NACIONALES
La cultura del narco y la sociedad

Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //
En México, los cárteles del crimen organizado causan violencia extrema, muerte y sometimiento de la sociedad, son una epidemia nacional que además de envenenar a los ciudadanos, producir dinero y negocios ilícitos, han tomado el control de pueblos, localidades, ciudades y se infiltran en el gobierno, el comercio y los sectores sociales; sin embargo la cultura del narco, está sembrada desde los años 70’s en la sociedad, por desgracia a nuestro país se le puede describir por su devoción a las prácticas de narcotraficantes, la violencia y la corrupción que reina en todo el territorio mexicano.
La detención del narcotraficante Ovidio Guzmán López, en el llamado «Culiacanazo», deja la puerta abierta a revalorar con congruencia social el verdadero papel de los capos en un país descontrolado por la violencia y el terror, sometido a grupos poderosos de intereses individuales que además de supuestamente hacer política, permiten que los cárteles en el territorio nacional tengan poder y sean protegidos hasta por autoridades locales y gobiernos de todo nivel.
La detención de Ovidio Guzmán, hijo del famoso narcotraficante «El Chapo” Guzmán, no debe ser catalogado como un asunto político, aunque lo pudiera ser, ni como un error de gobierno y mucho menos como una provocación a la actividad criminal de los integrantes de los cárteles; socialmente es un acto de congruencia y una necesidad imperante de combatir a los cárteles en todo el país, atacar el gran poder que ostentan y debilitar sus entornos de sometimiento a la sociedad civil y sus sectores productivos.
Como padres, hijos, hermanos y ciudadanos, es una responsabilidad combatir desde nuestras trincheras profesionales, sociales y familiares, la cultura del narco, oponernos enérgicamente a que sean vistos y tratados como héroes, idealizados como personas poderosas, sin capacidad de entender el daño que ocasionan en la sociedad, con su infiltración a actividades comerciales, sociales, gubernamentales y políticas. Vivimos y sufrimos terror, violencia extrema lo vemos todos los días en Jalisco, por ejemplo, la desaparición de personas en un tema doloroso y delicado, sabemos que gran parte de esta situación, es consecuencia de caárteles, secuestran, desaparecen y matan personas, porque su vida es de ilimitado dominio y se creen con derechos sobre la vida y libertad de las personas.
Que en México y Jalisco, se vea el narcotráfico como es, una realidad cruda de muerte y violencia, quienes nos arrebatan la paz social y la estabilidad de los entornos cotidianos, la negociación entre gobiernos, capos y cárteles, es sin duda, un reflejo social de que sufrimos un cáncer mortal que ya se siente hasta los huesos, nos pisa los pasos hasta en las cosas más cotidianas y simples.
Es obligación de los gobiernos y las autoridades combatir las actividades de los cárteles y hacer que el estado de derecho prevalezca en todas las entidades federativas, el crimen organizado no genera absolutamente nada bueno en ningún sentido, no son personas con empatía.
Renunciemos a percibir a los cárteles que habitan en territorio nacional, como normales, nunca será normal el derecho de piso que cobran en zonas comerciales, ni asistir a un restaurante quedando en medio de una balacera, ni que se secuestren y levanten personas; es sorprendente que pueblos mágicos turísticos, se encuentren tomados por crimen organizado, otros tantos poblados vigilados por hombres armados y se tenga que pedir permiso para transitar, territorios tomados y ciudadanos desplazados.
La verdad es que sí, vivimos y toleramos una sociedad extremadamente violenta; los tenemos en la colonia, habitando los cotos en que vivimos, son dueños de lugares a los que asistimos con nuestras familias, con el objeto de lavar dinero, por lo que es deber de nosotros como ciudadanos responsables, desactivar la idealización de la cultura del narco, también es obligación de todos los gobiernos, desarticular, detener y combatir a las cédulas delictivas que operan en territorio nacional y en su caso estatal, para cuidar la paz, la congruencia social y el estado de derecho, prevaleciendo por encima de las organizaciones criminales.
NACIONALES
Se rasga bandera gigante en Guanajuato

