MUNDO
Todo el mundo a elecciones
Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //
Tal vez no se exagera cuando se dice que el año actual es uno de esos que pueden marcar la historia de la humanidad. El 2024 será un año en el que prácticamente la mitad de la población mundial vivirá de cerca un proceso electoral para votar a sus representantes.
El actual, será el año en que los países democráticos irán a elecciones con pocos días de diferencia, si no pasa algún fenómeno mundial que lo impida -la guerra y los virus asoman las narices-, alrededor de 70 países, entre ellos Estados Unidos, La India e incluso Rusia llamarán a sus ciudadanos a las urnas; por si fuera poco, Taiwán que representa un punto importante de las tensiones de los países orientales también vivirá un proceso electivo. En total, se renovarán los gobiernos e instituciones que representan a 3,994 millones de personas.
Para los expertos, esta gran ola electoral alrededor del mundo será una prueba de fuego para las instituciones establecidas. La democracia va mucho más allá de las elecciones, sin embargo, estas definen el rumbo de los lugares donde se dan y es una realidad que en la actualidad se encuentran condicionadas por la desigualdad social imperante en muchos países, en algunos otras por la delincuencia organizada y es cierto que el acceso a redes sociales genera una gran cantidad de desinformación que influye en la decisión de las personas.
Bueno, ¿Y cómo se ven las cosas en el mundo? Divididas, pero con una tendencia favorable para la extrema derecha, los casos más relevantes para un país como el nuestro son los siguientes:
Europa, donde alrededor de 450 millones de ciudadanos están convocados a elegir eurodiputados en los primeros días de junio. Actualmente los países que integran la Unión Europea tienen una mayoría socialdemócrata pero el crecimiento de la extrema derecha en la mayoría de los 27 países de la Unión y el impulso del Partido Popular, hacen pensar que habrá una nueva configuración política.
Estados Unidos tiene un caso muy especial. Joe Biden buscará la reelección frente al candidato que elija el Partido Republicano, que, aunque no ha sido definido, las encuestas dan una abismal ventaja al expresidente Donald Trump, hay que recordar la crisis política que se vivió luego de los resultados electorales de 2020. Un caso muy complejo para el vecino del norte.
Las elecciones latinoamericanas de 2024 inician el 4 de febrero en El Salvador, donde el presidente Nayib Bukele, buscará ser reelecto. Se trata de una postulación polémica, ya que la Constitución salvadoreña prohíbe a los presidentes buscar un nuevo mandato consecutivo de cinco años, pese a lo cual la Corte Suprema de Justicia lo avaló en 2021 y el Congreso aprobó en noviembre.
La estrategia de mano dura contra el crimen redujo la altísima tasa de homicidios que tenía aquel país y permitió recuperar el control de lugares que eran dominados por pandillas, lo que ha vuelto a Bukele uno de los presidentes más populares del mundo. Habrá que preguntarse si la popularidad o el buen trabajo justifican una reelección.
En América Latina también están previstas elecciones presidenciales en Panamá, República Dominicana, México, Uruguay y Venezuela. En la mayoría de ellos la derecha tiene amplias posibilidades de alzarse con la victoria.
El caso que nos interesa, evidentemente es el de México, donde parece que la candidata opositora ha dejado de brillar como lo hacía y las apuestas se cargan para la candidata oficial, sin embargo, como es claro, en el mundo occidental la cargada va hacia la derecha.
¿Nos debe importar la cantidad de elecciones a nivel mundial? ¡Claro! Los gobiernos elegidos fijarán las nuevas políticas mundiales respecto al comercio, seguridad, salud, migración, etc.
México no es una isla y la persona que sea elegida para dirigir el destino del ejecutivo seguramente enfrentará un panorama muy complejo, con un país violentado y un mundo que será muy pero muy distinto a aquel que donde vive y gobierna el presidente López Obrador.
La margarita se irá deshojando y seguramente para finales del año, el mundo cambiará bastante. Enfoquémonos en el dos de junio sin perder la perspectiva global.
