MUNDO
Alvin Bragg, fiscal de Nueva York, va contra Trump: ¿La acusación le ayuda o perjudica a Trump?
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
El fiscal de la ciudad de Nueva York ha cumplido una de sus promesas centrales de campaña. En 2021 Alvin Bragg fue electo como Fiscal para la Ciudad de NY. Dentro de sus promesas más relevantes se encontraba la de procesar a Trump. Presumía haber demandado más de 100 veces a las empresas del grupo Trump durante su trabajo como asistente del Fiscal del Estado de Nueva York.
El Fiscal neoyorkino también prometió acabar con la figura de fianza forzosa para algunos delitos, lo que ha sido criticado por víctimas que se ven atacadas por criminales quienes han sido detenidos múltiples veces en lapsos cortos por delitos que van desde la violación hasta el asalto con violencia o robos seriales menores a mil dólares.
Pero la impune delincuencia en Nueva York y el aumento de homicidios son temas para otro momento. Ahora debemos enfocarnos en el tema que dividirá aún más a EUA y que distraerá más a Occidente en su lucha por mantenerse como líder del actual Orden Mundial.
Es importante recordar que los jueces de algunos estados y ciudades de EUA son electos por filiación partidista, haciendo campaña como los alcaldes o diputados. Por lo tanto, es casi un hecho que en Manhattan antes del juicio Trump sea ya culpable.
Si el fiscal cumplió su promesa de campaña, será difícil que un juez arriesgue su propia elección dejando libre a Trump. Este tema se resolverá en Cortes Federales ya que ambos apelarán. El fondo legal es una falta menor sujeta por “alfileres” a una falta criminal. Era un contrato privado del 2016 en el que Trump pagó con dinero personal a una mujer dedicada a la pornografía para no difundir una supuesta relación de años atrás.
Después, ella firmó que no había tenido ninguna relación y aceptó el pago, pero el Fiscal dice que el ex candidato (Trump), no declaró ese gasto como parte de su campaña, lo que sería una falta federal y que al haberla declarado como gastos legales de su persona habría incurrido en una falta municipal que se castiga por falsedad de asientos contables. Es todo un rollo y nunca se ha perseguido a nadie con un argumento así. De todos modos, ya está hecho.
Se dice que la falta o delito ya prescribió, pero el Fiscal ha determinado que al ser un crimen y no una falta menor, su prescripción se aumenta a 5 años en lugar de 3 de la falta original. Además, para alargar los 5 años del 2016 al 2023, se está argumentando que Trump está fuera del Estado, lo que aumenta el tiempo de la prescripción. Todo un trapecio legal. ¿El fin justifica los medios o nadie por encima de la ley?
Alvin Bragg hace historia, al ser el primer Fiscal que somete a un ex presidente o candidato a presidente a proceso en la historia de EUA. Se dice que son 30 cargos todos relacionados con pagos a esa actriz porno y presuntamente a una segunda de la misma época.
La gran división distrae a EUA en temas que van desde la economía hasta la expansión de China como nueva superpotencia. La investigación es una de otras tantas que se siguen vs Trump como la relacionada por la violencia en el Capitolio el 6 de enero del 2021, otra por interferencia electoral en Georgia en el 2020 y otra por haberse llevado papeles clasificados a su oficina/casa de Florida al terminar su presidencia.
No se debe olvidar que Trump es el puntero para ser candidato Republicano contra Joe Biden del partido Demócrata para el 2024. Por lo que este procedimiento y los que faltan serán parte forzosa del debate político para el 2024. Varios de los líderes Demócratas incluidos Joe Biden, el líder del Senado y la ex lideresa de la Cámara, han declarado que harán todo lo posible para evitar que Trump participe en las elecciones, asegurando que Trump debe demostrar su inocencia en lugar de que el Estado deba probar su culpabilidad.
Lo que es mal visto por los seguidores de Trump e incluso por algunos opositores al propio Trump, alegando que en EUA las elecciones las deciden los electores y no los jueces o fiscales, conductas que son más comunes en países autoritarios o corruptos.
LA PREGUNTA DEL MILLÓN
¿Le ayuda o le perjudica a Trump? Está por verse. Las mujeres conservadoras y muchos de los electores independientes han mostrado su desagrado por la forma en la que Trump se conduce y en especial rechazan la forma en la que habla, pero casi todos reconocen que sus políticas son mejores que las de Biden.
Las encuestas indican que 60% de los electores no quieren a Trump de regreso, pero en la revancha Trump vs Biden, el magnate parece salir mejor librado con un 3% de ventaja sobre el demócrata, lo que podría explicar el circo venidero.
Si los demócratas logran recordar a las mujeres y a los moderados que Trump ha sido infiel, grosero y dramático, el margen favorecerá a Biden, pero sí Trump logra comportarse y hablar de políticas y de cómo sus medidas económicas dieron resultados positivos a la gente común y no solo a los altos políticos, podría salir beneficiado al presentarse como víctima de persecución por sus ideas y propuestas políticas más que por sus hechos privados.
En Estados Unidos y en el mundo Trump despierta pasiones. Los moderados le recriminan sus formas y su vida personal, los radicales contrarios lo ven como una amenaza y los radicales afines como el único redentor. Mi opinión personal es que, salvo sus formas vulgares, no es ni lo uno ni lo otro. Lo triste es que los moderados de centro, de derecha o de izquierda no tienen opciones en los candidatos para EEUU y tal vez de otras naciones de Occidente.
