CULTURA
A Reynosa…o te quedas o te vas
Por Fernando Zúñiga //
José Carmen solicitó a su empleado que me trajera un six de cerveza de la tienda cercana…bien heladas. El día era tibio y sosegado.
Estábamos en la pequeña oficina de su bodega. En su escritorio había un florero con jazmines de dulce y sedante aroma. Era el principal distribuidor de todo tipo de semillas, granos y chiles del Mercado de Abastos de la región.
José Carmen era un hombre de hablar sencillo, algo parco, afable, buen escuchador y desde un principio me otorgó, a su manera, admiración y respeto.
Siendo ambos de la misma edad José Carmen se dirigía a mí con el Ud.
…mi padre era arriero, recorríamos la sierra, muchos km durante varios días, de ida llevábamos mercancías diversas; sartenes, utensilios, cobijas, jarros de barro, comales y de regreso cosas para nuestra casa. Dormíamos al aire libre en el camino, bajo la noche…
…a los 14 años me vine a la ciudad donde empecé a hacer de todo, por unas monedas y algo de comida o un lugarcito para dormir bajo techo…
…empecé en el mercado público municipal de mandadero, cargando las bolsas de las señoras, acomodando cajas, limpieza. El patrón me fue enseñando a llevar cuentas, pesar la mercancía, ir al banco. Me dejaba dormir en el local…
…algunos días me llevaba a su casa y yo le ayudaba a tareas del jardín y otros encargos. Comía junto con su familia y regresaba al mercado a pasar la noche…
…2 años después me soltó la confianza de un local de frutas y verduras. El dinero que ganaba lo mandaba a mi madrecita, yo no tenía muchos gastos. Su familia me regalaba ropa, zapatos y en navidad me daban cosas; un reloj, un perfume…cenaba con ellos…
…algunas veces me llevaban en sus viajes fuera de la ciudad. Sus hijos pequeños me querían…no me pudieron convencer de ir a la escuela, yo ya sabía leer…
…empecé a tomar vino. Al principio con algunos de los trabajadores de sus bodegas o los cargadores del mercado…
…poco a poco me aficioné y hasta me iba solo cuando ellos no querían ir a la cantina…
…ya no mandaba dinero a mis padres. No iba a verlos. Faltaba cada vez más al trabajo.
…le tomé dinero al patrón y durante semanas no regresé al trabajo… me quedaba dormido en la mesa de la cantina, a veces en la banqueta, me llevaban a la cárcel y mi patrón pagaba mi salida…
…alguien de mi pueblo, un día que me encontró en una cantina me dijo que mi padre había muerto….
…una noche me trepé al tren que va a la frontera….frío, hambre, sed, tristeza…
…llegué a Reynosa…empecé a buscar en qué ganarme algo de dinero….dormía en la calle…
…caminaba por una calle en la zona roja y topé con un camión de cerveza…ofrecí ayudar a descargar las cajas en una cantina…
…me regalaron una charola de aquellas que traían una china poblana y un charro bailando zapateado y un poco de dinero que para mí era una fortuna…
…compré fruta, el dueño de la cantina me dio permiso de vender a los clientes. Mi fortuna aumentó rápidamente. Llenaba varias veces la charola y se acababa todo.
…me compré ropa y zapatos nuevos. Después renté un cuartito en una vecindad…
…la conocí allí en la cantina. Era mayor que yo. Al paso de los días se quedaba a dormir conmigo. Después me llevó a vivir en su casita. Me enseñó todo lo de la mujer…
…así duramos 3 años. Ella trabajaba con los clientes y yo vendía mi fruta…cada vez más…me querían los clientes…nunca sentí celos de los hombres con los que ella pactaba y salían…..Jazmín regresaba en la noche a nuestra casita…
…algunos días nos quedábamos a pasar todo el día juntos… ella cocinaba, bailábamos, tomábamos vino…salíamos al parque o al cine a ver películas mexicanas…siempre había jazmines frescos en un florero…me cuidaba cuando me enfermaba, me traía muy limpia mi ropa…
…otras veces íbamos a otra cantina diferente a oír música y tomarnos algunas copas…
…me propuso irnos a otra ciudad, empezar de nuevo, poner una tiendita…ella quería tener hijos…
…una noche me dice “José Carmen o te quedas o te vas”…
…ya no fui a vender mi fruta. Ella se iba a buscar a sus clientes…
…tomábamos cada vez más alcohol. Reíamos cada vez menos. Platicábamos casi nada…
…unos días después me sentenció de nuevo “José Carmen o te quedas o te vas”…
...una mañana, sin despedirme, tomé un bus hacia Zacatecas. Allí estaba un proveedor de mi antiguo patrón. Trabajé en su bodega de chile y al poco tiempo me empezó a enviar con sus choferes a llevar mercancía a la central de abastos del DF…
…en una ocasión que pasamos por el Bajío a surtir a mi ex patrón le pedí disculpas. Me quedé.
…me daba cajas de tomate o alguna otra verdura que yo vendía en la banqueta de la nueva central de abastos…
…después me prestó dinero para rentar mi propio local…
…una temporada que el chile subió muchísimo de precio un chofer que traía mercancía desde Querétaro, me comentó que su patrón tenía una cosecha comprometida con un acaparador del DF, pero esta persona no iba por la mercancía después de varias semanas…
…mi amigo/patrón me apoyaba con el dinero si es que lograba la compra…
…la logré. Gané mucho dinero. Cuando le regresé a mi amigo/patrón su dinero, le ofrecí la mitad de la ganancia como había pactado con él…no me la aceptó…
…me animó a comprar esta bodega. El mercado se hizo más fuerte en la región del Bajío y gracias a Dios hoy tengo lo que tengo…
Alguna vez me invitó a comer con su familia cuando pasaba a saludarlo en mis viajes.
Pasó el tiempo. Un día me llamó a casa y me solicitó viajara a verlo. Fuimos a su casa…me narró los hechos…le habían secuestrado a su hijo…le pidieron varios millones…él sabía bien quienes eran; policías judiciales.
Vi llorar a un verdadero hombre por amor, impotencia, frustración, rabia…
Me impresionó profundamente su confianza hacia mi persona….siempre me habló con el “Ud.”
Por una confesión de admiración de José Carmen, de su ser sencillo, me animé a mi actual actividad, que tantas satisfacciones me ha brindado y he podido brindar a otros seres humanos.
La última vez que lo vi lo nombré mi padrino de profesión, le platiqué de mis conferencias en Universidades y otras instituciones en México y el extranjero…José Carmen tan solo sonrió y en su mirada pude percibir el brillo del orgullo humano y la amistad sin adjetivos de un hombre cuyo vocabulario quizá no le alcanzaría para expresarlo de otra manera.
FZG Guadalajara 7/VII
