OPINIÓN
Alfaro, AMLO y el agua: Enfoques disparejos en el caso de la presa de El Zapotillo

Por Pedro Vargas Ávalos //
El modo de ser de una persona es determinante para alcanzar metas en la vida. Por ello debemos conocer el ostensible carácter de un individuo, incluida su trayectoria, para percibir lo que persigue, es decir, su real objetivo.
Y nada mejor para valorar a las personas, que su conducta ante problemas de fondo, sustanciales, como en los tiempos actuales es solventar el tema del agua. Tan vital líquido, se presenta bajo distintos perfiles en su problemática: puede ser de índole internacional, territorial, rural, urbano, e incluso, artificial o natural.
Para México, es trascendente resolver año con año sus obligaciones con Estados Unidos, país con el cual tiene un tratado que desde 1944 debe cumplir puntualmente, so pena de dificultades delicadísimas con la potencia del norte. Recordemos como hace unos meses se recrudeció ese asunto, por la inconsecuente negativa de Chihuahua y su gobernador Corral, para que se aportara la cuota acuífera que nuestra nación debe cubrir conforme ese convenio. El primer magistrado federal supo resolver esa contrariedad con habilidad plausible.
Territorialmente, existen evidentes incongruencias, como es el caso de la distribución del torrente del río Lerma, que, en su recorrido desde el Estado de México hasta el lago de Chapala, soporta sustracciones exageradas, siendo Guanajuato la entidad que más abusa, por lo que Jalisco recibe exiguos remanentes contaminados. En muchos lugares de la república se carece de agua suficiente, como en la Laguna, Baja California, Zacatecas y sin ir muy lejos, en nuestra Entidad federativa, resaltando el caso del área conurbada de Guadalajara, que antes del temporal de este año, sobrellevó sequía pasmosa.
Por otra parte, las épocas de lluvias acarrean innumerables inundaciones a todo lo ancho y largo de la República, por lo que se aplican medidas de urgencia y cuantiosos planes especiales, para aliviar los daños que sufren los damnificados de esas catástrofes.
Por ello revistió peculiar importancia el tema latente de la presa El Zapotillo, misma que desde hace más de 16 años ha sido un calvario para los habitantes de Temacapulín y Palmarejo, municipio de Cañadas de Obregón, así como de Acasico, municipalidad de Mexticacán, en los Altos de Jalisco. El suplicio comenzó cuando el frívolo panista guanajuatense Vicente Fox, indujo a los ejecutivos de Jalisco y Guanajuato (sus correligionarios Francisco Ramírez Acuña y Juan Carlos Romero Hicks) aceptaran se construyera una presa que llevaría agua a León y algunos pueblos jaliscienses de Los Altos. La ubicación sería en la Cuenca del Río Verde, en el lugar conocido como El Zapotillo, del municipio de Cañadas de Obregón; el acuerdo se firmó, obsecuentemente, en Los Pinos, la entonces fastuosa residencia del presidente en la ciudad de México, el martes 24 de mayo de 2005.
Desde esa fecha, los habitantes de los tres pueblos aludidos, iniciaron su lucha para no desaparecer, pues el llevar agua a los leoneses, exigía tuviese el embalse una cortina de 105 metros de altura, con lo cual necesariamente se inundarían los poblados antedichos, lo que implicaba su muerte. Como antecedente tuvieron los lugareños, las proezas de los indómitos cazcanes que en el siglo XVI encabezaron una rebelión contra los conquistadores hispanos, quemando a Guadalajara de Tlacotán, derrotando al temible Tonatiuh Pedro de Alvarado (quien murió en la encomienda) y poniendo al borde del desastre la colonia entera.
Así las cosas, se llevó a cabo una tenaz contienda en variados frentes, siendo uno el jurídico y otro el de la concientización de los habitantes.
