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OPINIÓN

1951, 1999, 2013 y 2021: Lo que fue, lo que es y lo que será

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

Era 1951 y transcurría la temporada 1950-1951 del futbol mexicano, en aquel lejano entonces, el Atlas de Guadalajara atravesaba uno de sus mejores torneos en el futbol mexicano, mismo que cerró con broche de oro el 22 de abril del mismo año cuando una serie de resultados en la última jornada, que incluyeron una victoria del Atlas sobre su acérrimo rival, el Guadalajara, y una derrota del León en Veracruz y que le permitieron levantar el campeonato de la liga.

Resulta muy difícil imaginar todo lo que pasaba por la cabeza de jugadores, aficionados y directivos cuando el equipo rojinegro levantó el que sería su primer y único campeonato de liga, pero de lo que estoy 100% seguro es que absolutamente nadie se imaginó que aquello que estaban ganando era más que un trofeo.

Ese día, no solo estaban construyendo una de las místicas y filosofías deportivas más importantes del futbol mexicano y que además, dividiría a toda una ciudad con una rivalidad que continua vigente, sino que también, muy paradójicamente estaban comenzado a escribir la historia del Atlas, que aunque el equipo fue fundado en 1916, no fue hasta ese día, cuando el Atlas adquirió un sentido propio.

Muchas cosas han pasado no solo en México, sino en el mundo desde 1951, por ejemplo, solo por nombrar algunas: en 1953, Isabel II fue coronada a sus 26 años; asesinaron a John F. Kennedy; cayó el muro de Berlín y en 1991 Gorbachov anunció la disolución de la Unión Soviética.

Pero no solo eso, más tarde, en 1999, hubo otro suceso de carácter deportivo bastante relevante, especialmente, para los tapatíos.

Después de 48 años y de 3 descensos en 1954, 1971 y 1978, el Atlas de Guadalajara, protagonista de la columna de esta semana, volvía a hacer soñar a su afición llegando a la final del torneo de verano de 1999 jugando un futbol que hasta la fecha es recordado por muchos gracias al talento y la magia con la que jugaban grandes jugadores como Daniel Osorno, Miguel Zepeda, Mario Méndez, Cesar Andrade, Rafa Márquez, Pablo Lavallen y Erubey Cabuto, quienes bajo el mando de Ricardo Antonio La Volpe terminaron el torneo en segundo lugar y manteniéndose invictos como local y ganando el apodo de ‘’los niños héroes’’.

Aunque yo nací 4 años antes de ese evento, mis recuerdos de ello son pocos por no decir nulos, pero según palabras de mi mamá, mientras ella sufría en la sala de la casa viendo la final de vuelta, y mientras mi papá y un grupo de sus amigos vivía uno de los momentos de mayor angustia en las gradas del Nemesio Diez, yo marchaba por la casa con una sonrisa enorme y con mucha emoción por lo que sería mi último festival de kínder que tendría lugar en el Teatro Galerías.

Sobre esto, la historia todos la conocemos, el destino, Jerry Estrada y Hernán Cristante le arrebatarían al Atlas la oportunidad de levantar el titulo después de 48 años.

Pero después de esto, el Dios del futbol quiso que el Atlas continuara escribiendo su historia deportiva.

Después de 1999, las cosas no fueron sencillas, aunque hubo momentos de nueva ilusión en el 2004 y en el 2006, lo demás fue complicado debido a los problemas de descenso que acecharon fuertemente al equipo durante poco más de una década.

Pero el futbol no siempre es injusto, al contrario, los dioses del futbol tienen un cierto sentido de justicia que creo está fuera de lo convencional y el Atlas conocería eso en el 2013.

