OPINIÓN
Alejandro Kirk, nació para jugar beisbol

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El próximo 6 de noviembre cumplirá 24 años de edad (nació en 1998) y ya se ha ganado la titularidad de la receptoría de Azulejos de Toronto a base de esfuerzo y buenos resultados. Y que nadie se diga sorprendido si vemos a Alejandro Kirk en acción en el All Star que se jugará el 19 de julio en el Dodger Stadium con el representativo de la Liga Americana.
En las votaciones supera a otros grandes receptores de la Liga Americana como Yadier Molina y Martín Maldonado. Sus números son su mejor recomendación, al ser líder en slugging y en OBP entre los receptores.
Alejandro Kirk se ha convertido en el ídolo de Tijuana por sus actuaciones con Azulejos de Toronto y que en las últimas dos semanas ha estado de cuarto bat con este equipo de Grandes Ligas, lo que demuestra su gran poder, donde está el gran artillero dominicano de Vladimir Guerrero Jr.
Kirk participa en su tercera temporada con Azulejos de Toronto, ya firme dueño de la receptoría de este equipo canadiense. La temporada 2022 ha sido pródiga para el tijuanense, tiene 318 de promedio al bat con 10 jonrones y 32 carreras remolcadas en 214 turnos en 68 juegos en los que ha visto acción.
De por vida acumula en MLB 19 jonrones, recordando que llegó en el 2020 al equipo grande, al brincar de Clase A, pero poco juego tuvo, ya que fue el año de la pandemia, apenas estuvo en el campo en 9 encuentros; ya en el siguiente año recibió mayores oportunidades en 60 juegos y 165 turnos al bat para conectar 8 jonrones e impulsar 24 carreras. Para la temporada de este año traía ya la titularidad de estar atrás de home con Azulejos.
“EL TUMBABARDAS”
Alejandro Kurk viene desde las ligas pequeñas de Tijuana. En los campos de beisbol de esta ciudad fronteriza se forjó, siempre con la orientación de su padre Juan Manuel Kirk, un ex pelotero amateur muy conocido en Tijuana. Se formó en el sistema de desarrollo de los Toros y es el primero de esta organización en llegar a la Gran Carpa.
Kirk desde niño era fanático de los Cardenales de San Luis y su ídolo es el gran Albert Pujols.
A los 13 años dio el salto de las ligas infantiles a las amateurs de Tijuana, pero desde pequeño ya pintaba para estar en la meca del beisbol. Su madre Magdalena Castellanos así lo recuerda en una entrevista que publicó el portal Beisbol que escribió el periodista Héctor Linares:
“Me dan ganas de llorar de la emoción”, expresa al ver las actuaciones hoy de su hijo con Azulejos de Toronto y recordar la ruta que siguió desde que participaba en las competencias de Tijuana. “Todo ha sido muy bonito, él ha sido muy entregado al beisbol, creo que su poder lo tiene en las muñecas desde niño, a los cuatro años en un torneo de la categoría biberón le pusieron “el tumba bardas”.
Su padre también compartió su opinión sobre el desarrollo y crecimiento de Alejandro: “Siempre se le dio el beisbol, sus movimientos siempre muy naturales, tanto a la hora de batear como para jugar de cátcher. Nació para jugar este deporte”.
“Había arreos de cátcher por toda la casa y si le compraba a alguno de mis hijos, tenía que comprarle a los tres, porque querían estrenar cada quien lo suyo”.
Alejandro es egresado de la Academia de El Carmen, Nuevo León, en donde ganó la triple corona de bateo con un porcentaje de .415, con 10 vuelacercas y 55 carreras remolcadas. En 2016 fue firmado por los Azulejos de Toronto y cuatro años después llegaría a Grandes Ligas.
