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MUNDO

Cuando operan la alta diplomacia y la política: La exitosa visita del presidente López Obrador a la Casa Blanca

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

Aconsejado por Luis Videgaray, Peña invitó al candidato Donald Trump a México, la crítica social le costó el trabajo a su Secretario de Hacienda. El candidato había emitido ataques muy fuertes en contra de los migrantes mexicanos –ellos ven a todos los latinos como mexicanos- e incluso amenazaba con romper el TLCAN. Los expertos del gabinete de Peña desde la Secretaría de Economía decían “que Trump no podría ganar las elecciones”… y que “quienes se asustaban por el riesgo de que llegase a ser Presidente, eran personas ignorantes que desconocían la política de EUA”.

Un par de meses después borraron sus Twitters y de inmediato empezaron a decir que una cosa era el candidato y otra el Presidente, asegurando que el TLCAN era irremplazable e intocable. Se reintegró a Videgaray al gabinete peñista ocupando el cargo de Canciller, como ofrenda de Paz para apaciguar al magnate ahora Presidente.

Por segunda vez nuestros expertos se equivocaron y menuda sorpresa se llevaron cuando Trump anunció que se saldría del TLCAN; acto seguido nuestros expertos cambiaron de opinión –de nuevo- y dijeron que el TLCAN sí se podía mejorar. El Presidente de EUA aceptó la idea de tomarse foto con Peña por corresponder a la cortesía del año anterior pero en cuanto entró AMLO iniciaron las reuniones necesarias para dar continuidad a la relación con el nuevo gobierno. Como es natural el ahora Presidente de México en su campaña había declarado fuertemente en contra del Presidente de EUA, pero en México una cosa es el candidato y otra el Presidente como dijo el entonces Secretario de Economía de Peña, seguramente basados en su propia experiencia.

UN PRESIDENTE DE ARREBATOS

Los Estados Unidos como cualquier potencia no tiene amigos sino intereses. Hoy los intereses del presidente de EUA se alinearon con los del Presidente de México, como en su momento los de Clinton con Zedillo o los de Obama con Calderón.

Trump es una persona arrebatada que comete multitud de errores, incluso en su propio detrimento, descarrila su mensaje con escaramuzas de cualquier tipo, pero esta semana se portó como un buen vecino. No sólo atendió a su invitado como lo que es –El Jefe del Estado Mexicano- sino que le dio varios “regalos”, entre ellos la captura de César Duarte, la respuesta a la carta diplomática que hace meses había enviado Ebrard para saber qué pasó con el desgraciadamente famoso y poco esclarecido operativo Rápido y Furioso que durante las administraciones de Calderón y de Obama infiltraron armas ilegales para armar a los narcos mexicanos, lo que a mi parecer es una idea macabra y retorcida de aplicar la política de seguridad nacional con un hecho extraordinariamente penoso aceptado por ambos gobiernos.

Trump planeó la semana para dedicarla a los hispano-americanos y le dio el primer sitio a AMLO, nos guste o no, los que son igual de impulsivos y que se insultaron durante sus campañas, lograron acuerdos, no sabemos en qué tantas cosas, pero cuando menos en algunos temas que ya son públicos y que se han correspondido “favores”. El anunció de Marcelo Ebrard con relación a la vacuna vs el COVID19 a la que México tendrá acceso también se acordó en esa gira por Washington.

EL RIESGO DE LA VISITA

Nuestro Presidente tuvo un gesto extraordinario y arriesgado, al aceptar visitar en este momento al Presidente Trump quien como hace cuatro años va muy abajo en las encuestas, de hecho se asemeja a Bush Padre en 1988 quien estaba 17 puntos por debajo de su oponente. A pesar de que no se tocaron oficialmente los temas ásperos como migración o el famoso muro, el Presidente López Obrador tubo un mensaje con varios aciertos y algunos errores. Por ejemplo le recordó que hay “agravios que no se olvidan” pero le reconoció que hay acuerdos “implícitos y explícitos” como el del petróleo ¿o el de Duarte?, como el de la frontera sur o ¿la vacuna vs COVID19? ¿o los dreamers?

