MUNDO
La respuesta de Sheinbaum a Trump: Carta de la dignidad, visión y entereza

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //
A pesar de que como escribiera Alan Riding, México y Estados Unidos (EU) son vecinos distantes, las relaciones de ambas naciones son sustanciales y, por lo tanto, están presentes a toda hora. Alrededor de cuarenta millones con origen mexicano, viven en el país de las barras y las estrellas, por lo que un día sin mexicanos, sería un trance de efectos desastrosos para EU.
A lo largo de la historia, no son pocas las discrepancias que se han suscitado entre las dos naciones, incluyendo una guerra injusta que acarreó la pérdida de más de la mitad del territorio azteca. Aparte de esa tragedia, México ha recibido invasiones y muchas veces un trato tendencioso de parte del poderoso colindante del norte. La frase atribuida a Porfirio Díaz (aunque muchos aseguran que la autoría pertenece a Nemesio García Naranjo) de “pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, refleja lo difícil de ese tratamiento.
La llegada al Poder Ejecutivo yanki de personajes broncos, arbitrarios y gandallas, redoblan las preocupaciones de los gobernantes de la raza de bronce. Eso significó el caso de Donald Trump (DT) hace casi cuatro años, y que por fortuna fue bien lidiado por el fundador de la Cuarta Transformación (4T) el ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
La verdad, es que antes de las elecciones norteamericanas, la mayoría de nuestros connacionales -por no decir de medio mundo- tenían la esperanza de que no habría una segunda edición del Trumpismo; sin embargo, sucedió. Y ahora el problema no solo es para nuestros connacionales, sino que se agiganta para el gobierno federal debido a las multitudes que aspiran establecerse en la tierra del Tío Sam, acicateados por la pobreza y los desgobiernos que padecen en sus tierras.
Esa migración se acelera porque tales desplazados están ilusionados por la versión amable de la “american way of life” o sea la forma de vida de los estadounidenses, también denominada “sueño americano”, idea referente a que, en EU, toda persona, sea cual sea su origen y posición social, tiene oportunidad de en medio de libertades, obtener el triunfo y la felicidad a través del talento y el trabajo.
Esas circunstancias sumadas al hecho de que nuestra patria es colindante de la primera potencia mundial facilitan que muchos compatriotas emigren “al norte”, y a la vez mucha gente de diversos lugares foráneos quiere imitarlos, provocando verdaderas invasiones de extranjeros que, atravesando México, anhelan arribar a los Estados Unidos.
El problema pues, es para nuestra nación y su gobierno, es decir, la 4T surgida del Lopezobradorismo. Pero ahora ya no está AMLO, quien le tenía tomada la medida al perrucho Trump, sino la inteligentísima Claudia Sheinbaum, quien para su antecesor sería la mejor mandataria del orbe; las encuestas recientes muestran que no estaba equivocado el fundador de Morena, pues más del 70 por ciento de ciudadanos manifiestan su apoyo a la presidenta con “a”.
En escasos dos meses de guiar los destinos de la nación, ha demostrado que tiene tamaños para ser la idónea mandamás que las circunstancias requieren. Desde las reformas constitucionales hasta la reestructuración del aparato administrativo federal, demuestran que sabe hacer las cosas con una excelente mezcla de firmeza, diplomacia, inteligencia y patriotismo. Estos elementos son precisamente los indispensables para salir airosa ante este formidable reto que encarna el fanfarrón gringo.
Apenas ganó los comicios presidenciales por segunda vez el vociferante Donald Trump, y luego lanzó amenazas, a todo el mundo, pero especialmente a China y muy lamentablemente a sus dos socios del T-Mec, antiguo TLC: Canadá y México. Las armas favoritas son imponer aranceles elevados y cerrar prácticamente las fronteras, sin dejar de insinuar otro tipo de acciones, simbólicas del intervencionismo que caracteriza a EU, mismas que para asombro mexicano, grupos derechistas enquistados en el panismo las ven con simpatía (un ejemplo claro son Lily Téllez, Marquitito Cortés y secuaces) y muchas ONG’s estilo membretes de Claudio X. González.