Sus actuaciones las vemos con emoción al convertirse en un motor de los Azulejos, es un gran pelotero que seguramente hará historia, siempre y cuando no se le crucen las lesiones. Su calidad con el mascoteo y su potente bat le han permitido a temprana edad trascender en el mejor beisbol del mundo en el que empieza lo que puede ser una gran carrera. Hay grandes expectativas en este joven pelotero bajacaliforniano.
Junio ha sido un mes de ensueño para Kirk, el mejor que ha tenido en su corta carrera en Grandes Ligas con 7 jonrones con 18 carreras producidas.
EL DEBUT DE JONATHAN ARANDA
Otro tijuanense y también de la organización de Toros de Tijuana que tiene la oportunidad en Grandes Ligas es el jugador de cuadro Jonathan Aranda al convertirse en el pelotero 142 nativo de México en llegar a la Gran Carpa. El pasado 24 de junio Jonathan debutó con Rays de Tampa Bay, donde otro mexicano ya se ganó la titularidad, como es el caso del hermosillense Isaac Paredes.
Jonathan es bateador zurdo y es el pelotero número 18 nacidos en Baja California en llegar a Grandes Ligas y empezó con el pie derecho al batear sencillo en su primera oportunidad.
JULIO URÍAS HILVANA TERCERA VICTORIA
La ofensiva de Dodgers respaldó al culichi Julio Urías para lograr su tercera victoria en fila para igualar los cartones en ganados y perdidos (6-6). El culichi lanzó 5 entradas y un tercio en el triunfo de Dodgers 8-4 sobre Rockies de Colorado al tolerar 6 imparables y tres carreras, todas limpias, concediendo un pasaporte y ponchando a 5 contrarios y logró ya alcanzar 503 chocolates en su carrera en Grandes Ligas.
LUIS URÍAS ENRACHADO
El orgullo de Magdalena, Luis Urías es otro pelotero mexicano que pasa por muy buen momento con los Cerveceros de Milwaukee. Una semana muy productiva tuvo con 3 jonrones y 9 carreras impulsadas. Suma ya 9 jonrones en 51 juegos de la presente temporada.
CARTÓN POLÍTICO
Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
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LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU
NACIONALES
Buscan cubrir a AMLO en actos de corrupción

– De Primera Mano, por Francisco Javier Ruiz Quirrín
UNA DE LAS evidencias de que el sistema político del México de nuestros días es parecido al PRI hegemónico de hace 50 años es el combate a la corrupción de acuerdo a intereses políticos del grupo en el poder, con una gran diferencia ahora: Los funcionarios de primer nivel son intocables.
No hubo un solo presidente de la república de aquel viejo PRI, que no impusiera su voluntad y enviara un mensaje a la clase política de que había un nuevo líder en Los Pinos. Las demostraciones incluían cárcel para figuras de alto nivel. Así, estuvieron tras las rejas el senador Jorge Díaz Serrano, director de PEMEX, con el presidente José López Portillo, varios gobernadores y hasta un hermano del presidente Carlos Salinas, Raúl.
A partir del año 2018, el hombre que tuvo como lema de campaña presidencial el ataque a la corrupción, Andrés Manuel López Obrador, en los hechos cubrió a los corruptos de primerísimo nivel.
Solo dos botones de muestra: Ignacio Ovalle Fernández, director de SEGALMEX, y Manuel Bartlett Díaz, director de la Comisión Federal de Electricidad. Aplicó la máxima de Benito Juárez: “A los amigos, perdón y gracia; a los enemigos, la ley a secas”.
Entre los enemigos actuó contra Emilio Lozoya, director de PEMEX con el presidente Peña Nieto, acusado de haber recibido sobornos de una empresa petrolera del Brasil, pero al final del día su gobierno acordó y el acusado está en casa.
El cinismo de AMLO incluyó su admisión de la existencia de corrupción en Segalmex, cuyo desfalco rebasó los 15 mil millones de pesos, pero justificó a Ovalle diciendo que este último “había sido engañado por sus subalternos”.
