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JALISCO

Variadas afinidades y diferencian profundas similitudes: Dos personajes que pasarán a la historia, Alfaro y AMLO

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Por Pedro Vargas Ávalos //

Desde hace varios lustros, dos personajes son centrales en la vida estatal y en el devenir nacional. Jalisco no se podría entender este siglo XXI, sin considerar el papel que ha desempeñado Enrique Alfaro Ramírez, (EAR) su actual gobernador. Lo mismo se puede decir de nuestra patria: la corriente centuria queriendo o no, tiene como referencia al primer mandatario federal, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Ahora bien, aun cuando ambos personajes son fundamentales en el análisis histórico reciente, tanto de la entidad como del país, a sus variadas afinidades, las diferencian profundas disimilitudes. En el caso del ejecutivo jalisciense, es tapatío, hijo de un rector de la Universidad de Guadalajara-UdeG- (el abogado Enrique Alfaro Anguiano) que en su momento fue líder estudiantil, destacado estudiante y actual Notario Público, paradójicamente su vástago, egresó del ITESO (Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente, regenteado por jesuitas) con título de ingeniero y no como sería lógico suponer, de jurista, del Alma Máter tapatía, la universidad oficial (UdeG), sino de un centro escolar de índole privado.

Por lo que ve al primer magistrado de la nación, de origen modesto, es oriundo de Tepetitán, Tabasco; sus padres, Andrés y Manuela, le dieron su nombre: Andrés Manuel. Y éste se educó en escuelas oficiales, hasta egresar de la UNAM, como licenciado en ciencia política y administración pública.

Ambos políticos ingresaron al Partido Revolucionario Institucional, cuando eran los tiempos del “partidazo”, es decir, la época del partido casi-único, el que describió punzantemente el escritor peruano Mario Vargas Llosa: la dictadura perfecta. Eran los días en que quien se hiciese político, como expresara el matusálenico líder obrero cetemista Fidel Velázquez, el que se movía no salía en la foto. Es decir, había que ser muy disciplinado con los de arriba, la cúpula tricolor, y con mucho respeto al partido y sus jefes, hacer méritos para lograr ascensos.

Pero por sus características personales, que son de insurgencia a lo acostumbrado, no pudieron continuar sus trayectorias en el priismo, así es que EAR, afiliado por 1999 en el PRI, tras ser postulado (2002) para alcalde de Tlajomulco de Zúñiga, perdió y solo llegó a regidor. En 2005 dimitió de su instituto político y sostenido por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) logró ser diputado local plurinominal en la LVIII legislatura (2007-2010). Luego, aliados el perredismo con el Partido del Trabajo (PT), alcanzó la presidencia municipal de Tlajomulco, donde auspició un despegue sensacional de la población. En 2012, previos forcejeos con dirigentes estatales del partido del águila azteca, dejó a éste y se granjeó el apoyo del partido Movimiento Ciudadano, (MC) organismo que lo proyectó para contender en los comicios por la gubernatura del Estado, perdiendo la elección ante el priista Aristóteles Sandoval.

Más experimentado y por medio de una agrupación política (Alianza Ciudadana) pero con el respaldo de MC, logró ser primer munícipe de Guadalajara el año de 2015. Y desde ese sitial, bregó para ser candidato del mismo partido a la gubernatura, triunfando en 2018, y desempeñando hasta la fecha ese importante cargo. Eso sí, con muchas críticas, reproches y no pocas estimaciones difíciles sobre su actuar, y con insistencia, en su genio poco condescendiente. Algunos periodistas que asistieron a sus conferencias estilo mañaneras de AMLO, rebautizaron esas reuniones como “regañaderas”. Incluso, ambos han cometido errores al apoyar a ciertos políticos: Alfaro con Alberto Uribe, que se salió de su grupo; Amlo con gente como Lily Téllez y Germán Martínez, este último elocuente ejemplo del alacrán que a quien le ayudó a pasar el río, lo emponzoñó, justificándose al decir, es que, traicionar, es mi naturaleza.