El 25 de noviembre el magnate de pelo encendido advirtió que firmará una orden ejecutiva con el fin de imponer un arancel de 25 por ciento a todos los productos que entren a Estados Unidos desde México y Canadá, indicando que los aranceles se mantendrán hasta que los dos países tomen medidas drásticas contra las drogas, en particular el fentanilo, y los migrantes que cruzan la frontera ilegalmente. (La Jornada, 26-XI-2024).
Al día siguiente, Sheinbaum responde a Trump: ¡no a amenazas ni aranceles! Diálogo de iguales. (Julio Astillero informa, 26-XI-24). Y agrega: «A un arancel vendrá otro en respuesta». Y para que no quepa duda de la reciedumbre de CS adicionó: «Esto es inaceptable». Eso dio paso a un encabezado de la prensa que se dice grande: Arancel por arancel, responde Sheinbaum a amago de Trump. (El Universal 27-XI-24)
No se necesita saber mucho de economía para entender que “más impuestos traerán la pérdida de competitividad en Norteamérica”, aseveró la presidenta. (La Jornada, 27 xi 24). Lo antedicho, se contiene en una misiva que CS envió al mandatario electo de EU.
Si leemos partes de esa carta, estaremos convencidos de la categoría de nuestra mandataria. Es una epístola de dignidad, con amplia visión de las relaciones internacionales y conocimiento del entorno. Dice en su inicio: “Me dirijo a usted, a raíz de su declaración del lunes 25 de noviembre, sobre migración, tráfico de fentanilo y aranceles en algunos párrafos”. Enseguida subraya: «presidente Trump, no es con amenazas ni con aranceles como se va a atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos. Se requiere de cooperación y entendimiento recíproco a estos grandes desafíos».
Porque “Amenazas no frenan drogas o migración.” (Excelsior) y aquí “»no hay subordinación» (El Financiero, íd. Id.) puesto que negociamos como iguales (Diario de México 27-xi 24) y en cambio, “Aquí también puede haber aranceles”. (El Economista,27-xi-24). No obstante, la presidenta descartó una guerra comercial con Estados Unidos. (El Heraldo de México, 27-XI-24)
Con esa firmeza de ánimo, discierne que “yo tengo la visión de que va a haber un acuerdo pues lo que queremos decir en la carta es que subir aranceles… llevaría al final a dañar a empresas que trabajan en Estados Unidos y México», expresó y agregó que imponer esta medida llevará a la pérdida de competitividad de América del Norte. (Excelsior 26-nov. 24) ya que como afirma el analista de economía Mario Campa: Aranceles del 25% a México y Canadá acabarían de facto con el T-MEC. (La Jornada, 27-XI-24).
Otro aspecto de relevancia es cuando afirma CS: “Miramos al norte, pero también al sur y al continente europeo”, dejando claro que México no dependerá exclusivamente de sus socios tradicionales. A esto, el excanciller Ebrard lo denomina firme respuesta. Por ello, considera el flamante secretario de economía, que es “tiempo de cerrar filas con ella…indudablemente encontraremos una solución y “México saldrá, una vez más, ¡¡adelante!!”.
El gobierno mexicano -enfatiza CS- sigue “una política integral de atención a las personas migrantes de diferentes lugares del mundo que cruzan nuestro territorio y tienen como destino la frontera sur de los Estados Unidos de América, lo cual ha generado encuentros en la frontera entre México y Estados Unidos con una reducción del 75% de diciembre de 2023 a noviembre de 2024. En consecuencia, ya no llegan caravanas de personas migrantes a la frontera”. Aquí CS le dice a DT, que se ponga atención a las causas que llevan a las familias a dejar sus lugares de origen por necesidad, y propone que Estados Unidos destine el uno por ciento de lo que emplea en la guerra, para mejor fortalecer la construcción de la paz y el desarrollo, con lo que se estará atendiendo de fondo la movilidad de las personas.
Por lo que atañe a la epidemia de fentanilo en los Estados Unidos, precisa CS “es un problema de consumo y de salud pública de la sociedad de su país”. Señalando sin tapujos que,” es públicamente conocido que los precursores químicos para la fabricación de esta y otras drogas sintéticas entran a Canadá, Estados Unidos y México de manera ilegal proveniente de países asiáticos, para lo cual es urgente la colaboración internacional».
