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NACIONALES

Detrás de la revocación

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Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //

¿Porqué un gobernante que llegó al poder con 30 millones de votos y mantiene aceptación mayor al 50% se empeña en promover una acción de revocación de mandato que nadie, salvo una legión menor de exaltados, propone o quiere? Es un caso único en el mundo, en el que el propio gobernante, a mitad de su mandato, no solo propone, insiste, en que se realice la revocación de mandato establecida en el artículo 35 de la Constitución mexicana.

Bien dicen los que aseguran que Kafka sería catalogado como conservador en este país. Lógicamente inexplicable, la intención es políticamente comprensible pero refutable, más propagandísticamente insuperable. Independientemente de que la instrucción gubernamental no se haya cumplido en el poder legislativo, al no haberse aprobado el periodo extraordinario donde se presentaría la ley reglamentaria correspondiente, y de que sea imposible reunir los requisitos que la disposición constitucional impone para que se lleve a cabo, por una oposición dispersa y no dispuesta a seguirle la corriente al presidente; reunir las firmas del 3% del listado nominal y que este corresponda a su vez al 3% de la lista de cuando menos 17 estados es algo que la estructura gubernamental no puede hacer más que violando la ley, que le impide promover esta revocación.

Esto no impedirá que el titular del ejecutivo lance cuanta invectiva le dicte su intelecto en contra del INE y los tribunales electorales y cuanto adversario imagine y por tanto, la imagen de un cruzado democrático cabalgando entre obstáculos será ampliamente difundida para lograr su anhelado pase a las páginas históricas como el gran transformador.

Pudiera entenderse que el afán transformador que guía los actos del presidente, sin embargo, a estas alturas ya debiera haberse dado cuenta que no es con estos ejercicios de autoritarismo con los que ha impuesto consultas irregulares y llevado a cabo la primera oficial, sumamente desairada e intrascendente, como va a transformarse la vida política nacional. El presidente equivoca la dirección de la mira con la que pretende modificar la democracia mexicana, no es atacando a las instituciones, a los árbitros y jueces de las contiendas electorales, ni promoviendo ejercicios insulsos como puede darse paso a la democracia participativa.

Es un hecho que los partidos ya no representan a los ciudadanos y que estos a su vez exigen una mayor participación en las decisiones, pero lo peor que nos puede suceder es que transitemos a una democracia plebiscitaria que solo puede conducir a la paralización o ralentización del desarrollo, a la nulificación de las capacidades ejecutivas del gobierno y en última instancia a la anarquía.

Lo que debe sacudirse es el régimen de partidos. Actualmente se han vuelto membretes al servicio de camarillas de notables, más preocupados por cuidar sus intereses e integridad personal que por representar a la militancia que dicen tener. Han dejado de ser escenario del debate ciudadano para la obtención de propuestas y enriquecimiento de sus plataformas ideológicas, para convertirse en franquicias de siglas a la venta para el usufructo de oportunistas, corruptos y corruptores del ambiente político nacional.

Si el presidente quiere en verdad influir en el enriquecimiento de la vida democrática mexicana, no son las instituciones encargadas de los procesos los que deben transformarse, sino los partidos políticos. El régimen de subsidios y prerrogativas y la vigilancia para evitar que sean, como hoy, estructuras burocráticas para legitimar decisiones de sus cúpulas. Hacer de ellos verdaderas instancias de participación.

Dan pena los membretes partidistas, antes ideológicamente irreconciliables y hoy unidos por la disputa del poder. El papel de los partidos debe cambiar para que su representatividad sea real. Contrasta que en materia laboral, la democracia avance forzando a los sindicatos a ser más representativos de las bases obreras, y no se esté haciendo lo mismo con los partidos políticos. La política clientelar con base en los apoyos gubernamentales que sigue su partido, es antidemocrática y corrompe la voluntad ciudadana, al igual que en otros partidos es censurable el oportunismo y el alejamiento de las bases doctrinarias y principios por conveniencia electoral.

El presidente equivoca el camino, el cambio no debe ser hacia una democracia plebiscitaria, sino al perfeccionamiento de la representativa, pero para ello es necesario empezar por los partidos, incluido el suyo. El tráfico y comercio que se hace actualmente con las posiciones no le es desconocido, como tampoco la manera ilegal y corrupta con la que se mantienen liderazgos y se financian carreras políticas.

Transformar a los partidos, devolverle la dignidad a la política, desterrar la corrupción y la protección de intereses desde las cúpulas partidistas, hacer un trabajo ético y junto a la ciudadanía, esa será la verdadera transformación, no la instauración por capricho de prácticas o modelos de participación ciudadana que nunca han demostrado ser efectivos para la transformación o el desarrollo de un país. No es normalizando lo que debiera ser extraordinario y de excepción, como se habrá de dignificar la vida política nacional, sin embargo, la discusión provocada evita el debate sobre la realmente importante problemática nacional, cada vez más agravada y apremiante, requerida de verdaderas acciones de gobierno alejadas de la agenda electoral.

