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NACIONALES

Confrontación de liberales contra conservadores: La polarización socio-política mexicana ¿cuándo surgió?

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Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //

Desde hace años, específicamente durante el actual período gubernamental que se conoce como Cuarta Transformación (4T) asiduamente se habla de que la nación está polarizada. Políticos, comentaristas, intelectuales, empresarios, líderes y sencillos ciudadanos suelen mencionar la polarización que existe en nuestra república.

Se habla de polarización cuando la ciudadanía y en general, la población se divide en posiciones contrapuestas, razón por lo que difícilmente coinciden. Si damos una ojeada al panorama mundial, encontraremos que esa ha sido una constante en todos los países, y aún en regiones de cada uno. Dependiendo del grado de animadversión, suelen desembocar en violentos enfrentamientos, que hacen vacile la gobernabilidad y se altere la paz social.

En los Estados Unidos de Norteamérica, hubo tanta polarización, que los llevó a la guerra de secesión, iniciada el 12 de abril de 1861 con el asalto al fuerte Sumter, y concluida el 9 de igual mes del año 1865, al rendirse el jefe confederado Robert E. Lee, ante el general Ulises S. Grant, del ejército federal norteño. A estas fechas del siglo XXI, aún subsisten signos inequívocos de esas diferencias, las cuales se notaron en el asalto al capitolio de la capital estadounidense, el 6 de enero de 2021, hecho que alentó Trump cuando perdió las elecciones.

En España, ha sido persistente la polarización. Desde el remoto siglo XVI, cuando los comuneros de Castilla fueron derrotados por los imperialistas de Carlos V, hasta las diversas guerras que por el trono se han registrado, y ya en el siglo pasado, la guerra civil (1936-1939) que dio al traste con la segunda República hispana. El ilustre Gregorio Marañón (1867-1960) afirmó un día: “Es más fácil morir por una idea, y aún añadiría que menos heroico, que tratar de comprender las ideas de los demás.” Y eso es lo pernicioso de la polarización.

Para no ir muy lejos, pensemos en Bolivia, cuando se derrocó a Evo Morales, quien renunció presionado por la reacción, el 10 de noviembre de 2019: gracias a México, no fue arrestado o hasta asesinado. Otro caso es Brasil, cuando en 2016 se destituyó a Dilma Rousseff, todo por acciones de la oposición conservadora, la cual llevó al poder, poco después, al ultraderechista Jair Bolsonaro, afortunadamente derrotado recientemente en las urnas por el popular izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, que iniciará su administración el uno de enero próximo.

En nuestro país, de tiempo acá, se ha reiterado en echar la culpa al presidente de la republica, de acentuar esa contradicción sociopolítica. Popularmente, se dice que los mexicanos nos dividimos en “fifís” y “chairos”, es decir en conservadores y liberales, reaccionarios -conservadores- y populares. Los primeros, integran la derecha y por lo tanto son impugnadores de la administración que encabeza Andrés Manuel López Obrador (Amlo), en tanto que los segundos, la izquierda, se nutre de sus partidarios y simpatizadores.

Una directiva de la Consultoría Integralia, que asesora al sector privado y público sobre riesgo político, Sandra Ximena Mata, afirma que el actual ciclo presidencial, «Ya ha sido un sexenio muy polarizante porque el mismo mandatario ha dividido a la población entre buenos y malos, entre ricos y pobres, entre la oposición y los que están a favor de su gobierno.” (DW.COM, 18-06-2021). Sin embargo, es pertinente dar un repaso sobre los partidos políticos y las ideologías que imperaron en México, para advertir que la polarización viene de antaño.

Cuando la conquista española, podríamos decir que a partir de 1521 en que cayó la Gran Tenochtitlan, a manos del ibero Hernán Cortés (1485-1547), cuyos tentáculos llegaron hasta lo que es Jalisco, pues aquí tuvo varias encomiendas (Tamazula, Tuxpan, etc.) nuestra nación se dividió: los peninsulares, poseedores de todo; los naturales, dueños de casi nada. Enseguida surgirían los grandes grupos de criollos (hijos de europeos) y de mestizos, producto de la mezcla hispano-indígena. Así transcurrieron trecientos años de coloniaje, en los cuales el saqueo de las riquezas del país fue el pan diario, a la par del desprecio que recibían los indios y los mestizos.

