NACIONALES
El debate de regular a redes sociales: El Estado contra los grandes corporativos; los dueños de las grandes redes imponen hoy la censura

Por Mario Ávila //
¡Oh, Libertad!, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!
La frase trascendente de Madame Roland que ha sobrevivido cientos de años, sería la mejor manera de expresar lo que se percibe al inicio del sinuoso camino que se ha iniciado en México, para llegar a la regulación de las redes sociales.
El senador coordinador de la fracción parlamentaria mayoritaria (Morena), Ricardo Monreal Ávila, ha lanzado desde su página web una invitación a la ciudadanía para participar en un foro abierto, de cara al inicio de un proceso legislativo para la regulación de las redes sociales en México.
Mediante un documento de 33 páginas, presentado en formato de iniciativa, destacan capítulos especiales en donde se habla en la propuesta original de la libertad de expresión, la democracia, la protección, las restricciones, la protección, los casos relevantes y la regulación internacional, en donde se concluye que la iniciativa no contraviene lo pactado por el Estado Mexicano en el T-MEC.
Sin embargo, en entrevistas, en colaboraciones, en artículos de opinión, el propio Monreal Ávila habla de la necesidad de ejecutar esta regulación, pero se enreda entre el garantizar la libertad de expresión y prevenir afectaciones, entre garantizar la libertad o imponer sanciones, entre garantizar la libertad o controlar los contenidos, entre garantizar la libertad o conceder autorizaciones a empresas privadas para operar, entre garantizar la libertad o censurar contenidos.
Lo cierto es que la polémica se centra entre el uso y el abuso, entre la libertad y el libertinaje. Lo que hoy ofrece el senador Ricardo Monreal es garantizarnos el ejercicio de la libre expresión de las ideas, pero con limitaciones, con censura y hasta con multas, sanciones y penalidad, vamos, no quiere que sean las empresas como las que castigaron a Donald Trump congelándole su cuenta en Twitter, las que impongan las medidas coercitivas, quiere que lo haga el Estado o quien el Estado diga.
Por ello, es justamente que se debe recordar la frase de Madame Roland, quien fue junto con su marido Jean-Marie Roland de la Platière, una señalada partidaria de la Revolución francesa y un influyente miembro del grupo girondino. Murió en la guillotina durante el Terror. En el año 1781 casó con Jean Marie Roland, con quien compartía la misma inteligencia y el mismo carácter, a pesar de que él era más de 20 años mayor que ella. Junto a él y a través de él, Roland ejercería una poderosa influencia en el devenir de Francia.
El 8 de noviembre de 1793 fue conducida a la guillotina. Antes de colocar su cabeza en el cepo, se inclinó ante la estatua de arcilla de la Libertad, situada en la Plaza de la Revolución (actual Plaza de la Concordia) y pronunció la famosa cita por la que es recordada: ¡Oh, Libertad!, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre! Dos días después de su ejecución, su marido se suicidó en su refugio situado en las afueras de Lyon.
Y sobre el calificativo de sinuoso, utilizado para la cabeza de esta pieza periodística, debemos de aclarar que se refiere a la segunda acepción de la regla estipulada en la Real Academia Española de la Lengua: 1.- Que tiene recodos, curvas y ondulaciones irregulares y en distintos sentidos; 2.- Que es poco claro y pretende ocultar la verdadera intención o propósito de sus acciones, objetivos o manifestaciones.
LA ALFABETIZACIÓN DIGITAL
Seguro de que seguirá habiendo abusos en la libertad de expresión en las redes sociales, se manifiesta Rubén Alonso González, presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información, (Amedi), Capítulo Jalisco, quien se explica así: “Sí, es prácticamente imposible que no los haya. Lo único que nos puede ayudar, es aprender a convivir con ellas con una alfabetización digital. Así como logramos nosotros reducir socialmente en la historia en la humanidad la desinformación, las fantasías, los mitos, las leyendas, en materia de salud, de economía, de religión… cuando la gente empezó a leer y a escribir”.
