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NACIONALES

México: ¿Víctima o protagonista ante Trump?

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Desde los Campos del Poder, por Benjamín Mora Gómez //

Hace pocos días, tras la conversación entre Claudia Sheinbaum y Donald Trump, en México se nos dijo que la presidenta había ganado tiempo ante la imposición de gravámenes a nuestras exportaciones a Estados Unidos, presumiendo de que ella había ganado en esa escaramuza; hoy, la realidad pareciera demostrar lo contrario y que fue el presidente norteamericano quien ganó tiempo para armar su estrategia de exterminio de dos de los cárteles más importantes de México: Los chapitos y Jalisco Nueva Generación.

Me llama la atención la selección hecha por el gobierno de Trump de los primeros cárteles a quiénes extinguir. Desde mediados de octubre de 2024, según una investigación de Illicit Investigations, con el propósito de acabar con la gente de Ismael “Mayo” Zambada, gente de Iván Archivaldo Guzmán habría formalizado una alianza con gente del Nemesio “el Mencho” Oseguera en estados como Zacatecas, Nayarit y Chiapas. El Mayo ha resultado de gran ayuda al gobierno norteamericano en un tema tan sensible como el del narcotráfico.

Hay muchas especulaciones del porqué un avión espía norteamericano y grandes buques de guerra de aquel país han entrado al Mar de Cortés, especialmente frente a Sinaloa, que senadores de oposición piden aclarar. Hay quienes suponen que es parte de los acuerdos entre los dos presidentes a fin de permitir a Estados Unidos realizar labores de inteligencia y espionaje sobre territorio mexicano.

La presidenta Sheinbaum ha buscado dejar en claro que ella NO está vinculada con ningún cártel de la droga, en respuesta a la acusación de Donald Trump sobre el particular contra el gobierno de México, y de manera específica del presidente Andrés Manuel López Obrador con Joaquín “El Chapo” Guzmán.

López Obrador, siempre rústico en su decir y actuar, no pudo entender que su vida era ejemplo y punto de reflexión, para bien o mal, para todos en México y el mundo. Lo vulgar fue su costumbre porque lo pedestre era y es su esencia. Nunca quiso crecer en dignidad y valía.

López Obrador teatralizó todo en su gobierno. Al no tener materia gris suficiente para ser presidente, vivió de apariencias mañaneras, dramatizando lo que era vano; por desgracia, sus contrarios lo advirtieron tarde, cayendo en el abismo de sus indolencias.

Hay quien cree que López Obrador era leal a sí mismo en su proceder; yo difiero. Como presidente de México tuvo un mandato fundamental: “Desarrollar una genuina personalidad de presidente”. Lo vistieron con buena ropa, pero no pudo evitar convertirla en harapos al momento de vestirla. Mona era y mona se quedó. Y aunque no voté por la señora Sheinbaum, debo aceptar que día a día se diferencia más y más de su predecesor.

Hoy pagamos las lamentaciones mañaneras de López Obrador por la condena judicial del Chapo en EEUU, su encuentro con la mamá del Chapo y la liberación de Ovidio Guzmán en Culiacán. Todo aquello y más, hoy, desde las oposiciones, muchos lo usan para acusar de Claudia Sheinbaum de ser lo mismo; su aparentemente inmovilismo ante casos como el que se vive en Sinaloa con el gobernador Rocha y de otros estados de la república parecieran acusarla, pero quizá cuide las formas que dan fondo y solo espere al momento en que ella tenga todo el poder para actuar sin poner en riesgo ni a su gobierno ni a sí misma.

Trump actuará y México se empezará a limpiar. Desde Calderón, pasando por Peña Nieto y López Obrador no se tuvo la fuerza ni la claridad estratégica para acabar con los cárteles; quizá Sheinbaum haya decidido tomar otro camino. Donald Trump se ha comprometido a detener el tráfico de armas hacia México. Eso no se había logrado antes con tanta puntualidad.

Es increíble pensar que cualquier turista que llegue a Acapulco, Cancún, Chapala, Puerto Vallarta, Ciudad de México, Guadalajara u otros destinos en México, pueda adquirir cualquier droga en unas cuantas horas y nuestra policía no encuentre y arreste a quiénes la trafican y venden. Hay droga disponible en restaurantes, bares, antros y tienditas de barrio.

En Jalisco, seguramente el gobierno norteamericano, a través de su consulado, ya tenga una radiografía puntual de la presencia del narco en cada ciudad del estado y en los gobiernos municipales. Veremos que sucede en los días siguientes en cuanto a sus decisiones en contra del Mencho y su Jalisco Nueva Generación.

Sean como fueren las decisiones, éstas deberán ser casi quirúrgicas para evitar que la guerra declarada por Trump nos alcance en nuestras vidas diarias. Estamos ante un posible cambio radical en México que no debería tomarnos por sorpresa. Quien mejor se prepare, ganará.

Cuando Ricardo Anaya, senador por el PAN, exige, públicamente, que la secretaría Rosa Icela Rodríguez de Gobernación y el canciller Juan Ramón de la Fuente expliquen los alcances de los acuerdos entre Claudia Sheinbaum y Donald Trump, no demuestra su amor a la verdad sino un muy evidente y lamentable afán protagónico y que no entiende que hay acuerdos del más alto nivel que nos deben sacarse a la luz a fin de no oscurecer el futuro común. Anaya demuestra ser un imberbe político. Hay veces que el silencio ayuda a disimular limitaciones personales.

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ENTREVISTAS

Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

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Por Francisco Junco //

“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.

Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.

Un camino desde abajo

Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.

“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.

Retos de una elección sin precedentes

En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.

Dilemas judiciales

Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.

“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.

Una justicia humana y equitativa

Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.

Propuestas claras

¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:

“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.

Deuda histórica con las víctimas

Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.

El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.

En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.

En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.

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CARTÓN POLÍTICO

Herida abierta

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NACIONALES

Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

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Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.

Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.

Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.

Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.

Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.

La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.

El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.

Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.

Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.

Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.

Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.

Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.

Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.

Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.

A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.

 

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