ENTREVISTAS
«Mi primer libro fue sobre mi pueblo Tonaya; me hice escritor cuando perdí la verguenza»: José Luis Ortiz
Por Gabriel Ibarra Bourjac //
“Hace dos años en el Canal 4 de Televisa me entrevistaron y me preguntaron qué se necesitaba para escribir un libro y mi respuesta fue ‘perder la vergüenza’, porque para unos está usted loco y para otros está usted ‘desquiciado’, está hablando mentiras y usted no es dueño de la verdad”.
“Soy de Tonaya y cuando me vine a estudiar la preparatoria a Guadalajara allá por los 70’s, nadie había oído hablar de mi pueblo; me preguntaban los compañeros, dónde queda Tonaya”.
Es José Luis Ortia García, quien se ha distinguido en las últimas dos décadas por escarbar en la historia y escribir 12 libros, el más reciente es sobre “Zapata de carne y hueso”, pero el primero de ellos fue “El andar por Tonaya”.
“Entonces por tratar que lo conocieran empecé a arrastrar el lápiz y le puse al libro “El Andar de Tonaya”, y esa pregunta me la han hecho muchas veces, qué te dio por escribir.
“CHILUPE, EL JESUITA”
José Luis trae de sus recuerdos al hermano que fue sacerdote jesuita muy brillante y muy preparado que le decían “El Chilupe”, José Guadalupe Ortiz García y ha sido el único jesuita que ha habido en toda la región (Autlán, Tonaya, Tolimán, Tuxcacuesco, San Gabriel), “creo que él hablaba seis idiomas”, apunta.
“Fue director de la preparatoria del Instituto de Ciencias y él me decía, “mira vale si vas a dedicarte a hacer chicharrones, hazlos bien los chicharrones”.
– ¿Cómo fue que te hiciste escritor, cuando tu profesión es ser agrónomo, no estudiaste filosofía y letras y no vienes de una familia de escritores, literatos?
Sentado a una mesa de un restaurante José Luis relata sus inicios como escritor.
– Tu pregunta es muy interesante, me dio a mi escribir por tratar que mi pueblo no viviera en el olvido y las nuevas generaciones de Tonaya se enteraran cómo se fue conformando Tonaya.
A Tonaya llega la radio en 1925-1930, el cine en 1952. No teníamos archivo porque lo queman unos bandoleros y nadie conocía el archivo.
Fue hace 17 años cuando José Luis, como bien subraya, perdió la vergüenza y ya son 12 libros los que ha logrado darles vida.
La emoción se le refleja en el rostro, mientras regresa al tiempo de sus inicios como escritor.
Me gustó porque en Los Ángeles se vendieron cerca de 800 libros y me dije, esto puede prender, me gustó porque el día que lo presento en Tonaya me lo contesta el presidente municipal, me lo iba a contestar César Gabriel Alfaro Anguiano, pero me falló y me dejó colgado, el 24 de diciembre de hace 17 años, una fecha mala para que pudiera haber ido ese señor.
Con su bigote clásico estilo “Emiliano Zapata”, personaje de la historia de México al que tanto admira, como también a Pancho Villa, nuestro escritor empírico, recuerda que en aquella presentación en Tonaya de su primer libro alguien le preguntó por qué no había mencionado a Pedro Zamora.
Me quedé pensando y mi interrogante fue como presentarlo si era un sátrapa, un bandolero, pero un bandolero sin bandera, se dedicaba a hacer tropelías por todos lados, porque había bandoleros que cuando menos tenían una bandera, éste no, si Victoriano Huerta estaba de moda, era huertista o si Pancho Villa tenía fuerza, era villista u obregonista.
Hice un libro sobre Pedro Zamora muy bueno, supuestamente, y al primero que se lo regalé fue a Carlos Rivera Aceves, quien ya no era gobernador de Jalisco. Después me invitó un cafecito y me felicitó, me comentó que era un libro muy ameno, ligero y esas palabras me dieron el impulso para seguir escribiendo.
