MUNDO
Empequeñecer lo que era grande
Desde los Campos del Poder, por Benjamín Mora Gómez //
Cada nuevo día es una invitación a pensar, a comprender y a superarnos a nosotros mismos. A colmarnos de lo mejor. A no perdernos en lo superfluo, vano o pedestre.
Aprendí que no se merece el poder por nuestro pasado, sino para construir confianza en el futuro. Cada día, desde la cúspide del poder, sea cual este fuere, es la oportunidad para demostrar que se merece y que merece para el bien. Por desgracia, este regalo de Dios y de los hombres y mujeres, pocos y pocas la aprovechan en beneficio de quienes están bajo su amparo.
En México, hemos vivido una semana caótica y de rupturas aún inadvertidas. Desde la Oficina Oval de la Casa Blanca, Kristi Noem, titular de la Secretaría de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, fue muy mordaz con la presidente Sheinbaum por incitar, a decir suyo, a la rebelión social en aquella nación. Sheinbaum se defiende aduciendo que fue malinterpretada por la elite republicana norteamericana.
Sostengo que a quien mal empieza el día, le sería mejor quedarse en cama. Sheinbaum solo tendrá una oportunidad para justificar lo que quizá explicó mal sobre sus “movilizaciones ciudadanas”, aquí, allá y acullá; mientras, Kristi Noem tendrá mil oportunidades para poner en mal a la presidente mexicana frente a su jefe y los republicanos. Debo resaltarlo: Alex Padilla, senador por California, fue detenido y esposado por guaruras de Noem por “intentar” preguntarle algo. Esta es la enemiga de la presidente mexicana.
Como a cualquiera, el pago de impuestos me incomoda, pero entiendo que son necesarios. Los pretendidos impuestos norteamericanos a las remesas de mexicanos a sus familias no me agradan, pero en la esencia de Trump. Así hay que entender las razones de dichos impuestos para preparar los juegos a seguir y ganar.
Nadie, jamás, se había atrevido a tanto desde las sinrazones presidenciales de doña Claudia. Ni ella, ni nadie, puede enfrentar al presidente Donald Trump con movilizar gente -aquí o allá- en señal de protesta ante sus decisiones -muy suyas- y muy del fuero de la soberanía norteamericana sin esperar respuesta fuerte y contundente.
Sheinbaum cree que todo le está permitido y todo le está perdonado de antemano, no sé si por ser presidente o solo por ser mujer. En reiteradas mañaneras, la señora Claudia ha desbarrancado la diplomacia mexicana arrastrándonos a todos. A veces, su pasado adolescente la domina.
Sabemos que más se tropieza con la propia lengua que con los pies. La inteligencia que no esclarece, oscurece. Recuerdo aquel día en que mi padre me pidió cuidar tanto mis palabras como mis intenciones, obvias y ocultas, para mantenerme en paz con los demás.
La política exterior del Estado mexicano no está para manejarse sin pensar en sus alcances y consecuencias. ¿Cómo Claudia Sheinbaum se atreve a arrojar por la borda a nuestro pasado en diplomacia, tan digno y reconocido en el mundo? ¿Quién entre los suyos y en ella misma puede acercarse a hombres y mujeres como Rosario Green, Alfonso García Robles, Isidro Fabela, Bernardo Sepúlveda, Emilio O. Rabasa, Francisco Zarco, Jorge Castañeda o Ignacio L. Vallarta, quienes fueron secretarios de Relaciones Exteriores? ¡Imposible! La gentileza les era propia; hoy, la pedantería envalentona a la 4T.
En Morena se abreva en aguas turbias y hediondas. En un mensaje por redes, Melissa Cornejo, operadora política en Jalisco de Morena, retó al Gobierno norteamericano a quitarle su visa; fue oída y atendida de inmediato por vulgar y grosera. Adán Augusto López, ex secretario de Gobernación con López Obrador, más quemado que un Judas en Sábado de Gloria, ha visto cómo Melissa Cornejo, su incondicional, ha perdido su visa norteamericana por orden del vicecanciller de EEUU, Christopher Landau.
Se dice: “Piensa mal y acertarás”. Todos sabemos del pleito entre Adán Augusto y la presidente Claudia. Melissa Cornejo quizá, por órdenes de Adán Augusto, buscó desdibujar el encuentro del vicecanciller Landau con Claudia Sheinbaum. Sea como fuere, Cornejo arrastró consigo misma a más de una morenista como la senadora Andrea Chávez y la diputada local Itzul Barrera.
Traíamos problemas con los aranceles, los migrantes y el fentanilo y Melissa (Adán Augusto) lo complicó aún más. Landau ha sido contundente: «Los que glorifican la violencia y el desafío a las legítimas autoridades y al orden público de ninguna manera son bienvenidos en nuestro país».
Aprendí que la magia blanca es meter el sol (conocimiento y poder) en el corazón de uno mismo y no arder hasta el punto de convertirse en ceniza. Esto no lo comprenden los insensatos que se meten en cosas de gobierno. Son como Nerón ante Roma.
De niño vi caricaturas en las que un demonio de Tasmania destruía todo cuanto se oponía a su paso. Así miro a muchos de esos que se creen estadistas por mirarse encumbrados en puestos públicos menores e inmerecidos y escaños legislativos de ínfima dignidad. Ejemplo de esta desgracia nacional es que miro a Gerardo Fernández Noroña, simple buscabullas callejero, ruin y envenenado del alma.
El ejercicio de gobierno es arte, ciencia e intuición. Pocos políticos y periodistas tienen esas virtudes. Dejemos de aplaudir a quienes dicen lo que deseamos escuchar y aguardemos a que la realidad sea escrita. La verdad, hoy, como siempre, nos hace libres.