En la guerra de independencia (1810-1821) fueron notorios los campos en que militaban los mexicanos: realistas o insurgentes. En los primeros, iberos, más principales criollos y el alto clero; entre los independentistas, indígenas y mestizos, sumando buen número de criollos que asimilaron la idea de mexicanidad. Estos grupos, lograda la emancipación política en 1821, se perfilaron como monarquistas y republicanos.

Caído el imperio del ambicioso Agustín de Iturbide (1783-1824), que solo duró del 21 de julio de 1822 al 19 de marzo de 1823, sus incondicionales se convirtieron en conservadores partidarios de la república central, en tanto que los republicanos fueron liberales, sostenedores de la república federal. De esa manera continuaría nuestro devenir histórico: una lucha constante entre conservadores y liberales, oligarcas frente a demócratas. La polarización en toda su vigencia.

Con el arribo del porfiriato, comprendido entre las fechas en las que Porfirio Díaz ocupó de facto la presidencia, el 28 de noviembre de 1876, y que terminó (debido a la revolución que inició Francisco I. Madero el 20 de noviembre de 1910), el 25 de mayo de 1911, es decir, pocos meses después de haber estallado el movimiento maderista que enarboló los principios de “Sufragio Efectivo, no Reelección”, se derrotó a los conservadores, ahora disfrazados de “científicos”. El dictador Díaz, se fue para siempre de la república, habiéndose exilado rumbo a Francia.

Triunfante el apóstol Madero, este fue zarandeado por los factores de poder sobrevivientes, (residuos del porfirismo) encabezados por los acaudalados, cofrades de jefes del viejo ejército federal, con el apoyo de la mayoría de la prensa y el soslayo culposo de la iglesia. Los mexicanos estábamos polarizados al máximo.

Tras la expedición de la Constitución de 1917, que no gustó a los conservadores redivivos (empresarios, latifundistas, alto clero) la polarización hizo de las suyas y estalló la guerra cristera (1927-1929) que desangró de nueva cuenta a los mexicanos. Terminado el conflicto, con el Gral. Lázaro Cárdenas (1934-1940), volvieron a la carga y en este tiempo se fundó el Partido Acción Nacional (PAN) definido como instituto de la derecha y contrario a los principios que enarbolaba el Partido de la Revolución Mexicana (PRM) heredero del Partido Nacional Revolucionario creado en 1929.

Hoy por hoy, el conservadurismo, identificado con la derecha, se agrupa en la entelequia denominada “Va por México”, que mangonea el empresario -activista social, según él- Claudio X. González Guajardo. En sus filas se nota militan los llamados “intelectuales orgánicos” (periodistas, escritores y pensadores muy consentidos por los anteriores regímenes) desahuciados del poder vigente y por ello, con animoso resentimiento.

Así ha transcurrido el acontecer nacional. Desde siempre, conservadores contra liberales, oligarcas frente a demócratas. De allí que sea una argucia que el presidente López Obrador sea el causante de la polarización sociopolítica que se advierte en el país.

Sí es cierto que a cada rato se refiere a los conservadores como sus adversarios; que menciona a ciertos intelectuales como “orgánicos” y a los medios de comunicación tradicionales, como aliados de aquellos, por haber perdido canonjías que, traducidas en dinero, recibían de los anteriores gobiernos.

Pero decir la verdad no debería disgustar, porque a quien le declare, con sentido de responsabilidad y franqueza, debería asumir su realidad. Navegar con un aspecto, y actuar o creer de otra forma, es simulación. Invocar falsedades o inventar calumnias, es indigno. Por ello, afirmaba Carlos Monsiváis, que los conservadores son hipócritas, y su dios, el dinero.

No podemos negar que la conciliación se debe buscar con afán. Pero nunca sacrificando los principios de patriotismo, justicia, democracia, honradez y moralidad.

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NACIONALES

La presidenta Sheinbaum: ¿Acatará tratados internacionales?

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De primera mano, por Francisco Javier Ruiz Quirrín //

EL CLAROSCURO de la reforma judicial. Por un lado, los opositores a esta reforma promovida por López Obrador y consumada por Claudia Sheinbaum, tienen en el Artículo Primero de la Constitución y en la actuación de los organismos internacionales que vigilan el cumplimiento de los ordenamientos jurídicos para la defensa de los derechos humanos, un argumento más de lucha.

