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MUNDO

Europa y Estados Unidos rebasados por la pandemia: Grandes potencias minimizaron al COVID-19

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Política Global, por Jorge López Portillo //

A pesar de que las conversaciones del mundo urbano se hayan monopolizado por el tema del COVID19 el mundo y la vida no se detienen, la gente de una u otra forma sigue haciendo lo posible por salir adelante. Muchas de las industrias siguen laborando sin parar y de hecho a marchas forzadas como la alimenticia, la energética y claro, las áreas de seguridad y de salud, mereciendo esta última un reconocimiento especial por su heroísmo –salvo sus contadas excepciones-.

Recuerde que la cura definitiva muy pronto estará lista y que en México anualmente hay muchos menos muertos por gripe que en la mayoría de los países de la OCDE, es decir que de alguna forma este tipo de bichos afectan menos por aquí.

DIFÍCIL SER HOY GOBERNANTE

La mayoría de los habitantes y políticos de las zonas urbanas del mundo pierden horas al día en mandar y recibir mensajes por redes sociales, pero casi ninguno de los Jefes de Estado usó esta herramienta para leer el avance del virus en China y de ahí en Italia. Es evidente que mientras la mayoría decidió esperar o ignorar, muy pocos países designaron de manera preventiva (enero-febrero), equipos multidisciplinarios para evaluar acciones y sus posibles efectos en los campos de seguridad territorial, médica y económica.

Dr. Didier Raoult, renombrado experto francés que encontró una de las primeras curas para el COVID19 dijo… “Los resultados de los médicos son medidos por los pacientes que curan día a día, los políticos por la historia”…

En los momentos de presión se conoce la calidad de cada persona y francamente de cada nación. A finales de enero vimos que China enviaba casi 30 mil médicos extras a Wuhan para atender supuestamente a 50 mil infectados –ilógico- y que construía hospitales en tiempo récord mientras que buscaba importar mascarillas; a pesar de esto nadie quiso aumentar medidas de control sanitario-migratorio.

Ningún gobernante pensó en prepararse para enfrentar ese mismo escenario. La reacción más eficiente fue la de Corea del Sur y aun que no consuele saberlo, vale saber que salvo EUA y Alemania –muy a medias-, ni Canadá, ni el Reino Unido, ni la Eurozona fueron más prevenidos que nuestro líder tabasqueño. Veremos si en lo que sigue salimos con mejor calificación.

Básicamente había dos medidas: El aislamiento controlado o el cerrar casi todo. Estas dos medidas con algunos atenuantes eran y aún siguen siendo las que confrontan a políticos y hasta familias. Algunos gobernantes trataron de aislarse de la tendencia mundial pero poco a poco fueron entrando en la misma idea de aislamiento.

Ante la falta de previsión generalizada del mundo democrático, ha quedado claro que nadie quiere perder su base electoral, por lo que los regímenes con medidas más autoritarias parecen haberse anotado una palomita, en contraste con el miedo de las naciones libres que ven cómo sus gobiernos no les garantizaron la tranquilidad que no es lo mismo que la salud, sino más bien un estado de ánimo que con certeza les permitiera tener confianza en el resultado positivo de las medidas adoptadas. Pero recordemos que en los países autoritarios no se sabe si se dijo la verdad o también se endulzó, como se ha hecho o tratado de hacer en las democracias.

¿CERRAR O NO CERRAR?

¡China no cerró todo el país!, lo que hizo fue paralizar de manera tardía el estado de Hubei en donde está la ciudad de Wuhan y ordenar fuertes medidas de aislamiento en toda la nación, especialmente en las zonas urbanas, consiguiendo eliminar los contagios locales -al menos eso nos dijo-. Ese modelo permitió que bastas áreas de la economía China siguieran laborando y de hecho hoy le estén exportando al mundo –vía ventas y donaciones-, los equipos y posibles medicamentos para atender la crisis. Corea del Sur cerró desde los primeros brotes prácticamente toda una región y fue ejemplo de control y transparencia.