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CARTÓN POLÍTICO

Edición 805: Entrevista a Mirza Flores: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»

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Edición 805: Entrevista a Mirza Flores: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»
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NACIONALES

El PRI no acudirá al Senado a la toma de protesta de la nueva SCJN

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– Por Mario Ávila

Alejandro Moreno Cárdenas, presidente nacional del PRI cambia de actitud y en lugar de cumplir su amenaza de manifestarse en la ceremonia del Senado donde rendirán protesta los nuevos integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), anuncia oficialmente que los 13 senadores de su partido no acudirán.

El argumento, con el que justificó por adelantado la inasistencia de los senadores del PRI, fue «por congruencia política», ya que ellos consideran que el nuevo Poder Judicial es el nuevo aparato al servicio del régimen.

Tras la agresión perpetrada por Alejandro Moreno en contra del presidente de la Comisión Permanente, Gerardo Fernández Noroña, la nueva presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo, pidió a las autoridades garantizar el resguardo de la sede del Senado de la República.

En respuesta, desde este fin de semana, el Senado ha estado custodiado por elementos de la Guardia Nacional, lo que ocasionó que «Alito» Moreno reconsiderara su actitud y decidiera que sus senadores no acudan al trascendental acontecimiento y se limitó a calificar al gobierno de la 4T como «fachos y autoritarios».

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ENTREVISTAS

La disputa del agua entre Jalisco y Guanajuato: Debe ser un reparto justo, no uno político, Arturo Gleason

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– Por Mario Ávila

Ante la polémica surgida por la construcción del acueducto de la Presa Solís a la ciudad de León, Guanajuato, que podría reducir sustancialmente el escurrimiento de agua del río Lerma al lago de Chapala, José Arturo Gleason Espíndola, maestro en Gestión Pública y doctor en Urbanismo, plantea la necesidad de medir en tiempo real y con precisión la disponibilidad de agua, la que escurre, la que se extrae y la que llega, para que con bases científicas se pueda hacer un reparto justo del vital líquido. 

Hoy con un reparto basado únicamente en las mediciones que se realizaron en el siglo pasado, solo se tratará el tema como un reparto con tintes políticos, en donde la única determinación que existe es de quien ostenta actualmente el poder y se dejan de lado el tema científico y los datos exactos de la disponibilidad de agua, para repartir el agua con justicia a cada entidad. 

El proyecto de la construcción del acueducto para llevar agua de la Presa Solís a la ciudad de León, Guanajuato y otras comunidades menores de la región, quedó inscrito en el Plan Hidrológico del Gobierno de la República, una vez que se canceló la posibilidad de dar a León, agua de la persa El Zapotillo, abastecida por el cauce del Río Verde y cuya agua quedó finalmente destinada solamente para las ciudades de Los Altos de Jalisco y para la Zona Metropolitana de Guadalajara. 

Entrevistado al respecto, el doctor Arturo Gleason planteó: “Creo que la preocupación de parte del Estado de Jalisco estriba en que efectivamente el Río Lerma abastece parcialmente a Chapala, esto es en época de secas las presas en Guanajuato, no solo Solís sino otras, hasta no llenarse derraman el agua. A menos de que abran las compuertas dejan pasar el agua hasta Chapala, que de entrada no está recibiendo un flujo constante de este río, que por cierto está muy contaminado”. 

Explicó que el Río Lerma nace en Almoloya, en el Estado de México y transita por cuatro entidades más antes de llegar a Chapala. En el trayecto, obviamente, esa agua se va quedando en el camino y solo cuando llueve se llenan las presas y dejan pasar el agua que les sobra y es la que llega a Chapala, “pero es muy poca”, aclaró. 

Dijo además que la preocupación estriba en que se le va a sacar un flujo mayor, aparte del que se le saca para los distritos de riego que se encuentran en la zona de Guanajuato, ahora para consumo urbano, es decir, a través de un acueducto se iría a la ciudad de León y algunas otras comunidades. 

Es una preocupación de Jalisco -abundó-, porque es un menor volumen de agua que llegará a Chapala, pero, por otro lado, también ese volumen de agua no es tanto, porque según lo dicho por el maestro Eduardo Juárez, del Instituto de Limnología, Chapala se abastece en gran parte por la lluvia que cae en la cuenca y los escurrimientos posteriores. 

