ENTREVISTAS
Construcción de paz se tiene que trabajar desde primera infancia: «Perdonar a victimarios no es política de paz», Roberto Emmerich
Por Francisco Junco //
El experto en seguridad, el argentino, Norberto Emmerich, aseguró que condenar a las víctimas a perdonar a sus agresores no es una política pública de paz efectiva, como se está realizando en México, con la premisa de “abrazos no balazos» del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que no permite castigar a los criminales más que con un “los voy a acusar con sus abuelitas”.
«Cuando condenas a las víctimas a que perdonen a los victimarios, eso no es política pública de paz», destacó Emmerich, doctor en ciencia políticas, consultor en Seguridad y Geopolítica, y agregó que «si alguien cometió un homicidio en virtud de una actividad criminal, se debe aplicar el código penal. Eso es una política de paz».
Argumentó que la falta de castigo para los criminales sólo fomenta la impunidad y la violencia entonces «políticas públicas de paz que no toquen las estructuras del crimen es medio difícil».
El experto también cuestionó la retórica de la Cuarta Transformación, calificándola de «otro discurso, otros liderazgos» que no abordan las raíces del problema. «En México, lo que hay es un hartazgo tan alto con el crimen organizado, la violencia, la corrupción del Estado… que se exageran las palabras y el vocabulario se vuelve peligrosamente incierto», concluyó.
Criticó la falta de acciones contundentes contra el crimen organizado bajo la administración actual en México y a su juicio, la Cuarta Transformación no representa un cambio significativo en la lucha contra la delincuencia, sino más bien una continuación de viejas prácticas con un discurso renovado.
En un análisis crítico sobre la política de seguridad y justicia en México, el analista planteó, en entrevista con Conciencia Pública que la verdadera política de paz radica en la aplicación rigurosa del Código Penal a quienes cometen delitos graves, como el homicidio, las desapariciones, las ejecuciones, etcétera.
Sostuvo que, en casos de homicidio vinculado a actividades criminales, es ver que dice Código Penal y listo “puedo aplicar el Código Penal, puedo yo tener a esta persona detenida por 32 años porque cometió seis homicidios, y eso puede ser una política de paz. En realidad eso es una política de paz». Para él, el castigo proporcional a los delitos cometidos es esencial para disuadir a otros de involucrarse en actividades criminales, y mantener un equilibrio en la sociedad.
Por otro lado, el argentino quien participó como ponente en Segundo Encuentro Iberoamericano de Periodismo Voces por la Paz, realizado en la ciudad de León, Guanajuato, aseguró que la paz no existe por sí sola, esta hay que construirla
El también presidente del Centro de Estudios en Estrategias y Políticas Públicas (CEEYPP), quien en el Foro de Guanajuato participó en conversatorio ‘Construir la Paz en Iberoamérica, aseguró que la paz es un mecanismo político y para hacer políticas públicas de paz significa que, por ser política, tiene “algo de sucio, algo de tramposo”, y apuntó que “somos guerreros de la paz, si quieren. No somos ángeles que vamos portando una paloma blanca en una mano y un mensaje de paz en la otra. No, lo lamento, vamos a combatir por la paz”.
Pero, aseguró que para que a la verdadera paz la podamos construir, se tiene que trabajar desde la primera infancia, antes de que los niños entren al kínder. Esos dos años son la etapa más importante en la formación de la mente de los seres humanos, dijo, es la mejor etapa para la creación de cultura de paz.
¿Cuál es la situación actual de este tema de la violencia, que no sólo es un asunto de México, sino que es un tema mundial, cuál es la realidad en América Latina?
Hablar de la violencia significa hablar de muchas cosas, al punto de que se empieza a emplear el término las violencias. Una de las violencias más importantes en la que nos estamos metiendo en el mundo es la guerra, por lo tanto, el problema del crimen organizado, el narcotráfico y toda la violencia que hay en México, es algo muy inferior, en términos de dimensiones, a la posibilidad realmente existente de una guerra mundial cercana, que quiere ser presentada como si fuera una especie de guerra regional europea. En este sentido entonces, estamos ante un peligro importante en el cual la paz, quisiera ser claro, la paz no está amenazada, porque la paz no existe, es una opción inexistente, eso es lo que quiero marcar.
La paz no existe, la paz hay que construirla. Porque si uno dijera que hay opción, paz-guerra, uno podría decir ¿por qué en vez de resolver esto, en términos de guerra, no lo resolvemos en términos de paz? Que sí es posible, pero es teóricamente posible. Entonces digo, lo que sí existe es la guerra, la paz no existe, la paz se necesita construir. ¿entre quienes? entre dos personas, cualquiera, dos, no una.
La guerra no necesita dos personas, en todo caso sí, una que ataque y la otra pobrecita que sea la víctima. La paz necesita dos personas activas, las dos tienen que ser activas y tienen que establecer un diálogo y en ese diálogo intersubjetivo se va construyendo la paz. ¿Por qué? Porque hay que aprender que la paz puede superar cualquier tipo de desafío sin necesidad de ejercer la violencia.
