Connect with us

MUNDO

El rol de la inteligencia artificial en la evolución de la comunicación

Publicado

el

Opinión, por Alejandro Verduzco Mendoza //

Mucho se ha hablado sobre la llegada de la tecnología a nuestras vidas. Recuerdo la caricatura de «Los Supersónicos», una serie de las aventuras de la familia Sónico, que se emitió entre los años sesenta y ochenta. Lo interesante de esta serie animada fue que presentaba un futuro ambientado en el año 2062, donde sus personajes vivían en casas flotantes, contaban con robots a su servicio, se comunicaban mediante videollamadas y se transportaban en autos voladores, entre otros aspectos.

La referencia que hago a esta serie se debe a que, en su época, lo que se mostraba estaba fuera de la realidad, pero hoy en día ya se ha materializado. Por ejemplo, las videollamadas que realizaban en la serie se han convertido en una práctica común a través de plataformas como ZOOM, utilizadas para el trabajo desde casa.

Asimismo, los relojes inteligentes, como el Apple Watch, se asemejan a los dispositivos mostrados en la serie, y Robotina, la asistente robot, se ha materializado en la actualidad con la llegada de asistentes virtuales como Alexa y Siri. ¿Realmente los creadores de «Los Supersónicos» previeron que 40 o 50 años más tarde esa tecnología nos alcanzaría, en conceptos muy similares?

La comunicación, impulsada por la tecnología, ha ido transformándose de período en período, de década en década y de generación en generación. A lo largo del tiempo, hemos observado y experimentado esta evolución, desde los medios impresos, el correo postal, la radio y la televisión, hasta el internet y, más recientemente, la inteligencia artificial (IA) y la realidad aumentada.

Con la pandemia de COVID-19 a finales de 2019, la brecha digital en México y a nivel global se aceleró. Usuarios, consumidores, empresas, instituciones y organizaciones en general tuvimos que digitalizarnos, adaptándonos al comercio electrónico para realizar transacciones en línea, optimizando nuestras redes sociales, marketing web, webinars, streaming, networking, salas de reunión, podcasts y otras herramientas digitales para comunicarnos y llevar a cabo nuestras actividades en una nueva realidad que llegó para quedarse.

Históricamente, la comunicación humana ha evolucionado significativamente con los avances tecnológicos, conservando el modelo de emisor, mensaje codificado, medio de transmisión, decodificación y receptor. En la actualidad, la inteligencia artificial se ha convertido en un factor clave y competitivo en esta transformación. Desde los chatbots como ChatGPT hasta los algoritmos de procesamiento de lenguaje natural, la IA está remodelando la forma en que interactuamos y nos comunicamos en ámbitos personales, profesionales, académicos, educativos, empresariales y publicitarios. Por ello, es fundamental considerar cómo la IA influye en la evolución de la comunicación, sus aplicaciones más relevantes y los desafíos que plantea en todos los sectores.

¿Pero desde cuándo contamos con inteligencia artificial en la era moderna? Es importante señalar que desde 2010 se registran tecnologías de IA que comenzaron a integrarse en productos comerciales, como asistentes virtuales como Siri y Alexa, así como en automóviles inteligentes.

Empresas como Google, Microsoft, SpaceX, Tesla y OpenAI han invertido fuertemente en IA, lo que ha llevado al desarrollo de modelos de lenguaje avanzados como GPT (Generative Pre-trained Transformer) y otros sistemas de IA utilizados en aplicaciones comerciales, científicas y de entretenimiento.

Es crucial mencionar que la inteligencia artificial moderna no tiene un único «inventor»; es el resultado de los esfuerzos de muchas personas, investigadores, programadores y organizaciones en diversos campos como la informática, las matemáticas, la filosofía y la neurociencia.

Una de las herramientas de IA más conocidas y utilizadas en nuestra vida actual es ChatGPT, un modelo de lenguaje desarrollado por OpenAI, basado en la arquitectura de GPT. La versión original de GPT fue lanzada en 2018, pero ChatGPT, como producto específico, se desarrolló a partir de versiones más avanzadas de este modelo.