Por el lado oficial, dueña de los tres poderes del Estado Mexicano y seguidora de la “cuarta transformación” -que ha hecho a un lado los criterios de organizaciones internacionales que exponen sus opiniones con respecto al gobierno de México-, la presidenta Sheinbaum podría promover de una vez por todas las reformas constitucionales que harían a un lado el actual ordenamiento contemplado en la Carta Magna para dejar de considerar todo tratado internacional como Ley Suprema.

No podemos olvidar que en el paquete de reformas constitucionales para establecer la “Ley Suprema” del Congreso de la Unión por encima del Poder Judicial Federal, se contemplaba una reforma para hacer a un lado del texto lo relativo a los “tratados internacionales”, pero al final del día no se contempló.

Hasta ahora, el Artículo 1 de la Constitución se contempla así:

“En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece”.

Por parte de los organismos internacionales dedicados a la defensa de los derechos humanos, hay un tema neurálgico en relación a México, luego de la reforma judicial y la expectativa de una posible violación a los derechos humanos ante la selección de los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial Federal a través del voto popular, porque los nuevos juzgadores podrían sujetarse a las consignas políticas y no a la Ley.

Una abogada experta en el sistema interamericano de derechos humanos –Tamara Taraciuk-, dijo a “Proceso” lo siguiente:

“Si el Estado Mexicano ignora las eventuales recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, este organismo se transforma en una suerte de Fiscalía y lleva el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en San José, Costa Rica y este tribunal inicia un proceso que podría culminar en una sentencia condenatoria vinculante que el Estado Mexicano tendría la obligación de cumplir como firmante de la Convención Interamericana de Derechos Humanos”

Aparte, de forma paralela, en la Organización de las Naciones Unidas se desarrolla un proceso en el que el Estado mexicano tiene que responder. La reforma también está en la mira de la relatora especial de la ONU para la Independencia de Jueces y Abogados y de la Comisión de Venecia, un organismo de la Unión Europea que vela por el constitucionalismo y el Estado de derecho y del cual México forma parte. De parte de estas organizaciones no hay sentencias vinculantes pero sí pronunciamientos políticos.

Aparte, el artículo 133 de la Constitución establece que los tratados internacionales son parte de la Ley Suprema de la Unión, junto con la Constitución y las leyes del Congreso.

Palabras más, palabras menos, ante el inminente riesgo de violaciones a los derechos humanos por la puesta en práctica de una reforma judicial cuyos jueces electos por el voto popular atenderían las recomendaciones de quienes los colocaron para “administrar la justicia” y no a la interpretación de la Constitución en sus primeros 29 artículos relativos a las garantías individuales o derechos del hombre y la mujer, el gobierno de México podría recibir una condena internacional y verse obligado a modificar parte de su reforma al Poder Judicial de la Federación.

Eso por un lado, pero por otro, podría ser una oportunidad para que el régimen impuesto por López Obrador y perfeccionado por Claudia Sheinbaum, quite los candados constitucionales que le oprimen aún, el propósito de establecer de una vez por todas un régimen en manos de una sola persona, es decir, una autocracia en la que las libertades y derechos humanos de sus ciudadanas y ciudadanos se sujetarían a la voluntad del Estado, el mismo que sería capaz de declarar de utilidad pública, toda propiedad privada.

NO HABRÁ DIÁLOGO CON LA OPOSICIÓN

SI LA presidenta Sheinbaum hizo de manera personal una crítica pública al nuevo dirigente nacional del PAN, Jorge Romero, es porque está enviando un mensaje de que no habrá diálogo alguno con la oposición… Decir que Romero es “el jefe del cartel inmobiliario” en la ciudad de México, podría haber corrido a cargo de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez o de la presidenta de MORENA, Luisa María Alcalde, pero no fue así… Un asunto de bajo perfil fue tomado como un pretexto para decir a todos los mexicanos que esta “construcción del segundo piso de la cuarta transformación”, solo gobernará para los simpatizantes, haciendo a un lado a todo aquel o aquella que piense diferente… Adiós entonces a la aspiración de un llamado desde palacio nacional a la unidad de las y los mexicanos…

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ENTREVISTAS

Entrevista a José Luis Ortiz: «Nuestro estado no dio figuras relevantes a la Revolución»

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Por Gabriel Ibarra Bourjac //

¿Por qué el caudillo revolucionario sonorense Álvaro Obregón dejó la frase que quedó grabada de en la percepción nacional al tildar a Jalisco como el gallinero de la república?