Increíble lo anterior, sobre todo para quien, durante una “mañanera” del año 2019, aseguraba que no hay persona mejor informada que el presidente de la república y que si había corrupción entre los funcionarios, “era porque el jefe, el presidente, estaba enterado”.
En los días que vivimos, el caso del “huachicol fiscal” operado por altos mandos de la Marina Armada de México nos pone sobre la mesa la enorme probabilidad de que no solo el general secretario del ramo con López Obrador, sino también este último, pudieran haber sido enterados y haber permitido el enorme peculado.
Imposible no reparar en las declaraciones del titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, quien el pasado domingo declaró que Rafael Ojeda Durán, titular de la Marina en el sexenio obradorista, había denunciado “problemas” y que por ese motivo la Fiscalía General de la República se había adentrado en la investigación que hoy tiene por resultado la persecución de cuando menos 200 personas, entre militares, servidores públicos y empresarios.
Los hechos sobre tal ilícito empezaron a trascender a los altos mandos militares cuando Rubén Guerrero Alcántar, vicealmirante y exdirectivo de una aduana en Tamaulipas, redactó una carta que llegó a manos del general secretario Ojeda Durán, en la que señalaba directamente a Manuel Roberto y Fernando Farías Laguna, de encabezar una red de “huachicoleo fiscal”.
Los hermanos Farías, originarios de Guaymas, Sonora, son sobrinos de Ojeda Durán. Guerrero Alcántar fue asesinado el 8 de noviembre del 2024 en Manzanillo, Colima. El volcán de corrupción denunciado hizo erupción al descubrirse un buque con diez millones de litros de combustible introducido sin pagar impuestos en Tampico, Tamaulipas, el pasado mes de mayo, seguido de otros descubrimientos similares en Ensenada, Baja California, y el trascendido de que ese combustible había tocado la bahía de Guaymas en Sonora.
En sus declaraciones sobre el tema, Gertz Manero subrayó que cuando el general secretario Ojeda denunció “problemas en la Marina”, lo hizo en términos generales sin hacer referencia a sus sobrinos. A su lado, en esa conferencia de prensa del pasado domingo, el titular de seguridad pública, Omar García Harfuch, dijo que no se podía condenar a toda una institución por los errores cometidos por algunos de sus integrantes.
Horas después, en su “mañanera”, la presidenta Claudia Sheinbaum refrendó la defensa. Para el general exsecretario, recordando que lo importante era la investigación y, sobre todo, las pruebas para demostrar los dichos.
La lógica indica una posibilidad de involucrar a Rafael Ojeda Durán en el escándalo mayúsculo de los hermanos Farías Laguna y otros implicados; golpearía directamente la humanidad de López Obrador.
Es mucho más conveniente enviar el mensaje de ataque a la corrupción, aprehendiendo y enjuiciando a “peces menores”. Ahí se registra una diferencia con el pasado reciente.
Durante el sexenio 2018-2024 se cubrió la corrupción en vez de combatirla. En este sexenio de la presidenta Sheinbaum sí se está combatiendo la corrupción pero cuidando la imagen de quien ahora vive en Palenque.
Lo anterior significa la imposibilidad de señalar y encarcelar a un exsecretario en cualquiera de sus ramos.
Para el lado oficial, resultan muy lejanas y “casi en el olvido” aquellas palabras de AMLO en una de sus “mañaneras” del año 2019: “El presidente de México está enterado de todo lo que sucede y de las tranzas grandes que se llevan a cabo”.
JALISCO
¿Legalidad? pero sin integridad

– Opinión, por Gabriel Torres Espinoza
¿Por qué se critica tanto al Tribunal de Justicia Administrativa (TJA)? Porque se ha transformado en fábrica de sentencias “ajustadas a derecho”, ¡pero profundamente injustas! Asisten al ‘indebido proceso’ y ceden al “daño patrimonial” causado por los ‘desarrolladores’.