DIEZ Y SEIS AÑOS DE FÉRREAS BATALLAS
Van dieciséis años de bizarras batallas y tras obtener un amparo para que la cortina no sobrepase los ochenta metros de elevación, los inquebrantables aldeanos de los tres pueblos que abandera Temacapulìn (Temaca), parece que divisan el final del túnel y que su empeño vencerá.
Los dos gobernantes que concurren al desenlace de esta trama del Zapotillo, es decir del agua, son el gobernador de Jalisco (Enrique Alfaron Ramírez, EAR) y el presidente de México (Andrés Manual López Obrador, AMLO). Sus enfoques deberían de coincidir, aunque la forma de abordarlo es bastante dispareja. Para uno (AMLO) el pueblo es la última palabra; para EAR, lo que importa es de golpe tomar las medidas.
Por increíble que parezca, a la zona de Temaca, la ha visitado más veces (5) en tiempos recientes el primer mandatario nacional, que el estatal. Pero las asistencias que más importan son las de agosto y octubre de este año.
En la del 14 del primer mes predicho, AMLO les hizo el gusto a los lugareños de estar con ellos en su pueblo de Temacapulìn, y no hacerlos viajar a la presa motivo del dilema (como se había planeado), y ya en ese lugar, asegurarles que se haría lo que la mayoría resolviese, formulando la oferta de que la obra acuífera no rebasaría los 80 metros de cortina, el líquido vital solo sería para Guadalajara y pueblos de Los Altos de Jalisco, dejando para otra solución el tema de León. Además, les ofreció emitir un decreto para garantizar toda medida que fuese necesaria con el fin de que ninguno de los tres poblados en cuestión se anegara.
El gobernador se mostró complacido con la propuesta, se disculpó con su igual de Guanajuato, con quien había hace meses suscrito un convenio para distribuir el agua del Río Verde (el sustento de la presa Zapotillo) entre sus respectivos Estados.
Desde luego es de imaginar que esa disculpa de EAR (la inconveniencia fue por AMLO, pues lo del agua es competencia federal) no satisfizo a los guanajuatenses, quienes indignados amenazaron con no dar agua de sus embalses (como la presa Solís) para Chapala. Al presidente tocó apaciguar tales conatos de represalia.
El 10 del presente mes, regresó tal como lo ofreció, el presidente a Temaca. Y allí escuchó estipulaciones a que llegaron los habitantes amagados. Estos con buen sentido solidario, admitieron la presa, subrayaron que no pasara los ochenta metros de cortina y plantearon, para su seguridad, una especie de vertedero entre los 40 y 50 metros, con lo cual jamás serían inundados sus pueblos. También hicieron otros planteamientos, como ciertas indemnizaciones y resarcimientos, por todo lo que se les ha inferido en su perjuicio.
“¡Cuchillo, navaja, Temaca no se raja!”, gritaron los pobladores de la comunidad tras escuchar el discurso del Presidente, luego de que este reafirmara su compromiso de no inundar los tres poblados” nos dice Víctor Ramírez de OEM-Informex. En el presídium, EAR se veía incómodo, y hasta el collar de flores que se le obsequió, se lo quitó del cuello, en tanto que AMLO lo lució en todo momento. Y sigue diciendo, el reportero Francisco Félix: “16 años de confrontaciones con autoridades de todos los niveles y de distintos colores y siglas; de solidaridad regional, nacional e internacional, pero también de cansancio, angustia y enfermedades, e inclusive del fallecimiento de quienes no lograron resistir más, muchas veces consumidos por la tristeza a causa de vivir en una zozobra permanente. Más de tres lustros de remar a contracorriente, de resistir, bajo la consigna “ríos para la vida, no para la muerte”. (julioastillero.com, 11 oct.21).