¿Quiénes son los que tendrían que construir la paz, en esta concepción que nos plantea?
Nosotros, y me refiero a los que estamos preocupados por la paz y hablamos de la paz. Somos personas comunes y corrientes, entonces tenemos baja tolerancia, no somos muy buenos para lidiar con la frustración, no sabemos decir que no. Tenemos un autocontrol más o menos, tenemos una resolución no tan pacífica de los conflictos y demás.
En el medio de esta lista de cosas que puse, mencioné no sabemos decir que no. Yo creo que a los niños y niñas, dos o tres años, primera infancia, antes de que entren al jardín de infantes, esos dos años, son la etapa más importante en la formación de la mente de los seres humanos. Es la mejor etapa para la creación de cultura de paz.
Totalmente ajena la idea de la cultura, de que la cultura de paz sea un formato adaptable a personas de 15, 18, 25, 40 años. No, primera infancia. El niño en la primera infancia está formando su cerebro, está formando la inteligencia social de su cerebro y ahí, es cuando a la niña o al niño se le enseña a manejar la frustración, los enojos, las rabietas y los caprichos. Enseñarla a decir que no. Porque todo el resto de la sociedad se encargará, desde ese momento hasta la eternidad, de enseñarla a decir que sí. Sí a la escuela, sí a las autoridades, sí al gobierno, sí al que lo va a usar. Entonces, no, no. Una palabra.
Oiga, en este contexto de violencias, que prácticamente las aprendemos desde las primeras infancias, ¿cuál sería como la fórmula para poder revertir esto?
A ver, la pregunta tiene esas trampas de palabras sencillas para una pregunta complicada. Dijiste resolver. Esa palabra no me gusta, las cosas no se resuelven. Las cosas se transforman, se le cambia la cara, se modelan, se reconstruyen. Pero nada, porque esto es una cuestión humana. Las guerras es una forma de diálogo intersubjetivo entre dos. Entonces es cuestión de reformar, transformar, convertir, lidiar con estas cosas, superar rencillas, buscar mejores caminos y a veces ser violentos. El hombre de paz es un ser esencialmente violento. Es un ser que tiene 2, 3, 6, 25 infiernos adentro. Pero que ha sabido apagar el fuego, que en determinadas ocasiones cuando hace falta y cuando todo parece derrumbarse, usa esos demonios a su favor. Eso es un hombre poderoso.
Entonces usando tu palabra, resolver estos problemas o lidiar con estos problemas, hay por lo menos dos instancias. Una es la cuestión de la paz mundial o la paz internacional, que es lo que nos preocupa mucho, la posibilidad de un mundo en guerra. Está en guerra, pero tenemos conflictos que, por ahora, están separados uno del otro.
Estamos en una situación en la cual la paz puede quebrarse ya en términos más regionales por lo menos y escalando, sobre todo lo que importa, es la escalada. Porque cuando la escalada empieza, tiende a no detenerse. Es la paz mundial la que está en juego, y yo entiendo que nosotros como personas, vos como periodista, las amas de casa, las personas que les interesa la paz, los activistas, no es mucho lo que podemos hacer a ese nivel, más que convocar, llamar, peticionar, proclamar. Entonces, y ahora sí, cuando digo esto no es mucho lo que podemos hacer, lo que estoy diciendo es falso. ¿Qué quiero decir? Es cierto pero es falso. En virtud de que como es poco lo que podemos hacer, es mucho el resultado que podemos esperar de lo poco que hagamos.
Habló también de la utilidad que pueden tener este tipo de Congresos por la paz, como el de Guanajuato y dijo que en relación a la paz mundial es algo pequeño. En relación al tema de la paz en nuestra región, es algo grande. “En relación a la paz mundial, es la arenita, un poquito más grande que una arenita común, que se agrega a otras arenitas que terminarán conformando la playa o el océano, que no es más que un conjunto infinito de gotas de agua»
“Agreguemos gotas de agua a esta paz mundial, a ver si la cantidad de gotas de agua se transforma en calidad. Y entonces, en vez de definir al océano como millones de gotas de agua, lo definimos como un océano.
Por el otro lado, en el tema de la paz nuestra, la paz de nuestros territorios, en Guadalajara, en Guanajuato, donde sea, en Michoacán, en Argentina, sí podemos incidir en lo que hablábamos en el Congreso de Políticas Públicas de Paz, en la cual el gobierno local, entiendo yo, tiene que ser el primer disparador para comunidades urbanas, donde el gobierno necesita o necesitamos que lance o que piense o que ponga en su plan de gobierno o que prometa o que lance la consigna algo de paz, que figure la palabra paz. Y empezar a construir, entonces, políticas públicas de paz.
