MUNDO
Cambios en la economía mundial: ¿El poderío del dólar está llegando a su ocaso?

Actualidad, por Alberto Gómez R. //
Durante décadas, el dólar estadounidense ha sido la moneda de reserva mundial, desempeñando un papel central en las transacciones comerciales y financieras internacionales. Sin embargo, con la caída del poderío económico, político y militar de Estados Unidos y el ascenso de nuevas potencias emergentes, este dominio está siendo cuestionado. El grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), junto con otras naciones que se les están uniendo, está liderando este cambio paradigmático.
El dólar estadounidense se convirtió en la moneda de reserva mundial tras la Segunda Guerra Mundial, con la firma del acuerdo de Bretton Woods en 1944. Este acuerdo estableció el dólar como la principal moneda de intercambio internacional, respaldada por las reservas de oro de Estados Unidos. En 1971, el presidente Richard Nixon desvinculó el dólar del oro, instaurando un sistema de tipos de cambio flotantes. A pesar de esta desvinculación, el dólar mantuvo su estatus debido a la robustez de la economía estadounidense y la confianza global en su estabilidad política y financiera.
Tres factores impulsan la desdolarización: la falta de fuerza y potencial de la economía estadounidense, que comenzó con la Tercera Gran Depresión en 2008; el uso agresivo de sanciones ilegales —especialmente financieras— por parte de EE. UU. y sus aliados del Norte Global contra una cuarta parte de los países del mundo; y el desarrollo y fortalecimiento de las relaciones entre los países del Sur Global, especialmente a través de plataformas como BRICS.
En 2015, los BRICS crearon el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), también conocido como el Banco de los BRICS, para navegar en un régimen post-Dollar-Wall Street y producir facilidades para fomentar el desarrollo en lugar de la austeridad. La creación de estas instituciones BRICS y el mayor uso de monedas locales para pagar el comercio transfronterizo crearon la expectativa de una desdolarización acelerada. En la cumbre de los BRICS de 2023 en Johannesburgo, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, repitió el llamamiento para aumentar el uso de las monedas locales y quizás crear un sistema monetario denominado BRICS. (thetricontinental.org)
La economía estadounidense ha enfrentado desafíos significativos en las últimas décadas. La crisis financiera de 2008, la creciente deuda nacional y los déficits comerciales persistentes han erosionado la confianza en el dólar como moneda de reserva. Según The Economist, la deuda nacional de Estados Unidos ha alcanzado niveles récord, superando los 31 billones de dólares, lo que plantea preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal del país y la estabilidad a largo plazo del dólar.
Las políticas de flexibilización cuantitativa (una herramienta de política monetaria poco convencional consistente en aumentar la cantidad de dinero en circulación mediante la compra de activos en el mercado) implementadas por la Reserva Federal (Fed) -el banco central de Estados Unidos- para estimular la economía han incrementado la oferta monetaria de manera significativa. Estas políticas han suscitado temores de inflación y depreciación del dólar, lo que ha llevado a algunos países a diversificar sus reservas hacia otras monedas y activos. La Harvard Business Review ha señalado que la percepción de que el dólar puede perder valor ha impulsado a muchos bancos centrales a buscar alternativas más seguras.
Las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y otras potencias mundiales, particularmente China y Rusia, han motivado a estos países a reducir su dependencia del dólar. Las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos han incentivado a las naciones afectadas a buscar mecanismos alternativos para realizar transacciones internacionales. Rusia y China han incrementado significativamente sus reservas de oro y están promoviendo acuerdos comerciales en sus propias monedas para mitigar los riesgos asociados con el dólar. (The Guardian)
El ascenso de los BRICS
El grupo BRICS, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ha emergido como un bloque económico y político influyente que desafía el dominio estadounidense. Estos países representan una parte sustancial de la población mundial y del PIB global, y están desempeñando un papel cada vez más importante en la economía mundial.
Los países BRICS han incrementado sus esfuerzos para realizar transacciones comerciales en sus propias monedas. Según el diario RT, China y Rusia han firmado acuerdos para comerciar en yuanes y rublos, evitando así el dólar. Además, el Banco de Desarrollo de los BRICS ha implementado mecanismos para financiar proyectos en las monedas locales de los países miembros, reduciendo aún más la dependencia del dólar.