La semana fue muy buena para AMLO, el retorno de Lozoya, Ayotzinapa, la detención de Duarte, la información del programa Rápido y Furioso y el asunto de los migrantes dreamers como sorpresa para el cierre de la semana. Coincido con el 51% de los mexicanos que creemos que la visita a EUA fue exitosa en especial porque el Presidente que más ha criticado públicamente a México y a los migrantes desde Woodrow Wilson, fue el que más alabó a los mexicanos en su mensaje del pasado 8 de julio y esto no sólo es por la campaña por la Presidencia de EUA sino porque AMLO fue a visitarlo.

TRUMP, ¿PRO LATINO?

AMLO estaba por aterrizar en México cuando Trump firmó Decreto para la creación del Consejo Hispano para asesorar a la Casa Blanca y coordinará esfuerzos para promover el Desarrollo Económico y Educación que afectan a dicha comunidad.

En dicho evento Trump detalló logros económicos de los hispano-americanos, exaltando estadísticas comparativas de distintas administraciones. Durante su administración los hispano-americanos alcanzaron mayores ingresos proporcionales y las menores niveles de desempleo en la historia de dicho país. Muestra de esta prosperidad económica son las remesas que envían a otros países que en estos años han roto todos los records. A dicho evento acudieron varios líderes sociales y empresarios hispanos; de entre los cuales sobresale el director de la empacadora de alimentos Goya que fue fundada en 1963 y emplea de forma directa a más de cuatro mil trabajadores, siendo más grande que del Monte y de La Chata en los EUA.

El poco ortodoxo inquilino de la Casa Blanca cerró la semana reuniéndose con venezolanos exiliados en Florida, en donde dijo… “votar por Biden es votar por Maduro y un régimen comunista en EUA”. Como cereza del pastel, Trump anunció que emitiría un Decreto para legalizar a más de 750 mil jóvenes llamados Dreamers, beneficiando también a sus familiares directos, es decir más de 2.1 millones de personas de las cuales casi dos millones serían mexicanos.

Cuando Trump firme este Decreto podrá ser desafiado en las cortes por cualquiera que se sienta afectado ya veremos quién es el que se opone.

MORENA Y EL PARTIDO DEMÓCRATA MODERNO

El Partido Demócrata está muy lejos de lo que fue el centro ideológico de Bill Clinton o de Kennedy. Lo mismo podemos decir del Partido Republicano de Reagan o de Lincoln. Con ambos tendremos retos y afrentas. Recordemos que lo ha dicho Trump en público y los otros lo dicen en privado.

Con sus tontos arrebatos Trump nos mantiene al filo del asiento, pero no debemos confundirnos, los demócratas han dicho en muchas ocasiones que EUA deben tener capacidad de “verificar los avances” en México y fue el demócrata Woodrow Wilson quien dijo… “Los mexicanos nacieron prietos y esclavos, nacieron nuestros”… son un pueblo de “traidores y cobardes, ellos se encargan de matar por la espalda, no saben pelear con honor… se matarán entre ellos ”.

Ante el fracaso del capitalismo voraz, muchos piensan que es la hora del socialismo y México estará al día con un país vecino que proponga las tesis de Marx o Stalin o que apoye al régimen de Maduro en Venezuela. Todo esto puede suceder y no debe sorprendernos.

El Joe Biden ha prometido legalización de millones de inmigrantes indocumentados, la mitad son mexicanos. Este punto sería muy bueno para nuestros paisanos, pero debemos recordar que desde Clinton lo han prometido. En el 2018 Trump propuso a su Congreso legalizar a los “dreamers” por medio de una ley –que ahora será Decreto-, pero no se llegó al acuerdo, quedando claro que también los demócratas usaban el tema sólo por apariencia.

El ex vicepresidente se ha comprometido a comprar “primero lo americano” para fomentar los empleos locales, ofreciendo $700 mil millones de dólares y la reconstrucción de infraestructura. Propuso elevar los impuestos empresariales y aumentar las regulaciones para “cerrar lagunas legales que hoy permiten comprar mercancías o contratar servicios en el extranjero, afectando a los empleos locales”.

Lo anterior nos recuerda el discurso Trumpista del 2016, que de convertirse en realidad con Biden en el 2020, afectará –nuevamente- a México, con oleadas de presiones económicas por parte del nuevo habitante de la Casa Blanca.

El candidato ofreció eliminar el 100% las emisiones de carbono para el año 2030, reconoce que su proyecto es ambicioso y que será impulsado con trabajo de americanos, eso indica que nuestro petróleo dejará de valer en 10 años y que los equipos nuevos también serán “Only American”.