Recientemente, Alfaro había sido una especie de adalid de una decena de gobernadores que disentían de cómo se conducían los demás colegas de ellos, en el seno de la Conferencia de Gobernantes, de mucha actividad hace unos años y por ahora, casi sin escucharse. Ese puñado de mandatarios se hicieron llamar “federalistas”, hasta que diversos motivos, sobre todo el término del período sexenal para algunos, los diluyó. Pero Alfaro allí llevaba la voz cantante, y de tal circunstancia surgió la idea de que era presidenciable, perfil que conservó hasta hace unos días, cuando anunció que no buscaba tal pretensión y que solo quería terminar su mandato en Jalisco, para retirarse de la política.

Como se puede colegir de lo antedicho, en muchos aspectos, la trayectoria del actual presidente de la nación, AMLO, es parecida: se iniciaron en el PRI, se rebelaron a sus dirigentes, pasaron al PRD -donde López Obrador fue líder nacional- y poco antes, no pudo ser gobernador de Tabasco, debido a unos comicios sucios y muy alterados, al típico estilo de los alquimistas electorales tricolores: su rival fue Roberto Madrazo, para darnos una idea cabal de su mañoso adversario.

Pero luego fue gobernador del DF, y tras padecer los ataques perversos de Fox y cómplices, que lo desaforaron, se sobrepuso y pugnó por la presidencia de la república en 2006 -cuando se hizo del poder Felipe Calderón, “haiga sido como haiga sido” dijo este mismo, en cínica frase que lo ha calificado como usurpador- y repitió en 2012, cuando Enrique Peña Nieto, en trama bien urdida por las “mafias del poder” mexicano, llegó a Los Pinos, para tristeza de México, pues encabezó uno de los gobiernos más corruptos de nuestra historia.

Finalmente, AMLO, ante una verdadera cascada apabullante de votos, arribó a la jefatura de la república en 2018, y de allí a la fecha ha llevado a cabo lo que se conoce como Cuarta Transformación, 4T, considerando que la primera fue la lucha por la Independencia (1810-1821), la segunda, la guerra de Reforma (1857-60) y la tercera la Revolución Mexicana (1910-1917). El ejercicio de la 4T ha sido a contracorriente, ante una tremenda “law Fare” o guerra judicial y buscando, bajo su divisa de “Por el bien de todos, primero los pobres”, luchar contra la corrupción y hacer que la libertad, la justicia social con desarrollo general, así como la democracia, imperen a plenitud. Esa lid formidable, entraña separar el poder económico del poder político, lo cual es tan trascendente, como aquella batalla del siglo XIX en que se separó a la iglesia del Estado.

Como se puede ver, tanto el gobernante jalisciense como el presidente de la república, se han echado a cuestas tareas colosales, que, por lo delicado de las mismas, algunas no se alcanzarán,(como la refundación estatal) o quedarán a medio camino (tal es la lucha contra la corrupción). Pero de que ambos pasarán a la historia, eso es seguro, pésele a quien le pese y le duela a quien le duela.

Ahora, el gobernador EAR anunció que ceja en el empeño de ser aspirante presidencial de la oposición; habla de que el partido que regentea -aunque no esté afiliado a él- o sea el MC, debe reconsiderar el ir unido con los del Frente Amplio por México (FAM) que antes eran Va por México. Exige que la dirigencia nacional, que reitera a cada rato que “con el PRI ni a la esquina” (léase Dante Delgado, el fundador, guía y dueño) escuche lo que en Jalisco se plantea. Al respecto, desde el aludido jarocho -Dante- hasta el inefable “Alito” lo consienten, y no digamos sus huestes locales, que lo reverencian y expresan: como Ud., quiera señor.