Y si lo anterior fue valiente, no menos es traer a colación lo relativo al tráfico ilícito de armas: “El 70% de las armas ilegales incautadas a delincuentes en México, proviene de su país. Las armas no las producimos nosotros, las drogas sintéticas no las consumimos nosotros. Los muertos por la delincuencia para responder a la demanda de drogas de su país, lamentablemente los ponemos nosotros”.
La fórmula para resolver todos esos asuntos implica no imponer barreras aduanales, ya que “a un arancel, vendrá otro en respuesta” lo cual no es aceptable pues causaría a Estados Unidos y a México inflación y pérdidas de empleo, lo que es “un tiro en el pie” donde los más afectados van a ser, las principales empresas establecidas en México, que son estadounidenses, y desde luego el consumidor final. (Mañanera presidencial, Ebrard y Altagracia Gómez, 27-XI-024).
El escrito de CS termina razonando que el diálogo es el mejor camino para el entendimiento, la paz y la prosperidad en las naciones integrantes del T-MEC, de manera que puedan lograr prosperidad compartida, que nos ha subrayado la presidenta Claudia Sheinbaum, “debe ser el objetivo en los tres países”.
Críticos de la 4T, como Ana Paula Ordorica, reconocen que la carta “Fue una respuesta razonable, sensata y firme…” (El Universal, 27-XI-24). Mas tajante, escribe otro comentarista: “fue atinado que la presidenta Sheinbaum Pardo haya emprendido con vigor la defensa de los intereses nacionales. Su carta de respuesta al amago de subir aranceles dejó en claro que esta vez nadie se doblará”. (Pepe Grillo, La Crónica de hoy 27-XI-24).
La presidenta ha sido nítida: debemos trabajar para crear una región más fuerte y no un conflicto y una división. Y, antes que nada, hay que poseer estabilidad regional, cooperando en seguridad, migración y gobernanza. Como afirma la jalisciense Altagracia Gómez Sierra: Tenemos a una presidenta capaz, comprometida y que nos llevará a buen puerto. Es la mejor capitana que se podría tener: su capacidad y compromiso es excelente. Es el momento de México en el mundo y el momento de las mujeres.
La carta de la dignidad y la entereza ocasionó nueva interlocución entre el espigado gobernante electo y la pundonorosa mandataria mexicana. Trump se dio cuenta de la firmeza y la dignidad de CS, ponderando en su página social: “Acabo de tener una conversación maravillosa con la nueva presidente de México, …»¡Fue una conversación muy productiva!».
Y todo este sucedido, nos hizo recordar lo que expresó nuestra presidenta al iniciar su mandato: “entregaré mi conocimiento y mi alma, mi vida y lo mejor de mí misma para el bienestar de México (…) Me comprometo a defenderlo siempre» elevadas ideas que sostienen la política mexicana actual: no cerrar fronteras, sino tender puentes.
CARTÓN POLÍTICO
El muro de los dolores
MUNDO
El poder venció a la información: Los medios de comunicación y el engaño de la salud de Joe Biden

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
El saber lo qué pasó con la capacidad cognitiva de Biden es no sólo importante para EUA sino para los medios y las democracias del mundo. Digamos que algunos de los políticos de alto nivel del partido demócrata de EUA prefieren ver hacia adelante y dar carpetazo al pasado. Eso suena adecuado para no estar repitiendo temas políticos del 2021 al 2025 en especial si los beneficiarios temen el haber abusado del estado mental y físico del exmandatario.
Empecemos por recordar que hace ocho días se dio a conocer el audio de la entrevista del 2023 donde Joe Biden era cuestionado por el fiscal especial responsable de investigar el posible delito del entonces senador por Delaware de los 70 al 2008, y después del 2008 al 2016 vicepresidente Biden, quien se habría llevado a su casa, a su oficina privada y, a una universidad particular varias cajas de documentos marcados como secretos o confidenciales.
Cuando el fiscal especial dio a conocer su informe y recomendó no procesar a Joe Biden, dijo que la razón por la que hacía esa recomendación era porque de poner al presidente Biden ante un jurado, no se podría obtener una condena, ya que se le vería como “un anciano olvidadizo” quien por años de manera consciente se llevó y mantuvo sin permiso.