Los derechos colectivos —aire limpio, agua, movilidad, biodiversidad— se reducen a bienes menores, sacrificables en nombre de una supuesta certeza jurídica para el ‘inversionista’.
Lo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos recordó es que tienen la obligación jurídica de prevenir, mitigar y remediar daños ambientales por su impacto directo en los derechos humanos.
Bajo esa luz, cada fallo del TJA que antepone la rentabilidad de un fraccionamiento sobre la preservación de un bosque o de un área natural protegida, no es solo un despropósito local, sino una violación a compromisos internacionales y a los derechos fundamentales de la ciudadanía.
La prensa ha documentado el incremento de litigios contra la planeación urbana, hasta el punto de que este Tribunal se tornó en el espacio donde los corruptores desfilan a desmontar planes de desarrollo, debilitando la ordenación del territorio con fachada de legalidad. Se trata de un tribunal que privilegia la letra procesal, sobre el sentido integral de la planeación. Lo que se produce es una ciudad fragmentada, desigual, en la que cada vez es más difícil trasladarse y vivir.
La responsabilidad social de este Tribunal es mayor, pues el TJA es la última instancia. Las decisiones que dicta son definitivas y obligatorias. Sus resoluciones no pueden recurrirse, y sus magistrados no rinden cuentas a nadie. Allí donde se concentra el poder de decidir el futuro urbano, se concentra también la tentación de la corrupción.
Por eso el TJA no solo refleja, sino que encarna hoy el mayor riesgo estructural para el derecho a la ciudad y al medio ambiente, porque cada vez que dicta una sentencia que habilita lo prohibido, que desprotege los recursos naturales, destruye algo más que territorio; destruye la confianza en la idea misma de justicia. Su propia legitimidad social.
Los jueces no deben limitarse a aplicar reglas, sino decidir con base en principios que aseguren el bien superior a la ciudad. La legalidad, sin integridad, degrada la justicia. Básicamente, porque transforma el tribunal en una coraza de impunidad.
En este órgano jurisdiccional, hemos visto cómo se ha vuelto norma la confusión entre legalidad procedimental y justicia, con resoluciones fundadas y motivadas en lo formal, pero que producen resultados injustos y muy lesivos para la sociedad.
Sentencias “apegadas a derecho” que, sin embargo, devastan áreas naturales, desmantelan planes urbanos, causan más colapso vial y profundizan la desigualdad. No perdamos de vista que esa sociedad, la que sufre las consecuencias, es justamente la que dotó a estos magistrados de su investidura, y a la que debieran rendir cuentas, a través de los poderes constituidos de Jalisco.
La diferencia entre un tribunal de justicia y uno de derecho se vuelve aquí fundamental. El primero busca armonizar la norma con el desarrollo sustentable de la ciudad; el segundo la aplica sin importar que destruya bosques, colapse vialidades o afecte a comunidades enteras.
El primero protege a la ciudad; el segundo protege contratos y escrituras privadas. El primero es garante de ciudadanía; el segundo, como en Jalisco, es agente de plusvalía y el principal agente corruptor contra el ordenamiento territorial.
A la luz de las actuaciones del TJA, surge hoy una pregunta colectiva, inevitable y perturbadora: ¿Cuál es la utilidad social de un tribunal del que debemos defendernos todos para poder preservar la ciudad? Si el órgano llamado a garantizar justicia es el principal mecanismo de despojo legalizado; si en lugar de proteger a la colectividad protege a los desarrolladores; si en vez de equilibrar el interés privado con el bien común se ha dedicado a corroerlo, entonces su existencia no responde al poder público, sino a los negocios que lo corrompen.
Un tribunal así no es garante de derechos, ni de justicia administrativa; sino una auténtica amenaza permanente contra ellos, misma que estaríamos obligados a enfrentar como sociedad, y desde el gobierno.