MUNDO
El peligro de una nueva crisis de los misiles cubanos

Por Lorenzo Carrasco //
MSIa Informa.- La determinación de la alianza estratégica Rusia-China en promover un nuevo ordenamiento cooperativo y no hegemónico del sistema mundial en un momento en que la dinámica que se gesta para un cambio de época es impredecible, es lo que los sectores más radicales del “establishment” de Estados Unidos se niegan a aceptar, al tiempo que encaminan al mundo a un conflicto de grandes proporciones.
De Washington no cesan de surgir muestras de que por lo menos algunos sectores de la élite “excepcionalistas” estadounidenses están dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias para conservar la hegemonía política que el país ha sustentado desde el fin de la Guerra fría, ambición cada vez más desatinada.
Una de esas señales es el documento titulado “Operaciones nucleares” (Nuclear Operations) del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, el cual contiene “principios fundamentales y la orientación para planear, ejecutar y evaluar operaciones nucleares” (RT, 20/06/2019, documento original en este link). La orientación del texto es clara: El comando militar estadounidense sustenta la antigua y peligrosa ilusión de que es posible vencer en una guerra nuclear.
“Utilizar armas nucleares (tácticas- n.e.) podría crear condiciones para resultados categóricos de una estabilidad estratégica,” afirma el documento, y agrega que su uso “cambiará fundamentalmente el alcance de una batalla y creará condiciones que afectarán la forma” en las decisiones que los comandantes asuman.
En otra parte, el texto menciona los bombardeos estratégicos nucleares (B-1 y B-2) como los que ofrecen el mayor grado de flexibilidad en la triada (nuclear, que incluye submarinos y proyectiles intercontinentales –n.e.), porque ellos pueden ser una señal de determinación altamente visible y, habiendo ya recibido las órdenes de desatar un ataque, pueden ser llamados de vuelta.”
En esta misma línea, el vice jefe del Estado Mayor Conjunto, general Paul Selva, reforzó tal locura públicamente al sugerir que parte de las ojivas de los proyectiles intercontinentales Trident lanzados por los submarinos se sustituyan por ojivas de potencia menor, para permitir su empleo táctico.
RUSIA RESPONDE
La propuesta recibió una fuerte respuesta de la cancillería rusa, la que destaca que no hay forma de limitar el uso de armas nucleares en una guerra entre súper potencias. La nota afirma que Estados Unidos está retomando la visión doctrinaria de “60 años atrás,” cuando concebía que fuera posible trabar y vencer en “una guerra nuclear limitada.” Sin embargo, resalta, cualquier lanzamiento de un arma nuclear contra el territorio ruso, “independientemente de la capacidad de su ojiva, será tratada como una agresión, usando de armamento atómico y será respondida de forma apropiada.”
No obstante, la nota afirma que tal osadía tiene menos que ver con Rusia que con otros países “rebeldes” al liderato estadounidense: “Parece que a Washington no le importaría hacer de las ojivas de baja potencia un medio para chantajear a los países que se oponen a los dictámenes estadounidenses.”
Otra iniciativa preocupante es la retirada unilateral estadounidense del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), que, sumada a la evidente falta de interés en la renovación del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas III (START III) con Rusia, ha instigado la desconfianza de Moscú sobre los motivos de esos grupos.
El 24 de junio, el vice ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Riabkov, afirmó que la colocación de proyectiles terrestres próximos a las fronteras rusas podría provocar un impasse comparable al de la Crisis de los misiles cubanos de octubre de 1962, cuando las dos súper potencias estuvieron muy cerca de un tiroteo nuclear.
“Si se llega a la movilización real de tales sistemas en tierra, la situación no sólo se complicará, sino que empeorará hasta el límite. Podríamos encontrarnos en una situación de crisis de proyectiles, no sólo parecida a la crisis de la de década de 1980, sino a la del Caribe,” dijo, en una reunión del Consejo de la Federación (RT, 24/06/2019).
De acuerdo con él, Rusia no puede dejar de responder de forma recíproca al abandono del INF, actitud que calificó de “paso importante desestabilizador que hace más frágil la seguridad regional.”