Algo parecido sucede en el caso de AMLO, aun cuando a él en lo particular, sus adversarios del FAM y los medios tradicionales -que incluyen a los comentócratas defenestrados por su régimen- lo tratan de maneras tan insidiosas, que solo en tiempos de Madero se vieron. Pero a pesar de todo, allí está el lopezobradorismo, con ventajosos porcentajes para repetir en el 2024, y su fundador, recibiendo según las encuestas, el visto bueno de alrededor del sesenta por ciento del pueblo, que al final de cuentas será lo que valga.

Para finalizar, hemos de anotar que ambos líderes, han asegurado que, terminado su correspondiente período de gobierno, se retirarán de la política. Muchísima gente pone en tela de duda tal aseveración, pues los dos personajes están hechos para vivir en y dentro del quehacer público. Por ello, es muy difícil predecir si esa intención se cumplirá; de allí que cada ciudadano se hará su reflexión y de tal forma, definirá su veredicto, el cual, como gritan los locutores y cronistas del deporte, finalmente la opinión del respetable, es lo que importa.

JALISCO

La transparencia del fiscalizador

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– Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac

En Jalisco, la transparencia y la rendición de cuentas deberían ser principios innegociables. Sin embargo, la resistencia del auditor superior del Estado, Jorge Alejandro Ortiz Ramírez, a ser auditado por la Unidad de Vigilancia del Congreso revela una paradoja alarmante: el encargado de fiscalizar el gasto público evade la supervisión.

Esta actitud, denunciada por David Rubén Ocampo Uribe, titular de la Unidad, y el diputado Alberto Alfaro García, presidente de la Comisión de Vigilancia, no solo cuestiona la integridad de la Auditoría Superior del Estado de Jalisco (ASEJ), sino que amenaza la confianza en el sistema democrático.

Desde el 10 de julio de 2025, cuando Ocampo asumió su cargo, Ortiz Ramírez ha bloqueado cualquier intento de revisión. Solicitudes de expedientes laborales, nóminas y contratos han sido ignoradas, y un encuentro institucional propuesto para el 19 de agosto quedó en el vacío. “Quería saber si todo está en regla. La respuesta fue negativa. Pedí una reunión pública con agenda común, y tampoco hubo respuesta”, relató Ocampo a Conciencia Pública.

Incluso se le prohibió a personal de la ASEJ pasarle llamadas, limitando el diálogo al secretario técnico, un subordinado que no puede sustituir al titular.

El diputado Alfaro, de Morena, califica esta resistencia como un desafío al Congreso y a la sociedad. “El auditor se siente intocable, como si fuera gobernador. Durante ocho años operó sin contralor, pero ahora que lo hay, se niega a colaborar”, afirmó.

Con el respaldo de 29 de 32 deputados al nombramiento de Ocampo, su legitimidad es incuestionable. “Sabe que abriremos la Caja de Pandora”, añadió, sugiriendo que Ortiz Ramírez teme revelar irregularidades.

La Constitución de Jalisco y la Ley de Rendición de Cuentas otorgan a la Unidad de Vigilancia facultades plenas para revisar la ASEJ sin necesidad de acuerdos previos de la Comisión de Vigilancia, como argumenta Ortiz Ramírez.

Esta interpretación “tecnicista” es, para Ocampo, un escudo para evadir la fiscalización. La pregunta es inevitable: ¿qué oculta el auditor? Denuncias internas apuntan a aviadores, nóminas infladas, “moches” por laudos laborales y tolerancia a incapacidades falsas avaladas por el IMSS.

Una figura clave en estas acusaciones es Sandra Verónica Márquez González, de la Dirección Jurídica, señalada por mantener personal inexistente en nómina y exigir pagos ilegales, prácticas que arrastra desde su paso por el Tribunal de Arbitraje y la Fiscalía, donde se le vinculó al “Clan Trevi” por cobros indebidos.

La ASEJ es un pilar estratégico del gobierno de Jalisco, con autonomía técnica y de gestión para garantizar imparcialidad en la fiscalización de un presupuesto cercano a los 200 mil millones de pesos. Su rol como contrapeso es crucial para generar confianza ciudadana.