A partir de ahí los partidarios de los conservadores exigieron conocer los audios completos de dicha entrevista para ver si en realidad se justificaba no procesarlo por el mismo delito por el que se estaba procesando en ese 2023 a Trump, quien además a diferencia de Biden, había sido presidente durante el tiempo en el que se llevó a su casa papeles marcados como confidenciales.
Obviamente los medios de mayor prestigio desestimaron las críticas de los republicanos y del propio Trump. La Casa Blanca y decenas de legisladores y altos políticos demócratas acusaron a los republicanos y al propio fiscal especial de estar atentando contra la imagen de Biden al que defendieron asegurando que él era mentalmente muy ágil y tan agudo y trabajador que era difícil el mantenerle el paso ya que estaba bien preparado e informado de todos los temas que presentaban a su consideración.
La verdad es que desde el 2020 se vio a un Biden disminuido pero los encierros por el COVID-19; le dieron la excusa perfecta para hacer campaña desde el sótano de su casa. Incluso se decía que su agenda era ligera era para no arriesgar a los ciudadanos, contrastándolo con los eventos masivos de Trump al que acusaban de ser un hombre mentalmente agotado.
Los medios de comunicación y las encuestas pedían a un presidente con imagen tradicional que pudiera ser aceptado por los llamados afroamericanos. Así las cosas, Joe Biden llegó a la candidatura misma que había buscado sin éxito por tres ocasiones anteriores y seleccionó como su compañera a la senadora por California Kamala Harris, quien en el debate previo a la primera elección interna de su partido, había acusado a Biden de racista.
Hoy todo es historia, las anécdotas públicas y privadas llenan los medios nacionales del país más rico y poderoso del mundo. Los medios más afamados acusan a los líderes demócratas de ocultar el estado de Biden y ser causantes de la victoria de Trump.
Los líderes demócratas dicen que ya no es tiempo de ver para atrás sino de ver el futuro, los aspirantes que se quedaron en el camino en la elección interna del 2020 dicen que ellos no vieron nada pero que es culpa de Biden y de sus allegados por no haber sido honestos y claro los militantes y figuras liberales dicen que la dirigencia del partido es culpable por haber ocultado la realidad.
Como siempre la derrota y la vergüenza son huérfanas. Incluso CNN y su conductor estrella Jake Tapper sacaron un libro para denunciar los secretos tras el poder del periodo 2020-2025 en donde citan fuentes de integrantes del gabinete que aseguran no haber tenido acuerdos con el presidente por más de 2 años. Señalan que el presidente no reconocía a sus secretarios de Estado o altos asesores, incluso indicando que para acuerdos con el propio secretario de Defensa necesitaba un guion.
El gobierno de Biden se vio envuelto en múltiples decisiones cuestionables, pero poco difundidas por los medios quienes eran sus aliados. Ahora se sabe que muchas de esas decisiones fueron firmadas con una máquina que hacía la firma de Biden y no por su puño y letra. La noticia de que Biden está enfermo en realidad no es noticia, el nombre de cuando menos uno de sus padecimientos no era público, pero se ocultó por negocio de unos cuantos.
El 74% de los electores no querían que fuera candidato en 2024. Ahora los conductores de MSNBC como Joe Scarborough de Morning Joe, quien hace 1 año decía que “esta versión de Biden (del 2024) era la mejor de la historia por su agilidad mental y su conocimiento de la política”, ahora dice que Biden decía estupideces, pero que siempre las dijo, por lo que no era raro, y que él no es culpable de encubrir la verdad sobre Biden, que en realidad era pública, pero no aceptada.
George Clooney, quien días antes del debate de Biden con Trump realizó un evento con artistas de Hollywood para recaudar fondos a favor de Joe y Kamala, ahora dice que Biden estaba muy mal y que por eso como deber cívico, él pidió a Biden dejar la candidatura (claro, después del desastroso debate y de sacarle a sus amigos 30 millones de dólares en donaciones).
Asesores del presidente confiesan que en el avión presidencial se decía que el presidente no podía ni siquiera poner una oración completa. Algunos otros aseguran que se pensaba ponerlo en silla de ruedas después de la elección.