“Aunque existía la imprenta, no todos sabían leer y escribir y en la medida que aumentó la alfabetización y la educación, la gente tuvo una herramienta para poder evaluar, contrastar, verificar y no dejarse engañar. Lo mismo pasó en la televisión, si lo veían ahí o lo decía Jacobo, era como palabra divina incuestionable, pero cuando empezaron a aparecer otras ofertas de información diferentes a las de una sola televisora, la gente desarrolló habilidades de alfabetización televisiva.
“En el caso de la alfabetización digital no solamente se trata de desarrollar competencias y habilidades para el uso del teléfono celular, de descargar y usar aplicaciones, de saber usar la computadora; no, se trata de saber manejar, procesar tanta información que solo se da en una nueva vertiente; las nuevas generaciones deben ser educadas en lo básico, pero la misma UNESCO habla de la necesidad de aprender y usar competencias y habilidades en el uso de tecnologías para generar conocimiento, pero estamos muy lentos, vamos muy retrasados porque ni tecnología hay para todos, menos el uso de las herramientas”, planteó el periodista y académico, José Rubén Alonso González.
Comentó que el Senador Ricardo Monreal tiene formulada su presentación sobre la regulación de las redes sociales en su página “pero se trata de una propuesta con una visión limitada de lo que es ahora el internet, como un espacio a través del cual se ha desarrollado todo lo que es la comunicación a través de plataformas digitales o mediante la digitalización; reduce redes sociales y al internet, cuando el internet es digamos, la autopista por la que circulan plataformas y servicios de internet, incluso aunque no lo plantea así, en el discurso solo están las plataformas de comunicación más populares, pero que no son las únicas, hay más de 200 redes de comunicación como facebook y twitter”, planteó.
La iniciativa -dijo-, tiene una visión más bien desde el campo económico, como prestadores de servicios de internet, a través de plataformas digitales están haciendo un gran negocio con sus usuarios y el negocio son los datos que tú proporcionas, tu actividad misma, que ellos comercializan con estrategias determinadas con otras empresas que les compran los datos de los usuarios de las plataformas.
Y pone un mínimo -abundó-, tratando de equiparar, hablando de la iniciativa de otro legislador en la Cámara de Diputados, que habla de regularla bajo el esquema de (como existe en las telecomunicaciones y la radiodifusión) los preponderantes del servicio, es decir ir en contra de los que monopolizan los servicios, que fue lo que surgió con la Ley Federal de Telecomunicaciones para ir en contra de Televisa en materia de radiodifusión y en contra de las empresas como Telmex y Telcel, calificándolos como preponderantes, para evitar que un solo prestador de servicios tuviera el control de las redes de comunicación.
Para el presidente de AMEDI, Rubén Alonso, “ese mismo esquema es el que ahora quieren aplicar a lo que son los servicios de internet y los prestadores de plataformas digitales, equiparándolos como prestadores de servicios preponderantes, es decir aquellos que monopolizan el servicio y que ahorita son Tuitter y Facebook con Instagran y Whatsaap que son de la misma empresa. Solo que esto no aplicaría, porque se convertiría en un problema mayor y terminaría afectando a los que quisieran entrar a prestar servicios, les pondrían un tope en donde la dinámica de prestador de servicios no sería igual que en el servicio de telecomunicaciones y radiodifusión.
“La otra parte de quererlos equiparar a los preponderantes en el servicio, es un asunto primero que hay que verlo a nivel global, porque incluso internet se desarrolló por capitales privados, ni siquiera fue el estado. Viendo un poquito en la historia en la regulación de estos espacios de comunicación, hay que recordar la radio en México, que prácticamente nació a la par de la inversión del Estado, incluso la televisión y eso permitió que el Estado se metiera en regular el espacio radioeléctrico, aunque claro está, después se metió con mayor fuerza la inversión privada entonces toda la tecnología y las inversiones son privadas, pero ya estaba la base de la regulación como propiedad del estado, el espacio radioeléctrico.
