NACIONALES
Megafarmacia: Improvisación y desesperación
Opinión, por Iván Arrazola //
Una forma particular para solucionar los problemas públicos tiene la actual administración federal encabezada por Andrés Manuel López Obrador, la prueba-error parece ser la formula favorita, no importa el número de veces que se equivoque, no importa el número de veces que se tenga que modificar una política, todo con tal de mostrar que en este gobierno las cosas se hacen de forma diferente.
El caso de la Megafarmacia del Bienestar ilustra lo sucedido, los cambios generados al inicio de la administración en la compra de medicamentos generaron un problema severo de desabasto de medicamentos, en aras de acabar con la “corrupción” la administración obradorista formuló distintos planes, ninguno de ellos ha funcionado, por lo que la creación de la Megafarmacia parece una medida desesperada para tratar de terminar con el problema del desabasto de medicinas.
El primer plan fue la compra consolidada de medicamentos por parte de la Secretaria de Hacienda en lugar del IMSS, la fórmula tuvo tan poco éxito ante la falta de experiencia de esta secretaria en la compra de medicamentos que decidieron recurrir a la ONU, tampoco el plan funcionó, muchas de las licitaciones que lanzó el organismo quedaron desiertas, posteriormente por medio del INSABI se trató de resolver el problema, tampoco se obtuvieron resultados satisfactorios, inclusive esta institución desapareció en el mismo sexenio en que se creó, dando pasó a IMSS-Bienestar, institución que tampoco pudo terminar con el problema del desabasto.
Una parte importante del problema del desabasto se generó cuando el gobierno decidió a través de un decreto impedir que las tres principales distribuidoras de medicamentos en México participaran en la compra de medicamentos, alegando cobros excesivos y actos de corrupción, lo que no dimensionó la administración obradorista es el problema que generaría en el abasto de medicamentos tratando de emprender una lucha contra la corrupción.
Por poner un ejemplo, de las 847 mil muertes que se registraron en México durante 2022, al menos el 20% de las personas que murieron, fallecieron a consecuencia de no recibir una atención médica oportuna o no tuvieron acceso a los medicamentos, estiman expertos en materia de salud.
Pero también se generaron otros problemas, el presupuesto para la compra de medicamentos no aumentó sustancialmente, pero sí el precio de los medicamentos, por lo tanto, se pudieron comprar menos medicamentos, también crecieron los reportes de robo, falsificación o adulteración de medicamentos.
Ante la desesperación y la falta de resultados, nada mejor que una solución directa, crear una Megafarmacia, que tenga todos los medicamentos, ante la escasez de un medicamento basta con hacer una simple llamada y en un máximo de 48 horas el paciente que pertenezca a alguno de los tres grandes sistemas de la salud, IMSS, ISSTE o IMSS-Bienestar, tendrá la medicina en sus manos, según ha señalado el gobierno.
La Megafarmacia, sin embargo, genera dudas, cómo se conservarán medicamentos que requieren un tratamiento especial, cómo se trasladarán dichos medicamentos considerando que algunos requieren condiciones especiales para transportarse, cómo se realizará el proceso de entrega de los medicamentos considerando que todo se centraliza en la zona conurbada de la Ciudad de México, y la logística para trasladarlos del AIFA al resto del pais deberá de ser sumamente eficiente, de lo contrario incrementará el costo por la entrega de los medicamentos, además de que el proyecto será manejado por Birmex, una empresa paraestatal señalada por malos manejos administrativos.
El gobierno ha intentado encontrar soluciones que en apariencia parecieran ser las adecuadas para resolver los problemas, pero en realidad han generado altos costos para la población.
Ante el encarecimiento del gas LP, nada mejor que crear una empresa encargada de comercializar el gas, que es el caso de Gas Bienestar, para ampliar la oferta de aerolíneas, se crea una aerolínea financiada en su totalidad por el Estado Mexicano, la posibilidad de medir los resultados y el impacto de las medidas es casi imposible, cuando mucha de la información se reserva o simplemente no se rinden cuentas por las decisiones que se toman
Con estas medidas se vuelve a la vieja estrategia que fue ampliamente utilizada en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado en México, con los resultados ya conocidos, un Estado enorme, que administra de manera poco eficiente los recursos y que da palos de ciego en los problemas más apremiantes como lo ha demostrado con el caso de la compra de medicamentos, que no solo ha costado recursos, además ha costado vidas.
Una de las funciones centrales del Estado es garantizar la eficiencia en el uso de los recursos públicos, como en otros momentos de la historia pensar que el Estado puede ser el principal administrador de los recursos, lleva a excesos y a improvisación, lo que se pretende con medidas como la Megafarmacia es generar un efecto en la opinión pública de que se están atendiendo los problemas, sin hacer un análisis profundo si esta es la medida más óptima para atender el problema del desabasto, lo que importa es salir al paso de las críticas y mostrar que se está haciendo “algo”, habrá que esperar que en el futuro la clase política rinda cuentas por sus acciones, pero sobre todo que las decisiones que tome las justifique ampliamente y sea responsable por las consecuencias que generen.
