NACIONALES
El futuro de Va por México

Opinión, por Iván Arrazola //
Las dirigencias del PAN y del PRI anunciaron que llegaron a un acuerdo para contender de manera conjunta de cara a los comicios locales de 2023 y la elección federal del 2024. El principal acuerdo es que el PRI propondrá a los candidatos a gobernador en el Estado de México y Coahuila, mientras que el PAN elegirá a los candidatos a la presidencia de la República y de la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
El anuncio llega en medio de la incertidumbre generada por el PRI que decidió apoyar la reforma para prolongar la presencia de la Guardia Nacional en las calles hasta el 2028 y que puso en duda la continuidad de la alianza, aunque la confianza entre las fuerzas políticas se recuperó posteriormente cuando votaron en contra de la reforma electoral propuesta por el gobierno.
En este escenario en el que las diferentes fuerzas políticas se perfilan y afinan estrategias de cara a las elecciones de 2024 llega el anuncio. Una noticia que sin embargo no genera altas expectativas entre la ciudadanía. Si bien las posibilidades de ganar en Coahuila y ser medianamente competitivos en el Estado de México son posibles, una realidad es que la alianza opositora parece generar más dudas que certezas.
La principal duda que genera la alianza es sobre su propuesta de candidato o candidata a la presidencia de la República, aunque se han deslizado diferentes nombres, ninguno de ellos es competitivo frente a perfiles como el de Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard. Nombres como el de Enrique de la Madrid, Beatriz Paredes, Claudia Ruiz Massieu o Santiago Creel no parecen generar expectativas en el electorado que ven en estos candidatos propuestas poco novedosas de los partidos tradicionales.
Una alternativa que se ha planteado es que la candidatura recaiga en un perfil ciudadano para que la alianza sea competitiva, pero fuera del empresario Claudio X. González o de periodistas críticos al régimen, no parece haber perfiles atractivos o competitivos para ir a una elección desde el ámbito ciudadano.
Otra de las dudas que se han planteado es que la alianza no ha sido capaz de convencer al partido Movimiento Ciudadano de sumarse a su movimiento. En el partido Movimiento Ciudadano se encuentran perfiles más atractivos, perfiles jóvenes como Luis Donaldo Colosio Riojas, Samuel García o Enrique Alfaro, que en este momento podrían ser más competitivos en una elección presidencial que cualquiera de los candidatos emanados de Va por México. Sin embargo, Movimiento Ciudadano ha manifestado no tener interés en sumarse a una alianza ya que no quieren ser encasillados como parte de las fuerzas políticas tradicionales.
Por otra parte, si bien la alianza ha obtenido resultados electorales importantes, como lograr quitarle la mayoría calificada en el Congreso a Morena o arrebatarle la mitad de las alcaldías de la Ciudad de México, una realidad es que la alianza no ha sido competitiva en la mayor parte de los estados. Bastiones históricos del priismo fueron ganados con facilidad por Morena, como es el caso de Hidalgo, con lo que suman 21 estados ganados por Morena.
Otro de las dudas que genera la alianza gira en torno a su narrativa. Buena parte del discurso se ha centrado en criticar las acciones y el discurso de López Obrador. Si bien como oposición una de sus funciones es señalar los errores del gobierno, lo cierto es que la alianza no ha logrado articular un discurso creíble que pueda hacer frente a la narrativa de López Obrador. Que hay del tema de los apoyos sociales, del tema de la pobreza, de la corrupción, del despilfarro, que son temas que López Obrador ha puesto sobre la mesa y la oposición no ha sido capaz de ofrecer una respuesta convincente
Posiblemente ante estas circunstancias la alianza tendrá que enfrentar una realidad, las posibilidades de ganar las elecciones presidenciales de 2024 serán mínimas, tomando en cuenta que en año y medio la ciudadanía acudirá a las urnas y la alianza tiene muchos asuntos por resolver. En esas condiciones lo que tendría que pensar la alianza es cómo puede evitar su debacle en los meses previos y posteriores a la contienda, visto el resultado a la distancia lo que tendrían que pensar es cómo articularse si pretende sobrevivir y seguir siendo competitivos en un escenario donde Morena nuevamente gana las elecciones presidenciales.
En ese sentido cabría preguntarse si la estrategia se debe centrar en tratar de ir de la periferia al centro, es decir, tener objetivos más reducidos como ganar la capital del país y no la presidencia de la República o el ser competitivos en las capitales de los estados y no en las gubernaturas.
El que el futuro de la alianza sea poco promisorio es en sí mismo una mala noticia, no solo porque el país quedará atrapado en la polarización de la 4T vs los conservadores, sino porque además los grandes problemas del país y cómo resolverlos serán hechos a un lado para seguir profundizando la narrativa de los buenos contra los malos y no en propuestas reales para resolver los grandes problemas nacionales.
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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