Esos son los dos ejemplos de control que dieron resultados, uno que contagió al mundo pero que no paralizó su economía y otro que detectó y aplicó cuarentena muy rápidamente para causar el menor daño en salud y en economía. Los demás ejemplos han sido costosos y desastrosos.

¿QUÉ SIGUE?

El COVID19 que ya está aquí, pasó la época de preparar, ahora sigue atender lo urgente que era lo importante de ayer y preparar lo importante de hoy que será lo urgente del mañana.

Los países que no examinan a tiempo son pronto rebasados por los contagios que incluso, hoy en día paralizan al 20% de los portaviones de EUA, y al 100% de las fuerzas armadas europeas.

Cobrar los análisis en una pandemia es una buena forma de inhibir la información y evadir la realidad; hasta los países ricos regalaron los exámenes de detección del CV19, México no debe ser la excepción, no sea que por ahorrar centavos perdamos pesos.

Para poder asegurar que los líderes participen en medidas más o menos similares, la OMS repartió elogios a todos los mandatarios del G20 que participaron en la reunión virtual del pasado jueves.

Poco será el efecto del COVID19 comparado con el muy fuerte y muy real daño económico y mental que la pandemia del miedo y “encerrones” ocasionarán. El Gobierno debe preparar de manera inmediata medidas que mitiguen los distintos impactos de lo contrario, digan lo que digan estaremos de nuevo a la retaguardia.

En lo individual debemos analizar nuestras opciones para sobrevivir un par de semanas sin trabajo, un lujo que la mayoría de los mexicanos no se pueden dar pero que con inteligencia podríamos intentar. Cuando uno está nervioso, la reacción normal es comer o comprar, eso nos puede causar un daño doble a la salud y a la economía, por lo que los especialistas recomiendan tomar un respiro antes de gastar y/o comer de más. Seamos “sencillos como las palomas”.

Hay que ser “prudentes como serpientes”. Si se exceden las medidas de aislamiento los pobres no podrán aguantar y la clase media se revelará. Los tres niveles de gobierno tiene la gran oportunidad de mostrar si son gobiernos popular o populachero, de derecha o de indiferencia, de centro o de tibieza.

¡SE GOBIERNA CON EL EJEMPLO!

Los políticos no tienen calidad moral para pedir a las personas que sean solidarias si ellos mismos no ponen el ejemplo.

La CFE, Conagua –los organismos locales de agua- y Pemex, están obligados a poner el ejemplo apoyando a los usuarios de los mismos, tal como lo han hecho algunas empresas particulares en diversos países del mundo, incluso los que cuentan con gobiernos de derecha capitalista como Unión Bretaña y EUA.

Sabemos que habrá muchas personas con problemas para pagar sus recibos del mes, es ahí donde los créditos directos desde las propias empresas y paraestatales pueden ser un alivio a la crisis económica que se suma a la desaceleración que ya vivamos en México desde enero del 2020.

No sólo los más pobres necesitan ayuda, sino la clase media y las pequeñas empresas de menos de 100 empleados para no caer en la pobreza o pobreza extrema.

El SAT y los órganos tributarios estatales debiesen extender los plazos para el pago de impuestos cuando menos por 3 meses para así poder dar una inyección de flujo al mercado interno.

Recordemos que muchos municipios y estados bajarán sus ingresos y por ende no calificarían para recibir algunos apoyos federales, lo que podría acentuar la crisis financiera, de salud y hasta de seguridad de varias regiones del país, en consecuencia el ejecutivo federal debiese enmendar la Ley de Coordinación Fiscal.

El gobierno en sus distintos niveles, debe estimular el empleo y preparar la recuperación, incluso en estos tiempos de aislamiento, al desregularizar y dar afirmativas fictas en muchos de los trámites que normalmente demoran meses e incluso generan corrupción, en especial en los municipios y por supuesto también difiriendo los pagos de algunos de los servicios que prestan.

La asociación de Bancos ya beneficiados con el Fobaproa, deben sumarse de inmediato a los programas de diferimiento de pago. ¡Esos mismos bancos lo hacen en otros países!

¿Qué decir de las empresas de servicio celular, de internet y de cable?, que con sus ingresos crearon a varios de los hombres más ricos del estado y del mundo; esas empresas deben diferir el pago de algunas mensualidades.