Todo indica que el hecho de que Rusia disponga de un nuevo arsenal ultra moderno de armas hipersónicas, contra las que Estados Unidos no tiene la mínima defensa y que son capaces de asegurar una devastadora capacidad de respuesta a un eventual ataque, no ha sido suficiente para calmar los ánimos belicistas de los pirómanos de Washington.
Las provocaciones no se restringen al ámbito nuclear. El 15 de junio, el periodista del New York Times David Sanger reveló que Estados Unidos está llevando a cabo ataques cibernéticos contra la red eléctrica rusa, a manera de “advertencia” al presidente Vladimir Putin. La reacción de Donald Trump fue la de calificar el reportaje de “acto de traición,” pero, en un comentario irónico, el ex analista de la CIA Philip Giraldi se preguntó “por qué Sanger no fue detenido por revelar información de seguridad nacional,” además de señalar el riesgo de que tales agresiones podrían llevar rápidamente a una peligrosa escalada (Checkpoint Asia, 24/06/2019).
EL FLANCO IRANÍ
A estos datos se agregan las crecientes provocaciones de Washington contra Irán, que culminaron con el derribo de un sofisticado dron Global Hawk de la Marina estadounidense por un misil contra misiles aéreos iraní el 20 de junio. El ataque tuvo por respuesta la amenaza de un ataque contra instalaciones militares iraníes, cancelado, supuestamente, por Trump minutos antes de ser iniciado, además de nuevas manifestaciones agresivas vía Twitter del ocupante de la Casa Blanca, que amenazaban con “borrar” partes de Irán en caso de un nuevo ataque.
A pesar de su retórica, Trump no parece estar interesado en inaugurar un nuevo conflicto, menos con una potencia militar en condiciones de dar una firme respuesta asimétrica a un ataque eventual, el caso de Irán, lo que sería un obstáculo evidente para su ya iniciada campaña de reelección. Una evidencia fue la acusación pública al ultra belicista consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, hecha en una entrevista concedida a la red NBC, en la que afirmó que en su gabinete tiene tanto “palomas” como “halcones.” “John Bolton es absolutamente un halcón. Si dependiese de él, encararía al mundo entero al mismo tiempo. Pero no importa, porque quiero a ambos lados,” dijo al periodista Chuck Todd (The Hill, 23/06/2019).
El problema es que os “neoconservadores”, como Bolton y sus secuaces, no se muestran dispuestos a abandonar un plan de provocaciones contra el país persa. Este, a su vez, tiene también un establishment orgulloso y seguro de su capacidad, centrada en la Guardia Revolucionaria, que maneja los recursos militares más modernos del país, en particular el sofisticado sistema de proyectiles contra misiles aéreos que derribó el dron estadounidense capaz de volar a 18 000 metros de altura, lo que tomó por sorpresa al Pentágono.
MUNDO
China, Japón y México: la batalla global por el internet del futuro con matices locales

– Por José Modesto Barros Romo, Conciencia Pública
El internet de ultra velocidad ya no es un asunto de ciencia ficción, sino un campo estratégico donde las potencias tecnológicas definen su hegemonía. Japón, China y, en menor medida, México, han roto en este año barreras históricas de transmisión de datos, cada uno desde trincheras distintas, pero con un objetivo común: asegurar ventajas en la economía digital del siglo XXI.
Japón sorprendió al mundo al anunciar que sus científicos del Instituto Nacional de Información y Comunicaciones Tecnológicas (NICT) lograron transmitir datos a 1.02 petabits por segundo a través de fibra óptica.
Se trata de un récord mundial que equivale a descargar en un segundo la información de más de 10 millones de videos en alta definición, el equivalente a todo el catálogo de Netflix en un solo segundo.
Más allá de la hazaña técnica, el logro japonés envía un mensaje claro: su apuesta es consolidar infraestructuras terrestres estables y de larga distancia, con la mira puesta en mantener la competitividad industrial frente a China, Estados Unidos y Europa.
