NACIONALES
Los tiempos están cambiando
Conciencia con texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Quizá las nuevas generaciones se asusten o se incomoden con los dimes y diretes, con los señalamientos y las groserías de los políticos modernos. Quizá piensen que la grilla (esa parte de la política que todo mundo dice detestar) es indigna de un pueblo como el mexicano.
Quizás, quizás, quizás… están perdiendo el tiempo, pensando, pensando: ¿hasta cuándo?
¿Hasta cuándo se hablará con la verdad, sin tapujos ni eufemismos en lo relativo al acontecer político? ¿Cuándo se aceptará que lo que fue ya no será; que el tiempo pasado no fue siempre mejor? ¿Cómo se dirimirán las naturales diferencias si hay un ambiente de violencia, de amedrentamiento, de falsa educación y pésima interpretación de la realidad?
A quienes se espantan con las diatribas en debates, diría el filósofo del ring, Sylvester Stallone, con su acento gringo, “les hace falta ver más bax”. No está el horno para bollos, es cierto; hay factores extras que afectan al proceso electoral.
Primero, los asesinatos de candidatos; segundo la impunidad que reina en este país y que no es para nada nuevo en el contexto del absurdo de los “abrazos, no balazos” y, segundo, la muy probable intromisión del sindicantro del Crimen Organizado (Sector Privado).
Si nos remontamos a la época en que el PRI tenía la hegemonía, el mando único y el total del poder, podemos recordar que, como decía Félix Flores Gómez; «en política los amigos suelen ser de ‘mentiritas’, pero los enemigos son de verdad».
Los debates light de los que se han escandalizado no pocas personas de las nuevas generaciones son poca cosa comparados con las luchas por el poder que tenían los diversos grupos priistas. Y sin debates públicos, pero con luchas internas encarnizadas, crueles, sin compasión y violentas hasta la muerte (el crimen de Colosio lo confirma, entre otras víctimas del mencionado sistema).
Eran las mismas siglas, ostentaban la misma ideología, según ellos, pero con diferentes interpretaciones, con distintos jefes políticos y con fines muy particulares… donde aplicaban sus propias maneras de llevarlos al cabo.
Fingían amistad, cordialidad y hasta compadres se hacían. Pero eran chacales, hienas, lobos furiosos y aún buitres cuando se trataba de pelear por los huesos públicos.
Por eso el Partido Revolucionario Institucional pudo subsistir durante casi ocho décadas. Porque cada corriente en su seno era un partido diferente. Ése es el sistema a que se alude cuando se recuerda que ése es el origen de la mayoría de los grillos que hoy detentan el poder. Origen que no pueden sacudirse ni librarse (si no es gripe, señoras) de dicha manera de hacer política y ejercer el poder cuando llegan quienes ganan las elecciones.
Por eso, cuando AMLO asegura “no somos iguales”, en comparación con los que llama PRIANISTAS, sólo está tratando de desviar el foco de atención, puesto que su partido MORENA, alberga –en su mayoría- a ex priistas, ex panistas, ex perredistas. Él mismo, su sanedrín, su círculo vicioso del poder, provienen de estos partidos y hacen grilla al estilo más perro del PRI.
Tienen una impronta imposible de borrar y solamente quien no quiere ver la realidad le sigue el juego a este grupo de ex priistas, ex panistas, ex perredistas que reniegan de su origen, pero disfrutan del morboso poder que les reditúa navegar con esa bandera pirata de un sistema caduco, obsoleto y lleno de corrupciones, depravaciones, y degradaciones.
El sistema creado por los priistas (los “herederos” de la Revolución Mexicana), sigue en boga con esta generación de políticos en fuga que han logrado contaminar a los nuevos grillos con sus perversiones heredadas al viejo (lo confirman las impensables coaliciones recientes de jóvenes grillos con la Mafia del Poder ), pero aún vigente sistema político mexicano.
Robert Zimmerman, conocido en el bajo mundo de la música como Bob Dylan, premio Nobel de literatura, lo sentenció claramente en su canción “The times they are a-changing”.
Así lo planteó: “Vengan senadores, congresistas. Por favor presten atención al llamado. No se queden en la puerta; no bloqueen el pasillo. Porque el que resulte herido será el que se haya estancado.
«Vengan madres y padres de toda la tierra y no critiquen lo que no pueden entender. Sus hijos e hijas están más allá de sus órdenes. Su viejo camino está cambiando rápidamente…»
«Por favor sálganse del nuevo si no pueden prestar su mano. Los tiempos están cambiando».
«La línea que se dibuja; la maldición que se lanza; el lento ahora más tarde será rápido; igual que el presente ahora más tarde será pasado».
«El orden se está desvaneciendo rápidamente y el primero ahora será más tarde el último, por los tiempos que están cambiando».