Entrevistamos al historiador jalisciense José Luis Ortiz en el marco del 107 aniversario de la Revolución Mexicana quien nos platica cómo se dio esa expresión que pronunció Obregón en una visita que hizo a Guadalajara.

“Mira Gabriel, tu paisano Álvaro Obregón viene triunfando de Sonora, pasa por Sinaloa, se queda un rato en Nayarit y llega a Jalisco. Tenía como destino la capital del país. Manuel M. Diéguez va por él a la estación del ferrocarril que estaba allí en San Francisco y los dos se van caminando a Palacio de Gobierno y el sonorense entra al mismo y desde el salón principal les manda un mensaje a los jaliscienses y lo grita a los cuatro vientos”:

Mientras los sonorenses nos quemábamos las manos de pólvora, los jaliscienses se mecían en mecedoras en los portales tomando chocolate con pan. Por eso Jalisco es el gallinero de la república y de la revolución mexicana”.

Y José Luis comenta: “Creo que Jalisco sí fue el gallinero de la república, porque no aparece, no da figuras, hay muy pocas figuras en la Revolución Mexicana”.

¿Pasó la Revolución Mexicana por Jalisco?

JGO. Sí hubo, incluso Francisco Villa estuvo en la famosa “Batalla de la Cuesta de Sayula”, donde prácticamente se acabó al obregonista a Manuel M. Diéguez, pero él ya iba rumbo a la Batalla de Celaya, viene prácticamente con toda la tropa de la División del Norte, pero antes hay una batalla importantísima en la cuesta de Sayula donde derrotan a Manuel M. Diéguez y allí Villa duerme en Sayula y los curros sayulenses van y lo felicitan. “General lo felicitamos por el triunfo que tiene usted en esta gran batalla “y Pancho Villa les responde: “con otro triunfo se acaba la División del Norte”.

José Luis añade: Allí prácticamente se desgasta Villa y Diéguez siendo gobernador huye a Colima, pero en esa estancia Pancho Villa deja de gobernador a un jalisciense nacido en Etzatlán y siendo presidente municipal de Hostotipaquillo de nombre Julián Medina. Si te fijas en el reloj de palacio, tiene un balazo y ese se lo da Julián Medina, y les dice, “pa’ que sepan cuándo estuvo aquí Julián Medina y a qué hora salió Julián Medina de Jalisco”.

Julián Medina fue delegado villista en la Convención de Aguascalientes, pero tuvo prácticamente muy poca participación.

Y también nos aparece por allí un general nacido en Tlajomulco, hoy conocido como Tlajomulco de Zúñiga, el general Eugenio Zúñiga, que llegó a traer 800 hombres, por eso se llama Tlajomulco de Zúñiga, se lo acomodaron.

PRESENCIA ESCUETA DE JALISCO EN LA REVOLUCIÓN

¿Con cuál de los grupos él andaba Eugenio Zúñiga?

JLO. Ellos fueron carrancistas, fue del grupo de Manuel M. Diéguez. Tiene Eugenio Zúñiga un hermano de nombre Nicolás Zúñiga, pero Eugenio tiene una calle en Tlajomulco, hay una placa, pero también en Guadalajara donde se juntaba la calle hoy Federalismo y Fidel Velázquez había un mercado y ese mercado se lo dedicaron a Eugenio Zúñiga, fue una gente buena que la quería Jalisco.

Aparece también otro personaje muy escueto con el nombre de Julián del Real, pero el nombre correcto era Julián Real González, también nace en Tlajomulco, hay una placa en este municipio que se la dedicaron, pero él trabajaba como obrero en una mina que estaba en Etzatlán, él se levanta en armas prácticamente en Querétaro , pero fue una gente que se dedicó a robar, robar mujeres, tenía una mala imagen ante la sociedad y lo rechazaban, él anduvo por El Grullo, Mascota, por Talpa, por Atenguillo, él nace en Tlajomulco, pero se contrata en una mina llamada Amparo Company, un mineral inglés muy grande de plata y oro. Julián real anduvo en Tonaya, llegó a Autlán, pero era un pillo, parecido a Pedro Zamora.

¿Podríamos decir que fue muy pobre la participación de Jalisco en la revolución?

JLO. La presencia de Jalisco en la revolución fue muy escueta, y alcanzó a Sayula donde es la parte más importante que se tiene de la revolución donde tiene prácticamente estuvo Francisco Villa con toda la división del Norte y Fierro, ellos iban rumbo a El Bajío donde lo estaba esperando Álvaro Obregón, donde fue la derrota donde prácticamente se acaban a Villa.