Esta herramienta ha marcado un precedente en nuevas formas de pensar, procesar, comunicar y crear. Muchas empresas, como Coca-Cola, utilizan este tipo de herramientas para sus estrategias publicitarias y de comunicación; recientemente, lo vimos en las campañas electorales en México, donde se diseñaron mensajes e imágenes de propaganda política basados en esta tecnología.

Además de su aplicación creativa y estratégica en campañas políticas, autoridades electorales en nuestro país, como la consejera electoral del Estado de México, Erika Estrada Ruíz, han señalado que «la democratización de la tecnología ha generado una transformación profunda en la forma en que se llevan a cabo los procesos electorales en todo el mundo».

Así, la integración de la inteligencia artificial en los recientes comicios se hizo visible como un fenómeno de gran relevancia. Como ocurre con todo avance tecnológico, representa un progreso para nuestra civilización, pero también conlleva riesgos sociales. Es fundamental considerar los peligros asociados al uso de la IA, como la manipulación de la información, la discriminación algorítmica que limita el acceso equitativo a los contenidos políticos y la rápida propagación de discursos polarizadores.

Mientras escribía estas líneas, tuve una amena charla con el Mtro. Miguel Camarena, especialista en filosofía y literatura, sobre el papel de la IA en la transformación de la comunicación y nuestras vidas. Hablamos de una de las películas más emblemáticas sobre la relación entre humanos y máquinas: «2001: Odisea del espacio», una ficción innovadora que exploró la inteligencia artificial a finales de los años setenta. Resulta sorprendente observar las similitudes entre esta obra de ficción y lo que hoy estamos experimentando con la IA.

Para concluir esta reflexión, le pregunté a ChatGPT, desde su inteligencia artificial (19 de octubre de 2024), ¿cuál es el futuro de la comunicación en los medios tradicionales en México? A lo que respondió lo siguiente: «El futuro de la comunicación en medios tradicionales en México, como en muchas partes del mundo, está enfrentando un proceso de transformación acelerado debido a la evolución digital y los cambios en los hábitos de consumo de los usuarios. Aunque la televisión, la radio y los periódicos siguen siendo relevantes, su rol está cambiando.»

«Es poco probable que los medios de comunicación tradicionales desaparezcan por completo para el año 2040, pero ciertamente enfrentarán una transformación profunda, impulsada por la rápida evolución tecnológica y los cambios en los hábitos de consumo, lo que permitirá la hibridación de los medios tradicionales y digitales.»

En conclusión, la inteligencia artificial ha demostrado ser un catalizador en la evolución de la comunicación, permitiendo interacciones más rápidas, eficientes y personalizadas. Sin embargo, su desarrollo también plantea desafíos que deben ser abordados, especialmente en términos de ética, originalidad, privacidad y protección de datos personales. A medida que la IA continúe avanzando, será crucial encontrar un equilibrio entre la innovación tecnológica y la responsabilidad social.

¿La IA representará un avance tecnológico o un riesgo social?

(*) Alejandro Verduzco Mendoza

Mercadólogo y Analista Político

@averduzcom

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

CARTÓN POLÍTICO

El muro de los dolores

Publicado

el

Continuar Leyendo

MUNDO

El poder venció a la información: Los medios de comunicación y el engaño de la salud de Joe Biden

Publicado

el

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

El saber lo qué pasó con la capacidad cognitiva de Biden es no sólo importante para EUA sino para los medios y las democracias del mundo. Digamos que algunos de los políticos de alto nivel del partido demócrata de EUA prefieren ver hacia adelante y dar carpetazo al pasado. Eso suena adecuado para no estar repitiendo temas políticos del 2021 al 2025 en especial si los beneficiarios temen el haber abusado del estado mental y físico del exmandatario.

Empecemos por recordar que hace ocho días se dio a conocer el audio de la entrevista del 2023 donde Joe Biden era cuestionado por el fiscal especial responsable de investigar el posible delito del entonces senador por Delaware de los 70 al 2008, y después del 2008 al 2016 vicepresidente Biden, quien se habría llevado a su casa, a su oficina privada y, a una universidad particular varias cajas de documentos marcados como secretos o confidenciales.

Cuando el fiscal especial dio a conocer su informe y recomendó no procesar a Joe Biden, dijo que la razón por la que hacía esa recomendación era porque de poner al presidente Biden ante un jurado, no se podría obtener una condena, ya que se le vería como “un anciano olvidadizo” quien por años de manera consciente se llevó y mantuvo sin permiso.