– Por Francisco Junco
En la explanada del Congreso del Estado de Guanajuato, donde se conmemoraba el inicio de la Independencia, la gigantesca bandera monumental que suele ondear con orgullo se desgarró mientras era izada.
Una ráfaga de viento tensó la tela y provocó la primera rasgadura cerca del mástil; segundos después, otra bocanada de aire convirtió el estandarte en un lienzo vulnerable que cedió completamente ante la fuerza de la naturaleza.
El sonido seco del desgarre y el movimiento incontrolable de la bandera detuvieron por un instante el ritmo del acto cívico. Entre los asistentes se percibió un silencio respetuoso, mientras manos ágiles trataban de recuperar la tela antes de que tocara el suelo, consciente de que cualquier contacto con el pavimento sería una falta a la dignidad del símbolo nacional.
El protocolo indica que una bandera monumental dañada no debe desecharse ni manipularse de manera cualquiera. La norma establece que su retiro se realiza mediante una ceremonia solemne de incineración, un acto respetuoso que mantiene la dignidad del lábaro patrio, además de que su manejo está bajo la supervisión de autoridades competentes, como la Sedena.
La Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, junto con normativas estatales, recuerda que la enseña no debe alterarse ni tocar el suelo.
Por ello, las autoridades presentes aseguraron que la bandera sería tratada siguiendo los procedimientos oficiales, garantizando que el símbolo nacional continúe recibiendo el respeto que merece incluso al final de su vida útil.
Al concluir la ceremonia, el acto continuó sin la bandera en el asta, pero con la certeza de que la experiencia sirve como lección: proteger los símbolos requiere previsión, cuidado técnico y respeto por la ley.
Cuando la próxima bandera monumental vuelva a ondear, su imagen será recordatorio de que los colores que representan a México merecen siempre una custodia digna.
JALISCO
Más de 3 mil 200 marcas de tequila dan sabor a las fiestas patrias

– Por Francisco Junco
En el marco de las celebraciones de septiembre, el tequila se convierte en protagonista indiscutible de la mesa mexicana. No solo es la bebida nacional por excelencia, sino un emblema de identidad, cultura y tradición que representa a México ante el mundo con la fuerza de su historia y el sabor de su tierra.
De acuerdo con cifras del Consejo Regulador del Tequila (CRT), actualmente existen 3 mil 211 marcas registradas, vinculadas a 213 productores autorizados, lo que demuestra la amplitud y versatilidad de esta bebida que acompaña con orgullo a la gastronomía nacional.
“De esta agroindustria tequilera dependen más de 100 mil familias; hoy es un producto que se comercializa en más de 120 países y, por supuesto, está sujeto a un cumplimiento normativo muy minucioso. Cada gota es inspeccionada, certificada y analizada por el Consejo Regulador del Tequila”, destacó María Bertha Becerra, responsable de aseguramiento de producto terminado en el CRT.
El recorrido del tequila es también una historia de manos mexicanas. Desde los campos de agave azul, pasando por las destilerías, envasadoras y centros de distribución, miles de trabajadores imprimen tradición, conocimiento y pasión en cada etapa de su producción.
“Tenemos cinco clases: blanco, joven, reposado, añejo y extra añejo, además de dos categorías: tequila y tequila 100% de agave”, explicó Becerra, al recordar la diversidad que ofrece esta bebida reconocida como la primera Denominación de Origen de México.
Además de ser un símbolo, es una de las bebidas más reguladas del planeta. Desde 1994, el CRT supervisa cada fase de su producción conforme a la Norma Oficial Mexicana NOM-006-SCFI-2012, garantizando calidad y autenticidad en cada botella que se consume dentro y fuera del país.
Con más de 200 municipios protegidos por la Denominación de Origen, repartidos entre Jalisco, Michoacán, Tamaulipas, Nayarit y Guanajuato, el tequila es mucho más que un acompañante de las fiestas patrias: es el espíritu de México que une a generaciones y brinda al mundo un motivo más para decir: ¡Qué viva México y qué viva el tequila!
CARTÓN POLÍTICO
Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
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LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU