ENTREVISTAS
Se construye ambicioso proyecto de la Escuela Nacional de Cerámica en Tapalpa: Horacio Fernández
 
																								
												
												
											Por Gabriel Ibarra Bourjac //
La Escuela Nacional de Cerámica que se construye en la ex Hacienda de la Media Luna en Lagunillas, Tapalpa, es un proyecto muy ambicioso con una inversión que se estima será de 200 millones de pesos y contempla habitaciones para 100 alumnos, maestros y considera ofrecer licenciaturas, maestrías y doctorados en cerámica.
El proyecto se pretende que trascienda más allá de las fronteras del país con un alcance global y con la participación de los mejores maestros de cerámica del mundo.
“No existe en el país una escuela de este nivel”, expresa emocionado el empresario Horacio Fernández, quien es el presidente del Consejo de la Escuela Nacional de Cerámica y cabeza del proyecto, además es diputado federal por Movimiento Ciudadano.
El propietario de la empresa Chile Tajín, explica que desde hace diez años la Escuela de Cerámica funciona en Tapalpa de forma temporal en el Hotel El Ticuz, mientras la escuela se construye en la ex Hacienda de Media Luna.
A la par de impulsar este gran proyecto educativo, el grupo de empresarios que le da sustento económica a este proyecto a través de diversas acciones ha intervenido en la comunidad de Lagunillas al considerar que se debe tomar en cuenta a la población y que reciba un beneficio.
“Decidimos intervenir en lo que es el pueblo de Lagunillas, muchas veces llega uno como externo a una población, llega a invertir, a construir, llegas a hacer un proyecto y no tomas en cuenta lo que está alrededor”, comenta Horacio Fernández al señalar el valor que ellos le dan a la gente del lugar.
“Nosotros en este caso actuamos al revés, primero tratamos de entender qué había allí en el pueblo y cómo podíamos nosotros trabajar”.
“Vimos que lo que más le interesa a la gente era el templo, hicimos el templo prácticamente nuevo, partiendo de un diseño arquitectónico (…) era un templo al que se le metía agua, más que templo era un galerón, conservaba el retablo que lo tiene todavía, hicimos una construcción muy bonita, quedó muy bien”.
De la misma forma intervinieron en el rescate del lago que estaba tapado por el tule, no se alcanzaba a ver el espejo de agua; con la ayuda del gobierno del estado se metió una máquina anfibia que arranca el tule, ya lograron limpiar la mayor parte del lago y están en la etapa final; así lo hicieron también con la plaza de toros.
“Vamos a seguir con el proyecto de la escuela, se trata de respetar el casco de la hacienda, estamos trabajando con el INAH para no tocar ningún muro, es un monumento histórico, como quiera que sea tiene una relación con Juan Rulfo, allí vacacionaba, no se sabe realmente si allí escribió Pedro Páramo, ya que él menciona La Hacienda Media Luna en su novela”, explica Horacio Fernández propietario de la empresa Chile Tajín, cuyas políticas de responsabilidad social permitieron que este proyecto se pueda hacer realidad.
¿Cómo llegaron a esta decisión?
La Escuela empezó hace diez años y operan en el hotel del Ticuz hasta hoy, en forma temporal, hasta que esté lista esta sede. En el Ticuz montamos un taller de primer mundo con hornos alemanes, tornos japoneses, una inversión de varios millones de pesos, pero cuando empezamos a traer a los ceramistas de diferentes partes del país, nos dimos cuenta que las alumnas cuando regresaron a sus casas no había ni energía eléctrica y el gas era muy caro, no iba a funcionar lo que estábamos haciendo, entonces la gente de la escuela se dio a la tarea de buscar una solución y encontramos este proyecto de hornos de leña sin humo de un maestro japonés que se llama Masakazu Kusakabe que ya había hecho hornos en 30 países fuera de Japón, entre otros en Harvard y en otra Universidad grande de los Estados Unidos.
Decidimos traer al maestro japonés, nos dio un poco de trabajo, después quedó muy convencido y nos donó a la escuela la patente para México.
Junto con el horno damos cuatro cursos a la gente, uno de diseño, un curso de costos, un curso de mercadotecnia, otro curso de empaque y embalaje, estos cursos los hizo la Universidad Panamericana, muy didácticos, con muchas ilustraciones, con monitos, porque muchos de ellos no hablan el castellano, es una escuela que se acerca a la gente y vamos a las comunidades de Oaxaca, Guerrero, Puebla, Oaxaca, Chiapas, trabajamos, principalmente con indígenas mujeres de todo el país en ese proyecto de leña libres de humo.
Aunque la escuela va a tener mucho más alcance, porque es un proyecto de largo alcance.
DIEZ AÑOS DE BÚSQUEDA DE UN PROYECTO SOCIAL
¿Cómo te nace esta iniciativa?