A partir de ahí los partidarios de los conservadores exigieron conocer los audios completos de dicha entrevista para ver si en realidad se justificaba no procesarlo por el mismo delito por el que se estaba procesando en ese 2023 a Trump, quien además a diferencia de Biden, había sido presidente durante el tiempo en el que se llevó a su casa papeles marcados como confidenciales.

Obviamente los medios de mayor prestigio desestimaron las críticas de los republicanos y del propio Trump. La Casa Blanca y decenas de legisladores y altos políticos demócratas acusaron a los republicanos y al propio fiscal especial de estar atentando contra la imagen de Biden al que defendieron asegurando que él era mentalmente muy ágil y tan agudo y trabajador que era difícil el mantenerle el paso ya que estaba bien preparado e informado de todos los temas que presentaban a su consideración.

La verdad es que desde el 2020 se vio a un Biden disminuido pero los encierros por el COVID-19; le dieron la excusa perfecta para hacer campaña desde el sótano de su casa. Incluso se decía que su agenda era ligera era para no arriesgar a los ciudadanos, contrastándolo con los eventos masivos de Trump al que acusaban de ser un hombre mentalmente agotado.

Los medios de comunicación y las encuestas pedían a un presidente con imagen tradicional que pudiera ser aceptado por los llamados afroamericanos. Así las cosas, Joe Biden llegó a la candidatura misma que había buscado sin éxito por tres ocasiones anteriores y seleccionó como su compañera a la senadora por California Kamala Harris, quien en el debate previo a la primera elección interna de su partido, había acusado a Biden de racista.

Hoy todo es historia, las anécdotas públicas y privadas llenan los medios nacionales del país más rico y poderoso del mundo. Los medios más afamados acusan a los líderes demócratas de ocultar el estado de Biden y ser causantes de la victoria de Trump.

Los líderes demócratas dicen que ya no es tiempo de ver para atrás sino de ver el futuro, los aspirantes que se quedaron en el camino en la elección interna del 2020 dicen que ellos no vieron nada pero que es culpa de Biden y de sus allegados por no haber sido honestos y claro los militantes y figuras liberales dicen que la dirigencia del partido es culpable por haber ocultado la realidad.

Como siempre la derrota y la vergüenza son huérfanas. Incluso CNN y su conductor estrella Jake Tapper sacaron un libro para denunciar los secretos tras el poder del periodo 2020-2025 en donde citan fuentes de integrantes del gabinete que aseguran no haber tenido acuerdos con el presidente por más de 2 años. Señalan que el presidente no reconocía a sus secretarios de Estado o altos asesores, incluso indicando que para acuerdos con el propio secretario de Defensa necesitaba un guion.

El gobierno de Biden se vio envuelto en múltiples decisiones cuestionables, pero poco difundidas por los medios quienes eran sus aliados. Ahora se sabe que muchas de esas decisiones fueron firmadas con una máquina que hacía la firma de Biden y no por su puño y letra. La noticia de que Biden está enfermo en realidad no es noticia, el nombre de cuando menos uno de sus padecimientos no era público, pero se ocultó por negocio de unos cuantos.

El 74% de los electores no querían que fuera candidato en 2024. Ahora los conductores de MSNBC como Joe Scarborough de Morning Joe, quien hace 1 año decía que “esta versión de Biden (del 2024) era la mejor de la historia por su agilidad mental y su conocimiento de la política”, ahora dice que Biden decía estupideces, pero que siempre las dijo, por lo que no era raro, y que él no es culpable de encubrir la verdad sobre Biden, que en realidad era pública, pero no aceptada.

George Clooney, quien días antes del debate de Biden con Trump realizó un evento con artistas de Hollywood para recaudar fondos a favor de Joe y Kamala, ahora dice que Biden estaba muy mal y que por eso como deber cívico, él pidió a Biden dejar la candidatura (claro, después del desastroso debate y de sacarle a sus amigos 30 millones de dólares en donaciones).

Asesores del presidente confiesan que en el avión presidencial se decía que el presidente no podía ni siquiera poner una oración completa. Algunos otros aseguran que se pensaba ponerlo en silla de ruedas después de la elección.

