NACIONALES
Dos personajes en el poder: Andy y García Harfuch
Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
Dos personajes jóvenes, vigorosos, con mucha energía tenemos en el escenario político nacional, cuyas vidas se cruzan y concentran la atención nacional por los espacios de poder que ambos encabezan, como son el secretario de seguridad del gobierno federal, Omar García Harfuch y el secretario de organización de Morena, Andy López Beltrán.
Omar García Harfuch, quien cumple 42 años este martes 25 de febrero (seguramente le sobrarán regalos y felicitaciones), es de los secretarios de mayor confianza de la presidenta Claudia Sheinbaum y hoy por hoy tiene en sus manos la tarea más importante de este gobierno, que es el rescate del Estado mexicano que en los últimos sexenios se ha venido desdibujando ante el avance y poder logrado por el crimen organizado.
Por su parte, Andrés Manuel López Beltrán, quien el 21 de agosto cumplirá 39 años (nació en Macuspana, Tabasco, el 21 de agosto de 1986), el heredero político del ex presidente AMLO, mueve los hilos del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), en su condición de secretario de organización, desde donde controla el poder que significa este partido en el engranaje de la llamada 4T, fundada por su padre.
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Cuando el presidente López Obrador ungió a la doctora Claudia Sheinbaum, su candidata y heredera para la candidatura presidencial de Morena, en un evento simbólico le hizo entrega del bastón de mando, diciéndole que a ella ahora le tocaba tomar las grandes decisiones en el país y en Morena, que él ya se retiraba…
Claudia Sheinbaum con cierta ingenuidad le tomó a su guía y hacedor, y la primera decisión que pretendió tomar fue que Omar García Harfuch se registrara en Morena para contender por la candidatura a la jefatura de la Ciudad de México.
Fue entonces cuando el tabasqueño le mostró a Sheinbaum Pardo que le había entregado el bastón, más no el mando, y azuzó a los grupos radicales de Morena para frustrar la candidatura de García Harfuch.
La interpretación que se le dio a los ataques que se lanzaron contra el candidato de Claudia Sheinbaum es que, si lo dejaban correr, no solo ganaría la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, sino que estaría adelante en la carrera presidencial del 2030 y eso no se le podría permitir ya que el proyecto es Andy López Beltrán.
El tiempo pasó y ya la doctora Sheinbaum Pardo de presidenta y con más poder le encomendó a García Harfuch la Secretaría de Seguridad Ciudadana, además de impulsar las reformas a las leyes para que fuera el coordinador nacional de seguridad e inteligencia de México y hoy el reconocido policía, está en el epicentro del poder, por un lado tiene enfrente la máxima responsabilidad que es enfrentar a la criminalidad e ir quitándole el poder que le han cedido los gobiernos irresponsables y cómplices con falsas estrategias como “Abrazos no balazos”, que lo único que han logrado es que la criminalidad se empodere y avance más, controlando cada vez más territorios.
Además, García Harfuch se ha convertido en el puente en las relaciones con los gringos y el gobierno de Trump que trabajarán en forma coordinada para enfrentar y desarticular a las organizaciones criminales.
A su vez, Andy López Beltrán se ha empoderado con el control de las estructuras de Morena, desdoblando acciones y programas como crear un padrón de 10 millones de militantes de Morena, lo que le permite recorrer el país, haciendo acuerdos con grupos políticos, con un pragmatismo que muestra que el fin justifica los medios, como es la alianza con los Yunes en Veracruz, con el exceso de afiliar a Miguel Ángel Yunes contra la voluntad de la gobernadora de Veracruz Rocío Nahle y la mayoría de militantes de Morena.
Lo mismo hizo Andy con el cuestionado gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, repudiado por los sinaloenses y señalado de estar aliado con los grupos de narcotraficantes desde antes de ser el titular del Poder Ejecutivo de aquella entidad.
Esa es fortaleza sobre la que descansa Andy López Beltrán con la pretensión de ser el sucesor de Claudia Sheinbaum en el 2030.
En paralelo, vemos a dos figuras que están en la carrera presidencial del 2030. Como señalé en líneas anteriores, le sobran muchas hojas al calendario para el 2030 y muchas cosas pueden pasar en estos años que vienen, pero allí están estas dos figuras, moviéndose desde sus pistas.
Si García Harfuch logra pacificar Sinaloa y le quita espacios de poder a la criminalidad con el resurgimiento de un Estado fuerte y su buena relación con los vecinos del norte, él puede ser una carta con la que juegue la presidenta Sheinbaum.