Por cierto, que según ese reportero, cuando los del Comité Salvemos a Temaca, supieron que el gobernador estaría junto al presidente, decían que “Alfaro, otrora férreo opositor a la construcción de la presa, cambió de postura casi desde el inicio de su mandato y es calificado como “traidor” y “mentiroso” por los habitantes de Temacapulìn, Acasico y Palmarejo. La confirmación de su presencia causó algunas tensiones con el equipo de “avanzada” de AMLO. Por ello, cuando se inició la reunión del domingo 10, hubo abucheos y rechiflas contra EAR: “¡Temaca vive!” se leía en las playeras del ‘performance’ de los habitantes de la comunidad”.
Hablaron los del Comité de salvación y sobre todo su vocero y virtual líder moral, el exsacerdote Gabriel Espinoza, quien repitió el anhelo de las comunidades: recuperar por fin la paz que les fue robada por la imposición del proyecto de la presa. Entre los asistentes “se veía gente de distintos rincones del país, del estado, e inclusive de Europa y Norteamérica, que han seguido con atención la lucha en contra del proyecto El Zapotillo. Representantes de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco e inclusive de la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Todos están ahí para presenciar un día histórico”.
Tras el desfile de oradores de los vecinos, que en punto final piden se acabe con la pesadilla y les vuelva el alma al cuerpo, habla el presidente del país. Todos están atentos, y contentos porque no oirán al gobernador. Nos dice la crónica periodística del día siguiente: El mensaje presidencial es claro desde el inicio: Temacapulín, Acasico y Palmarejo no se inundan pues deben preservarse sus raíces, tradiciones, costumbres, difuntos, templos e historia. López Obrador da a conocer que los asesores técnicos que apoyan a los pueblos han solicitado medidas de mayor seguridad en la presa y anuncia que se atenderá la petición. Para reafirmar el compromiso, asevera: “Si se requiere presupuesto, yo puedo garantizarlo”. Aplausos y vítores.
Enseguida, el Presidente da un paso adelante en la propuesta y habla de un Programa Integral para el Bienestar de los Pueblos de la región que implicará la atención de caminos, el mejoramiento de viviendas y la creación de obras y programas de desarrollo. Lo principal, dice, será la corresponsabilidad entre el Gobierno y el pueblo y anuncia que se entregará el presupuesto directamente a las comunidades para la realización de las obras y programas. De esta forma, dice, a partir del conflicto inicial se construirá algo ejemplar y se demostrará que es posible alcanzar acuerdos a través del diálogo…habla de la oportunidad de unirse y reconciliarse. De cómo pasó del “ni perdón ni olvido” de sus tiempos en la oposición a su convicción actual de: “olvido, no; perdón, sí”. Hace un llamado a la solidaridad y dice que la presa es necesaria para dotar de agua a la gente humilde de Guadalajara. Finalmente, anuncia que volverá a Temacapulín (con todo su Gabinete) para firmar el acuerdo que incorpora las demandas de las comunidades”.
Ante lo anterior, EAR se muestra confuso. Escribe el reportero: “Durante todo el evento, el gobernador Enrique Alfaro aparece, ensimismado en su cubrebocas, fustigado, ofuscado, visiblemente molesto. A ratos, su rostro incluso adquiere tonalidades rojizas. Se quita el collar de flores de cempasúchil que le colocaron a su llegada. No aplaude ninguno de los discursos. Mira hacia arriba en señal clara de desesperación, como esperando que el evento se acabe cuanto antes. Se sabe repudiado. Los oradores de las comunidades no hacen mención de él, salvo para recriminarle. En un gesto de cortesía política, López Obrador finaliza su mensaje con un llamado a respetar al gobernador: “nada de odios. Ustedes son gente buena…Quiero pedirles de manera especial que tengamos mucho respeto, tal como se lo merece el gobernador Enrique Alfaro”, y añadió que el objetivo fundamental de la buena política es el “amor al prójimo”.