La lista de detalles es tan larga que ahora que todos saben que estaba muy enfermo, nadie quiere admitir que fue parte de la operación de encubrimiento más penosa de la historia moderna de los Estados Unidos. El presidente tiene un cáncer avanzado. Según expertos, este lo debe tener desde hace 5 o tal vez 10 años.

Algunos dicen que, como el presidente tiene más de 80 años, ya no era costumbre hacer pruebas de cáncer. Pero eso es para civiles normales, no para el hombre más poderoso del mundo, como demuestran los estudios que se le hicieron a Bush, Obama y Trump antes y ahora. Además, Biden ya había tenido cáncer de piel y problemas en el colon. Peor aún, se dice que su último examen (oficial) de próstata fue en el 2014, por lo que “oficialmente” nunca fue diagnosticado.

Esto es una mamarrachada, perdone usted mi lenguaje. En fin, ahora veremos si se sabe quien o quienes eran los que tomaban las decisiones de la pluma mecánica y si como dice Biden él no sabía de partes delicadas de la salida de Afganistán o de los temas de hombres en baños de mujeres o de los millones de indocumentados traficados por carteles en los años recientes o de la hiperinflación del 2023-2024, o de los miles de millones de dólares en endeudamiento para gasto de infraestructura que no se hizo. La verdad es que solo Dios sabe quién era, o si eran los verdaderos presidentes de facto de EEUU.

Lo cierto es que los medios prefirieron ser parte del poder que de la información. Las decisiones de Biden fueron tan cuestionables como muchas de las de Trump, pero en los principales medios que ahora se hacen sorprendidos, casi nadie les dio crítica o cuestionamiento. Los libros de periodistas parecen más un catálogo de excusas y disculpas tardías.

El grupo cercano a Biden aprovechó el poder y sea o no legal es algo humano. Pero los medios se supone que son los que deben hablar de frente al poder y estaban tan ocupados defendiendo posturas ideológicas que olvidaron ver que debían investigar y difundir todo lo que era noticia en favor de sus lectores y no solo lo que le convenía a sus amigos. Para la historia quedan los cientos de millones de dólares enviados de China, Rusia y Ucrania al hijo del presidente Biden y que nadie pudo explicar.

También los cientos de millones de dólares en gastos de asesores en los paquetes de presupuesto más altos de la historia que no construyeron casi nada de infraestructura, los decretos firmados con máquina en lugar de en físico por parte del presidente, los largos periodos del hijo del presidente en la oficina presidencial sin su padre presente.

Otros hechos acumulados fueron el escándalo de la salida de Afganistán y los múltiples episodios en los que el presidente decía no saber sobre órdenes o recomendaciones recibidas en materia de seguridad nacional, el presupuesto para hombres trans en competencias de mujeres, lucha contra el tráfico de personas, los meses sin fin en los que el presidente vacacionó y visitó su casa de playa sumando casi la mitad de todo su tiempo al frente del país del Tío Sam, etc.

La verdad es que, si uno busca los videos de Biden antes de ser VP y claro antes de ser presidente, veremos a un Joe Biden con ideología y arranques muy distintos a su gobierno. Pero la historia recordará al Joe B. perdido en los escenarios, con la inflación más grande en la historia reciente de su país, la pérdida de más de 300 mil niños inmigrantes y confundido en sus mensajes que fue bajado de la candidatura y cuyas firmas como presidente ahora se ponen en duda.

Al final, la puerta revolvente de intereses entre medios y el poder evitó la crítica y las investigaciones al poder desde los medios más importantes. Ahora debemos ser autocríticos y ver que, no solo en EUA, sino en todo el mundo, al poder y a todos nos molestan las críticas, pero son parte de los controles para saber si estamos haciendo bien las cosas. Incluso las que vienen malintencionadas nos ayudan. Pero en especial debemos ver que hasta los países y medios más respetados y poderosos caen en el error de solapar a los amigos.

Así, los dos lados de la moneda: Biden y Trump, uno protegido por medios, tanto que quedó ciego a la realidad, y otro que está todo el tiempo en pleitos de ida y vuelta con los medios, que ya no se sabe cuándo acierta o cuándo se equivoca. 