Sin embargo, la resistencia de Ortiz Ramírez recuerda épocas oscuras de la Contaduría Mayor de Hacienda, antecesora de la ASEJ, donde se rumoraba que las cuentas públicas se “lavaban” mediante acuerdos entre bancadas legislativas. Funcionarios corruptos encontraban en estos arreglos una vía para encubrir irregularidades, otorgando un poder desmedido al titular del organismo.

Hoy, la ASEJ debería ser un modelo de integridad. El Plan Estatal de Desarrollo y Gobernanza 2024-2030, liderado por Cynthia Cantero Pacheco, establece la transparencia y la participación ciudadana como ejes rectores de la gestión pública. Este plan, construido con la voz de más de 675,000 jaliscienses, vincula el presupuesto a resultados medibles, exigiendo apertura y rendición de cuentas.

La opacidad de Ortiz Ramírez contradice este espíritu, debilitando la credibilidad de una institución que debería ser ejemplo.

La pasividad de otros actores institucionales agrava el problema. El silencio del Congreso en pleno y la inacción de la Fiscalía Anticorrupción alimentan percepciones de complicidad o indiferencia. Mientras, rumores de una posible reelección de Ortiz Ramírez, tras ocho años en el cargo, generan rechazo. “Un gobernador dura seis años y se va. Este señor pretende quedarse otros ocho. Es inadmisible”, sentenció Alfaro.

¿Cómo puede hablarse de rendición de cuentas si el fiscalizador se coloca por encima de la ley? La resistencia de Ortiz Ramírez no es un simple desencuentro burocrático; es una afrenta al sistema de pesos y contrapesos.

“La opacidad reina en la Auditoría. Si el auditor desconoce la ley, ¿cómo fiscaliza al estado?”, cuestiona Ocampo. La sociedad, cada vez más vigilante, exige respuestas. Ortiz Ramírez tiene una oportunidad: abrir las puertas de la ASEJ, entregar la información solicitada y demostrar que no hay nada que ocultar. De lo contrario, su silencio seguirá alimentando sospechas de irregularidades.

La transparencia no es negociable, y Jalisco merece una Auditoría Superior que predique con el ejemplo. Es hora de que el fiscalizador rinda cuentas.

 

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JALISCO

Cierra las puertas a la revisión: Se resiste el auditor de Jalisco Jorge Ortiz Ramírez a ser auditado

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– Por Francisco Junco

En Jalisco se vive una paradoja que raya en lo absurdo, el auditor superior del Estado, Jorge Alejandro Ortiz Ramírez, se niega a ser auditado. El funcionario que debería garantizar la transparencia y la rendición de cuentas, cierra las puertas a quien tiene la tarea de revisarlo desde adentro.

Lo que podría parecer un pleito de egos o un desencuentro burocrático es, en realidad, una afrenta al sistema democrático. Se trata de un auditor que desconoce al órgano interno de control nombrado por el Congreso, en un acto de rebeldía institucional que revela mucho más de lo que aparenta.

Desde el 10 de julio, cuando David Rubén Ocampo Uribe asumió la titularidad de la Unidad de Vigilancia del Congreso, se convirtió en el contralor interno de la Auditoría Superior del Estado de Jalisco (ASEJ). Su papel es claro, revisar el funcionamiento administrativo, financiero y laboral del organismo que vigila el gasto público.

Pero a más de un mes de haber asumido el cargo, Ocampo no ha podido tener ni siquiera una reunión con Ortiz Ramírez. Las solicitudes formales se acumulan, los oficios se contestan con evasivas y la interlocución se reduce a la Secretaría Técnica, como si el titular del organismo no existiera.

“Lo primero que solicité fueron los expedientes laborales, la sábana de nómina, los contratos. Quería saber si todo estaba en regla. La respuesta fue negativa. Después pedí una reunión de trabajo pública, con agenda común. Tampoco hubo respuesta”, relató Ocampo en entrevista con Conciencia Pública.