La lista de detalles es tan larga que ahora que todos saben que estaba muy enfermo, nadie quiere admitir que fue parte de la operación de encubrimiento más penosa de la historia moderna de los Estados Unidos. El presidente tiene un cáncer avanzado. Según expertos, este lo debe tener desde hace 5 o tal vez 10 años.
Algunos dicen que, como el presidente tiene más de 80 años, ya no era costumbre hacer pruebas de cáncer. Pero eso es para civiles normales, no para el hombre más poderoso del mundo, como demuestran los estudios que se le hicieron a Bush, Obama y Trump antes y ahora. Además, Biden ya había tenido cáncer de piel y problemas en el colon. Peor aún, se dice que su último examen (oficial) de próstata fue en el 2014, por lo que “oficialmente” nunca fue diagnosticado.
Esto es una mamarrachada, perdone usted mi lenguaje. En fin, ahora veremos si se sabe quien o quienes eran los que tomaban las decisiones de la pluma mecánica y si como dice Biden él no sabía de partes delicadas de la salida de Afganistán o de los temas de hombres en baños de mujeres o de los millones de indocumentados traficados por carteles en los años recientes o de la hiperinflación del 2023-2024, o de los miles de millones de dólares en endeudamiento para gasto de infraestructura que no se hizo. La verdad es que solo Dios sabe quién era, o si eran los verdaderos presidentes de facto de EEUU.
Lo cierto es que los medios prefirieron ser parte del poder que de la información. Las decisiones de Biden fueron tan cuestionables como muchas de las de Trump, pero en los principales medios que ahora se hacen sorprendidos, casi nadie les dio crítica o cuestionamiento. Los libros de periodistas parecen más un catálogo de excusas y disculpas tardías.
El grupo cercano a Biden aprovechó el poder y sea o no legal es algo humano. Pero los medios se supone que son los que deben hablar de frente al poder y estaban tan ocupados defendiendo posturas ideológicas que olvidaron ver que debían investigar y difundir todo lo que era noticia en favor de sus lectores y no solo lo que le convenía a sus amigos. Para la historia quedan los cientos de millones de dólares enviados de China, Rusia y Ucrania al hijo del presidente Biden y que nadie pudo explicar.
También los cientos de millones de dólares en gastos de asesores en los paquetes de presupuesto más altos de la historia que no construyeron casi nada de infraestructura, los decretos firmados con máquina en lugar de en físico por parte del presidente, los largos periodos del hijo del presidente en la oficina presidencial sin su padre presente.
Otros hechos acumulados fueron el escándalo de la salida de Afganistán y los múltiples episodios en los que el presidente decía no saber sobre órdenes o recomendaciones recibidas en materia de seguridad nacional, el presupuesto para hombres trans en competencias de mujeres, lucha contra el tráfico de personas, los meses sin fin en los que el presidente vacacionó y visitó su casa de playa sumando casi la mitad de todo su tiempo al frente del país del Tío Sam, etc.
La verdad es que, si uno busca los videos de Biden antes de ser VP y claro antes de ser presidente, veremos a un Joe Biden con ideología y arranques muy distintos a su gobierno. Pero la historia recordará al Joe B. perdido en los escenarios, con la inflación más grande en la historia reciente de su país, la pérdida de más de 300 mil niños inmigrantes y confundido en sus mensajes que fue bajado de la candidatura y cuyas firmas como presidente ahora se ponen en duda.
Al final, la puerta revolvente de intereses entre medios y el poder evitó la crítica y las investigaciones al poder desde los medios más importantes. Ahora debemos ser autocríticos y ver que, no solo en EUA, sino en todo el mundo, al poder y a todos nos molestan las críticas, pero son parte de los controles para saber si estamos haciendo bien las cosas. Incluso las que vienen malintencionadas nos ayudan. Pero en especial debemos ver que hasta los países y medios más respetados y poderosos caen en el error de solapar a los amigos.
Así, los dos lados de la moneda: Biden y Trump, uno protegido por medios, tanto que quedó ciego a la realidad, y otro que está todo el tiempo en pleitos de ida y vuelta con los medios, que ya no se sabe cuándo acierta o cuándo se equivoca.
