JALISCO
«Navegando contra el cáncer»: Obra de Esther Cisneros para sensibilizar ante flagelo de la enfermedad
Por Francisco Junco //
Muchos, cientos de libros se han presentado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), que abordan miles de temáticas, todos ellos útiles, sin lugar a duda. Para aquellos que los buscan, sin embargo, hay uno, entre ese mar de títulos, que toca lo más profundo del ser humano, que toca los corazones, que toca las conciencias de los seres humanos, “esos libros mágicos que mueven al espíritu humano”, así, con estas palabras, presentó Luis Gustavo Padilla Montes, rector del Centro Universitario de Ciencias Económicas y Administrativas (CUCEA), la obra “Navegando contra el Cáncer” de la doctora Esther Cisneros Quirarte.
Héctor Raúl Pérez Gómez, el ahora secretario de Salud del gobierno de Pablo Lemus y esposo de la autora, visiblemente emocionado y quien vivió de cerca la creación de esta obra, aseguró que es “una obra muy bonita”, porque está llena de aspectos técnicos, pero está llena predominantemente de aspectos humanos.
“Que son tan importantes y más ante un escenario tan sensible como es el caso de un niño con cáncer. Este libro, llamado ‘Navegando Contra el Cáncer’, se refiere precisamente a eso, a lo que como sociedad debemos hacer para ayudar al ser humano que sufre en todo su proceso”, señaló a Conciencia Pública y acotó “navegar, literal, en aguas turbulentas, como es el caso de una enfermedad crónica y no se diga cáncer y no se diga en pequeños”.
Y es que, Héctor Raúl Pérez Gómez, médico cirujano y partero, quien fungió como moderador de la presentación de “Navegando contra el Cáncer”, explicó que esta obra inició a escribirse cuando la autora comenzó a tener mucho contacto con el famoso Piso 7 de hematología pediátrica del Hospital Juan I Menchaca, “cuando regresó un día de una visita ahí, la vi con la nariz rojita y los ojos húmedos, impactada por todo lo que se vive, cada día, en ese escenario”.
El ex director de Hospitales Civiles, relató que una vez que concluyó de escribir la obra, Esthercita, como le dice de cariño, le pidió ayuda para darle una revisada final, por aquellos de los puntos y comas. Al finalizar la revisión, el doctor, quedó tan conmovido, que las lágrimas rodaron por su rostro sin poder contener el llanto.
“Qué bueno que se dio esa oportunidad de desahogar el alma. Y no tenía un tema específico porqué llorar, pero me impactó mucho. Es que, esta pequeña obra, es la descripción del día a día en un servicio tan importante como es el servicio de Oncología Pediátrica y me pareció importante que hubiera descrito de esa forma”, compartió con el auditorio que se dio cita en las instalaciones del CUCEA, en el marco de FIL Pensamiento.
“Navegar”, agregó, significa que se tiene que generar una condición social para que no les falte nunca a los niños medicamentos, no les falte atención médica integral, salud mental, apoyo psicológico y también a su familia, porque es una situación de impacto familiar.
“Y hasta el poderles ayudar en aspectos administrativos. A veces parece algo secundario, pero no lo es. Un niño que viene impactado, su familia que viene destrozada por un diagnóstico de esa naturaleza, en lo que menos quiere pensar es, por ejemplo, en todo ese transcurrir de los aspectos administrativos para lograr recibir luego la atención en las instituciones y demás”, señaló el ahora secretario de Salud.
“Eso es la navegación. Generar condiciones para que tengan todo y para que lleguen a un feliz puerto de curación de la enfermedad y, sobre todo, de reestablecer su salud integral, tanto física como psicológica”.

PSICOEDUCAR A LAS FAMILIAS
Maestra Esther Cisneros Quirarte, autora del texto editado por Arcadia, fundadora del programa Reconstruyendo Vidas, aseguró que la obra la realizó con el objetivo de llevar a cabo un programa integral de apoyo para los pacientes de cáncer infantil en la Fundación Voluntaria contra el Cáncer, la cual preside desde hace 11 años.
“Este cuento tiene la intención precisamente de psicoeducar a las familias, pero también a toda la población en general de lo que enfrenta una familia con cáncer, son historias reales en las que me basé para poder hacer este cuento”, explicó a Conciencia Pública.
Agregó que, la obra, obedece a detectar cuáles son las necesidades de las familias, que tienen a un pequeño en esta situación, “cuáles son sus dudas, sus miedos, por todo lo que enfrentan día a día cuando hay un terrible diagnóstico de cáncer infantil”.