El auditor no sólo evade, sino que además bloquea. Cuando el contralor intentó comunicarse directamente, el asistente le confesó que tenían prohibido pasarle llamadas. “Le dije que necesitaba hablar con el auditor. Me contestó que sólo podía comunicarme con el secretario técnico. Yo no quiero hablar con su secretario, necesito hablar con él. Somos titulares de áreas que deben coordinarse”, reclamó David Ocampo.

El 19 de agosto fue la fecha límite que el contralor fijó para un encuentro institucional. Citó al auditor en sus oficinas o, en su defecto, en la propia ASEJ. La silla quedó vacía. Ortiz Ramírez no apareció.

Para el diputado de Morena, Alberto Alfaro García, presidente de la Comisión de Vigilancia, el asunto es mucho más grave de lo que parece. “Este señor se siente intocable, como si fuera gobernador. Durante casi ocho años hizo y deshizo en la Auditoría porque no había contralor. Hoy que lo hay, se niega a recibirlo. Eso es un desafío al Congreso y a la sociedad”, afirmó para Conciencia Pública.

El diputado local morenista subrayó que el nombramiento de David Ocampo tuvo un respaldo contundente, 29 de 32 diputados presentes votaron a favor. “Con ese aval, no hay duda de su legitimidad. Lo que pasa es que al auditor le incomoda porque sabe que vamos a abrir la Caja de Pandora”, señaló.

El argumento del auditor para no colaborar resulta, cuanto menos, cuestionable. Según Ortiz Ramírez, el contralor sólo podría solicitarle información con un acuerdo previo de la Comisión de Vigilancia. Una interpretación que, para David Ocampo, es absurda, ya que él, como auditor no necesita un acuerdo y aseguró que “la Constitución me otorga facultades como órgano interno de control. El auditor lo sabe, pero se escuda en tecnicismos para evadir la revisión”.

Esta resistencia no sólo retrata soberbia. También enciende las alarmas, y de acuerdo con David Ocampo, las preguntas son evidentes, ¿qué teme mostrar el auditor? ¿Qué hay en los archivos que no quiere que salgan a la luz? Nadie que actúe con limpieza debería oponerse a ser supervisado.

Y no es una sospecha al aire. Dentro de la ASEJ circulan denuncias internas que pintan un panorama de corrupción. Trabajadores señalan la existencia de aviadores, nóminas infladas, cobro de comisiones ilegales y hasta incapacidades falsas pagadas con recursos públicos.

Una funcionaria de la Dirección Jurídica, identificada como Sandra Verónica Márquez González, quien aunque firmaba como Jefa de la Unidad de Recursos Humanos de la ASEJ, su nombramiento era de supervisor C numerario, es señalada como operadora de esas prácticas. Testimonios internos aseguran que mantiene en nómina a personal inexistente, además de cobrar “moches” a trabajadores que ganaron laudos laborales, condicionando el pago de lo que por derecho les corresponde.

Los señalamientos no terminan ahí. También se le atribuye tolerancia hacia incapacidades falsas expedidas por el IMSS, con las que algunos empleados justificaban ausencias mientras seguían recibiendo sueldo completo. Todo, dicen, con el aval implícito del auditor.

El problema se agrava cuando se revisa el historial de esa funcionaria. Su paso por el Tribunal de Arbitraje y Escalafón ya había dejado huella: se le vinculó a un grupo conocido como “El Clan Trevi”, acusado de cobrar comisiones por laudos. Más tarde, en la Fiscalía, los trabajadores denunciaron que pedía aportaciones de su sueldo para mantener sus plazas.

Mientras tanto, el malestar crece entre empleados que observan cómo la institución que debería ser ejemplo de legalidad arrastra prácticas clientelares y corruptas. “Es una burla que el organismo encargado de vigilar la transparencia se hunda en lo mismo que debería sancionar”, comentó David Ocampo.