MUNDO
¿El Waterloo de Trump?

Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //
Los Estados Unidos están siendo víctima de su propio éxito económico como sociedad de consumo. Su elevado déficit deriva de su alto número de consumidores con poder adquisitivo que consumen muchos productos importados.
Esto no sería malo, según Keynes, ya que el gasto en el consumo activa el ahorro, pero el problema de EUA es que no ahorra y ha financiado su déficit con deuda, lo que es capitalizado principalmente por China que, con su recaudación o superávit, ha financiado su crecimiento con políticas de la más pura inspiración capitalista.
China es un gigante de la manufactura, y potencia económica y científica, y el error estratégico de Trump sería querer competir con ellos en la manufactura. Parece que así lo comprendieron sus asesores y aunque en sus políticas insisten en llevar de nuevo la manufactura a su país, ese parece un objetivo secundario en la guerra comercial que han desatado. El objetivo primordial está en restablecer el equilibrio y reducir los déficits ingresando más y gastando menos.
La solución salvaje que se le ocurrió al presidente Trump y sus asesores fue poner tarifas o aranceles en forma universal con tasa fija, y recíprocos y proporcionales con el déficit de los países con balanza más desnivelada en su contra, como es el caso de China a la que impuso aranceles hasta de 145%.
Las consecuencias ya han sucedido. Las bolsas y el capital especulativo acusaron la incertidumbre; las cadenas de suministro se paralizaron o ralentizaron; las inversiones se retrajeron; el dólar se ha depreciado hasta un 8% y la relación comercial con China llegó a equipararse con un embargo por los altos aranceles recíprocos entre ambas naciones.
La semana anterior observamos cómo, en consecuencia, con la amenaza de una recesión mundial, llegaron los dos gigantes a una mesa de negociación en Ginebra, Suiza, en la cual acordaron una tregua de tres meses y la reducción temporal de sus aranceles; China los dejaría en 10% y los EUA en 30%. Algunos lo vieron como una capitulación o rendición decorosa ante la demostración China de su fortaleza y sobre todo su gran capacidad de resiliencia por la disciplina de sus consumidores y por la independencia de su proveeduría, a diferencia de sus adversarios que enfrentan presiones de productores y consumidores por los efectos de su política en las cadenas de suministro y en los precios.
A simple vista sería tanto como aceptar que Ginebra ha sido el Waterloo de Trump al llegar debilitado y ceder en la batalla arancelaria. Pero una vista más al fondo y pensando que una guerra se considera ganada al conseguir sus objetivos, la percepción de derrota debería ser reconsiderada.
En la tregua, Trump mantiene altos sus aranceles, pues el 30% no es bajo si se suman los adicionales al acero y aluminio ya existentes. Los precios al consumidor irán al alza en un riesgo político calculado antes de la elección intermedia, pero se reducirá el consumo de los productos que provocan el déficit; la devaluación del dólar resultante reduce la presión sobre la deuda y la especulativa con los bonos del tesoro; la inflación se mantiene en niveles controlables por la FED y la permanencia de aranceles altos con el resto del mundo aumenta la recaudación y provoca el ahorro necesario para componer la cuenta nacional.
Entonces la percepción de derrota no sería tan exacta, pues sus objetivos se estarían cumpliendo, tal vez no en la proporción deseable, pero si en el sentido correcto.
Falta saber cuál será la posición de la Unión Europea, Japón, Corea y los integrantes del BRIC, cuya situación es diferente a la de China y es presumible que con ellos tratará el presidente Trump de negociar en condiciones de mayor conveniencia.
La política del presidente Trump enfrenta presiones en todos los frentes, el interno y el exterior y eso si significa una debilidad, pues sin un respaldo decidido de los suyos las condiciones para negociar no serán las que el imaginó al desatar esta vorágine comercial y por ello considero que Ginebra no será su Waterloo, pues todavía le quedan demasiados frentes.
Sus objetivos son los necesarios para lograr equilibrar la balanza de pagos y darles respiro a las finanzas públicas, pero la estrategia partió de cálculos equivocados sobre la posición de fuerza. El gran garrote ya no intimida como antes y a él le faltan las palabras suaves que recomendaba Roosevelt.
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