ENTREVISTAS
Las lecciones de la maestra Carmen Bordes: «Le digo a los chavos, hay que aprender a ver»
Conciencia en el Arte, por Gabriel Ibarra Bourjac //
(Segunda parte)
“Tienes que aprender a ver para representar algo, ese es un regalo que creo le brindo a los chavos, aprender a ver, cómo puedes delimitar todo, cerrar lo ojos, analizar y dibujar todo lo que ves en diez minutos; lo puedes ir dibujando, si se te olvida lo ves, eso es como ejercitar tu mirada, aprender a ver, practicar la contemplación, darse ese tiempo porque eso se ha olvidado y está muy mal”, es un apunte que hace la maestra y artista de la plástica Carmen Bordes.
Al sistema educativo, a las escuelas, a los maestros, les plantea que desde la secundaria impartan más dibujo. “Lo visual ayuda mucho a lo emocional, reflexiona uno más las cosas, para aprender a dibujar académicamente es justo por medida, los griegos lo hacían, de los pitagóricos se aprende la justa medida y para poder dibujar la dimensión de las cosas, al comparar y medir también se aprende a ser justo”.
“Sí, me gustaría que dieran más dibujo desde la secundaria, me gustaría un programa para escuelas y dar dibujo a partir de los 12 años y no porque se dediquen a esto, sino porque de verdad es un complemento educativo magnífico, tratar de hacerlo lo más acercado académicamente, yo me salí furiosa de Artes Plásticas porque estaba harta de tanta academia, pasado el tiempo agradecí todo lo que me enseñaron, porque sí me sirvió y no solo para el oficio también para la vida”.
En esta edición publicamos la segunda parte de la entrevista con esta talentosa y sencilla artista jalisciense, mujer generosa con una alta calidad humana, como lo muestra al compartir su conocimiento en la pintura, el dibujo y el grabado, campos de las artes en la que se ha ganado el reconocimiento por su obra en los últimas cinco décadas.
¿Cómo ve Carmen el mundo de hoy? ¿Qué piensa de los avances tecnológicos? ¿Qué les dice a las nuevas generaciones? ¿Qué les falta a las escuelas de artes plásticas? ¿Por qué no le gustan estos tiempos? ¿Cómo es su relación con los jóvenes? ¿Qué deben desarrollar para enfrentar los desafíos en el camino por el mundo del arte?
La maestra Carmen Bordes considera que la pandemia del Covid y ese desencanto que les hemos dejado a los chavos dejará un cambio; hay una inclinación a reflexionar más las cosas, señala al considerar que debe haber “un nuevo sistema en general, debe haber un reordenamiento, toda vez que hemos sido muy neandertales, tecnológicamente muy alto, pero en el manejo de las emociones muy estúpidos”.
Y lanza la interrogante para mostrar las paradojas que hoy estamos viviendo como humanidad: “Cómo es posible que se pueda llegar a la luna y todos los avances tecnológicos que tenemos, pero todavía un hombre mate a una mujer porque no le sirvió. Actos inenarrables e inaceptables. Eso no puede ser”.
“Casi ninguno de los tiempos que he vivido me han gustado. Los de hoy menos, porque hay mucha violencia, ¡pero nunca pierdo la esperanza!”
Lo que sí le ha gustado, además de los grabados, el dibujo y la pintura, es dar clases y tener comunicación con los jóvenes. “Todas las cuestiones de clases de artes u oficios como el que doy, es enriquecedor, aprendo mucho de ellos, cada uno tiene su personalidad, es como echarse un clavado a esa energía fresca e inquieta por saber qué quieren expresar de lo positivo y negativo. Y que no todo es negativo.
Considera que se ha exagerado en depender de la máquina. “No me cierro a ningún avance tecnológico, me parece fenomenal mientras el resultado sea bueno, pero si perdemos la capacidad de utilizar el cuerpo con tanto apartejo, si nada más está fija en una pantalla, hasta los ojos vas perdiendo”.
