ENTREVISTAS
Pacificar Guadalajara, es la oferta de Dolores Pérez Lazcarro: Como punta de lanza propone construir cultura de paz
Por Mario Ávila //
Un cuarto de siglo después de haber estado en cargos públicos en Guadalajara y en Jalisco, Dolores Pérez Lazcarro vuelve con mayor experiencia y más aprendizaje, para enfrentarse a una ciudad en donde reina la violencia y la inseguridad, por ello lo primero que ofrece como candidata de Futuro y como activista por la construcción de paz y defensa de los derechos humanos, es pacificar Guadalajara.
“A eso regreso al ayuntamiento -dijo-, a que toda la experiencia que he acumulado en los tres órdenes de gobierno, pero ahora con una experiencia más desde el activismo y desde el aprendizaje de la construcción de paz, poder venir a pacificar Guadalajara, desmantelando las otras violencias que no se ven, las violencias donde las personas no tienen trabajo, no tienen acceso a la alimentación, no tienen acceso a la salud, las violencias culturales, tenemos personas que vienen de otros estados a trabajar acá y no tienen lo mínimo para poder tener una vida digna», dijo Pérez Lazcarro.
«A eso regreso con un equipo maravillosos de candidatos a candidatas a regidores, que tienen experiencia en el trabajo comunitario, en el trabajo de construcción de paz, en el trabajo de economía con gente que sabe perfectamente qué hay que hacer después de una pandemia”.
Pérez Lazcarro, emanada de una familia de panistas tradicionales en el pueblo de Arenal, visitaba con frecuencia la casa de la abuela en el barrio de La Capilla de Jesús, en los tiempos en donde la puerta de la casa siempre estaba abierta, se conocían y se apoyaban todos los vecinos y se resolvían con diálogo las diferencias.
Trabajó más de 17 años en la administración pública; dirigió y coordinó programas en materia de Desarrollo Humano y Social en áreas de igualdad de género, migración, inter y multiculturalidad y después le ha dedicado al activismo más de 10 años de trabajo en defensa de los derechos humanos y en la construcción de paz.
Dice saber cómo llegar a las comunidades y empezar a desarrollar habilidades para hacer las paces, “porque no es solo una paz, esto quiere decir cómo se resuelven los conflictos las personas en su propio barrio, cómo se relacionan con otras, cómo se les ha enseñado a convivir pacíficamente o no dentro de las aulas, o sea es educación para la paz, es construir alternativas de vida buena y es pacificar un territorio que está en conflicto”.
“Eso he venido haciendo en los últimos años como grupo, después en lo individual fundando ‘Portavoces de Paz’, un movimiento que se ha dedicado a ir difundiendo que es eso de la cultura de paz, a qué te suena, pues se trata de que sepas que tu hijo va a salir en la mañana y va a regresar sano y salvo en la noche; que las mujeres sepan que van a salir a la calle y no van a ser perseguidas, desaparecidas, acosadas, violentadas, eso es vivir en paz; es también saber que para el día de mañana vas a tener dinero suficiente para comprar la comida, para comprar tu vestido, para pagar la renta, eso es construir paz y eso es lo que hemos hecho durante este tiempo desde el activismo”.
Es licenciada en Estudios Políticos por la Universidad de Guadalajara y cuenta con Máster en Estudios Políticos Aplicados por el Programa de Gobierno y Políticas Públicas (IBERGOP) de Madrid, España, pero de los grandes monumentos que ha visto en el mundo, el que más le gusta es el de la fuente de La Minerva y esta es la razón: “Porque es una mujer que desde 1956 custodia la ciudad y hoy necesitamos a una mujer que la gobierne”.
La candidata a presidenta municipal de Guadalajara por el partido del arbolito, explica que “ha trabajado desde las aulas con proyectos específicos de educación para la paz en niños de secundaria, pero en la comunidad ha hecho talleres en Miravalle, Santa Cecilia, Lomas de Polanco, Oblatos y en diferentes áreas de la ciudad que se han estigmatizado y lo que hace falta es que un gobierno municipal voltee a verlas para rescatar a los niños y las niñas que viven violencia en el hogar, violencia en la escuela y violencia en la comunidad, eso es lo que hay que ir a hacer, a desmantelar todas las violencias que se viven a diario”.
Como una profesional que está certificada en Atención Primaria de Víctimas de Violación por Women Organized Against Rape (WOAR), con sede en Filadelfia, Estados Unidos, Dolores Pérez Lazcarro comenta que por igual algunas actividades para la construcción de paz se realizan desde las aulas, “otras en parques, unas más en las calles platicando con la gente, hablando con perspectiva de género, con adultos mayores, con niños y mayores juntos, pero hay algo que me emociona mucho, el reto de cómo podemos reconciliar el Oriente con el Poniente de Guadalajara, y que el Oriente reciba realmente el trato justo que merece y no surjan cosas como Iconia; sí hay que desarrollar el Oriente, pero con y para las personas del Oriente de la ciudad y no con estas lógicas de hacer crecer la ciudad, de tener vivienda para otro tipo de personas, ya que los que por ahí viven no pueden pagar, ese tipo de construcciones”.
Dolores Pérez-Lazcarro, quien actualmente imparte la cátedra de Resolución de Conflictos, Paz y Desarrollo en el ITESO y es integrante y cofundadora del grupo internacional Hebras de Paz, con sede en Madrid, España, sabe a ciencia cierta que la violencia es por supuesto uno de los principales problemas de Guadalajara y explica que no existiría la necesidad de hablar de paz, si no hubiera una violencia que desmantelar, “lo vemos todos los días, una gran inseguridad, falta de empleo, falta de oportunidades, falta de vivienda, falta de salud, todo esto tiene que ver con que una persona se desarrolle en un ambiente pacífico, y en medio de todo esto se encuentra un elemento fundamental, la reactivación económica”.
La candidata ha trabajado en diversos proyectos dentro de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (hoy Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas), en aspectos como la prevención y la atención de la violencia hacia las mujeres y cuando se le pregunta de las propuestas de paz que se han implementado, con más policías y mayor equipo, plantea: “No es solo eso, pacificar un territorio es todo lo otro de lo que hemos hablado; por supuesto que esto es importante y también hay que entrarle porque también hay que hacer reformas legales, hay que capacitar a los policías, hay que hacer la tarea de la prevención”.
“Yo siempre pongo un ejemplo muy claro sobre el director de seguridad ciudadana de Ciudad Neza, una ciudad que tiene una densidad poblacional de 16 mil 800 habitantes por kilómetro cuadrado y él ha logrado que las personas participen en la prevención del delito; tienen 20 mil cuadras y tienen un representante por cuadra que conoce perfectamente quién vive en su cuadra, si sucede algo, si hay alguien en peligro y tiene un contacto directo con la policía. Policías que se han capacitado para terminar su licenciatura, algunos con maestría, tienen clubes de lectura, tienen una perspectiva distinta de la que tenemos normalmente de un policía que solo da miedo; también ellos tienen que desarrollar una vida buena y digna para que estén conformes con su oficio, que es cuidarnos”.