Todas estas medidas ya están siendo implementadas en varios países del mundo y seguro ayudarán a bajar un poco la ansiedad de muchas familias que de otra forma tendrán que escoger entre pagar servicios básicos o comprar medicinas y comida.

¿De qué nos sirven tantas paraestatales?, si no van a ayudar de manera directa a mitigar el impacto económico cuando el gobierno te pide que dejes de trabajar. ¿De qué nos sirve tener a varios de los empresarios más ricos del mundo? si ellos no ayudan a mantener la economía del país a flote en este momento de necesidad. ¿De qué nos sirve haber regalado a maquiladoras extranjeras tierras e impuestos si no nos ayudan a sobrepasar este trago amargo? ¿De qué sirvió la solidaridad con los bancos con el fobaproa?

¡NO SE PIDE REGALO O CARIDAD SINO DIFERIR PAGOS!

La agilidad en el anuncio e implementación de estas medidas permitirían tomar un respiro para esperar unas semanas y ayudarían a que la caída en los ingresos de la clase media y baja, sea menos dura. No previmos la baja del petróleo, el alza del dólar o la llegada del COVID19, a pesar de que todo esto estaba siendo anunciado y discutido en las famosas redes sociales y medios internacionales desde enero. Ojalá y preveamos las medidas económico-regulatorias suficientes para mitigar el daño y que no olvidemos que esta infección regresará en otoño e invierno, para ahora sí aplicar las medidas sanitario-migratorias que esta vez ignoramos.

¡Vamos a salir adelante!, de eso no hay duda. Esta crisis sicológica, orgánica y económica mostrará si ya hemos avanzado como Nación o seguimos en la era de las tribus en las que es fácil aceptar la voluntad de Dios… pero en la granja del vecino”.

Veremos si somos de oro u oropel, si los saqueos y abusos aumentan o si de verdad somos tan unidos como decimos en los cursis videos de Youtube tipo S19 o en las marchas en contra de la derecha o de la izquierda. Es la hora de mostrar que no sólo nos unimos en los temblores o en las explosiones. ¿Vamos a salir a aplaudir a los servicios médicos?, ¿vamos a salir a cantar en los balcones?, ¿vamos a organizar a voluntarios para apoyar a los ancianos o enfermos en asilos?, ¿vamos a apoyar a las personas que nos ayudan con la limpieza del hogar pagando sus salarios sin venir a trabajar?, ¿haremos cadenas de consumo para ayudar a los pequeños comercios y restaurantes locales que están a punto de cerrar? La patria empieza en casa ¿qué harás tú para apoyar a tus vecinos?

El COVID19 en cuaresma es la oportunidad para pasar de la Incredulidad, del Miedo y de la Demagogia a la Fe, al trabajo eficiente y a las acciones generales sin tintes políticos.

Agradezco a usted y a este medio la oportunidad. Dios nos bendiga.

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El Capitán América y la batalla ideológica

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Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //

El cómic del Capitán América nació con un objetivo claro y acorde a un momento histórico muy concreto. El Nº1 de la serie apareció en los puestos de revistas estadounidenses en marzo de 1941, en su portada mostraba a un musculoso hombre enmascarado que portaba un traje lleno de barras y estrellas, mismo que propinaba un golpe en la mandíbula a Adolf Hitler. Este primer número vendió más de un millón de ejemplares.

Cuando se publicó el cómic, Estados Unidos aún no había entrado en la Segunda Guerra Mundial pero la situación era cada vez más tensa con las fuerzas del Eje y el gobierno ya estaba preparado para lo que podía suceder.

En diciembre de ese año, Pearl Harbor fue bombardeado por aviones japoneses y entonces EEUU se unió a los aliados. El Capitán América, que había conquistado el corazón de los jóvenes lectores, se sumó a la lucha difundiendo mensajes patrióticos o apareciendo en campañas propagandísticas.

El origen del Capitán América decía bastante de él: Steve Rogers era un joven que intentó alistarse en el ejército llevado por el compromiso que sentía hacia su país, pero que fue rechazado debido a su mala condición física. Sin embargo, su valentía y valores llamaron la atención de un grupo de científicos que lo eligieron para ser el primer “supersoldado” de la historia inyectándole un suero especial.

