JALISCO
Mercado electoral
Opinión, por Miguel Ángel Anaya //
Después de vivir una jornada electoral intensa y pasando por un proceso electoral con mucha polarización, Jalisco y México tomaron decisiones que marcarán el rumbo de nuestras comunidades por los próximos tres años e incluso por más tiempo.
Podríamos hacer un análisis de lo acontecido en las recientes elecciones desde muchas ópticas. En primer lugar, hay que resaltar el alto porcentaje de participación a pesar de ser una elección intermedia. El actual proceso, se llevó a cabo en medio de sucesos que hicieron pensar que el voto sería desalentado, tales como fueron la pandemia, la violencia, la apatía e incluso la lluvia que en esta ocasión esperó a que cerraran las casillas para hacerse presente.
El pasado domingo, la ciudadanía decidió acudir a las urnas. En la elección actual, la participación ciudadana se colocó alrededor del 52%. En procesos intermedios anteriores el porcentaje fue menor; en 2009 tuvimos 44.6% y en 2015 fue de 47.7%. Días antes de la jornada electoral, distintos medios de comunicación y encuestadoras pronosticaban que el 6 de junio la participación ciudadana sería de alrededor del 40%.
Para continuar, es de recalcar que a pesar de que existían hasta 14 opciones para elegir a las y los presidentes municipales y a las y los integrantes del próximo Congreso Local, la mayoría del voto se concentró en solo dos o tres fuerzas políticas, algunas instituciones buscaron participar de manera seria y el resto de los partidos únicamente estuvieron de adorno y en ese punto quiero ahondar.
Según la Ley General de Partidos Políticos, un partido, necesita obtener al menos el 3% de la votación válida emitida para conservar su registro ante el Instituto Electoral. En nuestro estado, con el 63% de las casillas computadas, de los 13 partidos existentes, seis (casi la mitad) perderían su registro. Si juntamos los votos de todos ellos no alcanzarían ni el 7% de la votación válida, varios de sus candidatos y candidatas, declinaron a favor de otras candidaturas en medio del proceso electoral, por si fuera poco hubo quienes de plano ni siquiera salieron a hacer campaña y sin embargo, si recibieron recursos públicos.
Entiendo que como ciudadanos todos tenemos derecho a votar y ser votados y estoy convencido de que la pluralidad suma a una democracia que se construye todos los días, sin embargo, creo que las reglas para asignar recursos públicos a quienes participan en las elecciones tienen que perfeccionarse. La mayoría de las ciudadanos ni siquiera conoce las propuestas, posicionamientos o perfiles que presentaron varios institutos políticos de los que participaron en la elección pasada y a pesar de ello sus impuestos pagaron esas campañas.
Bajo estas condiciones, como ciudadanos nos surgen varias inquietudes (y estoy seguro que muchos las compartirán): ¿Para qué mantener a tantos partidos políticos? ¿Por qué asignar recursos públicos a candidaturas que no representan prácticamente a nadie? ¿Son necesarios varios partidos cuándo el voto se concentra solamente en tres o cuatro de ellos? ¿Las candidaturas que declinan en medio del proceso electoral deberían devolver los recursos que les fueron asignados para hacer campaña? Hay mucho que reflexionar respecto de este tema.
Finalmente, parece que ya se definieron a los ganadores de las elecciones en la mayoría de los municipios y diputaciones de nuestro estado, esperemos que la polarización quede atrás, que se constituyan gobiernos donde la sociedad participe de las decisiones y que se construya una visión de largo plazo de nuestras comunidades pensando siempre en el bienestar general de la ciudadanía. Ojalá que la oposición sea seria, propositiva y con críticas constructivas. A nivel local, la fuerza política ganadora contará con un amplio respaldo en el congreso que le permitirá respaldar las decisiones tomadas desde los espacios ejecutivos. Tienen una gran oportunidad para realizar un buen gobierno, esperemos que así sea.
Para los que ganaron, para los que no fueron favorecidos en las urnas, para los que votaron, para los que opinaron y para los que solamente observaron, dejo una pequeña reflexión: Hacer política es mucho más que militar en un partido. Hacer ciudadanía es mucho más que asistir a votar.
Construyamos gobiernos participativos para lograr la comunidad que queremos.