Son las 5 de la tarde del domingo 10 de octubre. En Temacapulín saben que no sólo han ganado una batalla. Han dado un ejemplo de lucha y dignidad. Y sí, aunque parezca increíble, al menos esta vez, parece que no ganaron los de arriba. Ha triunfado el pueblo. Y este festeja y canta.
Por su parte, Enrique Alfaro, lamentó que ante la presencia del Presidente no se haya concluido todo lo relativo a El Zapotillo: “Lo que se acordó “no es la ruta correcta”, dijo: “lamento mucho que los grupos de MORENA pretendan hacer de esto un tema político electoral”, en referencia a los desaires que recibió.
Y sobre el vertedero que exigieron los del Comité de Temaca, se expresó pesimista y reprobó lo del túnel o canal, invocando que él (EAR) es ingeniero civil, y sabe sobre la materia. Pero reitera que “aguantará” lo que sea con tal de lograr resolver el grave problema del agua para la Perla Tapatía. Finalmente, sobre la defensa que AMLO hizo de él, expresó tonante que “no ocupa que lo defiendan”.
Del tema del agua, la presa El Zapotillo, y la pesadilla que padecieron los tres poblados a que nos referimos, el lector podrá sacar sus conclusiones y razonar el modo de ser de AMLO y EAR, con motivo de sus dispares enfoques ante el pueblo estoico de la región de Cañadas, Yahualica y Mexticacán, en Los Altos de Jalisco.
MUNDO
Sensacionalismo mediático: Alimentando el miedo a una Tercera Guerra Mundial

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El sábado pasado, el mundo despertó con la noticia de que Estados Unidos bombardeó instalaciones nucleares cerca de Teherán, utilizando bombarderos furtivos B-2, bombas antibúnker GBU-57 y misiles Tomahawk lanzados desde submarinos y destructores.
Este ataque a tres puntos estratégicos intensificó la tensión global en un contexto ya marcado por la incertidumbre del gobierno de Donald Trump. Sus políticas, desde aranceles arbitrarios hasta conflictos comerciales con aliados como México y Canadá, han generado inestabilidad, amplificada por medios sensacionalistas que, a través de redes sociales, alimentan el miedo a una tercera guerra mundial entre audiencias influenciables.
El conflicto comenzó con ataques israelíes contra Irán, basados en la supuesta inminencia de una bomba nuclear iraní. Irán respondió impactando misiles en el complejo militar Kirya en Tel Aviv, exponiendo la vulnerabilidad del sistema defensivo israelí, incluida su Cúpula de Hierro.
Trump, alineándose con Israel, decidió intervenir sin pruebas claras que justifiquen la acción, evocando el precedente de George W. Bush, quien en 2003 invadió Irak con falsas acusaciones sobre armas de destrucción masiva. Esta repetición de tácticas imperiales para preservar la hegemonía estadounidense genera escepticismo global. ¿Quién confía en Trump, cuya facilidad para distorsionar la verdad es bien conocida?
Tras ganar las elecciones en noviembre de 2024, Trump prometió evitar “guerras eternas”, pero su retórica belicosa, incluyendo amenazas contra el líder supremo iraní Ali Khamenei, contradice esa postura. Su decisión arriesga un conflicto de consecuencias impredecibles, especialmente si Irán contraataca bases estadounidenses en la región.
Los medios sensacionalistas, amplificados por plataformas digitales, convierten esta crisis en un espectáculo de paranoia, presentando el conflicto como el preludio de una guerra global. Sin embargo, un análisis racional sugiere que las condiciones para una escalada de esa magnitud son limitadas, particularmente por la postura de China y Rusia, aliados históricos de Irán.
CHINA: CAUTELA ESTRATÉGICA
China ha optado por posicionarse como mediador, proyectando una imagen de actor responsable en la escena global. Los aviones chinos detectados rumbo a Irán probablemente buscaban evacuar personal, no brindar apoyo militar. Una guerra prolongada elevaría los precios del petróleo, afectando la economía china, que depende de la estabilidad energética.