El grupo BRICS está atrayendo el interés de otras naciones que buscan alternativas al sistema financiero dominado por el dólar. Países como Argentina, Irán y Turquía han expresado su interés en unirse al grupo. La inclusión de estas naciones no solo aumentaría el peso económico y político del BRICS, sino que también aceleraría la transición hacia un sistema financiero multipolar. Esta expansión podría transformar el BRICS en un bloque aún más influyente en la economía global.
La invitación a seis países a unirse al bloque BRICS en agosto del 2023, fue un indicio más de que ese cambio está en marcha. Entre estos países se encuentran Irán, Arabia Saudita y los EAU, aunque Arabia Saudita aún no ha concretado su adhesión. Con la ampliación de sus miembros, el BRICS incluiría a los dos países con las mayores y las segundas mayores reservas de gas del mundo (Rusia e Irán, respectivamente) y los dos países que representaban casi una cuarta parte de la producción mundial de petróleo (Rusia y Arabia Saudita, todas las cifras son de 2022). La apertura política entre Irán y Arabia Saudita, mediada por Pekín en marzo de 2023, así como los indicios de que los EAU y Arabia Saudí, aliados de Estados Unidos, buscan diversificar sus vínculos políticos, demuestran el posible fin del sistema del petrodólar.
Reservas de divisas
Los países BRICS están diversificando sus reservas de divisas. China ha aumentado significativamente sus reservas de oro, mientras que Rusia ha reducido su exposición al dólar en favor del euro y otras monedas. Este movimiento no solo refleja una estrategia de diversificación de riesgos, sino también un esfuerzo concertado por desafiar la hegemonía del dólar.
El Consejo Mundial del Oro, que representa a la industria del metal precioso, reportó que el año pasado los bancos centrales agregaron a sus reservas la mayor cantidad de oro desde 1950, cuando comenzaron los registros. Por citar algunos, los bancos centrales de grandes economías como la de China, India o Brasil, entre otros, están comprando oro para reemplazar los dólares en sus reservas al ritmo más rápido registrado desde la posguerra.
Para ellos, la economía global parece estar avanzando hacia un mundo multipolar y citan como dato la caída de la moneda estadounidense en las reservas oficiales de divisas desde alrededor del 70% hace dos décadas al 58% de la actualidad.
«Rusia, ahora el país más sancionado a nivel mundial, es un buen ejemplo, ya que se encuentra entre los mayores desdolarizadores y compradores de oro en los últimos años», según algunos analistas expertos en el tema del oro.
A los bancos centrales les gusta el oro porque se espera que mantenga su valor en tiempos turbulentos y, a diferencia de las monedas y los bonos, no depende de ningún emisor o gobierno.
El oro también permite a los bancos centrales diversificarse más allá de activos como los bonos del Tesoro de EE.UU. y el dólar. «Los motivos de que los bancos centrales estén acumulando oro varían, pero probablemente el principal sea que necesitan diversificar los activos de sus reservas», le dice a BBC Mundo el profesor Lawrence H. White, del Departamento de Economía de la Universidad George Mason.
«China, por ejemplo, ha estado comprando oro y, al mismo tiempo, vendiendo parte de su gran cartera de bonos del Tesoro estadounidense. Tener oro en lugar de activos en dólares también es una forma de reducir la exposición al riesgo de depreciación del dólar», afirma. (bbc.com)
Alternativas al dólar
China ha estado promoviendo activamente el uso internacional del yuan. El gobierno chino ha establecido acuerdos bilaterales de intercambio de divisas con varios países y ha creado el sistema de pagos internacionales en yuanes (CIPS) como una alternativa al sistema SWIFT, dominado por el dólar. Según The Economist, el yuan está ganando aceptación en los mercados financieros internacionales, y China está trabajando para que su moneda sea incluida en las reservas de divisas de más bancos centrales.