Pancho Villa siempre ninguneaba a Obregón, lo mencionaba como el perfumado. Hay que recordar que tu paisano ya venía de haber sido presidente de Huatabampo, gente de buena familia, era un buen agricultor que introduce el garbanzo, prácticamente en Sonora y Villa un analfabeta. Villa fue muy inteligente, pero Villa aprendió a leer y escribir cuando estuvo preso en Lecumberri, era analfabeta, pero mandó a hacer un facsímil en EEUU con su nombre y le echaba una crucecita.

Y Lecumberri lo manda Victoriano Huerta quien es el que funda la División del Norte…

¿Victoriano Huerta funda la División del Norte?

JLO. Él fue el primero en encabezar la división del Norte y Pancho Villa con él aprendió mucho.

Si el telégrafo hubiera estado más lejos de 50 metros, Huerta lo hubiera fusilado. Con Villa andaba también Raúl Madero, hermano de Francisco Madero que le salva la vida a Villa; Raúl era hermano del presidente Madero y le manda un telegrama que van a fusilar a Villa, y Madero prácticamente le contesta que no lo fusile, que lo deje preso en Lecumberri.

Pero hay que tomar el tema de otro negro jalisciense, pero que fue un gran general, Victoriano Huerta, conocido como El Chacal, nacido en Colotlán. González Ortega llega a Colotlán y él buscaba quién le redactara un manifiesto. Victoriano Huerta tenía muy bonita letra y le redacta el manifiesto, González Ortega se lo trae con él y lo nombra secretario particular y él le consigue una beca para que entre al Colegio Militar, pero quiere decirte que entre las cualidades de Huerta, era uno de los generales que más sabía de matemáticas. Hay rumores de las voces del viento que él dio clases de matemáticas en la UNAM.

Cuando Victoriano Huerta sale del Colegio Militar (dicen que ha sido uno de los promedio más limpios y más puros). Él fue maestro de Felipe Ángeles, la única persona que estuvo con Pino Suárez y Madero, y por la amistad que tenía con Ángeles, le salva la vida y lo manda desterrado a Cuba, inclusive Huerta fue el secretario de obras públicas con un gobernador de Nuevo León, con Bernardo Reyes, dicen que la parte nueva de Monterrey.

Las voces del viento dicen también, que él tragaba cognac de las 10 de la mañana a las 2 de la mañana, todos los días, era un alcohólico, pero lo curioso que a él casi a rastras lo metían a una casa de asistencia que estaba en Monterrey a la 1 o 2 de la mañana, pero él a las 6 de la mañana estaba bañado, rasurado, cambiado y listo para irse a trabajar y es de los generales que más matemáticas sabe, pero sí tiene el don que le quedó hasta chiquito.

¿Victoriano Huerta, ya no regresó a Jalisco después de haber hecho carrera en el Colegio Militar?

JGO. La historia no dice nada al respecto. Pero él fue una persona muy inteligente y preparado, culto, pero con los intestinos muy negros, pero era un tipo brillante que se debe de decir.

LA YEGUA QUE SE ROBÓ VILLA

¿Por qué Victoriano Huerta quería fusilar a Villa?

JGO. Lo que pasa es que Villa él se robó una yegua en Chihuahua de un español, que va con Huerta y le dice que uno de sus soldados tiene una yegua de él, Huerta le dice a su asistente que le hable a Pancho Villa, que lo quiere ver.

Pancho Villa se estaba curando de una calentura y la forma de curarse entonces en los pueblos era bañarlos con cebo y taparse con una frazada para que suden la calentura. Villa le contesta que con mucho gusto pero que nomás terminaran de curarlo de la friega que le estaban dando y yo voy con él.

Victoriano Huerta, borracho, personalmente lo levanta y casi a rastras se lo lleva directo al paredón. Villa le lloró, le imploró y miles de cosas le pidió. Las voces del viento dicen que hasta Pancho Villa lloró cuando Huerta lo iba a fusilar, personalmente iba a nombrar la escolta que iba a fusilarlo.

Pero Raúl Madero le manda un telegrama al Presidente Madero y es cuando llevan a Villa a Lecumberri, donde Villa empieza a saber leer y escribir.