El gigante asiático, por su parte, libra otra batalla: el dominio del espacio inalámbrico. China Mobile reveló que en una red experimental de 6G alcanzó velocidades de 280 gigabits por segundo, descargando un archivo de 50 GB (unas 25 películas de mediana calidad) en apenas 1.4 segundos.
A esto se suman proyectos universitarios que exploran transmisiones en frecuencias en terahercios y enlaces satelitales de 100 Gbps, tecnologías que se perfilan como piezas centrales en la construcción de un ecosistema digital global, donde China pretende marcar la pauta a la espera lanzar comercialmente las redes 6G para el año 2030 en todo su territorio.
La estrategia china es evidente: no se conforma con desplegar infraestructura terrestre, busca liderar el futuro de las comunicaciones en el espacio y en el aire, donde se definirá el control de datos y, con ello, el poder geopolítico. De ahí que los experimentos en 6G no solo representen avances científicos, sino una carta de presentación en la carrera tecnológica frente a los estadounidenses, japoneses y los europeos.
México, en contraste, aparece con un logro más modesto pero simbólico. El año pasado la empresa Megacable, en alianza con Nokia, alcanzó 1.1 terabits por segundo en pruebas de fibra óptica de larga distancia.
No es un récord mundial ni una revolución en telecomunicaciones (aunque sí es un hito a nivel Latinoamérica, equivalente a descargar un videojuego como Call of Duty: Modern Warfare III en un segundo). Esta es una señal de que nuestro país busca modernizar su infraestructura digital con miras a los próximos años.
El reto está en si estos avances se traducirán en beneficios reales para los ciudadanos o quedarán como demostraciones técnicas en un país donde millones aún carecen de acceso a internet estable.
La comparación es reveladora: mientras Japón apuesta por la perfección de la fibra, China por la supremacía inalámbrica y espacial, México apenas intenta ponerse al día. El dilema nacional es mayúsculo: ¿apostar por ser solo consumidores de tecnologías extranjeras o trazar un plan estratégico que coloque a la región en la disputa global por la soberanía digital?
Lo cierto es que el internet del futuro no será solo más rápido; también será la nueva frontera de poder. Quien controle las redes de transmisión controlará la información, la seguridad nacional y el desarrollo económico. Japón y China ya están en esa carrera. México, como suele ocurrir, observa desde la periferia.
MUNDO
TMEC enfrenta nubarrones económicos: riesgo de estanflación en la región

– Por Redacción Conciencia Pública
La economía de los países del TMEC —Estados Unidos, México y Canadá— atraviesa un escenario de creciente incertidumbre marcado por la desaceleración del crecimiento y las presiones inflacionarias.
Aunque ninguno de los tres socios comerciales ha entrado oficialmente en un proceso de estanflación, los riesgos de caer en este fenómeno se han intensificado en los últimos meses debido a las tensiones comerciales, las tarifas arancelarias y el enfriamiento de la actividad productiva.
En el caso de Estados Unidos, analistas y organismos internacionales han señalado la presencia de un entorno conocido como “stagflation-lite”: una versión leve de estanflación caracterizada por inflación persistente y crecimiento económico débil.
Las tarifas impuestas a México, Canadá y otros socios han encarecido bienes y servicios, lo que eleva los precios al tiempo que limita la competitividad. La Reserva Federal ha reconocido la complejidad del momento, pero evita hablar de una estanflación plena como la de los años setenta.
Canadá enfrenta también un panorama complicado. Su crecimiento económico se ha frenado y diversos sectores productivos anticipan pérdidas importantes debido a los aranceles de Washington. Medidas de emergencia como el programa “Buy Canada” buscan proteger empleos y mitigar el impacto en la industria automotriz y energética, aunque las proyecciones apuntan a la posible pérdida de decenas de miles de empleos si las tensiones comerciales se prolongan. La inflación no ha escalado con la misma fuerza que en Estados Unidos, pero el riesgo de estanflación no se descarta.