El euro, como la segunda moneda de reserva más importante, ha sido una alternativa natural al dólar. La relativa “estabilidad económica” de la Unión Europea y el tamaño de su mercado financiero han hecho del euro una opción atractiva para los bancos centrales que buscan diversificar sus reservas. Harvard Business Review ha señalado que el euro ha visto un aumento en su uso para transacciones internacionales, aunque enfrenta desafíos debido a las diferencias económicas y políticas entre los países miembros de la eurozona.
Las criptomonedas, como Bitcoin y Ethereum, han emergido como una clase de activos alternativos que algunos ven como una posible reserva de valor. Aunque aún no están ampliamente adoptadas como moneda de reserva debido a su volatilidad y falta de regulación, su creciente aceptación sugiere que podrían jugar un papel más importante en el futuro. The Guardian ha informado sobre el creciente interés de los inversores institucionales en las criptomonedas, lo que podría legitimar su uso como una alternativa al dólar.
Beneficios y desafíos del cambio
La diversificación de las reservas de divisas y las transacciones comerciales puede reducir la exposición a los riesgos asociados con la dependencia excesiva de una sola moneda. Esto es especialmente relevante en el contexto de las sanciones económicas y las fluctuaciones del valor del dólar.
La disminución del dominio del dólar podría reducir la capacidad de Estados Unidos para utilizar su moneda como una herramienta de política exterior. Las sanciones económicas y las restricciones financieras impuestas a otros países podrían volverse menos efectivas si esos países tienen alternativas viables para realizar transacciones internacionales.
Un sistema financiero multipolar podría promover una mayor estabilidad global al distribuir el riesgo entre varias monedas y economías. Sin embargo, también podría introducir nuevos desafíos, como la coordinación de políticas entre múltiples centros financieros y la gestión de las fluctuaciones cambiarias entre varias monedas importantes.
El término del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial está siendo impulsado por una combinación de factores económicos, políticos y geopolíticos. El debilitamiento económico de Estados Unidos, las políticas monetarias expansivas, y las tensiones geopolíticas están erosionando la confianza en el dólar. Al mismo tiempo, el ascenso de nuevas potencias económicas emergentes, lideradas por los BRICS, está creando alternativas viables al dominio del dólar.
Los países BRICS, junto con otras naciones interesadas en unirse al grupo, están promoviendo el comercio en sus propias monedas, diversificando sus reservas de divisas y estableciendo mecanismos financieros alternativos. Este cambio hacia un sistema financiero multipolar tiene el potencial de reducir los riesgos asociados con la dependencia excesiva del dólar y promover una mayor estabilidad global.
Sin embargo, la transición hacia un sistema financiero multipolar también presenta desafíos significativos. La coordinación de políticas entre múltiples centros financieros, la gestión de las fluctuaciones cambiarias y la reducción de la influencia política de Estados Unidos son solo algunos de los aspectos que deben considerarse.
En última instancia, el futuro del dólar como moneda de reserva dependerá de la capacidad de Estados Unidos para abordar sus desafíos económicos, políticos y sociales, tanto internamente como en el exterior, y recuperar la confianza global en su estabilidad política y financiera. Mientras tanto, el mundo observa con interés el surgimiento de nuevas potencias económicas y las alternativas que están creando para un sistema financiero más diverso y equilibrado.
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La Reserva Federal de Estados Unidos baja la tasa de interés: impacto directo en México

– Por Redacción Conciencia Pública
La Reserva Federal de Estados Unidos (la Fed) decidió este martes bajar su tasa de interés en un cuarto de punto, dejándola en 4.00 a 4.25%. En palabras simples: el dinero en Estados Unidos será más barato para bancos, empresas y consumidores. Y cuando eso pasa en la mayor economía del mundo, el efecto se siente en todo el planeta.
¿Por qué lo hicieron? Porque la economía estadounidense se está enfriando: se generan menos empleos y el consumo pierde fuerza. Con tasas más bajas, la Fed quiere darle un empujón al crecimiento, hacer que pedir prestado sea más barato y que la gente gaste e invierta más.
¿Y a México cómo le pega? Directo. Estados Unidos es nuestro principal socio comercial, así que si su economía respira, la mexicana también. Una recuperación allá significa más compras de autos, electrónicos y alimentos de México, lo que da oxígeno a nuestras exportaciones.