“El mundo del artista es de subidas y bajadas, vive uno al día, vive uno por proyectos; ahora ya puedo hacer lo que quiera, soy dueña de mi tiempo”.
“Es un reto, trabajas, te vas a dormir y dices soy una chingona; al día siguiente vas a ver lo que hacías y dices qué porquería y vuelves a empezar”.
“Son disciplinas y oficios muy nobles. La libertad no existe que es a lo que uno aspira en esta vida, pero en este oficio tienes la libertad de tu tiempo, solo que trabajas 24 horas, pensando cómo resolver las cosas y para mi es mejor la auto explotación”, dice con la sonrisa plasmada en el rostro, como haciendo un recorrido por lo que ha sido su vida.
LA ENTREVISTA
¿Cómo fueron sus primeras exposiciones?
“Creo que corrí con mucha suerte, en la escuela fui compañera de Alejandro Gallo, primero del papá que iba un año antes, después entró el hijo que tenía una galería, me pude quedar más en Francia porque me dijo que pusiéramos un taller de grabado, pero no quise, tendría que estar sacrificada, siempre he buscado mi libertad.
Cuando regresé, fuimos a San Francisco a comprar una prensa, de regreso íbamos a poner el taller, yo solo le ayudaría a montarlo, le dije que lo que quería era trabajar mis cuadros, así fue mi primera exposición, aunque en la escuela ya había vendido ciertas cosas. Hice mi primera exposición con Alejandro Gallo, me fue bien, me vendió todo, eran 25 cuadros, construí mi taller, luego perdí todo, así es esto”.
UNA VIDA DE ALTIBAJOS
Hay altibajos…
“Sí, esto es así, subidas y bajadas, la vida constante. Vive uno al día, vive uno por proyectos; luego me separé, tuve dos hijos, empecé a tomar muchos encargos de retratos para tener a los hijos en casa, así podía llegar a fin de mes. Ahorita ya puedo hacer lo que quiera, soy dueña de mi tiempo. Son disciplinas y oficios muy nobles, la libertad no existe que a eso aspira uno en esta vida, pero tienes la libertad de tu tiempo, pero trabajas 24 horas, pensando cómo resolver las cosas, está mejor la auto explotación. Es un reto, trabajas, te vas a dormir y dices soy una chingona, al día siguiente vas a ver lo que hacías y dices que porquería y vuelves a empezar. Es uno dueño de su tiempo, trabaja uno más pero a la hora que acostumbras”.
¿La libertad de tener el tiempo para entregarlo o la presión para hacer el trabajo?
“Siempre hay una fecha para entregarlo, pero es mucho mejor la libertad que se da uno para darle gusto al gusto. Siempre hay coleccionistas generosos y accesibles con el tiempo, es curioso que los abogados y médicos son buenos coleccionistas, son más humanistas, siempre se inclinan a coleccionar cosas, arte u objetos, es beneficioso para nosotros, porque en el trayecto sí he conocido a personas que me han apoyado mucho”.
¿Tiene buenos coleccionistas?
“Hay poquitos, pero muy buenos y generosos. De alguna manera he corrido con suerte, por eso trato de llevármela bien y trabajar, llegar a acuerdos, salir adelante. Siempre se agradece. Estoy muy agradecida y reconocida con Benjamín Fernández, el abogado Claudio Jiménez y su esposa Inés Palomar que es otro bastión de la cultura en Jalisco. Tanto Benjamín como Claudio han sido personas de lo más solidarios y generosos conmigo.
Vivimos también mucho del cambalache, que es muy suave, porque es muy halagador que a otra gente un papel le parezca valioso y le guste lo que haces, son personas más sensibles. Dadas las circunstancias de la sociedad como está establecida, que les guste y lo valores se agradece doblemente”.
¿Cómo ve la labor de coleccionistas como Benjamín Fernández?
“Es buenísimo, es un gran coleccionista, tiene un acervo enorme. Es todo un proyecto el que tiene, muy valioso para la cultura en Guadalajara, con proyección nacional e internacional, yo como muchos le estamos muy agradecidos por esa gran pasión que tiene por el arte”.