¿Cuánto tiempo estuvo Villa en Lecumberri?

JGO. Prácticamente 8 meses. Él a la muerte de Madero sale y se lo llevan a un puerto, con rumbo a Dallas, así es como entra a EEUU y regresa a México por el famoso Paso del Norte de Ciudad Juárez.

Y lo demás es historia.

(próxima edición, la segunda parte, de cómo Margarito Ramírez le salvó la vida a Álvaro Obregón y éste en reciprocidad lo hace gobernador de Jalisco).

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NACIONALES

Renovación de dirigencia del PAN: Jorge Romero llega a la presidencia nacional con estigma de corrupción

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Por Francisco Junco //

La dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN) acaba de renovarse y al rededor de 100 mil militantes panistas eligieron que fueran lidereados por Jorge Romero Herrera, quien tiene enfrente dos grandes desafíos, por un lado lograr integrar al PAN con la sociedad civil trabajando con liderazgos sociales y juveniles para refrescar los cuadros azules, además de superar la sombra de corrupción que pesa en su contra, según palabras de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien lo señaló como “el jefe del cartel inmobiliario”.

Aunado a estos dos grandes desafíos, el nuevo líder blanquiazul tendrá que luchar contra la sombra de ser hechura y cobijo del actual presidente del partido, Marko Cortes, quien desde hace algunos años lo impulso como su delfín.

«Es un PAN que opera desde la Colonia del Valle, en la Ciudad de México, cerrado a la participación de la sociedad. Hoy, lo que vemos es más de lo mismo, una estafeta que pasa de manos entre el mismo grupo», criticó el periodista Guillermo Velasco, quien también hizo énfasis en los retos inmediatos que enfrenta el nuevo dirigente, «Romero tiene que demostrar muchísimo para estar a la altura de un partido que debería ser la alternativa para la sociedad».

Fernando Guzmán, panista de larga trayectoria, reconoció que Romero proviene del mismo grupo que Marko Cortés, lo que genera dudas sobre un cambio real en la dirección del partido. «Es necesario que esta dirigencia sea plural, que incorpore a liderazgos representativos y se abra a la sociedad. El PAN tiene que reencontrarse con su esencia, con la defensa de la vida, la familia y las libertades», declaró.

Y es que la elección interna del PAN que llevó a Jorge Romero, diputado federal con licencia, a la dirigencia nacional ha marcado un momento decisivo en la historia reciente del principal partido de oposición en México.

Sin embargo, tanto propios y extraños, han señalado fuerte críticas por la baja participación, además de cuestionar el modelo de liderazgo interno, más los señalamientos de corrupción que han acompañado a Romero desde su gestión como delegado en la alcaldía Benito Juárez.

Ahora, con la tarea de revitalizar un partido debilitado, el nuevo dirigente enfrenta una de las pruebas más complejas en la historia del PAN.

La elección interna, que concluyó el pasado 10 de noviembre, fue celebrada en medio de tensiones internas y un panorama nacional adverso, reflejó el desinterés y desanimo de los militantes por la vida política partidista. Apenas el 43 por ciento de un padrón de los cerca de 300 mil afiliados participaron en el proceso, otorgándole a Romero Herrera un contundente 80 por ciento de los votos frente al 20 por ciento que logró obtener Adriana Dávila.

El periodista y analista Guillermo Velasco, aseguró para Conciencia Pública, que estos números de participación son preocupantes, por lo que significa la historia del PAN, incluso calificó este proceso de elección, desde su muy particular punto de vista, como una derrota, ya que un partido de la relevancia que tiene como oposición con más fuerza, con más tradición, con más principios fundantes, y que tenga ese nivel de participación no habla de ese partido que históricamente es opositor.

Es ridículo que un partido con la historia y tradición del PAN tenga un padrón que no llega ni a 300 mil personas en un país del tamaño de México. Además, más de la mitad de ellos ni siquiera votaron, lo que evidencia un grave desinterés de la militancia”, señaló y aseguró que este esto responde a una estructura interna cerrada y controlada.

Romero ganó utilizando los recursos del aparato partidista, el control del partido, utilizando la lógica de cuates y cuotas en el asunto de colocar gente, de aprovechar, de alguna manera porque hayan tenido el control del padrón, de afiliaciones, en fin. Es más de lo mismo, sin una renovación auténtica que entusiasme a la militancia o a la sociedad”.