En este escenario, el silencio de otros actores resulta ensordecedor. Ni el Congreso en pleno ni la Fiscalía Anticorrupción han tomado cartas firmes en el asunto. La pasividad alimenta la percepción de complicidad o, en el mejor de los casos, de indiferencia.

“El auditor piensa que tiene el sartén por el mango porque entró con acuerdos políticos. Pero se le salió de las manos. Ahora la sociedad presiona y nosotros no vamos a callarnos”, advirtió el diputado guinda.

Para el legislador, Ortiz Ramírez busca prolongar su estancia y hasta se habla de reelección. “No lo vamos a permitir. Un gobernador dura seis años y se va. Este señor ya lleva ocho y pretende quedarse otros ocho más. Es inadmisible”, sentenció.

La pregunta que ronda entre diputados y ciudadanos es la misma ¿cómo puede hablarse de rendición de cuentas si el auditor no acepta ser vigilado? El sistema de pesos y contrapesos pierde sentido cuando el propio fiscalizador se coloca por encima de la ley.

“La opacidad reina en la Auditoría”, resume David Ocampo. “Y si el auditor desconoce la ley, estamos en un problema muy grave. Porque entonces, ¿cómo están haciendo las fiscalizaciones en el resto del Estado?”.

La paradoja es grotesca, la oficina que vigila a todos los entes públicos se resiste a ser vigilada. El organismo que exige cuentas se niega a dar cuentas, coinciden David Ocampo y Alberto Alfaro.

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Diputada Gómez Pozos apremia a Lemus a terminar Línea 4 del Tren Ligero, después vendrán recursos para la 5

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Por Mario Ávila

Un reproche y una advertencia dejó la diputada federal Merilyn Gómez Pozos, presidenta de la comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la LXVI Legislatura, para el gobernador de Jalisco, Jesús Pablo Lemus Navarro. Primero, lo urgió a terminar la obra de la Línea 4 del Tren Ligero para después poder pedir recursos federales para la construcción de la Línea 5.

Recordó que desde hace más de un año en presencia del ex presidente, Andrés Manuel López Obrador, se cortó el listón inaugural y se realizó un primer recorrido en un tramo corto de la Línea 4 del Tren Ligero que va hacia Tlajomulco, obra que también ya visitó posteriormente la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo.

“Y la obra sigue sin terminar y el tren sin funcionar”, lamentó la legisladora tapatía, quien recuerda que en los primeros 10 días de septiembre, ella recibirá en la Cámara de Diputados el proyecto de Presupuesto de Egresos del Gobierno Federal y se podría dar el caso que no se asignen recursos para la construcción de la Línea 5 del Tren Ligero, porque no se ha terminado la 4.

Este podría ser uno de los temas a abordar en la reunión plenaria de diputados federales de la primera circunscripción, que se efectuará este martes 26 de agosto, a donde acudirán más de 60 legisladores de Nayarit, Sinaloa, Sonora, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango y Jalisco, en donde la intención de los legisladores jaliscienses, será conectar la agenda local con la agenda nacional que se habrá de plantear para este segundo año del periodo ordinario de sesiones en la Cámara de Diputados Federal.

Los diputados vendrán encabezados por los integrantes de la Mesa Directiva, particularmente por Sergio Gutiérrez Luna y Dolores Padierna, presidente y vicepresidenta; lo mismo que del coordinador de la bancada de Morena, Ricardo Monreal Ávila y el coordinador político y líder sindical de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), Pedro Haces Barba.

El hotel Virreyes en Tlaquepaque, a partir de las 10 de la mañana, será la sede de esta reunión plenaria de los legisladores morenistas, en donde se abordarán, se discutirán y se aprobarán, los temas que se habrán de presentar en el período ordinario de sesiones que arranca el próximo 1de septiembre. De ahí la importancia de que los temas que le importan a Jalisco, puedan ser integrados a la agenda nacional.