Continuar Leyendo

MUNDO

¿El Waterloo de Trump?

Publicado

el

Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //

Los Estados Unidos están siendo víctima de su propio éxito económico como sociedad de consumo. Su elevado déficit deriva de su alto número de consumidores con poder adquisitivo que consumen muchos productos importados.

Esto no sería malo, según Keynes, ya que el gasto en el consumo activa el ahorro, pero el problema de EUA es que no ahorra y ha financiado su déficit con deuda, lo que es capitalizado principalmente por China que, con su recaudación o superávit, ha financiado su crecimiento con políticas de la más pura inspiración capitalista.

China es un gigante de la manufactura, y potencia económica y científica, y el error estratégico de Trump sería querer competir con ellos en la manufactura. Parece que así lo comprendieron sus asesores y aunque en sus políticas insisten en llevar de nuevo la manufactura a su país, ese parece un objetivo secundario en la guerra comercial que han desatado. El objetivo primordial está en restablecer el equilibrio y reducir los déficits ingresando más y gastando menos.

La solución salvaje que se le ocurrió al presidente Trump y sus asesores fue poner tarifas o aranceles en forma universal con tasa fija, y recíprocos y proporcionales con el déficit de los países con balanza más desnivelada en su contra, como es el caso de China a la que impuso aranceles hasta de 145%.

Las consecuencias ya han sucedido. Las bolsas y el capital especulativo acusaron la incertidumbre; las cadenas de suministro se paralizaron o ralentizaron; las inversiones se retrajeron; el dólar se ha depreciado hasta un 8% y la relación comercial con China llegó a equipararse con un embargo por los altos aranceles recíprocos entre ambas naciones.

La semana anterior observamos cómo, en consecuencia, con la amenaza de una recesión mundial, llegaron los dos gigantes a una mesa de negociación en Ginebra, Suiza, en la cual acordaron una tregua de tres meses y la reducción temporal de sus aranceles; China los dejaría en 10% y los EUA en 30%. Algunos lo vieron como una capitulación o rendición decorosa ante la demostración China de su fortaleza y sobre todo su gran capacidad de resiliencia por la disciplina de sus consumidores y por la independencia de su proveeduría, a diferencia de sus adversarios que enfrentan presiones de productores y consumidores por los efectos de su política en las cadenas de suministro y en los precios.

A simple vista sería tanto como aceptar que Ginebra ha sido el Waterloo de Trump al llegar debilitado y ceder en la batalla arancelaria. Pero una vista más al fondo y pensando que una guerra se considera ganada al conseguir sus objetivos, la percepción de derrota debería ser reconsiderada.

En la tregua, Trump mantiene altos sus aranceles, pues el 30% no es bajo si se suman los adicionales al acero y aluminio ya existentes. Los precios al consumidor irán al alza en un riesgo político calculado antes de la elección intermedia, pero se reducirá el consumo de los productos que provocan el déficit; la devaluación del dólar resultante reduce la presión sobre la deuda y la especulativa con los bonos del tesoro; la inflación se mantiene en niveles controlables por la FED y la permanencia de aranceles altos con el resto del mundo aumenta la recaudación y provoca el ahorro necesario para componer la cuenta nacional.

Entonces la percepción de derrota no sería tan exacta, pues sus objetivos se estarían cumpliendo, tal vez no en la proporción deseable, pero si en el sentido correcto.

Falta saber cuál será la posición de la Unión Europea, Japón, Corea y los integrantes del BRIC, cuya situación es diferente a la de China y es presumible que con ellos tratará el presidente Trump de negociar en condiciones de mayor conveniencia.

La política del presidente Trump enfrenta presiones en todos los frentes, el interno y el exterior y eso si significa una debilidad, pues sin un respaldo decidido de los suyos las condiciones para negociar no serán las que el imaginó al desatar esta vorágine comercial y por ello considero que Ginebra no será su Waterloo, pues todavía le quedan demasiados frentes.

Sus objetivos son los necesarios para lograr equilibrar la balanza de pagos y darles respiro a las finanzas públicas, pero la estrategia partió de cálculos equivocados sobre la posición de fuerza. El gran garrote ya no intimida como antes y a él le faltan las palabras suaves que recomendaba Roosevelt.

Continuar Leyendo

Tendencias

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.