México, por su parte, lidia con un crecimiento prácticamente nulo, con estimaciones de apenas 0.4 % del PIB en 2025, lo que coloca al país al borde de la recesión. A diferencia de sus socios, la inflación mexicana se ha mantenido moderada, en torno al 3.5 % anual, dentro del rango objetivo del Banco de México.
No obstante, la combinación de bajo dinamismo económico y presiones externas genera preocupación. El banco central ha optado por recortar tasas de interés en un intento de estimular la economía sin perder el control inflacionario.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y otros organismos han advertido que la política de tarifas en Estados Unidos está generando un “shock de oferta” que afecta no solo al propio mercado estadounidense, sino también a Canadá y México.
El encarecimiento de insumos y bienes intermedios repercute en las cadenas de suministro de la región, golpeando la inversión y elevando los costos para las empresas y consumidores.
En conjunto, el TMEC enfrenta un escenario de alto riesgo: crecimiento bajo, tensiones comerciales y presiones inflacionarias que ponen en entredicho la estabilidad económica regional.
Aunque la estanflación no se ha instalado de manera formal, la combinación de factores actuales mantiene a los tres países al filo de este fenómeno, lo que obliga a sus gobiernos y bancos centrales a buscar estrategias coordinadas que eviten repetir una crisis como la de los años setenta.
👉 Este cuadro ayuda a visualizar rápido que ninguno de los tres socios está formalmente en estanflación, pero todos enfrentan presiones distintas: EE. UU. por inflación, México por bajo crecimiento y Canadá por el impacto de las tarifas arancelarias impuestas por Donald Trump:
MUNDO
Cielos de Europa en alerta: la OTAN dispara por primera vez contra drones rusos en territorio aliado

– Por Redacción Conciencia Pública
El 10 de septiembre de 2025 marcó un hito en la historia de la defensa colectiva de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN): por primera vez, aviones del pacto —en apoyo a Polonia— abrieron fuego contra drones rusos que penetraron en el espacio aéreo aliado, convirtiéndose en la primera acción militar directa de la alianza sobre su territorio desde el inicio de la guerra en Ucrania.
Polonia reportó la entrada de hasta 19 drones, algunos procedentes de Bielorrusia, los cuales fueron considerados amenazas directas y, por ello, neutralizados con apoyo de aviones caza F-16 polacos y F-35 neerlandeses.
Las operaciones implicaron el cierre temporal de los aeropuertos de Varsovia y Lublin, y órdenes de resguardo para la población en regiones orientales del país, cercanas a Ucrania.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, calificó el incidente como una “provocación a gran escala” de parte de los rusos, y afirmó que la situación era “la más cercana a un conflicto abierto desde la Segunda Guerra Mundial”.
A raíz de lo ocurrido, Polonia invocó el Artículo 4 de la organización, dando inicio a consultas urgentes entre los países aliados, entre los que se encuentra Estados Unidos, el país con más capacidades militares en el tratado.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, condenó firmemente la acción rusa y reafirmó el compromiso de la alianza de defender cada centímetro de su espacio aéreo. El coronel Martin O’Donnell, portavoz del Mando Supremo Aliado en Europa (SHAPE), enfatizó: «Esta es la primera vez que aviones de la OTAN han enfrentado amenazas potenciales en el espacio aéreo aliado».
La incidencia se produjo durante un amplio ataque de Rusia contra Ucrania la noche de ayer, que involucró cientos de drones y decenas de misiles.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenskiy, advirtió que al menos ocho de esos drones estaban dirigidos hacia Polonia y consideró el episodio como un “precedente extremadamente peligroso para Europa”.
Aunque Polonia activó el Artículo 4, no llegó a invocar el Artículo 5, que establece el mecanismo de defensa colectiva inmediata (en ese artículo se señala que todos los países de la OTAN deben acudir inmediatamente a defender al país atacado). Analistas consideran este movimiento como una señal de diplomacia firme más que un preludio a una escalada militar mayor.
Mientras tanto, la Unión Europea propone reforzar la protección de sus fronteras, con iniciativas como la construcción de una “muralla antidrón” en el este del continente.