Pekín podría recurrir a presión diplomática o sanciones económicas contra Estados Unidos, pero una intervención militar es improbable, dado el riesgo de desestabilizar sus relaciones con Occidente. Los medios sensacionalistas, sin embargo, exageran el rol de China, generando temor infundado entre quienes consumen titulares alarmistas sin cuestionarlos.
RUSIA: OPORTUNISMO LIMITADO
Rusia, enfrascada en su conflicto con Ucrania, ve en la crisis una oportunidad para distraer a EEUU y debilitar su apoyo a Kiev. Sin embargo, su respaldo a Irán ha sido mínimo, sin evidencia de asistencia militar directa. Moscú podría negociar beneficios, como alivio en sanciones por Ucrania, a cambio de mantenerse al margen. Aunque podría ofrecer inteligencia o logística a Irán si el conflicto escala, una intervención activa es poco probable.
Los titulares que predicen una coalición Rusia-Irán son exageraciones mediáticas que alimentan la paranoia de una guerra global, ignorando los cálculos estratégicos de Moscú.
FACTORES QUE LIMITAN LA ESCALADA
Irán ha advertido que la intervención de EE. UU. podría desencadenar una “guerra total”, pero su capacidad militar está mermada tras los ataques israelíes a sus defensas aéreas y sitios nucleares. China y Rusia priorizan su estabilidad interna y económica, evitando un enfrentamiento directo con EE. UU. e Israel. Ambos países podrían buscar influencia mediante soluciones diplomáticas, no militares. Los medios sensacionalistas, sin embargo, capitalizan el miedo, magnificando la amenaza y omitiendo el contexto geopolítico que desinfla la narrativa de una guerra mundial inminente.
IMPLICACIONES PARA MÉXICO
Para México, el conflicto tiene repercusiones económicas y políticas significativas. Un aumento en los precios del petróleo por la guerra beneficiaría temporalmente a Pemex, pero elevaría los costos de combustibles, impactando la inflación y el bienestar de los mexicanos. Además, la presión de EEUU para alinear a México en su agenda podría complicar la política de no intervención del país, un principio histórico de su diplomacia.
La intervención de Estados Unidos en Irán es un movimiento arriesgado de Trump para reafirmar la hegemonía estadounidense, sin evidencia sólida que lo respalde. Los medios sensacionalistas, amplificados por redes sociales, convierten esta crisis en un espectáculo de miedo, exagerando las probabilidades de una tercera guerra mundial y generando paranoia entre audiencias poco críticas.
China y Rusia, con posturas cautelosas, difícilmente escalarán militarmente, optando por maniobras diplomáticas para proteger sus intereses. En México, el conflicto amenaza con impactos económicos y diplomáticos, lo que exige un periodismo responsable que desmantele el alarmismo y fomente un análisis racional.
La ciudadanía merece información veraz, no narrativas que lucren con el temor.
NACIONALES
Los juzgadores: Ley, justicia y pluralidad con democracia

Por Pedro Vargas Ávalos //
A partir del cercano uno de septiembre, el Poder Judicial mexicano se renovará, a pesar de las oposiciones, las oligarquías privilegiadas, la mayoría de sus comentócratas y medios tradicionales, es decir, tope en lo que tope. Tendremos pues, juzgadores emergidos del voto popular y no de cúpulas de predominio.
Los enjuiciadores que integren el innovado ramo jurisdiccional (en Jalisco seguiremos en espera, pues nuestros legisladores -y quizás el ejecutivo- no tienen prisa y al parecer ni simpatías para remozar nuestro aparato judicial) tendrán como norte aplicar la ley, siempre procurando imponer la justicia, lo cual les será fundamental porque simbolizan la pluralidad nacional y surgen de la voluntad popular, o sea , de la democracia, lo cual se ajusta a lo que ordena el artículo 39 de la Constitución: Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste.