Si bien es cierto que lo que hace a Steve un héroe es el resultado de la inyección del suero (fuerza sobrehumana, súper reflejos, etc.), sus habilidades son una consecuencia de los valores que ya tenía. Es decir, que Steve era tan importante cómo el capitán. Los propagandistas gringos tenían claro lo que querían comunicar: cualquier estadounidense puede ser un héroe para su nación.

El panorama que enfrenta Estados Unidos en pleno 2024 es diametralmente distinto al que se tenía previo a la segunda guerra mundial. Los jóvenes ya no creen en lo que hace el gobierno, piensan que la guerra contra el Estado Islámico y Hamás es incorrecta y aquel sentimiento patriótico que llevó a Estados unidos a ser lo que es, se desvanece.

Los jóvenes estadounidenses, empujados por una serie de ideas que ven en redes sociales y por un pensamiento propio que critica a las instituciones, han salido a protestar en sus campus universitarios. Los manifestantes exigen a los centros educativos que rompan vínculos con cualquier proyecto que beneficie al Gobierno israelí o a las empresas que financian el conflicto entre Israel y Palestina.

La primera manifestación se dio en la Universidad de Columbia. Decenas de estudiantes instalaron una zona de tiendas de campaña en el campus y en días pasados, la policía intentó desalojar el campamento, cuando arrestó a más de 100 personas.

El fin de esta historia es de pronóstico reservado, pues parece increíble que hoy los jóvenes salgan a protestar contra un gobierno que de una u otra manera garantiza su expresión y su desarrollo personal para en cambio, defender ideas de aquellos que han buscado destruirlos. Algo de razón tendrán los jóvenes, pero, de seguir adelante con esto, ponen en riesgo a las instituciones que les brindan una serie de privilegios que pocos tienen en el mundo; pareciera que viven el síndrome de Estocolmo.

México, con diferencias de fondo, vive una situación similar. La admiración a la delincuencia organizada y a lo que representa, lleva a los jóvenes aspirar a ser como aquellos que generan inseguridad en el país, a compartir sus ideas, escuchar su música, replicar su vestimenta y a llevar a cabo acciones similares a las de que aquellos que tanto dañan a la sociedad.

Tal vez la guerra ideológica se perdió cuando faltaron líderes positivos a quien admirar, cuando se inició una guerra y el estado se mostró débil, cuando la pobreza y marginación llevaron a los jóvenes a buscar salir de esa situación a cualquier costo o cuando se propuso que a los delincuentes se le debían dar abrazos.

Estados Unidos y México comparten el problema de la falta de credibilidad de sus jóvenes hacia el gobierno. En ambos casos, parece que la batalla ideológica está perdida. ¿Qué hacer para recuperar la admiración y el respeto de los jóvenes por el país que los vio nacer?

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El radicalismo viene de la izquierda

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Opinión, por Fernando Núñez de la Garza Evia //

“La estabilidad lo es todo”, dice un antiguo proverbio chino. Pronto nos daremos cuenta de su sabiduría al quedar atrás la relativa estabilidad vivida en el país y el mundo durante los últimos treinta años. Además del regreso de las rivalidades geopolíticas, del desafío del calentamiento global y los riesgos de las nuevas tecnologías, tendremos que añadir el regreso del radicalismo político. En ciertos países proviniendo de la derecha, mientras que en otros de la izquierda.

Ha habido un debilitamiento de la democracia ante una creciente radicalización política. En Estados Unidos, una parte de la izquierda se ha vuelto más fundamentalista con la cultura del woke, aunque se ha mantenido en los márgenes partidistas. En la derecha, sin embargo, la radicalización se ha normalizado al llevar al extremo los principios del libre mercado, la negación del calentamiento global y la militarización de la política exterior.

Asimismo, en Europa ha sido la derecha política la que se ha tornado más extremista, llegando inclusive al poder en países tan relevantes como Italia. Pero, ¿por qué es la derecha la que ha llevado la delantera radical? Fundamentalmente, por la migración masiva y sus crecientes problemas culturales. Y un problema mayúsculo es que ese extremismo no solo es a nivel de las élites, sino también de las poblaciones.