Después de muchos años con problemas deportivos y financieros orquestados por un grupo de directivos, la gota que derramó el vaso la conocería la directiva que tomaría el mando de la institución para el Apertura 2013 y que junto al equipo, también encontraría una serie de dificultades financieras que los dejaba en una situación fuera de control y sin margen de maniobra con problemas que involucraban a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Vender, o desaparecer; garantizar más años en la historia de una gran institución deportiva o bien, relegar al frio olvido la historia que se comenzó a escribir en 1951.

Era evidente, el olvidó jamás será una opción.

Fue en ese año que con todo y las dificultades financieras y deportivas, se continuaría escribiendo la historia de la institución y se prepararía el cierre digno de un capitulo, para comenzar uno nuevo a cargo de la ‘’poderosa’’ cadena de televisión TV Azteca.

Este pequeño periodo de la historia que nos lleva a una etapa que tuve la oportunidad de vivir de cerca y nos conduce a noviembre del 2013, en la final de la Copa MX contra el Morelia que aunque nos superaba en plantel, no nos superaba en garra, corazón y afición.

Ese 5 de noviembre, a diferencia de 1999, lo recuerdo a la perfección, para empezar, llegar a Morelia fue una odisea porque las carreteras estaban tomadas y no había forma de pasar (horas más tarde la Barra 51 demostraría que estábamos equivocados), por lo que tuvimos que hacer el viaje en avión saliendo de GDL a la CDMX, y de ahí, tomaríamos una pequeña avioneta para llegar a Morelia.

El partido, que fue dirigido por Pepe Mata, fue complicado, pero dramático.

Como era de esperarse, Morelia se puso arriba, minutos más tarde, Omar Bravo igualaría el marcador y más adelante se iría expulsado por una falta absurda, hasta la fecha, sigo creyendo que nunca quiso ser campeón con Atlas.

Al final, el marcador terminó 3-3, Lucas Ayala y Matías Vuoso empataron un partido agónico y Miguel Pinto salvó nuestra portería en más de una ocasión, además, la Barra 51, con esa pasión tan característica, se hizo tan presente en el estadio de Morelia, que con sus cantos, silenció a la afición del equipo anfitrión.

Para nuestra desgracia, el partido se decidió en penales y la historia de 1999 se repitió, solo que en esta ocasión, fallaron casi todos, incluso Leandro Cufré, ídolo que no puedo negar desarrolló un cariño por el equipo, pero tampoco puedo negar que desarrolló una animadversión por la directiva de ese periodo.

Solo él sabe qué había detrás de ese odio.

La final se perdió, recuerdo la tristeza, el llanto y la decepción, pero también recuerdo que fueron esos sentimientos, los que reforzaron mi cariño y mi compromiso como aficionado del Atlas.

En el camino a Guadalajara, lo único que recordaba eran los cantos de la afición y el corazón que dejó el equipo en la cancha, esto me hizo recordar que era justamente esa mística que rodeaba al Atlas, lo que me mantenía apoyando el equipo.

Después de ese partido, nunca volví a ver un equipo con tanta entrega y con tanto compromiso hasta ahora.

Ocho años después, con una nueva directiva, con una inversión modesta y con un proyecto a largo plazo, el Atlas de Guadalajara continúa escribiendo su peculiar historia en las páginas del deporte de nuestra ciudad, en esta ocasión, de la mano de Grupo Orlegi.

Para cuando esto se publique, ya sabremos cómo va la historia.

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MUNDO

Nominar a Trump, la devaluación del Premio Nobel de la Paz

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

¿Hay similitudes entre Donald Trump, la Madre Teresa y Nelson Mandela?

La pregunta, lanzada con sarcasmo por un colega, apuntaba a la reciente nominación de Trump al Premio Nobel de la Paz. La respuesta: Trump podría unirse a este selecto grupo.

La idea me dejó atónito. ¿Ha caído tan bajo la credibilidad de este galardón como para premiar a un líder cuya retórica se nutre de confrontación, cuya política persigue a migrantes y carece de un ápice de humanismo?