En el terreno financiero también hay movimiento. Cuando las tasas bajan en Estados Unidos, muchos inversionistas voltean a ver a países como México para buscar mejores rendimientos. Eso puede traer más dólares al país y fortalecer al peso, aunque un peso demasiado fuerte también complica a los exportadores.
Otro punto clave: la deuda en dólares. Tanto el gobierno como varias empresas mexicanas tienen compromisos en esa moneda. Si las tasas en Estados Unidos bajan, el costo de pagar esa deuda también se reduce, lo que significa un respiro en sus finanzas.
Claro que no todo es miel sobre hojuelas. Si llegan capitales especulativos en exceso, el tipo de cambio puede volverse inestable. Y si el dólar se debilita demasiado, algunos insumos importados podrían encarecerse, lo que se traduciría en presión inflacionaria aquí en México.
En resumen: la decisión de la Fed es una buena noticia para México solo en el corto plazo. Habrá más aire para exportaciones, para las finanzas y para el peso. Pero el Banco de México (Banxico) tendrá que jugar con cuidado sus cartas para que este respiro no se convierta después en un dolor de cabeza.
MUNDO
Rechaza ser deportado Hernán Bermúdez Requena de Paraguay

– Por Francisco Junco
Hernán Bermúdez Requena, el ex secretario de Seguridad Pública, nombrado por el entonces Gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, ahora senador de la República, rechazó ser extraditado a México.
Durante la audiencia inicial, donde un juez dictó prisión preventiva, se le ofreció la extradición voluntaria, pero Bermúdez Requena, presunto líder del cartel de “La Barredora”, no aceptó.
Ahora se iniciará un proceso ordinario, que podría tardar hasta 60 días, en tanto, Bermúdez Requena, continuará bajo la custodia de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay.
En tanto, en México se informó que la Fiscalía General de la República ya presentó la solicitud de extradición contra Hernán Bermúdez Requena al gobierno guaraní.
“El Abuelo” o “El Comandante H”, como se le conoce al exfuncionario del gobierno del morenista Adán Augusto López en Tabasco, e identificado como el presunto líder del Cártel de “La Barredora”, fue detenido la madrugada del sábado, en Paraguay, en una residencia ubicada en la zona exclusiva de Marino Roque Alonso, donde permanecía escondido.
Este fin de semana, el presidente Santiago Peña, dio a conocer, en un pequeño video de 45 segundos, cómo fue el arresto de Bermúdez Requena.
En las imágenes, primero se ven aspectos de la residencia, se ve cómo las fuerzas especiales, revisaron la finca y derribaron la puerta, suben una escalera y someten a ex secretario de seguridad, lo encañonaron y lo tiraron al suelo, donde lo tenían sometido, bocabajo y un elemento le pone un pie en la espalda.
Después, el presunto líder de La Barredora, quien cuenta con una ficha roja activa de la Interpol, aparece sentado en un sillón con ropa deportiva, pelo más largo y canoso, barba larga.
Cuenta con una orden de captura en México por asociación delictuosa, extorsión y secuestro exprés.
En el video, se muestra que en la residencia, donde permanecía escondido, había fajos de dólares y guaraníes, moneda uruguaya, así como joyas, tarjetas bancarias, identificaciones y una camioneta de alta gama.
Manuel Doltane, titular de Asuntos Internacionales de la Fiscalía de Paraguay, reveló que Bermúdez, entró de manera ilegal al país.
Y es que en febrero de este año, después de hacer pública la orden de aprehensión en su contra, el ex funcionario estatal huyó del país.
De acuerdo con las autoridades, viajó primero a Panamá, después a España, más tarde a Brasil, para terminar en Paraguay.
En medios locales del país sudamericano, como el diario ABC, informaron que la detención del ex funcionario de Adán Augusto López, se logró, gracias a que en el mes de julio se detuvo a Gerardo Bermúdez Arreola, sobrino del presunto líder de “La Barredora”.