En los años recientes los demócratas han favorecido a nuestros paisanos indocumentados con acceso a licencias de manejo sin tener que mostrar su estatus migratorio, lo que obviamente los obliga a pagar impuestos y a comprar seguros de auto. En general el voto hispano está de su lado, pero las acciones económicas de Trump podrían robar algunos simpatizantes al campo de Biden, quien como la mayoría en EUA apoya a la Asociación Civil conocida como “Black Lives Matter”, dirigida -en parte- por un ex comunista detenido por terrorismo en los 60´s y que ha propuesto derribar estatuas de Gandhi, Cristóbal Colon, Washington, Churchill, de La Virgen María y de Jesucristo entre otras.

La guerra racial está creciendo, incluso algunos futbolistas de negros atacan a la comunidad judía, lo que podría arriesgar otra parte del voto tradicionalmente liberal.

De cualquier forma el 90% del voto afroamericano y la mayoría de las zonas urbanas están de su lado. Trump en verdad está en una etapa difícil que el mismo provocó .

Biden y su campaña llaman traidores a su raza a los latinos o negros que voten por Trump, incluso han boicoteado a Goya quien donó 1 millón de despensas durante la pandemia a zonas hispanas de bajos recursos. ¿Será que el voto debe ser cuestión de piel?

DE TIN MARÍN

En la época reciente los mexicanos no le hemos atinando al pronóstico electoral gabacho, ni Peña porque él invitó a Trump y a Hilary pero ella lo rechazó. Si Biden gana será una más en la cadena de apuestas fallidas de nuestros mandatarios y la embajadora de México en EUA –quien se opuso al viaje-, se promoverá como sustituta de Ebrard, pero si AMLO y Marcelo le atinan, podría ser algo importante porque “Donald” tiene pocos amigos mandatarios y esta semana demostró que su atropellada ideología es ganar y dar las concesiones necesarias para hacerlo. De cualquier forma nunca vi a un Presidente reconocer tanto a los mexicanos, ni a mexicanos estar echando porras a nuestro Presidente en una gira por Washington.

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CARTÓN POLÍTICO

Edición 805: Entrevista a Mirza Flores: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»

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Edición 805: Entrevista a Mirza Flores: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»

LAS CINCO PRINCIPALES:

Los retos de Mirza Flores como líder de MC: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»

Arranca el Sistema Estatal de Participación Ciudadana en Jalisco

95 aniversario del natalicio de Porfirio Cortés Silva: Deja legado de política, amistad y generosidad

La disputa del agua entre Jalisco y Guanajuato: Debe ser un reparto justo, no uno político, Arturo Gleason

La corrupción urbanística: Valle de los Molinos y Colomos III

 

 

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MUNDO

La tradición del saqueo: Naturaleza depredadora del poder imperial

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– Actualidad, por Alberto Gómez R.

(Parte 1) A lo largo de la historia de la humanidad, el poder económico de los grandes imperios se ha construido frecuentemente sobre pilares tan sombríos como la guerra, el saqueo sistemático y el sometimiento de pueblos enteros.

Este patrón de comportamiento, visible desde los primeros imperios de la antigüedad hasta las potencias contemporáneas, revela una lógica de acumulación basada en la extracción violenta de recursos más que en la productividad o la innovación endógena.

El historiador económico Douglas North, citado en uno de los documentos analizados, señalaba que los imperios antiguos establecían sistemas burocráticos sofisticados que permitían la expropiación sistemática de excedentes de las regiones conquistadas.

En el mundo actual, Estados Unidos representa la última encarnación de este impulso imperial, aunque sus métodos hayan evolucionado hacia formas más sofisticadas de dominación económica y militar.

Como se advierte en el panorama actual, esta potencia estaría experimentando un rápido declive relativo en el escenario global, lo que intensificaría sus comportamientos depredadores hacia naciones ricas en recursos que se resisten a someterse a su hegemonía.

Venezuela, con las mayores reservas petroleras certificadas del planeta, se encontraría en la mira de este mecanismo de saqueo contemporáneo, al igual que lo estuvieron Irak, Libia y Siria en las últimas décadas, solo por citar algunos ejemplos.