Hoy martes este debate resuena mientras el mundo observa el conflicto Israel-Irán, donde la autoproclamación de Trump como nominado expone las tensiones geopolíticas y mediáticas.

La nominación, promovida por congresistas republicanos como Buddy Carter y respaldada por Pakistán, parece más un ejercicio de autopromoción que un reconocimiento genuino.

En redes sociales, como X, las reacciones son polarizadas: partidarios de Trump celebran el “logro” con hashtags como #TrumpForPeace, mientras críticos lo tildan de “cínico” y “absurdo”, citando su historial belicista.

Trump prometió evitar “guerras eternas” tras su victoria en 2024, pero autorizó ataques a instalaciones nucleares iraníes el pasado sábado, usando B-2 y misiles Tomahawk. Este acto contradice su discurso, y el supuesto “acuerdo de alto el fuego” con Irán, presentado como mérito, ya muestra fisuras, según posts en X que reportan nuevos enfrentamientos.

La nominación parece un intento de blanquear su imagen tras decisiones controvertidas.

El Nobel de la Paz, históricamente un bastión de humanitarismo, ha perdido brillo. La entrega a Barack Obama en 2009, sin resultados concretos en paz, marcó un precedente de devaluación. Nominar a Trump, conocido por su retórica agresiva y políticas antiinmigrantes, refuerza la idea de que el premio se ha convertido en una herramienta de legitimación política. En X, usuarios ironizan: “¿El Nobel para Trump? ¡Solo falta nominar a Kim Jong-un por sus sonrisas!”.

Esta percepción se agrava por el contexto: el ataque a Irán, justificado por la supuesta inminencia de una bomba nuclear, evoca el engaño de Irak en 2003 bajo Bush, cuestionando la transparencia de EEUU.

Los méritos alegados incluyen el “acuerdo de alto el fuego” y su giro diplomático con Corea del Norte en 2018-2019, aunque este último colapsó. Sin embargo, su intervención en Irán, alineada con Israel, sugiere una agenda de poder más que de paz. En redes, analistas como

@GeoPoliticaMX destaca que la nominación coincide con la presión de Trump para reafirmar la hegemonía estadounidense ante China y Rusia, aliados cautelosos de Irán.

La posibilidad de que Donald Trump reciba el Premio Nobel de la Paz, pese a su retórica de combate y confrontación, plantea un dilema ético y simbólico que erosiona la esencia del galardón. Este escenario no solo reflejaría una devaluación histórica del premio, sino que legitimaría una narrativa donde el poder y la autopromoción prevalecen sobre los principios humanitarios que han definido a figuras como Mandela o la Madre Teresa.

Si el Nobel cae en manos de un líder cuya trayectoria contradice la paz, el desafío será redescubrir su propósito original, promoviendo un diálogo global que priorice la humanidad sobre la hegemonía. Solo así se podrá contrarrestar la ironía de un mundo al revés, donde la confrontación se corona como virtud.

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MUNDO

Sensacionalismo mediático: Alimentando el miedo a una Tercera Guerra Mundial

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

El sábado pasado, el mundo despertó con la noticia de que Estados Unidos bombardeó instalaciones nucleares cerca de Teherán, utilizando bombarderos furtivos B-2, bombas antibúnker GBU-57 y misiles Tomahawk lanzados desde submarinos y destructores.

Este ataque a tres puntos estratégicos intensificó la tensión global en un contexto ya marcado por la incertidumbre del gobierno de Donald Trump. Sus políticas, desde aranceles arbitrarios hasta conflictos comerciales con aliados como México y Canadá, han generado inestabilidad, amplificada por medios sensacionalistas que, a través de redes sociales, alimentan el miedo a una tercera guerra mundial entre audiencias influenciables.

El conflicto comenzó con ataques israelíes contra Irán, basados en la supuesta inminencia de una bomba nuclear iraní. Irán respondió impactando misiles en el complejo militar Kirya en Tel Aviv, exponiendo la vulnerabilidad del sistema defensivo israelí, incluida su Cúpula de Hierro.