«Por supuesto debe preocupar –expuso-, pero no debe quedarse nada más en que si le sacan más o le sacan menos, creo que la preocupación puntual por parte de la federación y los estados que están involucrados, es que la cuenca del Lerma primeramente tenga un manejo integral, que sea limpio, que se puedan medir los flujos de agua; no existen sistemas de medición».

«Por eso la preocupación es por encima, pero no hay una preocupación genuina de poder medir las extracciones, las medidas en tiempo real; se me hace que es una discusión que merece mayor rigor científico, en primer lugar para saber cuánta agua tiene el Lerma, identificar todas las extracciones y medirlas en tiempo real, para entonces clarificar todavía con mayor precisión, que sí se le va a sacar esa agua, pero sin comprometer al lago de Chapala», dijo. 

De ahí que el maestro Arturo Gleason planteara la necesidad de que la indignación del gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, debería tener mayor fundamento si la hace con precisiones, con mediciones precisas que debieran hacer el Gobierno Federal y los estados. 

Y, por otro lado, denunció que el gobierno estatal debe hacer una reflexión también y un compromiso, en cuanto a no contaminar tanto el agua: «Porque en esa parte tampoco hay mucha indignación que digamos por parte de nuestro estado, ya que están autorizando un sinfín de fraccionamientos alrededor del lago en la parte que corresponde a Jalisco y están entrando aguas negras y agua pluvial con aguas negras, en tiempo de lluvia. Luego, está también ese tema de pretender construir otro acueducto hacia Guadalajara, y aunque dicen que no van a sacarle más agua, evidentemente sí lo van a hacer; entonces, a mi punto de vista debería ser una preocupación de Jalisco, pero con mayor fundamento”

Vale la pena recordar que Guanajuato fue despojado recientemente del agua que le correspondía del Río Verde, según los acuerdos pactados por los gobernadores de Jalisco y Guanajuato con el gobierno Federal, una vez que se canceló el proyecto de la construcción del acueducto de la presa El Zapotillo a la ciudad de León y el líquido de ese embalse quedó solo para el consumo de las ciudades de Los Altos y la Zona Metropolitana de Guadalajara. 

Sobre este tema en particular, el doctor Gleason Espíndola expuso que Guanajuato podría estar en su derecho de tomar el agua que no recibió del Río Verde, ahora del Río Lerma, pero dejó en claro que ese discurso se quedaría en un nivel basado en las apreciaciones, “pero sí fuera basado en las mediciones puntuales, creo que debiera precisarse mejor este análisis, que así de simple, solo es muy superficial”. 

Obviamente –dijo-, lo que Jalisco quiere es tener más agua, sí, pero cuánta, cuánta se extrae, no se sabe con precisión; ahora, muchas veces, dicho esto por la comisión de cuenca del Lerma-Chapala-Santiago, algunos especialistas como la doctora Raquel Gutiérrez Nájera advierten que a veces no llega nada de agua de Lerma y esto no es nada nuevo, que no le llegue agua a Chapala, porque Guanajuato y Michoacán se quedan con el agua, tanto en las partes altas sobre todo en tiempos de secas, porque la agarran para regar y cuando ya hay agua, es cuando se derrama para el lago de Chapala. 

Yo creo -insistió-, que la discusión debe ser más precisa, más científica, sobre datos mucho más rigurosos, para entonces decir que sí se compromete al lago o si alcanza para darle a León, a lo mejor con ese criterio la Federación dice no, ya te di a ti el agua del Zapotillo y ahora debo dale chanza Guanajuato, creo que ahí se queda la discusión y desde mi punto de vista, debería de ser más profunda, más precisa, antes de manifestarnos así con indignación. 

Explicó que para ello, será necesario actualizar los acuerdos de distribución del agua entre los estados y la federación, en ambos ríos, del Lerma y del Verde: «Pero desde la controversia de la altura de la cortina de El Zapotillo se está debatiendo sin cifras, sin mediciones puntuales. Los cálculos, las apreciaciones de escritorio tienen su valor, pero para una toma de decisiones, para una discusión política seria y para finalmente hacer una repartición sin incurrir en inequidad, debe haber una repartición justa con base a las mediciones».

«Y yo aquí no lo veo, en la agenda no está en la discusión de ver si es necesario montar algunos sistemas de monitoreo para saber con precisión cuánta agua está escurriendo realmente al río Lerma, cuánto es realmente lo que está llegando a Chapala, cuánta es la extracción para la presa Solís y cuáles son los escenarios que podrían llegar a pasar», agregó. 

“Eso no existe, es una discusión meramente política, que, desde el punto de vista personal, creo que le falta mayor sustento científico para que haya una repartición justa”, sentenció el doctor José Arturo Gleason Espíndola.

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