Ministros, magistrados y jueces siempre deben sujetarse, en el ejercicio de sus funciones, a la ley o más ampliamente al Derecho, pues aquella es el mandamiento obligatorio escrito (por lo que si no se cumple es sancionable) expedido por la autoridad competente, en tanto que este -el Derecho- implica el conjunto de normas y principios que regulan la convivencia de las personas, con el fin de que imperen la justicia -saber separar lo justo de lo injusto y que se otorgue a cada quien lo que legal y razonablemente le corresponde- y el orden con armonía social.
El aparato judicial, por tradición, siempre se integró con matices clasistas; de hecho, no encontrábamos en el cuadro de juzgadores, representantes de los pueblos originarios, y solo en exiguo porcentaje miembros del ámbito social más pobre o carentes de apoyos poderosos. En consecuencia, la carrera judicial no cumplía sus objetivos, debido a que ordinariamente se alteraba por influencia de los factores hegemónicos. Todo lo anterior es contrario a la pluralidad de la sociedad mexicana y al mandato constitucional que se funda indiscutiblemente en la soberanía nacional que reside en el pueblo.
Consecuente con lo antedicho, son los juzgadores resultantes de la reforma judicial que ahora es parte de la suprema ley de la república. Y si tales funcionarios no se ciñen al sentido de ley, derecho y justicia, para bien de la población, ahora habrá el Tribunal de Disciplina Judicial. Sobre el tema, declaró Celia Maya García, virtual presidenta de ese organismo: “se busca crear un nuevo sistema de justicia con juzgadores preparados, pero también con sensibilidad social y que sea cercana a la gente.” Agregando que, nunca serán persecutoras, pero eso sí: “El Tribunal de Disciplina Judicial, la única misión que tiene es que la justicia se imparta conforme a lo que dice la Constitución.
Entonces todo eso que ocurría antes de que había desviaciones, y siempre que te desvías de la ley implica una corrupción, pues que si eso se da se pare a tiempo, no se deje correr, no exista. Que se den resoluciones rápidas cuando haya quejas en este sentido para que no se hable de impunidad”. (El Universal, 16/06/2025).
Por lo que ve a la pluralidad étnica de México, esta se reflejará en la Suprema Corte de Justicia luego de la histórica elección del uno de junio pasado, pues quien obtuvo la mayoría de los votos y que por ende será quien presida al más alto tribunal de la nación, es el jurisconsulto de raza mixteca Hugo Aguilar Ortiz; esto además de que fueron electos varios juzgadores de ascendencia indígena en varias entidades federativas.
El citado Aguilar Ortiz, se describe: “soy indígena mixteco del estado de Oaxaca, he dedicado mis conocimientos, ejercicio profesional y experiencia en la promoción y defensa de los derechos indígenas en los últimos 30 años, en los que, en conjunto con otros abogados, hemos sistematizado la realidad y aspiraciones de los pueblos, las hemos transformado en conceptos jurídicos que recientemente fueron incorporados en el artículo 2º de la Constitución Federal”. (Diario Red, 9/05/25).
El senador Antonino Morales Toledo, también de origen autóctono (zapoteco) declaró complacido: “Más de siglo y medio después, un hijo de los pueblos originarios, esta vez de raíz mixteca, asume la más alta responsabilidad del Poder Judicial. Su elección representa un paso firme hacia una justicia más incluyente, cercana al pueblo y con rostro indígena”. En cuanto a su actuación, indicó Aguilar Ortiz, en una entrevista, que él no había llegado con transacciones con alguna agrupación, sindicato, poder político, etcétera, enfatizando: “llego con los votos que la ciudadanía depositó el 1 de junio; no tengo más que compromiso con ellos, con la Constitución, con el marco jurídico, con garantizar certeza para todos, porque este para mí es el objetivo central.” (Público, 2025-06-18).
