NACIONALES
La flojera mental de AMLO ya no contagia igual
Comuna México, por Benjamín Mora //
“No se llega a campeón sin sudar”
Epicteto
Amanece y hoy, al fin es lunes 7 de junio de 2021… terminó la elección gran grande en la historia de México, quizá la más violenta, azuzada desde Palacio Nacional por ya sabes quién… y la señora vicepresidenta de Estados Unidos de Norteamérica, Kamala Harris, estará en México para hablar de la real politik bilateral entre México y Estados Unidos de Norteamérica… y los chistoretes pejistas de los gorgojos en los frijoles dejarán su lugar a las vacunas en contra del Covid 19 que nos regalara el gobierno del presidente Joe Biden y a temas en verdad trascendentes e importantes.
… y como sucede en toda conversación de alto nivel entre gobernantes, como ciudadanos solo seremos comunicados de lo políticamente correcto y obviados en lo que deba guardarse para no exacerbar nuestro patriotismo radical.
Dos estilos de formas de ser habrán de encontrarse en Palacio Nacional: La pulcritud política de la señora Harris y la desfachatez usual de López.
La vicepresidenta norteamericana comunicará lo que deba saber el presidente mexicano y no dirá una palabra que no tenga contenido y continente. El presidente mexicano quizá se creerá que se encuentra en alguna más de sus mañaneras… llegará anochecido y desmadrugado por los resultados de la jornada electoral del domingo.
Estilos que dan forma y fondo a sus gobiernos.
Kamala Harris sabe de las querencias de Andrés Manuel López Obrador hacia Donald Trump, y le complace saber que aquella le regala cuatro ases bajo la manga de su camisa. La señora Harris no guarda rencores, pero le gusta de cobrar deudas.
… en política como en el juego, las deudas se pagan y se cobran cuando el deudor está más débil.
Tras el domingo electoral, quedó demostrado que la transformación de López no seguirá como hasta ahora; que él y Morena son vencibles y que sus partidos satélites, de nueva manufactura, a nadie engañaron. Tras la visita de la señora Harris, López quizá entenderá ser jefe de Estado es más que ser el mandatario de México. Que, en el primer caso, conlleva obligaciones meta nacionales ineludibles.
Quizá aborden temas como el deseo de López de entregar los aeropuertos a los militares de alas como lo hizo con los puertos marítimos en favor de los marinos de alto rango, y se le haga saber que ambos temas son de seguridad global.
A México se le bajó su calificación en seguridad en sus aeropuertos y hubo preocupación… pero qué, si el gobierno norteamericano detiene los vuelos hacia México de las líneas aéreas norteamericanas… y qué, si las empresas navieras deciden no arribar, por algunas semanas, a nuestros puertos marítimos por las indolencias de los titulares de las administraciones portuarias integrales –marino de alto rango- hacia los concesionarios de las terminales portuarias que cambian los términos de sus convenios bajo la fuerza de un “si no te conviene, vete y llévate tus cosas”: Nuestra economía nacional se colapsaría y la inversiones industriales se hundirían, generando desempleo y desabasto.
La historia juarista/francesa no debe repetirse. Hoy día, las consecuencias de un diferendo entre México y Estados Unidos serían inmediatas y su solución no legaría sino tras muchos años de esfuerzos y negociaciones con quienes hoy pierden nuestra confianza… ella no llegaría con una firma de no agresión y buenos amigos.
El presidente López es profundamente ignorante y su equipo más cercano no entiende de negociaciones internacionales. Compran caro y malo, y si no me creen, solo recuerden el caso de las pipas para transportar combustibles en los inicios de este gobierno, o piensen en la refinería vieja y texana recién comprada. Bueno, no son buenos ni para comprar vacunas o voluntades electorales.
Andrés Manuel López Obrador es un hombre flojo mentalmente… sus neuronas parecen no conectar entre sí mismas. El viejo adagio de que, a quien madruga, Dios ayuda, no se cumple en el jijo de Macuspana y, por el contrario, sus madrugadas, por descerebradas, nos lastiman y hunden.
Desde su ley del menor esfuerzo, López contagia a millones de mexicanos y mexicanas ya convencidos y convencidas de que las dádivas del gobierno permanecerán por éste y los gobiernos siguientes; no comprende que eso será imposible si no se tienen ingresos gubernamentales crecientes vía impuestos o por acciones bien planeadas y justas como las generadas por las otrora administraciones portuarias integrales de México antes de su militarización.
En el lado extremos están quienes estudian, trabajan y son constantes… están quienes emprenden y trazan los caminos por lo que quieren andar y no temen a las cargas que deberán llevar atadas a sus hombros; están quienes vivirán según sus merecimientos y de acuerdo a sus aspiraciones. La brecha entre miserables y la clase media se hondará en este gobierno. Hoy tenemos más de 11 millones de mexicanos que la 4T de López generó.
López es un peligro que en 2024 se irá, aunque sus males perdurarán varios años.
E-mail: benja_mora@yahoo.com