LAS CRÍTICAS DE ADRIANA DÁVILA

La panista Adriana Dávila, contendiente derrotada, expresó una crítica similar y mediante un comunicado de prensa, tras reconocer su derrota, señaló que el modelo actual del PAN, que prevalece desde hace más de una década no funciona.

Nadie puede sentirse orgulloso cuando alrededor del 70 por ciento de los panistas no fue a votar. El mensaje de abstencionismo de nuestros militantes es claro: las cargadas no entusiasman. La nómina de gobiernos no es suficiente para convocar. Las almas no se mueven con dinero sino con ideas y conductas dignas de ser imitables”, apuntó en su mensaje enviado a los medios de comunicación y remató “no sé si tengan la voluntad y el compromiso ético para hacer del PAN una institución que merezca ser heredera del legado demócrata y liberal de Gómez Morín”.

UN PARTIDO DEMOCRÁTICO

Sin embargo, a pesar de esta visión, hay panista que observa la esencia del PAN como un instituto político democrático, para Fernando Guzmán, lo principal a rescatar, del pasado proceso electoral, es que el PAN es el único partido que eligió a su dirigencia a través de una elección interna en donde votaron todos los panistas que quisieron hacerlo en el país.

Esto es de destacar en estos tiempos en donde los partidos son realmente propiedad de una sola familia o dicen que son movimientos, pero no hay elecciones internas. Bueno, así, dígase lo que se diga, pues hubo una elección interna”, subrayó el panista a Conciencia Pública y reconoció que “ciertamente falta ver todavía cómo se integra la nueva dirigencia porque el Comité Ejecutivo Nacional tendrá que integrarse con la participación de un número que elige el presidente electo, otra parte que es incorporada por la parrilla que quedó en segundo lugar y una más que será electa por el propio Consejo Nacional”.

INICIA JORGE ROMERO CON EL PIE IZQUIERDO

Pero esto no es lo único que estará enfrentando el nuevo dirigente de los panistas a nivel nacional, Jorge Romero no es ajeno a los señalamientos de corrupción, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, marco la agenda de lo que podría ser la gestión de Romero Herrera como primer panista a nivel nacional.

Su relación con el gobierno federal, encabezado por Claudia Sheinbaum, parece haber iniciado con el pie izquierdo. Desde el primer día, las acusaciones sobre su pasado político dominaron la agenda. No obstante, Romero intentó darle la vuelta a la narrativa, posicionándose como una voz de oposición firme.

Y es que desde su gestión como delegado en Benito Juárez, entre 2012 y 2015, su nombre ha sido vinculado al llamado “cártel inmobiliario”. Claudia Sheinbaum, utilizó su conferencia matutina para reiterar estas acusaciones y afirmó que “es el jefe del ‘cártel inmobiliario’, lo conocimos muy bien en la Ciudad de México. Empresarios y testigos revelaron el ‘modus operandi’ de un grupo muy corrupto en la alcaldía Benito Juárez».

Romero respondió de inmediato, cuestionando la postura de Sheinbaum y dirigiéndose a esta le dijo “presidenta, ¿es así como se conducirá con la oposición? ¿Con quienes simplemente no pensamos como usted? Usted debería convocar a la unidad nacional, no a la división ni a la pugna”, expresó Jorge Romero.

A pesar de su defensa, las acusaciones sobre corrupción no han cesado, ni dentro ni fuera del PAN. Incluso Felipe Calderón, expresidente de México y antiguo líder del partido, señaló en su libro ‘Decisiones difíciles’ que Jorge Romero manejaba sumas millonarias derivadas de prácticas irregulares.

Sin embargo, para otros panistas, como el ex gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, quien también habló con Conciencia Pública, la reacción de Jorge Romero ante las declaraciones de la mandataria mexicana, pone en claro las posiciones de la oposición.

Me ha parecido bien la forma en que ha plantado cara a la presidente Sheinbaum, quien de una manera a mi juicio equivocada, está buscando confrontaciones en lugar de unificar a los mexicanos. La posición de Jorge Romero me parece inteligente y me parece valiente. Creo que esto abriga la esperanza de que vengan tiempos nuevos para el PAN, positivos. Todavía no toma posesión y ya está marcando su espacio ante el poder. Me gusta cómo está empezando. Que al final es lo que le hace falta a la oposición”, señaló el ex mandatario jalisciense.

Pero a pesar de la respuesta de Jorge Romero, algunos analistas consideran que el PAN necesita más que retórica para consolidarse como oposición. Guillermo Velasco lo resumió así: “la respuesta de Romero a Sheinbaum es pura estridencia mediática. Pero de eso a construir una narrativa consistente y atractiva para la sociedad, hay un trecho enorme”.

El ex gobernador, González Marque analizó al PAN, en su dirigencia nacional y señaló que Marko Cortés ha sido criticado por su falta de renovación y apertura, por lo que espera que el partido pueda recomponerse, “el PAN no puede ser un partido sin rostro ni principios claros. Tiene que regresar a su esencia y abrirse a la participación ciudadana. Si Jorge Romero mantiene las estructuras actuales de control, lo único que logrará será administrar derrotas”, advirtió González Márquez.

El problema no es nuevo. Durante la presidencia de Marko Cortés, el PAN sufrió su peor debacle electoral desde 1994, acompañado de divisiones internas y cuestionamientos por prácticas antidemocráticas. El panista Fernando Guzmán comentó que la elección de Jorge Romero representa una oportunidad para corregir estos errores.

El PAN debe abrirse a la sociedad, recuperar la confianza de sus bases y abanderar las causas que realmente importan a los mexicanos. Si no lo hace, seguirá siendo un partido cerrado y sin futuro”, señaló.

Para Emilio González se abre una nueva oportunidad, donde se cierra un ciclo y comienza otro nuevo y la posibilidad de recomenzar es la importancia que se debe rescatar y aseguró que está convencido que el PAN es el partido que habrá de dar la batalla nuevamente en contra de las dictaduras perfectas que se han querido instalar en México.

Ahora la dictadura totalitaria de Morena, así como lo hizo en su momento con la parte negativa del PRI, que ahora está en Morena también. Entonces, para que esto se dé, el PAN se tiene que ratificar en sus principios. No puede ser un partido sin rostro, no puede ser un partido veletta. Tiene que ser un partido bien cimentado en sus principios históricos”, resaltó.

Para el analista Guillermo Velazco, la condición de abrirse a la sociedad, es lo que va a determinar la fortaleza del PAN, ya que la coyuntura actual que se vive en el país de un autoritarismo cada vez más fuerte, el PAN, tiene como una alternativa posible y viable, es la de volver a sus orígenes y abrirse a la sociedad.

El PAN surgió bajo la lógica de hacer una realidad del humanismo político, es decir, el bien común, si te pones a ver, ha sido el único partido que en sus estatutos ha hablado del bien común, que es mucho. Creo que más que alguna coyuntura, claro, si presupone derrotar al PRI, y hoy presupone derrotar a Morena, por el riesgo que significa, entonces tiene que hacer un planteamiento que vaya en ese foro, la construcción del bien común en México”, aclaró el analista.

El desafío de Romero no es menor. Por un lado, debe revitalizar un partido que, según sus críticos, está cerrado a la participación ciudadana y alejado de sus principios fundantes. Por otro, necesita lidiar con los constantes señalamientos de corrupción que empañan su liderazgo. A ello se suma la necesidad de decidir el futuro de la alianza con el PRI y el PRD, que ha generado divisiones internas y críticas entre los militantes.

Emilio González ofreció una perspectiva esperanzadora y aseguró que “si el PAN logra abrirse, abanderar causas populares y regresar a sus principios, tiene futuro. Pero si se queda atrapado en sus viejas prácticas, no sólo estará en riesgo como partido, sino que México perderá a su principal fuerza opositora”.

Adriana Dávila, aunque derrotada, dejó un mensaje contundente y apuntó que “el PAN necesita reinventarse como un partido ciudadano. México necesita una oposición congruente, con credibilidad y voces fuertes. Sin eso, estaremos condenados a repetir los mismos errores”.

La elección de Jorge Romero marca el inicio de una etapa crucial para el PAN. Con un partido fragmentado, una militancia desmotivada y una dirigencia nacional rodeada de polémicas, el futuro de Acción Nacional dependerá de su capacidad para superar sus divisiones internas y conectarse con la sociedad. Como lo señaló Fernando Guzmán, “el PAN tiene que decidir si quiere ser un partido relevante o una caricatura de oposición”.

Para Jorge Romero, el reto será demostrar que puede liderar un cambio auténtico en el PAN, alejándose de las sombras de la corrupción y construyendo un proyecto político capaz de enfrentar los desafíos del México actual.

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