Trump, alineándose con Israel, decidió intervenir sin pruebas claras que justifiquen la acción, evocando el precedente de George W. Bush, quien en 2003 invadió Irak con falsas acusaciones sobre armas de destrucción masiva. Esta repetición de tácticas imperiales para preservar la hegemonía estadounidense genera escepticismo global. ¿Quién confía en Trump, cuya facilidad para distorsionar la verdad es bien conocida?

Tras ganar las elecciones en noviembre de 2024, Trump prometió evitar “guerras eternas”, pero su retórica belicosa, incluyendo amenazas contra el líder supremo iraní Ali Khamenei, contradice esa postura. Su decisión arriesga un conflicto de consecuencias impredecibles, especialmente si Irán contraataca bases estadounidenses en la región.

Los medios sensacionalistas, amplificados por plataformas digitales, convierten esta crisis en un espectáculo de paranoia, presentando el conflicto como el preludio de una guerra global. Sin embargo, un análisis racional sugiere que las condiciones para una escalada de esa magnitud son limitadas, particularmente por la postura de China y Rusia, aliados históricos de Irán.

CHINA: CAUTELA ESTRATÉGICA
China ha optado por posicionarse como mediador, proyectando una imagen de actor responsable en la escena global. Los aviones chinos detectados rumbo a Irán probablemente buscaban evacuar personal, no brindar apoyo militar. Una guerra prolongada elevaría los precios del petróleo, afectando la economía china, que depende de la estabilidad energética.

Pekín podría recurrir a presión diplomática o sanciones económicas contra Estados Unidos, pero una intervención militar es improbable, dado el riesgo de desestabilizar sus relaciones con Occidente. Los medios sensacionalistas, sin embargo, exageran el rol de China, generando temor infundado entre quienes consumen titulares alarmistas sin cuestionarlos.

RUSIA: OPORTUNISMO LIMITADO
Rusia, enfrascada en su conflicto con Ucrania, ve en la crisis una oportunidad para distraer a EEUU y debilitar su apoyo a Kiev. Sin embargo, su respaldo a Irán ha sido mínimo, sin evidencia de asistencia militar directa. Moscú podría negociar beneficios, como alivio en sanciones por Ucrania, a cambio de mantenerse al margen. Aunque podría ofrecer inteligencia o logística a Irán si el conflicto escala, una intervención activa es poco probable.

Los titulares que predicen una coalición Rusia-Irán son exageraciones mediáticas que alimentan la paranoia de una guerra global, ignorando los cálculos estratégicos de Moscú.

FACTORES QUE LIMITAN LA ESCALADA
Irán ha advertido que la intervención de EE. UU. podría desencadenar una “guerra total”, pero su capacidad militar está mermada tras los ataques israelíes a sus defensas aéreas y sitios nucleares. China y Rusia priorizan su estabilidad interna y económica, evitando un enfrentamiento directo con EE. UU. e Israel. Ambos países podrían buscar influencia mediante soluciones diplomáticas, no militares. Los medios sensacionalistas, sin embargo, capitalizan el miedo, magnificando la amenaza y omitiendo el contexto geopolítico que desinfla la narrativa de una guerra mundial inminente.

IMPLICACIONES PARA MÉXICO
Para México, el conflicto tiene repercusiones económicas y políticas significativas. Un aumento en los precios del petróleo por la guerra beneficiaría temporalmente a Pemex, pero elevaría los costos de combustibles, impactando la inflación y el bienestar de los mexicanos. Además, la presión de EEUU para alinear a México en su agenda podría complicar la política de no intervención del país, un principio histórico de su diplomacia.

La intervención de Estados Unidos en Irán es un movimiento arriesgado de Trump para reafirmar la hegemonía estadounidense, sin evidencia sólida que lo respalde. Los medios sensacionalistas, amplificados por redes sociales, convierten esta crisis en un espectáculo de miedo, exagerando las probabilidades de una tercera guerra mundial y generando paranoia entre audiencias poco críticas.