En Tajín teníamos ya diez años buscando un proyecto que tuviera estas características, nosotros en Tajín ya tenemos 40 años ayudando a la educación, de hecho donamos el 20 por ciento de las utilidades que retiramos se las donamos a diferentes instituciones de educación y apoyamos también a la gente que trabaja en la empresa con educación gratuita, pero nuestra idea era y es que el proyecto fuera de educación y de carácter nacional, que fuera para gente de muy escasos recursos económicos, pero también que pudieran conservas las tradiciones mexicanas.
Era como una carta a santa Claus ese proyecto, fueron diez años de búsqueda, hasta que nos encontramos a una persona, un ceramista de Sayula que había estudiado antes en la UdeG con maestría y doctorado en España, él traía un proyecto incipiente que se lo presentó a Francisco Toledo, al secretario de cultura nacional Rafael Tovar y de Teresa en aquel momento, todos lo batearon.
A mi me tocó encontrarlo y le digo ‘pues es lo que estamos buscando’, un proyecto de educación para gente de escasos recursos, que conserve las tradiciones y sea de orden nacional; le dije que este proyecto nos gusta, nada más que no se meta el gobierno, es la única condición, no queremos verlo, ni federal, ni estatal, ni municipal.
Hay mucho cariño al proyecto…
Le tenemos mucha pasión al proyecto, la verdad es que estamos trabajando con muchas ganas, cada día hacemos más cosas, cada año invitamos a un país de ceramistas del mundo, traemos a los mejores ceramistas. La tesis en el inicio de la escuela es qué pasaba si traíamos a los mejores ceramistas de México, mejores ceramistas del mundo y aprender de sus compañeros y maestros, y regresaran a sus comunidades a generar riqueza, esa era la tesis y funcionó bien.
Los maestros vienen por dos, tres o cuatro semanas, dan un curso y vienen gente de diversos rumbos de México a tomarlos.
¿Cómo se seleccionan a los alumnos?
Tenemos embajadores en cada estado que normalmente son mujeres, muchas de ellas son extranjeras, ellas hacen las evaluaciones de los candidatos y las gestiones para que se inscriban.
Va a ser de gran beneficio para la comunidad de Lagunillas cuando empiece a funcionar la escuela…
La comunidad ya está beneficiada con el hecho de haberles hecho ese templo, con un buen diseño arquitectónico que les quedó muy bien; el lienzo charro que tienen, estamos promoviendo un muelle que hará el Gobierno del Estado con unos muy bonitos restaurantes al frente del lago y con tiendas en el pueblo.
En enero empezamos la construcción de la escuela, ya tenemos el proyecto y la construcción va a durar aproximadamente cuatro años.
Va a ser de las mejores escuelas de cerámica del mundo. Queremos que la gente vaya a subir de nivel, hay muchos extranjeros que vienen. Por ejemplo, hace algunos meses comenzamos a dar clases de inglés tanto en La Lagunilla como en Punta de Agua que son los dos pueblos, se inscribieron 56 personas a los cursos de inglés y eso es muy interesante porque vamos preparando a la gente para lo que viene, al darles herramientas para que puedan atender un hotelito, gente que tenga tienditas o que vayan a hacer un pequeño negocio que genere derrama en la gente de la comunidad.
Lagunillas es la comunidad que se verá beneficiada
La escuela va a ser un proyecto muy ambicioso, es una inversión como de 200 millones de pesos y contempla habitaciones para 100 alumnos, maestros; talleres, aulas, un museo, galería, tienda de cerámica, tienda de instrumentos, un instituto de ceramilogía.
La escuela pretende tener licenciatura, maestría y doctorado.
En el país no existe una escuela de cerámica con estas características…
No hay, la única escuela, desgraciadamente, de cerámica de ese nivel; ahorita ya damos cursos y talleres, y también tenemos un proyecto muy grande de hornos sin leña, con el maestro japonés Mazakazu Kusakabe. Hemos puesto más de 30 hornos en diversas comunidades indígenas del país, principalmente para ayudar a las mujeres que son las que operan los hornos y normalmente están enfermas de los pulmones, les da cáncer, porque cuando queman una producción de cerámica están aspirando el humo y es como si se fumaran unas 15 cajetillas de cigarros en cada quemada, al gobierno federal no le importa, son comunidades muy apartadas en Chihuahua, Oaxaca, Guanajuato, Michoacán, entre otros.
Es muy interesante este horno porque no solamente no contamina, sino también le ahorra el 55% de los árboles, porque es muy eficiente. Lo más interesante es que no les llega a las mujeres, aparte alcanza las temperaturas para producir cerámica de alta calidad y vamos muy bien en ese sentido, puntualiza Horacio Fernández.