“Lo hice como guía de apoyo para este programa que estamos llevando a cabo, pero pues he tenido muchas condiciones y muchas sorpresas alrededor de este cuento, porque, sobre todo el objetivo, que era el que yo estaba buscando, abrir este diálogo de comunicación en las familias, tocando temas muy sensibles”, señaló.
Desde todos los miedos que enfrenta un niño y su familia, desde estar hospitalizado, los niños desde las inyecciones llegando hasta la muerte, “porque, claro que, el no hablar de ello, no significa que no tengan el miedo y que no lo enfrenten y entonces, al contrario, un miedo que no se enfrenta crece, entonces se tiene que hablar del tema, claro de una manera muy sensible, muy cuidada, tratando de ser muy respetuosa, pero si se aborda también”.
Y es que, dijo, de lo que se trata, a fin de cuentas, es de acompañar, de cuidar que todo se tenga y con redes de apoyo que “son súper importantes”, también acompañar hasta el final, buscar que tengan una calidad de vida.
Cisneros Quirarte señaló que, este libró está dirigido “a todo mundo”, porque el mensaje tiene que llegar a aquellas personas que nunca han enfrentado una situación como esta, pero que necesitan empatizar y sensibilizarse con el tema.
“Y que además, esta información puede llegar a salvar la vida de otros, porque a lo mejor en sus familias, quiera Dios que no pase, pero también cuando tienen esta información de la detección oportuna, estar más alertas a lo mejor por el sistema natural de un individuo, que es la negación de no ver en su casa, en sus seres queridos más cercanos, lo que está ocurriendo”, subrayó.
Dentro de la presentación la doctora compartió una historia que conmovió al público. Cuando en 2016 se le ocurrió hacer un concurso de canto para los niños del Hospital Civil, en la época que dirigía a los grupos voluntarios de ese nosocomio, donde invitaba a todos los pequeños, piso por piso para poder seleccionar, “supuestamente, porque en realidad era para hacer la democión, porque todos los niños iban a ser invitados a la gran final”.
“Un niño me dice, yo si quieres yo te puedo ayudar, un jovencito de 16 años, que después me di cuenta que había estado con tratamiento de cáncer ocho años de su vida, es decir, la mitad de su vida en hospitales y entonces, este niño me dijo, yo te puedo ayudar. Ayúdame, por favor, entonces ya, le grabo el vídeo, a los días le hablé para decirle que lo habían seleccionado para el concurso final”, narró.
Para premiarlos, habían conseguido un iPad y un par de bicicletas, pero el premio, para los primeros tres lugares, era llevarlos a cantar a la televisión, a Televisa, con Carlos Cuevas y Ricardo Caballero en el programa de Noche a Noche.
Se llegó el día del concurso, donde todos los pequeños acudieron, pero el jovencito de 16 años no pudo ir, ya que se encontraba en el área de aislados, pero grabó un video para participar. Con ese canto, logró el segundo lugar del concurso. Cuando se llegó el día de la presentación en la televisión, éste ya no pudo ir. El cáncer había ganado la batalla.
“Se llega el día de ir a la televisión, le estaba marcando, él no me contestaba, le marco a su mamá y me contesta su mamá y me dice, maestra yo le quiero agradecer infinitamente porque mi hijo, duró ocho años de tratamiento con cáncer y la verdad es que nunca lo había visto tan emocionado por ir a participar a la televisión, pero lamentablemente falleció”, compartió con un dejo de tristeza.
“Le dije a su mamá, bueno, si tú me lo permites Alejandra, yo puedo ponerle el vídeo de participación, porque ese era su sueño, ir. Vamos haciéndole su sueño realidad. Esto me encantaría, la verdad, yo sé que de donde esté lo valoraría muchísimo. Así lo hicimos y bueno, pues fue un momento súper emotivo, son las cosas paradójicas, porque por un lado muy triste, pero por otro lado también mucha satisfacción de saber que pudimos contribuir un poquito en su felicidad hasta el final de sus días”.
Para Esther Cisneros, todo mundo puede participar, poniendo su granito de arena, cuando conocen lo que hacen y el mensaje es “contribuyendo un poquito, ayudar a quienes menos tienen y más los que necesitan. Estar bien preparados y bien conscientes de una detección oportuna de cualquier enfermedad, porque esto es lo que puede salvar la vida”.