La Unidad Editorial del Gobierno del Estado me imprimió 400 ejemplares, los vendía a 100 pesos, que no pagaban la impresión y de allí me surgió la idea de escribir.
Todo ha sido empírico…
Empírico, quisiera decirte que de ti he aprendido sin que yo te lo pidiera o tu me lo dijeras, la forma como sintetizas lo que te digo, tú me has ayudado, me has orientado, de cómo quitarle y ponerle.
Hoy escribo por dejar un poquito de huella para que quede algo el día de mañana de mi paso por esta vida.
José Luis nos comparte muchas anécdotas en este diálogo de varios personajes de la historia de México, como también persoajes cotidianos de hoy, como Don Cornelio, el programa de Kiosko en Kiosko, de Gabino Barreda, Pancho Villa y Victoriano Huerta, de Francisco Madero, Pascual Orozco, entre otros y en otra ocasión las conpartiremos.
Escribes a mano o escribes en computadora…
Escribo en computadora con un dedo, pero estoy tomando un curso.
Te gustó, le tomaste sabor, te percataste que tenías facilidad para escribir historias…
Escuchaba hablar mucho del doctor Muría y de Enrique Krauze, de la revolución. Me puse a estudiar, a leer cuanto folleto, cuanto papel y libro llegaba a mis manos, siempre me gustó la lectura y me gustó mucho los temas de la Revolución mexicana, posteriormente me gustó los de la Independencia, la reforma, entonces eso me fue dando a mí un espaldarazo, lo que me dijo don Carlos Rivera me dio mucho, éste me motivo, me estimuló pues yo no tenía ningún asesor.
Tú eres de origen campirano…estudiasta agronomía, ¿te equivocaste de profesión?
“No, no me equivoqué, si mi hermano el jesuita no hubiese muerto yo hubiera sido abogado, que es más fácil para acomodarte, abogado son tan enredosos que hasta la pueden hacer de todo.
Pero cuando muere tu hermano tú todavía no estabas en la universidad…
Estaba en la preparatoria y él me rogaba, nomás que uno es tonto, me rogaba que fuera a hacer la preparatoria al Instituto de Ciencias con una beca al 100 por 100, es que yo en ese tiempo estaba de presidente de la sociedad de alumnos de la escuela secundaria Morelos de Tonaya donde éramos 27 alumnos o 37, no pasábamos los 50
O sea ya andabas de líder…te llamaba la política
Un tío, un hermano de mi mamá, había sido diputado y otro tío hermano de mi mamá era el presidente municipal de Tonaya…
Vienes de familia de política…
Yo no vengo de una familia de escritores, vengo de familia de ganaderos, mi papá ganadero y agricultor.
Cuántos hermanos fueron ustedes…
Éramos nueve, quedamos cuatro, creo que mucho tuvo que ver mi papá que no estudiara leyes, mi mamá sí quería que me viniera a estudiar y me dijo de golpe: no le hagas caso mijo a tu papá, si tengo que vender una vaca a escondidas, lo haré.
Cuando mi padre supo que me venía me dijo, ‘nomás te puedo pedir una cosa, no vayas a estudiar abogado porque son unas ratas’, y como que eso te marca y se te graba, pero termino contestando la pregunta, más que todo por dejar registrado el pasado junto con un presente en la historia…
De los 11 libros que has presentado, ¿cuál es el que más te ha gustado?
El de la la soberana convención de Aguascalientes
¿El que te comentó Becky Reynoso y José Manuel Barceló…?
Ese mismo, ya viste los comentarios muy positivos que hizo Carlos Rivera Aceves. Por supuesto que el de “El andar por Tonaya”, el primero que voy a ampliar. El de Pedro Zamora me gusta mucho que lo hice a través de vivencias que me comentaron en las comunidades, yo tomé versiones de cómo era la gente de allí…
(Continuará)
