NACIONALES
Un accidente histórico
Campos de poder, por Benjamín Mora Gómez //
En efecto, coincido con Enrique de la Madrid Cordero, Andrés Manuel López Obrador es un accidente histórico… o quizá sea el costo que debimos pagar para superar atavismos ideológicos y asumir responsabilidades sobre un pasado poco edificante, abusivo, torpe.
Este jueves reciente, contrastaron visiones de sí mismos y de México, los aspirantes a la presidencia de la República por del Frente Amplio por México. Todos y todas tienen sus cualidades, buenas y malas. Hay quien se victimiza por todo, aun ante Beatriz o su esposo; hay quien se sume como el catedrático en Derecho Constitucional para la nación; hay quien debe aterrizar sus años de experiencia y altísima cultura, y hay quien sorprende por su frescura, elegancia, sobriedad y conocimiento de la realidad nacional.
Al término del encuentro, que no diálogo, puede escuchar a ciudadanos que nos dijeron cómo habían visto a los contendientes y si sus preferencias habían cambiado. El único que sorprendió, para bien, fue Enrique de la Madrid y sumó simpatizantes… Xóchitl no; ella, en el imaginario social, representa a quien podría ganar a Morena, aunque no es quien pudiera convertirse en una gran estadista, en esa mujer que marcase la diferencia con el pasado; solo es posible imaginarla gobernando con un buen equipo para salvar sus deficiencias. Es ocurrente y ya. Lo que no se entiende es que las corcholatas pejistas no tienen contenido, propuestas ni empuje y que, con atractivas propuestas de futuro, se les puede arrasar.
Xóchitl es más mercadotecnia, aunque algunas veces no apropiada para una mujer que busca ser la primera Presidenta de México. Me parece poco edificante verla repartiendo cervezas como si fuese mesera del festival tapatío de la cerveza.
Pero hablemos con seriedad de nuestro futuro y alejémonos de las victimizaciones de Xóchitl. Cierto es, López Obrador la ha atacado y hecho crecer, pero qué pasará cuando aquel deje el escenario político y ella tenga que hablarnos del México posible; cuando sus años de niña vendedora de gelatinas, estudiante destacada o empresaria exitosa dejen de ser el tema y deba hablarnos de su visión futura de México.
En el encuentro, dentro del Frente Amplio por México, se sintió agredida por Beatriz Paredes y acusó a su esposo de no haber querido acompañarla al evento. Nuevamente fue la víctima de otros. Eso quizá nos dé señales de algunos complejos emocionales que deba resolver para superar un trauma.
Enrique de la Madrid nos propone “otro México que sí es posible”, y eso me entusiasma. Un México diferente al de López Obrador, corrupto, opaco, amenazante, caprichoso y peligrosamente totalitario, y de aquel otro que a tantos decepcionó y maltrató, injusto y muchas veces abusivo y corrupto.
No es volver al pasado casi lejano ni repetir los sinsentidos de López Obrador. Me explico.
En materia de inseguridad, es desterrar los abrazos con delincuentes para aplicarles todo el rigor de un Estado mexicano y, si no les gusta el orden y la ley, sacarlos de la vida en sociedad, que rechazan y violentan, y meterlos en la cárcel tras un juicio que dé ejemplo a todos.
Hacia el Ejército Mexicano, la Marina Armada y la Guardia Nacional, reconocerles su valía y ordenarles actuar con fuerza y con respeto a la ley, en contra de esos delincuentes que se dicen organizados.
En materia de educación, es reconocer a los padres de familia su derecho a decidir sobre el futuro formativo de sus menores hijos, y a no pretender imponerles ideologías de género ni políticas de ninguna índole. Asimismo, a cuidar las materias y contenidos del currículo escolar a fin de que sean verdaderos y tengan sentido en la vida.
En relación a los programas sociales y los apoyos económicos aportados, darles transparencia y asegurar que transformen sus vidas. Así, por ejemplo, pasar del programa Jóvenes construyendo el futuro, al Programa Nacional de Empleo Juvenil Técnico y Profesional Agrícola, Pesquero y Forestal, para contar con un amplio y muy rico padrón de agentes activos mediante becas, conectando a jóvenes egresados de carreras vinculadas a la agricultura y la ganadería, pesca y forestal con los productores experimentados, a fin de hacer a estos más competitivos en sus sistemas y modelos de producción e impulsando una vocación de sustentabilidad medioambiental, coadyuvando hacia el arraigo en el campo de los jóvenes desde un empleo digno, sostenible y bien remunerado. No es detruir lo que se tiene sino darle un sentido nacionalista competitivo.
Hoy, el campo mexicano está abandonado, el presidente a desmantelado los programas alimentarios y extinguido a la Financiera Rural; eso nos condena a mayor pobreza alimentaria, abandono de las tierras productivas y mayores costos en los alimentos. La insensibilidad e ignorancia del presidente le impide mirar más allá de su miopía política, social, económica y ambiental. En ese otro México posible, el gobierno financiaría una nueva versión de la agricultura con bajas emisiones de carbono que pueda proporcionar rendimientos sostenibles durante décadas; un Proyecto de Nación y Patria en que se revitalicen las tierras agrícolas hoy degradadas, que no deforesten, y creen beneficios económicos significativos para los pequeños agricultores.
En este gobierno morenista, los mexicanos en condiciones de pobreza alimentaria se han multiplicado; y con un campo abandonado, esos millones seguirían creciendo. No se vale.
Merecemos otro México, y ese México sí es posible como bien dice Enrique de la Madrid.
