ENTREVISTAS
Acapara al Poder Judicial la aristocracia y el conservadurismo: Abogado José Cabrera Martínez
Por Mario Ávila //
Una vez que los poderes Ejecutivo y Legislativo han sido totalmente democratizados, ya que a ellos puede llegar cualquier persona del extracto social más humilde o de cualquier sector históricamente marginado como las comunidades indígenas; es urgente que también el Poder Judicial se democratice, toda vez que hoy día solo las familias aristócratas, los conservadores o los miembros de cierto “clan”, pueden convertirse en jueces, magistrados o ministros.
De ello habló el abogado de la Universidad de Guadalajara, José Cabrera Martínez, especialista en derecho agrario y en la defensa de los derechos humanos, quien además denunció que hoy en día acceder a la justicia resulta extremadamente caro y ejemplificó con el caso de un juicio familiar aquí en la Ciudad Judicial en Jalisco, en donde a un padre de familia le puede costar hasta 200 mil pesos que el juez conceda el acceso a los hijos.
«Hoy día -dijo-, la justicia se vende en el país y es cara, es muy costosa, cualquier juicio mercantil, civil, penal, tiene que ver con dinero, en estos momentos estamos viviendo una crisis profunda la impartición de justicia, todos los juicios son susceptibles cobrar por la sentencia, más aún cuando se trata de asuntos de millones de pesos. El Poder Judicial es una mina de oro, es un negocio increíble para los que imparten la justicia».
Incluso denunció la existencia de despachos de abogados, que son propiedad de los mismos jueces y así lo dijo: “En este momento hay muchos despachos que trabajan para jueces, imagínate el grado de corrupción que hay, ellos resuelven los asuntos a su gusto, hay organizaciones dedicadas a robar y los líderes sin duda alguna son los propios jueces”.
José Cabrera, abogado de comunidades campesinas en el norte de Jalisco y sur de Durango que ha defendido a organizaciones y colectivos de mineros y trabajadores agrícolas, así como obreros de la industria textil, asegura que no hay ninguna razón para que los trabajadores del Poder Judicial se vayan al paro, porque realmente sus salarios y prestaciones no corren ningún riesgo.
Advierte además que estos trabajadores de base que desempeñan tareas como secretarios, actuarios, notificadores, etcétera, con el sistema actual que impera en el Poder Judicial, les resultará imposible que en un momento dado puedan llegar a ser jueces o magistrados, “ya que muchos de ellos no tienen los apellidos que se necesitan, no tienen ese ‘pedigree’ indispensable para poder llegar a esos eslabones altos de la cadena”.
Sin embargo entiende que los trabajadores salgan en defensa de sus jefes, los jueces, magistrados y ministros, porque muchos de ellos están con nombramiento, es decir están supeditados a gustos o a momentos de los jueces, que en el momento en el que estén enojados se los pueden quitar, muchos de ellos están en condiciones muy lamentables y evidentemente tienen que marchar, tienen que participar en el paro, para que el juez y el magistrado que los invitó a trabajar al Poder Judicial se sientan respaldados.
Explicó el litigante que la corrupción profunda en el seno del Poder Judicial la tienen los impartidores de justicia, “es decir jueces, ministros y magistrados; en el sistema actual los notificadores, actuarios, etcétera, es difícil que ellos puedan tener alguna prebenda o alguna corruptela relevante, porque incluso ya hay oficinas de abogados en contubernio con jueces para que no le llegue información a nadie, más que al juez y a la parte interesada, entonces la transformación realmente no se necesita en las bases del Poder Judicial, sino en las cabezas, decir que un notificador es corrupto es imposible porque el notificador ya tiene completamente la resolución o el acuerdo que debe de notificar y no puede alterar nada, a lo mejor tú como abogado lo único que haces es darle una propina, pero no se compara a darle una propina a un notificador porque no te notificó rápido, que a darle una prebenda un dinero a un juez para que emita una sentencia, son diametralmente diferentes las funciones de esos dos sectores y la corrupción, el cáncer de la corrupción, está incubado en los impartidores de justicia”.
