NACIONALES
«El rey del cash» en retrospectiva

Opinión, por Iván Arrazola
Ha iniciado la circulación del libro El rey de cash (Grijalbo, 2022) en el que la escritora Elena Chávez relata lo que hasta el momento ha sido un secreto que el presidente López Obrador no ha querido revelar, la forma en que financió su movimiento político durante los 12 años que transcurrieron entre que dejó la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y ganó la Presidencia de la República.
El libro fue escrito por la expareja del actual subsecretario de Gobernación, César Yáñez, una de las personas más cercanas a López Obrador durante buena parte de su trayectoria política. El libro no ofrece pruebas documentales, solo el testimonio de una persona que vivió de cerca junto a un incondicional del presidente los momentos malos y buenos en su larga carrera política.
Entre los detalles reveladores del libro, la escritora explica el mecanismo de financiamiento del movimiento de López Obrador, las actividades políticas del presidente fueron financiadas con recursos públicos provenientes del gobierno de la Ciudad de México y de funcionarios públicos de izquierda, todos los recursos fueron manejados en efectivo, de ahí el nombre de “cash”.
Evidentemente el presidente ha desacreditado la publicación, lejos de desmentir lo dicho en el libro, ha señalado que “no hay pruebas”, que el libro “es un acto de deshonestidad intelectual” y que nada lo daña porque “yo tengo pues un escudo protector, que es mi honestidad».
Ante lo acontecido con este episodio se podría hacer un ejercicio de retrospectiva y preguntarse: ¿Qué habría pasado si López Obrador no hubiera ganado la elección presidencial de 2018 y la gana alguno de sus contrincantes? ¿Cuál habría sido la reacción del grupo que actualmente está en el poder ante la publicación de un libro en el que se denuncia una red de tráfico con recursos públicos para apoyar a ese contrincante?
¿Qué habría pasado en el Congreso? Seguramente el grupo parlamentario de legisladores de Morena iracundos, tomarían la tribuna y denunciarían al gobierno espurio y el saqueo a la nación, en voz de una de sus lideres, Citlalli Hernández, exigiría juicio político al presidente en turno y la instalación de una comisión especial para investigar el caso.
Por su parte, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, se sumaría a las protestas, instalando un plantón en el Zócalo e iniciando una huelga de hambre hasta que se esclarezcan los hechos y se castigue a los culpables. Mientras Epigmenio Ibarra denunciaría en redes sociales cómo el aparato de Estado utiliza todos los recursos a su alcance para detener el ascenso de López Obrador.
En la FGR, Gerardo Fernández Noroña armaría un zafarrancho por no ser atendido por el fiscal general, se encadenaría a la puerta de la entrada principal en Avenida Insurgentes y sus huestes bloquearían los accesos a las instalaciones por varias semanas, hasta que no se hagan las investigaciones correspondientes y se giren órdenes de aprehensión.
Marcelo Ebrard viajaría a Nueva York para denunciar ante la Secretaría General de la ONU la rampante corrupción que hay en México y exigiría a la ONU un posicionamiento para condenar el caso de corrupción más grande que se haya registrado en México en tiempos recientes. Al reclamo de Ebrard se sumarian la solidaridad de Evo Morales y Nicolás Maduro.
Horacio Duarte, representante de Morena ante el INE, reclamaría a la institución su pasividad ante el caso y exigiría a la Unidad Técnica de Fiscalización del INE que haga su trabajo y castigue a los responsables con la mayor sanción, quitar el registro a los partidos políticos que estuvieron involucrados e inhabilitar a los funcionarios públicos implicados.
El acto final sería la convocatoria a una gran concentración nacional en el centro de la Ciudad de México, en la que el eterno candidato López Obrador llamaría a la formación de un Frente Cívico de Resistencia ante la descomposición del régimen, culparía al INE, a la Suprema Corte de Justicia, a la FGR y al Tribunal Electoral de estar coludidos con la mafia del poder y emplazaría a dichas instituciones a dar una respuesta inmediata antes de iniciar un paro nacional.
Hoy el grupo en el poder actúa sin el menor pudor, lo que ayer condenaban hoy lo aplauden, reta a sus adversarios a que muestren pruebas de lo que se dice en el libro. Las instituciones encargadas de hacer justicia en el país se encuentran doblegadas ante el poder presidencial, prácticamente ninguna de ellas actuará en contra del presidente a pesar de las revelaciones del libro, el oficialismo luce altanero y soberbio porque sabe que saldrá impune.
El libro explica en parte lo que el presidente López Obrador no puede, el origen de sus ingresos en su época como opositor, la «honestidad valiente» es en realidad falaz, todo lo juzga a través de un doble rasero. Si el desvío de recursos públicos es para la transformación del pais son “donativos”, si el desvío es para la oposición, es un delito, concluye el mandatario.
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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