JALISCO
Sigue castigo del centro para Jalisco
Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Los castigos políticos hacia Jalisco, por parte del poder centralista, harán quizá más incómoda la vida en nuestra entidad, pero ¿surtirán el efecto que desean los dueños del presupuesto federal?
No son novedad esos escarmientos. Ya lo vivimos cuando López Obrador, con el pretexto del huachicol, racionó los hidrocarburos a entidades que no le eran afines. Fueron evidentes las dificultades emanadas de las medidas represivas para las mayorías jalisquillas.
¿Surtieron el efecto que quería el Peje? Los que se creyeron que hubo avances en el combate al robo de gasolinas fueron muy pocos. Los que se regocijaron por el sufrimiento de los automovilistas y transportistas se quedaron ahí. En el paraíso tabasqueño. La tormenta hidrocarbúrea pasó. Pero no dejaron de caer rayos y centellas; terminó la abundante escasez de la llamada “sangre” de las arterias de este país y los jaliscienses conocimos el flagelo de no pensar como el detentador del poder. ¿Aprendimos la lección?
Una vez terminada esta demostración del poder centralista, siguieron otras medidas coercitivas que, hasta la fecha, persisten, puesto que la gubernatura de Jalisco no cayó en manos del partido dominante actual. La desesperación y el ego desmedido del anterior gobernador propiciaron declaraciones agresivas en contra del poder centralista que agudizaron los “castigos” hacia la entidad.
Por ejemplo, hasta la fecha, las carreteras con jurisdicción federal continúan sin mantenimiento. De por sí Jalisco siempre ha tenido el no muy grato honor de contar con carreteras de inframundo, con cavernas -ni siquiera baches- y marginarlas del presupuesto federal fue un golpe bajo.
No es casualidad que el poder centralista “castigue” al presupuesto federal de nuestra entidad. Es causalidad y la principal está en la preferencia hacia el Partido Naranja por encima de Morena.
Ya se fue el iracundo, el belicoso e irreverente Alfaro, que respondió tal como quería López Obrador para justificar las medidas punitivas en contra de Jalisco. Ya no hay amenazas de salir del Pacto Federal ni siquiera de denunciar, vía “reses sociales” o medios masivos de información lo que le hacen a Jalisco para que “corrija el rumbo”.
Pablo Lemus, con otro estilo de gobernar, ha intentado hasta el cansancio entrevistarse con quien detenta el poder centralista para asegurarle cooperación y colaboración que parece lo mismo, pero no es igual, en las acciones que beneficien a la entidad.
Pero…es evidente que no hay un espíritu de participación de allá pa’cá como se pregona de acá pa’llá. Se evidenció con el exiguo presupuesto destinado a obras. Con el desdén hacia los proyectos de Lemus en materia de infraestructura, de vialidad y gobernanza.
Así que, preparémonos para otro sexenio de austeridad republicana, así se le llama políticamente a los castigos económicos y políticos de quienes, en este mundo, son los que tienen la sartén por el mango y, como decía, Alberto Cortés, “el mango también”.
In the meantime para estar acorde con lo acontecido más allá del Río Bravo, con el bravo que tienen en ciernes como presidente, siguen los amagos, las amenazas claras, directas, del experto en trumpadas que van directo a las partes blandas del contrario o séase de nosotros.
Trump nos agarró de costal para descargar su ira. Para refrendar su odio gringo a todo lo que no sea yanqui y para, ya lo conocemos, echarle toda la culpa de las penurias, pecados y desgracias de los gringos a los “mexican curios” que emigraron o quieren trabajar en EE. UU.
Dicen los que saben de “política norteamericana” que Mr. Donald sigue en campaña, porque resta aún bastante tiempo para que tome las riendas del Tesla que se agenció para “corregir” el rumbo que Biden tomó desde la White House. Y como no tiene mucho qué hacer sigue echándole leña al fuego de la confrontación contra México, “nomás por joder” (Bebeto dixit).
Maybe, pero sus statements no son nada amigables y han puesto a temblar a ciertos sectores del país. Sobre todo, los que no comulgan con la ideología capitalista del vecino del norte. Y, claro, de aquellos que tienen bussines no muy legales al otro lado.
God save us, de las maldiciones de este próximo presidente que ya conocemos y que no nos dejaron un grato sabor de boca, sobre todo cuando habla de violentar la soberanía nacional “pa’ que se nos quite” y para derribar el trampolín que tiene la alberca de drogadictos de su país (Díaz Ordaz dixit).