¿Cómo ha visto en estos tiempos la valoración del arte a través de los coleccionistas?
“Se ha avanzado lento por la crisis pero siempre solidarios. La valoración no disminuye pero en tiempos difíciles la gráfica es una forma noble de seguir coleccionando hy crear nuevos coleccionistas por su naturaleza de original múltiple y mucho más accesible. Nuestros talleres fueron pioneros en formar buenos coleccionistas con la gráfica.
Está difícil porque ahora está la impresión digital, a mucha gente los procesos lentos no les interesa. Es una labor que hay que hacer, hay un valor agregado para el coleccionismo, aparte que nos apoyan. Es una forma de encontrar un vaso comunicante con aquella otra persona que trabajó cierta imagen o porque encuentra interés en tu expresión. ¿Qué lectura le da a las imágenes? ¿Si lo encuentra poético o no? Es otra manera de reconocerse, de valorar por qué colgamos en nuestros muros lo que colgamos, independientemente del costo material, eso nos refleja y enriquece, eso creo
LO QUE HA DEJADO LA PANDEMIA
¿Cómo ve a las nuevas generaciones y el interés de aprender?
“Creo que la pandemia y este desencanto que les hemos dejado a los chavos sí dejará un cambio, hay una inclinación a reflexionar más las cosas, pienso que tiene que haber un nuevo sistema, lo que hace falta es un nuevo sistema, en general a todo, un reordenamiento, hemos sido mentalmente muy neandertales, tecnológicamente muy alto en comparación de las necesidades emocionales que vuelve uno a caer en las mismas estupideces, cómo es posible que se pueda llegar a la luna y todos los avances tecnológicos que tenemos, pero todavía un hombre mate a una mujer porque no le sirvió. Actos inenarrables e inaceptables. Mentes enfermes, embrutecidas. Eso no puede ser.
Todas las cuestiones de clases de artes u oficios como el que doy, es enriquecedor, aprendo mucho de ellos, cada uno tiene su personalidad, es como echarse un clavado a esa energía fresca e inquieta por saber qué quieren expresar de lo positivo y negativo. Y que no todo es negativo. Valoro mucho, porque hay un parteaguas en la cuestión visual, que no está mal, tanto en la pintura, el grabado, la instalación, vídeo, la expresión que vayan a tomar hay bueno y hay malo, es nada más ni pelearse, valorar las expresiones, todo es cuestionamiento, mientras haya curiosidad es la manera de evolución, trabajar y trabajar, no hay de otra”.
¿Qué futuro le ve al grabado en ese desarrollo tecnológico?
“Un pequeño ejemplo fue que donde vivía antes, se fue la luz y es una privada, todos salieron desesperados, pero conmigo todo es manual, no necesito nada de eso. Pienso que también se ha exagerado mucho depender de la máquina, yo no me cierro a ningún avance tecnológico, me parece fenomenal, mientras el resultado sea bueno, pero si perdemos la capacidad de utilizar el cuerpo, si nada más está fija en una pantalla, hasta tus ojos los vas perdiendo, tienes que aprender a ver para representar algo, eso es un regalo que creo que les brindo a los chavos, aprender a ver, cómo puedes delimitar todo, cerrar los ojos, si uno analiza y dibuja todo lo que ves en 10 minutos, lo puedes ir dibujando, si se te olvida lo ves, eso es como ejercitar tu mirada, aprender a ver, porque eso se ha olvidado y está muy mal”.
¿Sigue produciendo?
“Sí, estoy haciendo nubes, ahora que está tanto el encierro he visto nubes maravillosas, son nubes y podría ser abstracto, estoy combinando, en pintura quiero sacar algo así. Tengo ganas de hacer una exposición de grabado, afortunadamente en los lugares que he propuesto nunca me los han negado, ojalá que de nuevo sea así. Me siento afortunada, yo no me quejo, porque me ha ido bien, ahí la llevo en este camino, agradecida con la vida y ya si mi trabajo fue bueno, solo el tiempo lo dirá”.