La derecha en México no se ha radicalizado, al menos no aún. Porque no ha hecho suyas las políticas de mano dura contra la inseguridad, como la derecha salvadoreña. Porque no tiene una dura retórica anti-migrante, como la derecha europea. Y porque no niega el calentamiento global ni ha hecho suyo el dogma del libre mercado, como la derecha estadounidense. Además, la derecha mexicana es democrática, porque cree en los canales institucionales, la negociación partidista y las elecciones populares como mecanismos fundamentales para resolver los problemas políticos nacionales.

Sin embargo, su problema fundamental estriba en su falta de cuadros políticos, tanto así, que una persona sin militancia partidista será su candidata a la presidencia de la República, y lanzaron a una ex-Miss Universo para tratar de recuperar su otrora joya de la corona en el norte del país: Lupita Jones en Baja California.

La izquierda en México es la que se ha radicalizado. Tiene sentido: si en Occidente la derecha lo ha hecho a raíz de la migración masiva y sus choques culturales, en México ha sido la izquierda derivada de un contexto de pobreza y desigualdad, y de la desconfianza social que inevitablemente generan.

Las políticas del populismo de izquierda están ahí: militarización de la vida pública, exclusión del calentamiento global y los temas medioambientales, una profunda aversión a la ciencia y la tecnología, reparto de dinero sin condicionantes de por medio, adelgazamiento continuo de las capacidades del Estado, y un largo etcétera. Ni hablar de su manifiesto autoritarismo y sus políticas que podrían llevar al fin de la democracia-liberal en el país.

La izquierda y la derecha son dos lados de la misma moneda ideológica. Sin embargo, ha sido la izquierda política la que se ha radicalizado en México, tomada por el populismo lopezobradorista. La buena noticia es que la radicalización ha ocurrido más a nivel de las élites, sin haber permeado del todo entre la población. Por ahora.

  • Fernando Nuñez es analista político con estudios en derecho, administración pública y política pública, y ciencia política por la Universidad de Columbia en Nueva York

E-mail: fnge1@hotmail.com

En X: @FernandoNGE

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Abordando la desigualdad económica: El papel esencial del gobierno en las políticas de redistribución

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

En la actualidad, la desigualdad económica es un tema candente que suscita debates y preocupaciones en todo el mundo. Esta disparidad en la distribución de la riqueza y los recursos económicos no solo es un fenómeno presente en economías en desarrollo, sino que también afecta a las naciones más industrializadas.

Mientras algunos defienden el valor de la meritocracia y la libre empresa, argumentando que el éxito económico debería ser el resultado del esfuerzo y el talento individual, otros señalan la creciente brecha entre ricos y pobres como una injusticia fundamental que requiere atención urgente.

La idea de que cada individuo debe tener la oportunidad de prosperar según su mérito es una piedra angular de muchas sociedades modernas, pero en la práctica, esta promesa de igualdad de oportunidades puede ser inalcanzable para muchos debido a barreras estructurales y desigualdades sistémicas.

En este contexto, surge una pregunta crucial: ¿Cuál es el papel del gobierno en la reducción de la desigualdad económica? Si bien algunos abogan por una intervención mínima del Estado en los asuntos económicos, argumentando que el mercado libre eventualmente corregirá cualquier desequilibrio, la realidad es que la desigualdad económica persiste y se profundiza en muchas sociedades.

Esto plantea la necesidad de una evaluación cuidadosa del papel que el gobierno puede y debe desempeñar en la promoción de la equidad económica y la justicia social. La cuestión no es solo una de moralidad, sino también de estabilidad social y cohesión comunitaria. Una sociedad profundamente dividida por la desigualdad económica corre el riesgo de enfrentar tensiones sociales y políticas que pueden socavar la estabilidad y el progreso a largo plazo

En este contexto, el papel del gobierno en la reducción de la desigualdad económica es crucial, ya que a través de ella, y con debida perspectiva social, se pueden implementar políticas de redistribución que promuevan una distribución más equitativa contribuyendo así a una sociedad más justa y próspera.