El experimentado letrado agregó, en el encuentro predicho, que estaba consciente del lugar al que llegaría, y del “reto que tenemos, las dificultades que ha tenido la Corte, por decirlo de manera suave, en los últimos años” así como de la condición que tienen grandes sectores de la ciudadanía en relación a la justicia.
Al respecto expuso: «Hay un sector de la población que cuenta con los recursos suficientes para contratar un abogado calificado y ellos seguirán llegando a la Corte y se les va a administrar justicia siempre que tengan la razón, pero también hay otro sector que no tiene esas condiciones; y para los cuales el sistema de justicia no ha existido, por lo que vamos a equilibrar ahora la condición de estos sectores sociales tradicionalmente excluidos para que accedan a la justicia». Seguidamente enfatizó que defendería la división de poderes, pero invariablemente atendiendo el bien de la República.
Finalmente precisó que será el enlace entre a los nueve ministros para “que tomemos decisiones trascendentes”; el objetivo es “darle un nuevo enfoque y visión a ese órgano y al sistema de justicia del país.” En cuanto al padrón que encontrará en la SCJ, dejó claro que “reconocerán la experiencia del personal que actualmente labora en la Corte y advirtió que a quien se detecte haciendo cosas indebidas, se dará vista al Tribunal de Disciplina Judicial… y tendrá que dejar el espacio, pero quien contribuya a encontrar una justicia real, verdadera, que realmente sirva a la nación, será bienvenido».
No dejaron de haber expresiones racistas sobre el virtual guía de la SCJ, (incluyendo temas anodinos como el uso de la toga) pero contra esas críticas, la presidenta Claudia Sheinbaum lo encomió:” Me da mucho gusto que el próximo Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sea un indígena mixteco de Oaxaca, muy buen abogado, muy buen abogado; tengo el privilegio de conocerlo” y adicionó su comentario al asegurar que domina no solamente “temas relacionados con los pueblos originarios, sino en general, tiene un amplio conocimiento; es un hombre modesto, sencillo,…con una enorme inteligencia y sensibilidad social, entonces nos da mucho gusto” que sea quien presida la Corte. (Mañanera del pueblo, 04/06/2025).
Y junto a la mandataria de la patria, nosotros y millones de connacionales, nos congratulamos de la renovación democrática del Poder Judicial, lo cual anuncia una etapa en la cual, la justicia por fin estará cerca del pueblo, y será básica para edificar un genuino estado de derecho.
JALISCO
La basura que une y delata

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Dicen que la política, como la basura, suele acumularse en los márgenes. Y es justamente en esos márgenes donde este viernes se empujó una decisión que, aunque técnica en apariencia, tiene un peso político mayor del que sus impulsores quieren admitir.
En sesión extraordinaria de la Junta de Coordinación Metropolitana —una de esas instancias que a ratos parece decorativa y a ratos cobra forma de suprapoder— se aprobó, por mayoría calificada, la creación de la Agencia Metropolitana de Gestión Integral de Residuos.
El salón del Instituto de Planeación y Gestión del Desarrollo (Imeplan) olía más a alineación institucional que a innovación. Y, sin embargo, allí ocurrió algo digno de mención: once votos a favor, uno en contra. Y un viejo anhelo reciclado: que la basura deje de ser una vergüenza dispersa y se convierta en una política pública compartida.
Había muchas caras conocidas: Karina Hermosillo, orquestando el discurso de la cooperación desde la Coordinación de Gestión del Territorio; Patricia Martínez Barba, la directora del Imeplan, jugando su papel de arquitecta técnica del acuerdo; y Sergio Chávez Dávalos, alcalde de Tonalá, quien no se guardó el crédito: “Yo propuse esto desde 2022. Hoy lo logramos.”
Y es que, en política, lo que se logra no siempre es lo que se construye. Pero Chávez no es de los que deja pasar la oportunidad. Frente a cámara, con fondo institucional y gesto de conquista, marcó territorio: Tonalá está puesto, dijo, y puso su bandera antes de que sus regidores dieran el siguiente paso. Un gesto que revela algo más que entusiasmo: anticipa la contienda, y con ella, las urgencias por mostrar resultados metropolitanos para causas locales.
