carreteras llenas de baches, que ven cómo los proyectos de desarrollo se estancan, que sienten que su estado podría quedar a la deriva.

Y así, la entrevista termina, pero las preguntas quedan en el aire. Jalisco está en una encrucijada, esperando respuestas que, por ahora, no llegan. El sábado, con la posible visita del presidente, se abrirá una ventana de oportunidad, un momento para que el estado recupere el terreno perdido. Pero hasta entonces, la incertidumbre sigue siendo la protagonista y seguramente los actores políticos de Morena que buscan les repitan la elección buscaran sacar provecho

El gobernador sabe que no puede hacer más que esperar y usar el poco capital político que le queda ahora que ya se va. La política, como la vida, a veces se trata de resistir, de mantenerse firme en medio de la tormenta. Y en Jalisco, la tormenta aún no ha pasado.

En X @DEPACHECOS

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.