DE HÉROE A VILLANO
Cuando Trump era empresario y donaba millones a los políticos de los dos partidos era amado en NY y en Hollywood a pesar de sus excentricidades y vulgaridades.
Los radicales pro Biden acusan de terroristas o transfóbicos a padres y madres de familia que se oponen a que “Drag Queens” de espectáculos o libros sexuales a niños de kínder y primaria, o a médicos y activistas promoviendo cambios hormonales a niños de 5 a 12 años sin el consentimiento de sus padres.
Culpando a republicanos por tiroteos en escuelas con armas de alto calibre, de la contaminación ambiental por el uso de petróleo, gas o gasolina. Culpan a los Trompistas por oponerse a la participación de hombres que ahora se identifican como mujeres en competencias deportivas y vestidores femeniles como parte de una agenda de equidad de la comunidad transexual.
Finalmente proponen que se dé a los descendientes de esclavos un pago económico pagado por el fisco, por lo que sufrieron sus antepasados esclavos en el siglo XIX y que se eliminen los exámenes de admisión para darles más acceso a la educación superior.
Los radicales pro Trump alegan que Biden está mentalmente perdido y mangoneado gracias al dinero que su hijo recibió de empresas chinas. También argumentan que el cambio acelerado de energías favorece a China quien no está obligado a dejar de usar carbón, petróleo o gas para fabricar las cosas que vende al mundo. Culpan a Biden de la terrible inflación ocasionada por los subsidios masivos dados en el 2021-2023 y por el aumento de restricciones a la industria de los energéticos nacionales.
Alegan que las energías alternas deben ser accesibles antes de forzar a la gente a dejar las actuales tecnologías. Finalmente acusan que la justicia está siendo selectiva al recordar que Clinton pagó a muchas jovencitas para guardar silencio, que Bush mintió para crear una guerra, que Hillary pagó espías extranjeros para generar un documento en contra de Trump y que Biden mintió al decir que no sabían del dinero que China dio a su hijo.
Lejos está el modelo y la tradición norteamericana de poner al país por encima del partido o del interés personal, ambos líderes, ambos partidos y las televisoras están siendo copartícipes de la polarización. Trump no sabe cómo conciliar sin humillar o insultar. Biden prometió curar la división de EUA y de sus aliados internacionales, pero la ha aumentado en su país y en el mundo.
La estrategia del Fiscal de NY sirve para romper el mito de que a un ex presidente o candidato no se le debe tocar salvo por traición a la patria, veremos si esto ayuda a los otros juicios. ¿Qué consecuencias tendrá esta decisión en contra de otros políticos? ¿Quiénes por un tema municipal podrán ser enjuiciados con relación a presuntos delitos federales?
La elección del 2024 se empezó a debatir por investigación del ataque al congreso el 2020, se le sumó la redada a casa de Trump y ahora esto. En el 2020 comentamos que el contrincante de Trump era Trump, él sigue siendo su peor enemigo. A pesar de todo esto, tal parece que Biden y su equipo podrían estar tratando de reusar en el 2024 a Trump para derrotar a Trump.
Pero si sobre juegan su mano, esto podría salirse de control afectándoles frente al electorado. Ya veremos. También pueden suceder una o varias desgracias que sean aprovechadas por ambos bandos como parte de la campaña del miedo.
El G7 aliado de EUA no se ha pronunciado, pero países como El Salvador y México ya dan su opinión sobre el show del siglo, que solo será superado si Trump gana o si otro juzgado lo encarcela. ¡Hagan sus apuestas!
La presentación del martes ante el juez, será coordinada por el Servicio Secreto que cuida a Trump y la Policía de NY. Él será presentado, pero no será detenido porque en NY no se requiere fianza en varios delitos y esta falta no es grave. La foto de Trump con el número de juicio será muy famosa y rentable.
Con sus divisiones y conflictos internos EUA parece estar en una crisis suicida y China le ayuda en su mortal aventura potencializando frivolidad vía TikTok y decadencia con las drogas que corren como ríos caudalosos causando muerte en México y en el país del tío Sam, con la complicidad de políticos y empresarios que sirven de tapadera, mientras que el dragón asiático les empieza a comer el pastel convenciendo a más países cada día -ya van 25-, para usar el RMB Yuan en lugar del dólar en las operaciones comerciales con ese país.
Mientras este tema devora todo el tiempo aire en los noticieros y columnas políticas del país de las barras y las estrellas, Rusia detiene a un periodista de EUA y China detiene a un empresario importante, acusándolos de trabajar para la CIA. En Rusia no se había detenido a un periodista americano desde la guerra fría, hace 40 años y en China no se había detenido a un líder empresarial americano en décadas.
MUNDO
El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?
Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //
La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.
Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.
Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.
En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.
El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.
La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.
El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.
E-mail: samcg2002@gmail.com
MUNDO
Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto
Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.
Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.
Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.
Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.
El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.
La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.
En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.
Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.
Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.
Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.
Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.
Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.
MUNDO
En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.
La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.
LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN
La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.
Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.
El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.
DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA
El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.
La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.
En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.
FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN
La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.
Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.
La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.
RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.
Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.
El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.
El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE
El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.
El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.
En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.
El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.
Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.
Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.
El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.
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