EL VOTO QUE INCOMODA
El único municipio que votó en contra fue Tlaquepaque. No es casualidad. En el juego de tensiones políticas, Tlaquepaque ha optado por marcar distancia, incluso en temas donde la lógica técnica sugiere lo contrario. El portavoz de este voto fue el síndico del Ayuntamiento alfarero, José Luis Monterde Ramírez, especialista en llevar la contra y sacar buenos resultados. El “no” aislado, como todo disenso, incomoda a quienes apuestan por la unanimidad como sinónimo de legitimidad. Pero también sirve de recordatorio: no hay consenso sin condiciones.
Lo que se aprobó no compromete recursos, no sube tarifas, no delega funciones inmediatas. Es, dirán algunos, apenas un convenio marco. Pero los marcos son también declaraciones de intenciones. Y en este caso, la intención es clara: quitarle a la basura su carácter de asunto municipal y vestirla con traje de política de Estado.
TECNÓCRATAS Y BASURA
Karina Hermosillo lo dijo con tono firme: “El reto de los residuos rebasa los límites municipales”. Y no le falta razón. Cada día, el AMG genera más de 5 mil toneladas de basura. Toneladas que nadie quiere en su patio, pero que todos generan. Patricia Martínez -la exactivista ciudadana ahora fiel burócrata alfarista-, por su parte, se encargó de ensalzar la posibilidad de revalorizar lo que hoy se entierra, apilando argumentos técnicos en favor de la eficiencia y la economía circular.
Pero detrás de cada tecnócrata que propone está el político que se alista. Y esa es la clave. Este acuerdo no solo pavimenta la creación de un OPD con buenas intenciones; también se convierte en una herramienta de articulación regional para quienes buscan dejar huella más allá de sus municipios. Tonalá, por ejemplo, intenta despegar del estigma periférico para hablar con voz metropolitana. Y lo está logrando.
En el papel, la Agencia buscará coordinar recolección, tratamiento, normas técnicas, políticas públicas y criterios ambientales. Promete ser flexible, no imponer ni sustituir a los municipios, y alinearse con modelos como Barcelona o Medellín.
Una carta de presentación impecable para foros, indicadores y cooperación internacional. Pero, como suele pasar, lo difícil no será redactar los programas, sino aplicarlos en territorios donde la corrupción de los residuos huele más fuerte que los discursos, porque aquí no somos Barcelona. Aquí, los camiones siguen sin GPS, los basureros se incendian y los contratos se firman en lo oscuro.
Pero mientras las autoridades celebran, lo fundamental sigue sin respuesta: ¿Qué pasará con las concesiones turbias? ¿Quién pondrá orden en los tiraderos ilegales? ¿Dónde está la voluntad política para transparentar el verdadero negocio de los residuos?
Porque hablar de gestión integral sin hablar de los intereses que han hecho de la basura un negocio multimillonario es, en el mejor de los casos, ingenuidad. Y en el peor, complicidad.
EL ROMPECABEZAS APENAS COMIENZA
Falta aún que al menos dos cabildos municipales aprueben el convenio para que la Agencia comience su vida jurídica. Falta también que los municipios decidan a qué servicios se adhieren, con qué atribuciones, bajo qué modelo operativo. Pero el primer paso ya está dado. Y como en todo buen entramado político, el diseño es lo de menos. Lo que importa es quién lo opera y con qué fines.
Porque no hay política pública que no huela a intereses cuando se trata de basura. Y porque, como decía aquel cínico del viejo régimen, “todo poder se prueba en la capacidad de gestionar lo que nadie quiere ver”.
La basura, en este caso, une. Pero también revela.
En X @DEPACHECOS
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