Lo anterior cobra relevancia ya que en un sistema económico basado en la libre empresa, a menudo se promueve la idea de que el gobierno debe tener una mínima intervención en la economía, dejando que el mercado se autorregule.

Sin embargo, esta perspectiva puede pasar por alto el importante papel que el gobierno puede desempeñar en la reducción de la desigualdad económica a través de políticas de redistribución las cuales no necesariamente implican una intervención directa en la economía, sino más bien un enfoque en la redistribución equitativa de la riqueza y los recursos para garantizar un mayor equilibrio social y económico.

Por otro lado, en esta tesitura, el gobierno puede adoptar medidas para fortalecer la seguridad social, proporcionando una red de seguridad para los ciudadanos más vulnerables lo que puede incluir programas de asistencia social, como seguro de desempleo, subsidios alimentarios y programas de vivienda asequible, que ayudan a proteger a los individuos y familias de caer en la pobreza extrema debido a circunstancias adversas.

Asimismo, es fundamental invertir en infraestructuras sociales, como educación pública de calidad y acceso equitativo a oportunidades de desarrollo profesional. Al proporcionar a todos los ciudadanos las herramientas y habilidades necesarias para tener éxito en la economía moderna, se puede reducir significativamente la desigualdad económica y promover una mayor movilidad social.

No podemos perder de vista que, si bien la libre empresa puede ser un motor importante para el crecimiento económico, el gobierno tiene un papel vital que desempeñar en la reducción de la desigualdad a través de políticas de redistribución equitativa de la riqueza y los recursos. Estas políticas no solo promueven la justicia social, sino que también pueden contribuir a un mayor crecimiento económico y estabilidad social a largo plazo.

A pesar de ello, la realidad es que un enfoque equilibrado es necesario. Mientras que el exceso de intervención del gobierno puede tener efectos negativos en la innovación y la eficiencia económica, la falta de intervención puede exacerbar la desigualdad y crear tensiones sociales insostenibles. Por lo tanto, es importante que el gobierno encuentre el equilibrio adecuado, implementando políticas de redistribución que sean efectivas y eficientes sin socavar el espíritu emprendedor y la vitalidad económica.

Es evidente que la desigualdad económica es un desafío significativo que enfrentan muchas sociedades modernas, tanto que este desafío constantemente nos genera la necesidad de plantear preguntas difíciles, pero cuyas respuestas son necesarias.

Si bien la libre empresa puede ser un motor importante para el crecimiento económico, no puede garantizar por sí sola una distribución justa y equitativa de la riqueza y los recursos. En este sentido, el gobierno puede desempeñar un papel crucial en la reducción de la desigualdad a través de políticas de redistribución que promuevan un mayor equilibrio social y económico.

Al considerar estas políticas de redistribución, es importante tener en algunas de las ideas planteadas por Michael Sandel en su libro «La tiranía del mérito».

Sandel argumenta que la meritocracia, la idea de que el éxito se debe exclusivamente al mérito individual, ha contribuido a la creciente desigualdad económica al glorificar el éxito personal mientras denigra a aquellos que no tienen éxito. Esta narrativa del mérito puede llevar a la creencia de que aquellos que están en la parte inferior de la escala económica merecen su situación, lo que socava la solidaridad social y perpetúa la desigualdad.

Por lo tanto, las políticas de redistribución deben ir más allá de simplemente corregir las desigualdades económicas y también abordar las injusticias subyacentes en el sistema. Esto puede implicar cambiar la forma en que valoramos el éxito y reconocer que el mérito individual no es el único determinante del éxito económico. En su lugar, debemos adoptar un enfoque más colectivista que reconozca la contribución de todos los miembros de la sociedad y garantice que todos tengan acceso a oportunidades y recursos básicos para prosperar.

La lucha contra la desigualdad económica requiere un enfoque integral que combine políticas de redistribución efectivas con un cambio en nuestra concepción del mérito y el éxito. Al hacerlo, podemos trabajar hacia una sociedad más justa y equitativa, donde todos tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial independientemente de su origen socioeconómico.

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