LOS CIMIENTOS HISTÓRICOS DEL SAQUEO IMPERIAL

Los primeros grandes imperios de la historia establecieron las bases de lo que sería una larga tradición de explotación económica mediante la conquista. En Mesopotamia, Egipto, China y la India, surgieron estructuras estatales centralizadas que «legislaban, impartían justicia y ejecutaban sobre un extenso territorio que agrupaba a muchas ciudades» (eumed.net).

Estos imperios perfeccionaron sistemas de extracción de riqueza mediante tributos, esclavitud y control de las rutas comerciales.

El Imperio de Alejandro Magno ofrece un ejemplo temprano de cómo la conquista militar servía como vehículo para la acumulación de riqueza. Como se describe en los documentos, Alejandro y sus falanges macedonias conquistaron todo el Imperio persa en tan sólo ocho años, apoderándose de inmensos tesoros y estableciendo un sistema de control sobre territorios que se extendían hasta la India. Patrón similar exhibiría el Imperio Romano, que transformó el Mediterráneo en su «Mare nostrum» y extrajo recursos de todos los territorios conquistados, desde las minas de plata hispanas hasta los graneros egipcios.

Con la era de los descubrimientos, las potencias europeas perfeccionaron el arte del saqueo imperial a escala global. España y Portugal inauguraron lo que podría considerarse el primer «imperio global» de la historia: «por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes del mundo» (eumed.net).

El flujo de metales preciosos desde América hacia Europa financió las guerras y el desarrollo económico europeo durante siglos, a costa del exterminio y la explotación de poblaciones indígenas.

El Imperio británico llevaría este modelo a su máxima expresión, estableciendo una red global de colonias y territorios controlados que proveían de recursos naturales y mercados cautivos a la metrópoli. El comercio de esclavos, la extracción de recursos en condiciones de cuasi-esclavitud y la destrucción de industrias locales competitivas fueron algunas de las estrategias empleadas para consolidar su hegemonía económica.

ESTADOS UNIDOS, LA SUPERPOTENCIA DEPREDADORA

Estados Unidos emergió como potencia global practicando una versión modernizada del juego imperial tradicional. Bajo la Doctrina Monroe y su corolario Roosevelt, se autoproclamó potencia hegemónica en América Latina y el Caribe, interviniendo militarmente en múltiples ocasiones para proteger sus intereses económicos. La diplomacia de las cañoneras y las intervenciones directas aseguraban el acceso a mercados, recursos y rutas comerciales estratégicas.

Tras la Segunda Guerra Mundial, con las potencias europeas debilitadas, Estados Unidos ascendió a la condición de superpotencia global, rol que se consolidaría tras el colapso de la Unión Soviética.

Como se señala en uno de los documentos, «después de que se desintegrase la Unión Soviética a principios de 1990, Estados Unidos quedó como la única superpotencia restante de la Guerra Fría». Esta posición hegemónica le permitió moldear las instituciones internacionales a su medida y establecer un sistema económico global que privilegiara sus intereses.

La economía estadounidense se ha vuelto profundamente dependiente de lo que el presidente Eisenhower denominó el «complejo militar-industrial». Con un presupuesto militar que supera al de los siguientes diez países combinados, Estados Unidos ha convertido la guerra en un negocio extraordinariamente lucrativo para sus corporaciones de defensa.

Como se documenta en uno de los artículos revisados, la administración Biden ha solicitado al Congreso «842 mil millones de dólares para el Pentágono en el año presupuestario 2024», lo que representa «la solicitud más grande desde el pico de las guerras de Irak y Afganistán» (france24.com).

Este apetito insaciable por el gasto militar requiere enemigos externos y conflictos perpetuos, creando un círculo vicioso de intervencionismo que justifique tales desembolsos. Los resultados son visibles en las sucesivas guerras e intervenciones que han marcado las últimas décadas, desde Vietnam hasta Afganistán, pasando por Irak, Libia y Siria.

EL SAQUEO CONTEMPORÁNEO

La invasión de Panamá en 1989 constituye un ejemplo paradigmático de cómo Estados Unidos utiliza pretextos para justificar intervenciones militares que persiguen objetivos geoeconómicos estratégicos. Como se documenta extensamente en varios de los materiales consultados, la llamada «Operación Causa Justa» fue oficialmente justificada como una medida necesaria para detener el narcotráfico y defender la democracia.