RECIBIRÁN PROPUESTA DE PRESUPUESTO

El primero de septiembre arranca periodo ordinario de sesiones en el Congreso de La Unión y la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública que preside la diputada Merilyn Gómez Pozos, recibirá el día 8 de septiembre el paquete económico que envía la Secretaría de Hacienda, fecha en la que ya conocerá cuál es la primera intención de la presidenta sobre los ingresos y los egresos para el año entrante.

Sobre el procedimiento para darle trámite a esta propuesta, la legisladora planteó: “Nos pondremos de acuerdo para realizar mesas de trabajo con todos los que quieran participar, igual que lo hicimos en el período anterior, así como se recibió en aquel momento a presidentes municipales y al propio gobernador Pablo Lemus, hablaremos con todos los que quieran formar parte de la discusión del Presupuesto de Egresos, para poder elaborar un buen dictamen”.

La intención, según dijo la diputada Mery Gómez Pozos, es para que al igual que en el año 2024 el proceso se resuelva con diálogo, con apertura, con transparencia “y así nos fue muy bien el año pasado, porque no hubo protestas, ni tomas de tribuna, ni nos cerraron la cámara, ni tuvimos que buscar una sede alterna, como ha sucedido en otros años y con otros temas”, recordó.

Recordó Gómez Pozos en entrevista para los lectores del semanario Conciencia Pública, que la transparencia en el proceso de discusión fue la clave en la aprobación del Presupuesto de Egresos 2025 y así será para aprobar el gasto del 2026.

“Obviamente escucharemos a todos, yo platiqué con el gobernador nuevamente hace unos días y para él hay una prioridad que es la Línea 5 del Tren Ligero, pero como recordarán, la presidenta de Morena en su reciente visita a Jalisco, Luisa María Alcalde, hizo un llamado que hay que recordar, estamos pidiendo ya recursos para la línea 5 y no hemos terminado la línea 4”.

SIN DICTAMEN TÉCNICO, NO HABRÍA DINERO PARA LA LÍNEA 5

En la entrevista, la diputada Mery Gómez Pozos, representante del distrito 11 con sede en Guadalajara, que llegó a la cámara federal con el voto de casi 100 mil tapatíos detalló que para la Línea 5, “no es un tema que no se quiera dar la aportación Federal, lo que necesitamos son medios de transporte público, pero la decisión tiene que tomarse de manera técnica no política.

“La prisa aquí, es porque viene el Mundial de Futbol 2026, vamos a tener cuatro partidos, pero esos cuatro partidos transcurren en unos días, los demás días nos quedamos los jaliscienses padeciendo lo que puede ser un buen o mal proyecto, un buen o mal trabajo; tenemos que pensar en los jaliscienses, más que en los que nos van a visitar para el Mundial”, sentenció la representante popular.

La condición que pone la presidenta -abundó-, es meter el recurso que haga falta, pero tiene que haber un dictamen técnico de la Secretaría de Infraestructura que nos garantice, no a mí, ni a la presidenta ni a ti gobernador, sino a los jaliscienses, un mejor medio de transporte; pero el gobernador está tan apresurado de terminar esta obra para el Mundial, que no nos está dando la oportunidad de hacer una buena evaluación técnica para saber a qué se le va a invertir.

Que no pase -abundó-, lo que pasó en los Juegos Panamericanos, recordemos que a las casas de los alrededores del hotel El Tapatío les dieron su chainiadita, un brochazo para que se vieran bonitas; no es un tema de estética, es un tema de resolver un problema de fondo, yo le pediré al gobernador que espere los resultados de este dictamen técnico, no político, para ver qué es lo mejor para los jaliscienses, me lo llevo de tarea para ver en Secretaría de Infraestructura el proyecto y para cuándo lo podemos tener… la cosa es que la Línea 5 ya la están llevando a cabo y no se puede tirar el dinero a la basura, ya se están haciendo obras, sin el aval de la Secretaría de Infraestructura y por obvias razones la presidenta no puede decir cuánto necesitas, ahí te va, porque es un capricho y no hay una justificación técnica de que sea lo mejor para los jaliscienses.

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