CARTÓN POLÍTICO
Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
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LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU
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Tolerancia en tiempos de algoritmos

– Opinión, por Miguel Anaya
¿Qué significa ser conservador en 2025? La etiqueta, lejos de significar a una persona o grupo de ellas, aglutinadas en torno a la Biblia o valores cristianos, se ha vuelto un acto de rebeldía. El conservadurismo pareciera significar a una nueva minoría (o una mayoría silenciosa) que enfrenta un prejuicio constante en redes sociales.
En sociedades donde la corrección política dicta el guion, ser conservador implica defender valores tradicionales —para algunos valores anacrónicos— en medio de un mar de redefiniciones. La sociedad dio un giro de 180 grados en tan solo 20 años y aquellos que señalaban hace dos décadas, hoy son señalados.
¿Y ser liberal? El liberalismo que alguna vez defendió la libertad frente al Estado hoy se ha transformado en progresismo militante: proclamar diversidad, reivindicar minorías, expandir derechos. Noble causa, sin duda.
El problema comienza cuando esa nobleza se convierte en absolutismo y se traduce en expulsar, callar o cancelar a quien no repite las consignas del día. El liberal de hoy se proclama abierto, pero con frecuencia cierra la puerta al que discrepa. Preocupante.
He aquí la contradicción más notable de nuestro tiempo: vivimos en sociedades que presumen de “abiertas”, pero que a menudo resultan cerradas a todo lo que incomoda. Lo que antes era normal hoy puede costar reputación, trabajo o, en casos extremos, la vida. Hemos reemplazado la pluralidad por trincheras y el desacuerdo por el linchamiento mediático (“funar” para la generación Z).
La polarización actual funciona como un espejo roto: cada bando mira su fragmento y cree que posee toda la verdad. Los conservadores se refugian en la nostalgia de un mundo que quizá nunca existió, mientras que los liberales se instalan en la fantasía de que el futuro puede aceptar todo, sin limitantes.
Ambos lados olvidan lo esencial: que quien piensa distinto no es un enemigo para destruir, sino un ciudadano con derecho a opinar, a discernir y, por qué no, a equivocarse humanamente.
La violencia y la polarización que vivimos, no son fenómenos espontáneos. Son herramientas. Benefician a ciertas cúpulas que viven de dividir, a las plataformas digitales que lucran con cada insulto convertido en tema del momento.
El odio es rentable; la empatía, en cambio, apenas genera clics. Por eso, mientras unos gritan que Occidente se derrumba por culpa de la “ideología woke”, otros insisten en que el verdadero peligro son los “fascistas del siglo XXI”. Y en el ruido de esas etiquetas, el diálogo desaparece.
Lo más preocupante es que ambos discursos se han vuelto autorreferenciales, encerrados en su propia lógica. El conservador que clama por libertad de expresión se indigna si un artista satiriza sus valores; el liberal que defiende la diversidad se escandaliza si alguien cuestiona sus banderas.
Todos piden tolerancia, pero solo para lo propio. Lo vemos en el Senado, en el país vecino, tras el triste homicidio de Charlie Kirk y hasta en los hechos recientes en la Universidad de Guadalajara.
En buena medida, este mal viene precedido de la herramienta tecnológica que elimina todo el contenido que no nos gusta para darnos a consumir, solo aquello con lo que coincidimos: EL ALGORITMO.
El algoritmo nos muestra un mundo que coincide totalmente con nuestra manera de pensar, de vivir, de vestir, nos lleva a encontrarnos únicamente con el que se nos parece, creando micromundos de verdades absolutas, haciendo parecer al que piensa un poco distinto como ajeno, loco e incluso peligroso. Algo que debe ser callado o eliminado.
Occidente, en 2025, parece olvidar que lo que lo hizo fuerte no fue la homogeneidad, sino la tensión creativa y los equilibrios entre sus diferencias. Quizá el desafío es rescatar el principio básico de que la idea del otro no merece la bala como respuesta.
Solo la palabra, incluso aquella que incomoda, puede mantener vivo un debate que, aunque imperfecto, sigue siendo el único antídoto contra el silencio y la complicidad impuestos por el miedo o la ignorancia.