El general Manuel Antonio Noriega, quien había sido durante años un aliado útil para Washington y colaborador de la CIA, fue convertido de pronto en enemigo público número uno. Como se describe en los documentos, Noriega «había sido aliado clave de Estados Unidos durante el final de la Guerra Fría, trabajando como agente de la CIA, al tiempo que tejía vínculos con el narcotráfico» (elnacional.com). Cuando dejó de ser funcional a los intereses estadounidenses, fue acusado de narcotráfico y derrocado mediante una invasión militar que causó entre 500 y 4 mil víctimas panameñas, según distintas fuentes.

El verdadero objetivo de la invasión, sin embargo, habría sido asegurar el control estratégico del Canal de Panamá en vísperas de su traspaso completo a soberanía panameña, previsto para el año 2000 según los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Como se señala en uno de los documentos, estos tratados «condicionaba la defensa del canal de manera conjunta, a través de un tratado adicional, dando la posibilidad de intervenir militarmente en Panamá si la operación del canal se viese comprometida».

La invasión aseguró que, aunque panameño en papel, el canal permaneciera bajo control efectivo estadounidense.

Continuará…

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MUNDO

Inteligencia artificial: La arquitectura del nuevo orden mundial

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– Análisis, por Victor Hugo Celaya Celaya

El mapa del poder mundial se ha reorganizado. Hoy, la influencia no se mide únicamente en arsenales o acuerdos comerciales, sino en algoritmos y capacidad de procesamiento.

Nos enfrentamos a un nuevo tablero geopolítico y geoeconómico definido por tres grandes polos de poder: Estados Unidos, con su enfoque en el desarrollo tecnológico, las finanzas y la seguridad; China, que ha apostado por la manufactura avanzada, la innovación y la inversión masiva en infraestructura; y Rusia, que basa su estrategia en el control de energía, minerales estratégicos y su poder militar.

Esta reconfiguración global plantea preguntas cruciales para el resto del mundo. ¿Cómo coexistir con estos bloques? ¿Cómo aprovechar las corrientes de innovación que emanan de ellos sin sacrificar nuestra soberanía? Y, sobre todo, ¿cómo podemos acompasar nuestras políticas públicas y nuestros esfuerzos nacionales para no quedarnos atrás en esta nueva era de equilibrios de poder?

La visión de una «aldea global» que definimos en los años noventa, unida por la apertura del comercio, ha dado paso a una realidad más compleja. La interconexión actual se teje con redes de inteligencia artificial (IA), investigación científica y ecosistemas digitales.

Aunque las tensiones militares persisten, el verdadero campo de batalla se ha trasladado a la biotecnología, la robótica y, de manera central, a la inteligencia artificial. Esta revolución ya impacta nuestra vida diaria, transformando la educación, la salud, el trabajo y la seguridad. Ninguna sociedad puede sustraerse a ella.

LA CARRERA POR EL FUTURO: ESTRATEGIAS EN COMPETICIÓN

Cada una de las grandes potencias ha trazado una ruta clara para liderar esta era tecnológica, obligando al resto de los países a replantear la cooperación y la competencia.

Estados Unidos ha optado por un modelo que prioriza la innovación impulsada por su dinámico sector privado. En 2023, la inversión privada en IA en este país alcanzó los $67.2 mil millones, una cifra superior a la suma de los siguientes 14 países.

El gobierno actúa como un catalizador estratégico, como lo demuestra la Orden Ejecutiva 14110 para el desarrollo seguro y confiable de la IA, o la Ley CHIPS y de Ciencia, que destina más de $52 mil millones a revitalizar la fabricación de semiconductores, el hardware fundamental sobre el que corre toda la inteligencia artificial.

Esta estrategia se materializa en proyectos monumentales como ‘Stargate’, el centro de datos de $100 mil millones de Microsoft y OpenAI, o la Alpha School en Virginia, que ya personaliza el aprendizaje con IA.

China avanza con un enfoque centralizado y dirigido por el Estado, con la meta clara de alcanzar el liderazgo mundial en IA para 2030. A través de iniciativas como «AI+», integra soluciones de IA en sectores clave. El resultado es un ecosistema robusto: se estima que el valor de la industria de IA en China superará los $220 mil millones para 2026.