“En el caso de internet, no. Incluso a nivel global, surgiendo internet en Estados Unidos, aunque surge como una iniciativa o un proyecto militar el desarrollo popular fue a través de universidades y de particulares, entonces todo el desarrollo en el Occidente del internet fue inversión privada, en donde los Estados terminaron siendo simplemente un usuario más del servicio y en su mayoría todos los estados del mundo occidental dependen de los servicios de inversión y de desarrollo tecnológico que han hecho empresas privadas”, planteó Alonso González.
EL MODELO CHINO
El único caso que hay a nivel global de inversión del Estado en alianza con particulares, es China y para el catedrático Rubén Alonso González es el más preocupante. “Por eso el internet de China es regulado prácticamente por el Estado, porque nació bajo un sistema de gobierno estatista, nació en el estado, por eso allá es muy fácil y se da naturalmente por tantos años de un régimen así, de Estado, en que ellos pueden tener su propia red de internet, sus propios servicios, sus propios espacios de comunicación entre la población y con ello pueden tener el control. Aquí sería casi imposible, si el Estado quisiera hacer algo similar a China, no tendría los recursos y la iniciativa privada le lleva 20 o 30 años en desarrollo e inversión”.
Alonso González, a la vez jefe del Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades, así como miembro del Consejo Editorial de la revista Querens, en la Universidad del Valle de Atemajac (Univa), expuso: “Según lo dicho por el presidente López Obrador, de que él pedirá, propondrá a las instituciones académicas y de investigación como Conacyt, a que desarrollen una propia red mexicana sociodigital, una especie de un Facebook mexicano, evidencia que la preocupación y el interés del presidente es que no le pase a los grupos en el poder (a los que gobiernan ahorita), lo que le pasó a Donald Trump, es decir tener un control de la información y la comunicación que se da en la comunidad, lo que derivaría en un mecanismo de control y de censura, ahora sí, copiando el modelo del Estado chino”.
“En el fondo sí es eso, ponerle los candados necesarios para que los privados no se conviertan en un poder por encima de los intereses o grupos de poder en México. Sí tiene un efecto de censura. Ahora, tiene en parte razón que quienes hoy imponen la censura son los que tienen el poder económico en las telecomunicaciones, como lo son las redes más populares, Facebook o Twitter, que en cualquier momento pueden limitar, administrar, gestionar, moderar contenidos y decidir qué comunicación se tiene o no”, dijo.
A cerca del lema “prohibido prohibir” que de manera recurrente utiliza López Obrador, Rubén Alonso sencillamente expuso: “No aplica. Sobre todo en temas de libertad en todos los aspectos, libertad de tránsito, libertad de reunión, libertad de asociación, libertad de credo y libertad de expresión, el estado debe de ser lo menos partícipe y debe de ser lo más pasivo posible, porque históricamente cuando el estado, el gobierno de cualquier tipo de régimen, de color o inclinación, interviene en el ejercicio de las libertades se han cometido atrocidades, siempre.
“De ahí que el principio de ‘prohibido prohibir’ es una contradicción en contra el propio estado, porque el estado lo único que puede hacer es prohibir aquello que atente contra la dignidad y los derechos fundamentales de las personas, es lo único que puede prohibir. Las prohibiciones, más que prohibiciones tienen que ser límites, un hasta aquí, que en estos casos son los derechos de terceros, mi libertad termina en donde termina tu libertad, no es una prohibición, es un límite. Por ejemplo, el libre tránsito, la normatividad de tránsito regula el ejercicio el ejercicio de la libertar de tránsito de todos y por eso hay límites a la velocidad, hay vueltas prohibidas a la izquierda, hay semáforos que nos prohíben el paso en ciertos momentos para que puedan pasar los otros y ejerzan su libertad de tránsito”.
“Se escucha muy bonito, pero no deja de ser una demagogia y el prohibido prohibir que se hizo famoso en los sesentas en las calles de París estaba en otro contexto, en las exigencias de una juventud que buscaba romper las fronteras que la sociedad había impuesto. Aquí ya tenemos los límites mínimos como los marcados en el sexto de la constitución que dice: ‘La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito, o perturbe el orden público…”.
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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