China y Rusia, con posturas cautelosas, difícilmente escalarán militarmente, optando por maniobras diplomáticas para proteger sus intereses. En México, el conflicto amenaza con impactos económicos y diplomáticos, lo que exige un periodismo responsable que desmantele el alarmismo y fomente un análisis racional.

La ciudadanía merece información veraz, no narrativas que lucren con el temor.

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NACIONALES

Los juzgadores: Ley, justicia y pluralidad con democracia

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Por Pedro Vargas Ávalos //

A partir del cercano uno de septiembre, el Poder Judicial mexicano se renovará, a pesar de las oposiciones, las oligarquías privilegiadas, la mayoría de sus comentócratas y medios tradicionales, es decir, tope en lo que tope. Tendremos pues, juzgadores emergidos del voto popular y no de cúpulas de predominio.

Los enjuiciadores que integren el innovado ramo jurisdiccional (en Jalisco seguiremos en espera, pues nuestros legisladores -y quizás el ejecutivo- no tienen prisa y al parecer ni simpatías para remozar nuestro aparato judicial) tendrán como norte aplicar la ley, siempre procurando imponer la justicia, lo cual les será fundamental porque simbolizan la pluralidad nacional y surgen de la voluntad popular, o sea , de la democracia, lo cual se ajusta a lo que ordena el artículo 39 de la Constitución: Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste.

Ministros, magistrados y jueces siempre deben sujetarse, en el ejercicio de sus funciones, a la ley o más ampliamente al Derecho, pues aquella es el mandamiento obligatorio escrito (por lo que si no se cumple es sancionable) expedido por la autoridad competente, en tanto que este -el Derecho- implica el conjunto de normas y principios que regulan la convivencia de las personas, con el fin de que imperen la justicia -saber separar lo justo de lo injusto y que se otorgue a cada quien lo que legal y razonablemente le corresponde- y el orden con armonía social.

El aparato judicial, por tradición, siempre se integró con matices clasistas; de hecho, no encontrábamos en el cuadro de juzgadores, representantes de los pueblos originarios, y solo en exiguo porcentaje miembros del ámbito social más pobre o carentes de apoyos poderosos. En consecuencia, la carrera judicial no cumplía sus objetivos, debido a que ordinariamente se alteraba por influencia de los factores hegemónicos. Todo lo anterior es contrario a la pluralidad de la sociedad mexicana y al mandato constitucional que se funda indiscutiblemente en la soberanía nacional que reside en el pueblo.

Consecuente con lo antedicho, son los juzgadores resultantes de la reforma judicial que ahora es parte de la suprema ley de la república. Y si tales funcionarios no se ciñen al sentido de ley, derecho y justicia, para bien de la población, ahora habrá el Tribunal de Disciplina Judicial. Sobre el tema, declaró Celia Maya García, virtual presidenta de ese organismo: “se busca crear un nuevo sistema de justicia con juzgadores preparados, pero también con sensibilidad social y que sea cercana a la gente.” Agregando que, nunca serán persecutoras, pero eso sí: “El Tribunal de Disciplina Judicial, la única misión que tiene es que la justicia se imparta conforme a lo que dice la Constitución.

Entonces todo eso que ocurría antes de que había desviaciones, y siempre que te desvías de la ley implica una corrupción, pues que si eso se da se pare a tiempo, no se deje correr, no exista. Que se den resoluciones rápidas cuando haya quejas en este sentido para que no se hable de impunidad”. (El Universal, 16/06/2025).

Por lo que ve a la pluralidad étnica de México, esta se reflejará en la Suprema Corte de Justicia luego de la histórica elección del uno de junio pasado, pues quien obtuvo la mayoría de los votos y que por ende será quien presida al más alto tribunal de la nación, es el jurisconsulto de raza mixteca Hugo Aguilar Ortiz; esto además de que fueron electos varios juzgadores de ascendencia indígena en varias entidades federativas.