Este esfuerzo se refleja en su dominio de la propiedad intelectual, acumulando casi la mitad de todas las solicitudes de patentes de IA en el mundo. Gigantes tecnológicos como Baidu, Alibaba y Tencent no son solo empresas, sino instrumentos de la estrategia nacional para establecer estándares globales.

Rusia, por su parte, enfoca su estrategia de IA en la soberanía digital y la seguridad nacional. A través del proyecto nacional “Economía de Datos”, que se extenderá hasta 2030, busca reducir su dependencia de la tecnología extranjera e integrar la IA en sectores gubernamentales clave.

Más que competir en el mercado de consumo global, su prioridad es aplicar la IA para la optimización de sus industrias estratégicas (energía, defensa) y la administración pública. Su marco regulatorio es estricto y busca asegurar un uso responsable de la tecnología, priorizando el control estatal y el desarrollo de talento local a través de iniciativas educativas supervisadas.

La Unión Europea ha decidido jugar un papel distinto, posicionándose como el gran regulador global. Su enfoque no es competir en una carrera de velocidad, sino establecer las reglas del juego. Con su Ley de Inteligencia Artificial (AI Act), aprobada en 2024, introduce el primer marco legal integral para la IA, basado en niveles de riesgo. Este prohíbe aplicaciones consideradas inaceptables (como el «social scoring» estatal) y regula estrictamente los sistemas de alto riesgo.

Este poder normativo se complementa con fuertes inversiones a través de programas como Horizonte Europa y Europa Digital, que movilizan miles de millones de euros para construir una infraestructura de datos soberana bajo iniciativas como GAIA-X y apoyar a un ecosistema de IA «confiable y centrado en el ser humano».

EL DESPERTAR DE AMÉRICA LATINA: PRIMEROS PASOS

Frente a estas estrategias consolidadas, América Latina no es un simple espectador; la región ha comenzado a mover sus propias piezas. Aunque de manera desigual y con retos importantes, están surgiendo iniciativas notables.

En México, la coalición multisectorial IA2030MX ha impulsado una agenda para el desarrollo de una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial. Polos de innovación como Monterrey y Guadalajara concentran talento y startups, mientras que universidades como la UNAM y el Tec de Monterrey lideran la investigación.

Otros países también marcan el paso. Chile fue pionero en la región al lanzar su Política Nacional de Inteligencia Artificial en 2021, centrada en el desarrollo de talento, la ética y la adopción de IA en la industria. Brasil cuenta con una robusta red de centros de investigación en IA y debate activamente un marco legal propio. Por su parte, Colombia ha establecido un marco ético para la IA en el sector público y promueve proyectos de datos abiertos para fomentar la innovación. Estos esfuerzos, aunque incipientes, demuestran una conciencia creciente sobre la urgencia de participar activamente en esta revolución.

DE ESPECTADORES A PROTAGONISTAS

Ante este escenario, la pregunta para nuestros países es ineludible: ¿nos conformaremos con estos primeros pasos o aceleraremos el ritmo para jugar un rol protagónico? Si queremos dejar de ser simples compradores de tecnología para convertirnos en creadores, necesitamos una hoja de ruta clara y acciones inmediatas.

La interconexión de hoy, definida por algoritmos, nos obliga a innovar. Para ello, es fundamental avanzar en tres áreas estratégicas:

  1. Formar talento e invertir en educación digital. Esto debe empezar desde la educación primaria y extenderse hasta los posgrados.
  2. Crear alianzas estratégicas entre universidades, gobierno y empresas. Los esfuerzos aislados son insuficientes.
  3. Diseñar políticas públicas con visión de futuro. Debemos impulsar el uso integral de la IA y desarrollar un marco ético sólido que garantice la equidad y la protección de datos.

Esto implica fomentar centros de inteligencia artificial que apoyen a startups y consoliden proyectos de investigación propios, aprendiendo de las experiencias globales. La tecnología no debe ser vista como algo «importado» o lejano, sino como un campo fértil donde podemos liderar.

Nos encontramos en un punto de inflexión histórico. La inteligencia artificial está redefiniendo las reglas del desarrollo económico y social a una velocidad sin precedentes. No podemos permitirnos el lujo de la duda o la postergación. La tarea es clara: debemos alinear nuestros recursos, talentos y voluntades para integrarnos de manera soberana y estratégica a esta nueva era. Lo que hagamos, o dejemos de hacer, durante esta década determinará las oportunidades de las próximas generaciones.

 

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