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NACIONALES

Candidatos y la contaminación ambiental: Una crisis que exige respuestas en el proceso electoral de 2024

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

La contaminación atmosférica se ha convertido en una sombra persistente sobre México, especialmente en áreas urbanas como Guadalajara y Zapopan, donde la mala calidad del aire se ha vuelto una preocupación creciente. Este problema no solo representa un desafío ambiental, sino que también plantea una seria amenaza para la salud pública.

Los altos niveles de contaminantes atmosféricos, como partículas finas, ozono y óxidos de nitrógeno, están directamente vinculados a problemas respiratorios, cardiovasculares y otras enfermedades crónicas que impactan negativamente la calidad de vida de los habitantes.

La preocupante realidad es que, a pesar de la clara evidencia de los riesgos tanto para la salud humana como para el entorno ambiental, la respuesta de las autoridades frente a la creciente contaminación atmosférica ha sido insuficiente. Este problema persistente no ha recibido la atención y la acción necesarias por parte de quienes tienen la responsabilidad de salvaguardar el bienestar de la población y proteger el medio ambiente.

La falta de medidas decididas y eficaces para afrontar la contaminación del aire ha mantenido este tema en un segundo plano en la agenda política, relegándolo a una posición de menor importancia frente a otras prioridades gubernamentales. Esta omisión sistemática y la carencia de acciones contundentes han permitido que la contaminación atmosférica continúe afectando negativamente a la población, exacerbando las condiciones de salud ya precarias en algunas regiones y contribuyendo al empeoramiento progresivo del medio ambiente.

Los efectos adversos de la contaminación atmosférica sobre la salud son incuestionables. La exposición crónica a altos niveles de contaminantes ha sido vinculada a una variedad de problemas de salud, incluyendo enfermedades respiratorias agudas y crónicas, exacerbación de condiciones como el asma y la bronquitis, así como enfermedades cardiovasculares. Estos impactos no solo representan una carga significativa para los sistemas de salud, sino que también generan un costo humano inmenso, afectando la calidad de vida de la población y comprometiendo su bienestar a largo plazo.

La falta de una respuesta adecuada y la omisión de medidas contundentes para combatir la contaminación atmosférica son un llamado urgente a la acción.

Es imperativo que las autoridades reconozcan la gravedad de esta problemática y asuman la responsabilidad de implementar políticas efectivas y sostenibles que reduzcan las emisiones contaminantes, promuevan el uso de energías limpias, fortalezcan el transporte público sostenible y regulen las industrias más contaminantes.

Esta omisión continuada no solo pone en peligro la salud de la población actual, sino que también compromete el bienestar de las generaciones futuras y el equilibrio ambiental del país.

En esa tesitura, el próximo proceso electoral en México, que incluye la elección de presidente, gobernadores, diputados locales y federales, senadores y alcaldes, representa una oportunidad crucial para cambiar el enfoque hacia la contaminación del aire. Los ciudadanos necesitamos candidatos comprometidos con el medio ambiente y dispuestos a adoptar estrategias sólidas para abordar esta problemática.

Es fundamental que los aspirantes a ocupar cargos públicos presenten propuestas concretas y viables que aborden la contaminación del aire desde sus raíces. Se necesitan políticas integrales que incluyan la reducción de emisiones contaminantes, el fomento de energías limpias, la implementación de sistemas de transporte sostenible y la aplicación de regulaciones más estrictas para industrias contaminantes. Además, se debe impulsar la inversión en tecnologías verdes y la creación de espacios urbanos más amigables con el medio ambiente.

La demanda ciudadana hacia los candidatos para comprometerse verdaderamente con la problemática de la contaminación atmosférica es fundamental. Esta petición no solo debe quedarse en palabras o promesas de campaña, sino que debe traducirse en acciones concretas y políticas efectivas que aborden de manera directa la mejora de la calidad del aire y, por ende, protejan la salud de la población.

En primer lugar, es crucial que los candidatos presenten planes detallados y viables que incluyan estrategias específicas para reducir las emisiones contaminantes. Esto puede lograrse mediante la implementación de regulaciones más estrictas para industrias y vehículos, así como la promoción de tecnologías más limpias y eficientes en diversos sectores productivos. Establecer límites claros de emisión y garantizar su cumplimiento son pasos fundamentales para disminuir la cantidad de contaminantes liberados al aire.

Además, es imperativo impulsar la transición hacia fuentes de energía más limpias y renovables. Los candidatos deben proponer políticas que fomenten la generación de energía a partir de fuentes sostenibles, disminuyendo así la dependencia de combustibles fósiles y reduciendo las emisiones contaminantes asociadas a su uso. El apoyo a la energía solar, eólica u otras formas de energía renovable debe ser una prioridad en la agenda de quienes buscan representar a la ciudadanía.

La promoción del transporte público eficiente y no contaminante es otro aspecto clave en la lucha contra la contaminación del aire. Los candidatos deben proponer medidas concretas para mejorar y expandir los sistemas de transporte público, fomentar el uso de vehículos eléctricos o híbridos, así como la implementación de políticas que incentiven el uso compartido de automóviles para reducir la congestión vehicular y las emisiones asociadas.

Asimismo, se debe apostar por una planificación urbana más sostenible que incluya la creación y preservación de espacios verdes y áreas naturales en entornos urbanos. Estos espacios no solo contribuyen a mejorar la calidad del aire al actuar como sumideros de contaminantes, sino que también ofrecen beneficios significativos para la salud mental y el bienestar de los ciudadanos.

La exigencia ciudadana hacia los candidatos debe ser clara y contundente: no basta con discursos vacíos o promesas genéricas. Se necesitan compromisos firmes respaldados por políticas concretas y planes de acción detallados que aborden integralmente el problema de la contaminación atmosférica. Los ciudadanos tienen el derecho y la responsabilidad de demandar soluciones tangibles que protejan su salud y garanticen un entorno ambiental más limpio y saludable para las presentes y futuras generaciones.

En conclusión, el proceso electoral del 2024 es una oportunidad invaluable para priorizar la protección del medio ambiente y la salud de los ciudadanos. Los líderes y candidatos deben reconocer la urgencia de abordar la contaminación del aire, asegurando que este problema sea una prioridad en sus agendas políticas. Es el momento de tomar medidas decisivas y construir un futuro más limpio y saludable para México y sus habitantes.

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ENTREVISTAS

Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

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Por Francisco Junco //

“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.

Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.

Un camino desde abajo

Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.

“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.

Retos de una elección sin precedentes

En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.

Dilemas judiciales

Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.

“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.

Una justicia humana y equitativa

Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.

Propuestas claras

¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:

“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.

Deuda histórica con las víctimas

Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.

El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.

En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.

En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.

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CARTÓN POLÍTICO

Herida abierta

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NACIONALES

Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

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Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.

Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.

Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.

Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.

Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.

La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.

El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.

Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.

Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.

Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.

Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.

Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.

Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.

Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.

A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.

 

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