El citado Aguilar Ortiz, se describe: “soy indígena mixteco del estado de Oaxaca, he dedicado mis conocimientos, ejercicio profesional y experiencia en la promoción y defensa de los derechos indígenas en los últimos 30 años, en los que, en conjunto con otros abogados, hemos sistematizado la realidad y aspiraciones de los pueblos, las hemos transformado en conceptos jurídicos que recientemente fueron incorporados en el artículo 2º de la Constitución Federal”. (Diario Red, 9/05/25).

El senador Antonino Morales Toledo, también de origen autóctono (zapoteco) declaró complacido: “Más de siglo y medio después, un hijo de los pueblos originarios, esta vez de raíz mixteca, asume la más alta responsabilidad del Poder Judicial. Su elección representa un paso firme hacia una justicia más incluyente, cercana al pueblo y con rostro indígena”. En cuanto a su actuación, indicó Aguilar Ortiz, en una entrevista, que él no había llegado con transacciones con alguna agrupación, sindicato, poder político, etcétera, enfatizando: “llego con los votos que la ciudadanía depositó el 1 de junio; no tengo más que compromiso con ellos, con la Constitución, con el marco jurídico, con garantizar certeza para todos, porque este para mí es el objetivo central.” (Público, 2025-06-18).

El experimentado letrado agregó, en el encuentro predicho, que estaba consciente del lugar al que llegaría, y del “reto que tenemos, las dificultades que ha tenido la Corte, por decirlo de manera suave, en los últimos años” así como de la condición que tienen grandes sectores de la ciudadanía en relación a la justicia.

Al respecto expuso: «Hay un sector de la población que cuenta con los recursos suficientes para contratar un abogado calificado y ellos seguirán llegando a la Corte y se les va a administrar justicia siempre que tengan la razón, pero también hay otro sector que no tiene esas condiciones; y para los cuales el sistema de justicia no ha existido, por lo que vamos a equilibrar ahora la condición de estos sectores sociales tradicionalmente excluidos para que accedan a la justicia». Seguidamente enfatizó que defendería la división de poderes, pero invariablemente atendiendo el bien de la República.

Finalmente precisó que será el enlace entre a los nueve ministros para “que tomemos decisiones trascendentes”; el objetivo es “darle un nuevo enfoque y visión a ese órgano y al sistema de justicia del país.” En cuanto al padrón que encontrará en la SCJ, dejó claro que “reconocerán la experiencia del personal que actualmente labora en la Corte y advirtió que a quien se detecte haciendo cosas indebidas, se dará vista al Tribunal de Disciplina Judicial… y tendrá que dejar el espacio, pero quien contribuya a encontrar una justicia real, verdadera, que realmente sirva a la nación, será bienvenido».

No dejaron de haber expresiones racistas sobre el virtual guía de la SCJ, (incluyendo temas anodinos como el uso de la toga) pero contra esas críticas, la presidenta Claudia Sheinbaum lo encomió:” Me da mucho gusto que el próximo Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sea un indígena mixteco de Oaxaca, muy buen abogado, muy buen abogado; tengo el privilegio de conocerlo” y adicionó su comentario al asegurar que domina no solamente “temas relacionados con los pueblos originarios, sino en general, tiene un amplio conocimiento; es un hombre modesto, sencillo,…con una enorme inteligencia y sensibilidad social, entonces nos da mucho gusto” que sea quien presida la Corte. (Mañanera del pueblo, 04/06/2025).

Y junto a la mandataria de la patria, nosotros y millones de connacionales, nos congratulamos de la renovación democrática del Poder Judicial, lo cual anuncia una etapa en la cual, la justicia por fin estará cerca del pueblo, y será básica para edificar un genuino estado de derecho.

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